SLÁINE – LOS CARROS DEL CIELO El bárbaro ecologista y su fiel enano contaminante |
SLÁINE MAC ROTH y UKKO, el enano embaucador, prosiguen sus aventuras durante el exilio del primero, vagando por las tierras sometidas por los LORES DRUNES. Un cisma entre éstos obliga al vigoroso celta a ser guardaespaldas de SLOUGH THROT, que espera así eludir la terrible venganza de SLOUH FEG, a quien ha robado los planes del RAGNORAK. La tarea repugna a Sláine, pero no puede permitirse rechazarla.
HAS DE SABER, ¡OH, PRÍNCIPE!
Hace un rato reseñamos las grandezas y harapos de un renombrado episodio de CONAN, EL BÁRBARO, personaje del controvertido ROBERT E. HOWARD, e idealizado, en aquellas páginas, por un astuto y muy comercial ROY THOMAS, que no tenía empacho en motear con pizcas de su propia erudición el relato original que adaptaba, fuese de autoría, o no, del atormentado escritor tejano.
La inquietud documental nos ha llevado a comparar dos trabajos donde los protagonistas son héroes amorales con pretensiones a la realeza y, a grandes rasgos, similares, pero con actitudes disímiles. Vamos a ser ligeramente cómplices del escritor británico PAT MILLS, pero debemos reconocer que Howard frustró prematuramente su carrera, justo cuando ya afloraba* el gran autor que podía haber llegado a ser, y el derrotero de las aventuras de Conan quizás hubiera evolucionado hasta un punto muy distinto (rico, complejo) a como MARVEL las “sacralizó”. Por supuesto, esto es una conjetura, pero interesante de contemplar, creemos.
La comparación nos permite apreciar la grandeza de ambos bárbaros. Cada uno es piedra de toque del otro. Pero no debemos olvidar que antes de Sláine ha habido, y habrá, otros energúmenos en piojosos taparrabos apelmazados por la mugre (¡vaya seña de identidad: un tapavergüenzas/portaenfermedades venéreas y cutáneas!) blandiendo hachas, espadas, o garrotes, vagando por primitivos intersticios de
Como contrapunto con estos descamisados en bañadores de pellejo atiesado (suerte de piel del LEÓN DE NEMEA que usaba HERACLES), inmunes al frío glacial, al tórrido desierto, al cierzo cortante o las caricias de chaparrones y granizo, tenemos al sofisticado terrible trasgo de MICHAEL MOORCOCK (por nombrar a un autor del agrado de este Scriptor), un ser de porte elegante y semblante aristocrático que goza de una era medieval más estilizada aún que la figurativa ARTÚRICA, repleta de elementos fantásticos de toda índole, cayendo en una espiral de embrujos y encantamientos fatalistas que prolongan la maldición como Moorcock ha sentenciado a sus héroes de ESPADA Y BRUJERÍA. Estos personajes son más complejos, moralmente ambiguos, tenebrosos; se deslizan por una réplica de mitología judeocristiana/filosofía oriental para así eludir los clichés impostados por los bárbaros musculosos bronceados.
Esto, en nuestra humilde opinión, es incorrecto, porque los vericuetos morales que amargan a ELRIC DE MELNIBONÉ, por ejemplo, los compensa Conan (por decir) robando, saqueando, secuestrando o incendiando. Que lo de uno nos parezca más de salón y elaborado, es indiscutible. Pero, haciendo una extrapolación de equivalencias, apenas se diferencian. La divergencia está en que Conan (o Sláine) atracan la diligencia a cara descubierta, mientras que Elric, o CORUM, emplean un pañuelo bordado y rematado de puñetas para cubrirse el rostro. Ambos ejemplos matan, se enfrentan a fuerzas sobrenaturales, son o aspiran a ser reyes, aunque posean rasgos individuales que permiten diferenciarlos y hacerlos más “amigos” de unos que de otros. Pero, básicamente, son lo mismo.
Acaso, la más radical diferencia de Conan sobre los otros está en que carece de COMPAÑERO DEL CAMPEÓN ETERNO; en el caso de Sláine, es el codicioso y descarado Ukko, más ejemplo de la picaresca española de EL LAZARILLO DE TORMES o EL BUSCÓN que de SANCHO PANZA.
¡ENTÉRATE, PRÍNCIPE!
La evaluación de las aventuras contenidas en el SUPER CONAN Nº 5 arrojó la imagen de Conan como un ágil cazador/atracador que husmea por el mundo su trono, soniquete que los guionistas nunca nos dejan olvidar, vaticinado en un momento de su juventud. El CIMMERIO, llegamos a intuir, no es muy distinto del mercenario europeo encarnado por RUTGER HAUER en LOS SEÑORES DEL ACERO (PAUL VERHOEVEN), sujeto astuto, pícaro, fuerte, rapaz. Howard parece que, en realidad, escribía sobre un aventurero medieval, o del Renacimiento, que tropieza con elementos hechiceros remanentes de una era aún más antigua, malviviendo en la época de SALADINO, WILLIAM WALLACE o LOS REYES CATÓLICOS. Quería hacer, en el fondo, más novela histórica que fantástica.
Es precisamente en las historias donde Conan combate a EL VIEJO DE
En cambio, Sláine respira un aire impregnado de elementos mágicos y sobrenaturales donde la degradación de
Constantemente, Sláine hace reflexión del abuso de los recursos naturales con un alegato ecologista muy moderno. Es otra diferencia entre Howard y Mills: uno era/se sentía señor de
En ese Conan, advertiremos que
Slough Throt tiene poder para conjurar a los elementos y las fuerzas volcánicas de
Sláine abate su hacha, COMESESOS, directamente sobre siniestros dioses y sus acólitos no menos letales. Comparte la vida intensa y amoral de un “hombre de su época”, fuerte y necesitado de placeres que considera idóneos de su leyenda.
Y mientras Conan aspira al trono desde siempre (ya vimos cuál era su usual modus operandi según llegaba a un sitio, o banda), Sláine se hace rey con una reluctancia matizada por su ambición personal. Le agrada su poder transitorio, pero se corona para contener una amenaza que podría arrasar todo su mundo, evidencia de un rasgo de compromiso y sabiduría que no tiene Conan.
Y quien dice Conan, mienta a otros tantos, también carentes del ESPASMO DE FURIA de Sláine.
PROSOPOPEYA IGUALITARIA
Luego está el “mensaje feminista” que también impregna sus viñetas (quizás sólo un truco del guionista para impedir que digan que copia a Conan), aunque una lectura más profunda nos hace ver que su interés no es tan “progresista” como pretende hacernos creer Mills. Al fin y al cabo, la maternal Danu, la diosa principal, ¿no traiciona a Sláine inundando TIR-NAN-OG, ahogando a miles de los que identifica como “sus hijos”?
Toda la saga se orienta a predicar, más o menos, que
No es extraño que SIMON BISLEY pintara aquella abrumada cara de desconcierto a Sláine, contemplando el océano que cubría su reino.
RECAPITULANDO
El dibujo de McMahon, muy distinto del que podríamos calificar de “realista y académico” de Buscema retratando a Conan, roza lo cubista y lo abstracto. Slough Throt parece un leño animado. El dibujo, empero, posee enorme fuerza y el entintado lo destaca todavía más. Ha sido el meticuloso detalle que ha puesto en las viñetas que contienen “elementos ecológicos” lo que nos ha hecho reflexionar sobre la naturaleza de ambos iconos barbáricos y verles las diferencias, a nuestro entender, fundamentales. Es, sin duda, un dibujante calificable como “de culto”, quizás con un amplio rechazo de la mayoría, pero aún así posee una considerable fuente de recursos que lo hacen vistoso y sugerente. Sobre todo, la forma como compone la página, engarzando con espacios en blanco unas distintas viñetas, que hace casi ilimitados los espacios por donde Sláine combate, a diferencia de algunas planchas de Conan, cerradas hasta el extremo de la claustrofobia.
La publicación de esta fantasmal editorial, ALEX CÓMICS, en blanco y negro, compendia nueve historietas, cortas, consecutivas, de la revista matriz inglesa, 2000AD. La edición es tan escueta como un SEAT PANDA, sin atributos especiales ni detalles. Ignoramos todo dato del traductor, rotulista, etc. Después está lo de los rótulos, pequeñitos, borrosos, difíciles de leer. A veces, un rótulo está concebido para amplificar un detalle dibujado, dándole relieve dramático. Nada de esto respetan los de Alex Cómics, quienes quieran que fuesen. Empaquetaron al bárbaro astuto y al enano tóxico en un embalaje de cierto empaque y lo arrojaron al mercado sin más señas de identidad o leyenda que aclare al neófito quién es Sláine Mac Roth y de qué va, a dónde se encamina y por qué.