HUMOR BLANCO. UN CATÁLOGO DE UN AUTOR DE TBO
La exposición HUMOR BLANCO, sobre la trayectoria creativa como autor de historietas de Josep Maria Blanco Ibarz, se ha celebrado en Palma de Mallorca entre los días 15 de septiembre a 13 de noviembre del presente año, en la sala de Casal Solleric de la Fundación Palma Spai D’Art (con patrocinios de Ajuntament de Palma y CAM Obra Social). Con motivo de esta muestra, dirigida por Joan Carles Gomis, se ha editado un magnífico catálogo de igual título, con textos de Florentino Flórez, comisario de la exposición, que vienen en catalán y en castellano.
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Portada del catálogo. |
El libro reproduce una enorme cantidad de imágenes de Blanco, obras originales, bocetos, pruebas de color, páginas impresas, fotografías y otros documentos, todo lo cual nos permite hacernos una idea de la trayectoria profesional de este autor, comprobando su evolución estilística, su limpieza compositiva, su calidad en los abocetados y en los acabados, su profesionalidad, en suma. Es un catálogo con un acabado primoroso que deja a la vista la profesionalidad de un autor de historietas que generalmente no ha sido muy atendido por los medios ni por los propios teóricos de la historieta en España.
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Rescate de materiales originales. |
Flórez atina mucho más en su recorrido teórico a lo largo del libro, que divide lúcidamente en secciones en las cuales recorre los inicios de Blanco, sus primeras participaciones en TBO, la maduración de su estilo, la última parte de su trayectoria profesional, sus trabajos de ilustración en homenaje a Barcelona, y el repaso a sus originales para efectuar un análisis de su estilo. Flórez acierta en casi todo. Lo primero y más importante, por trabajar sobre y con un autor vivo, practicándole entrevistas y buceando específicamente en los trabajos y tebeos que el autor atesoró (por fortuna, muy concienzudamente). La conjugación de datos e imágenes está muy vigilada a lo largo de todo el catálogo, permitiendo disfrutar de la lectura al tiempo que se aprecian, cercanas, las páginas o historietas comentadas.
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Páginas e indicaciones de color. |
Son muchos los apuntes de interés que aporta Flórez con su investigación. La amistad de Blanco con Nadal, que le impulsó a hacer historieta, y con Coll, que le llevó a TBO. Su cambio de estilo inmediato / forzado al entrar a trabajar con Buigas. La alusión a Viña como corrector y director real de la revista. La aclaración rotunda de que Blanco fue el guionista de sus historietas siempre, salvo de las que hizo de La familia Ulises en sustitución de Benejam (y que nunca pudo firmar como Blanco). La determinación de las series importantes del autor (Los Kakikus, Aníbal, Don Cosme y doña Leo). El recuento exacto de sus historietas y viñetas, con un desglose prolijo de cada obra, citadas una por una en relación con el número de TBO en el que se publicaron. Un análisis estilístico estupendo, algo exagerado posiblemente en la glosa de virtudes de Blanco, lo cual por otra parte es lógico en un producto como este, que se edita para ensalzar su obra.
Flórez arrastra comete algún desliz, por supuesto con las tiradas inflada, y también con algunas fechas. Por ejemplo, hay una numeración extraña en los TBO de posguerra debida a que anotó los apuntes de Blanco, que ordenó sus encargos según el orden de aparición dentro de cada año (pero ese orden no fue el “número” que llevaría asignado cada TBO dentro del total). Flórez también señala tres arranques distintos para el TBO de posguerra: 1940, 1941 y 1942, sin precisar el porqué en ningún caso, y confunde en alguna ocasión el TBO de los cuarenta con el que arrancó en 1952 con nueva numeración. Flórez también aporta alguna opinión rebatible, como la que alude al “horizonte moral” de la obra de Blanco, el cual compara con el del cómic japonés (donde el horizonte moral puede ser muy difuso, disperso o bien inmenso). Y nos rechina un poco que use, al final, el epígrafe “Comicgrafía”, precisamente en una obra en la que se habla de TBO. ¡Qué bonito hubiera sido ver ahí escrito “Tebeografía”!
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Los apuntes de Blanco, esenciales. | Una tebeoagrafía completa. |
Pero hay que concluir son minucias, fallos menores para un trabajo de gran envergadura que nos permite conocer mucho mejor la obra de un autor importante de TBO y un poco mejor también la propia evolución de esa revista. El análisis estético y el comentario sociológico que el comisario de la muestra practica en la sección final, “Un món perfecte”, admite matices, por descontado, pero tiene razón en varios de los asertos. Por ejemplo, las “innegables virtudes formales” de Blanco frente a autores actualmente adorados u otros de la llamada “línea clara”, subrayando que nunca fueron reconocidas como debieran. También acierta en la denuncia del análisis de contenidos marxista que practicaron teóricos como Moix o Gubern y que no han sido rebatidos lo suficiente. Atina en el trazado de una comparativa estilística entre Blanco y Coll, tomando a éste como representante elegido por los teóricos de los ochenta en España para así demostrar las cualidades nada desdeñables de la obra de Blanco. Y la conclusión final es compartida: que ciertamente no resulta vergonzoso releer estas historietas hoy, atendiendo a su falta de sofisticación pero también a su calidad y vigencia. En este sentido, todo un aplauso merece el esfuerzo de Florentino.
Hay que felicitar a los organizadores por este proyecto, la Fundació Palma Spai D`Art, que rescata la memoria de nuestra historieta como debe hacerse: editando con mimo y calidad repasos concienzudos, y trabajando con los autores vivos, lo que permite acceder a registros y obras inéditas y a la memoria –siempre fallida pero propia- para ir reorganizando el conocimiento que tenemos de cada trayectoria y así poder reconstruir el tejido industrial de nuestros tebeos, que actualmente sigue estando deshilachado.