La Guerra Civil Española ha quedado inscrita en nuestra memoria colectiva tanto por su terrible crueldad como por haber cambiado radicalmente la historia de España, desde aquel 18 de Julio de 1936 en que un grupo de militares, acaudillados por los generales Mola, Queipo de Llano, Franco, Cabanellas, Kindelán y otros, se sublevó contra el Gobierno de la República.
El fracaso del golpe de estado militar en las ciudades y en las zonas más industrializadas del país, dio lugar a una guerra que enfrentó a los españoles durante casi tres años y que provocó la división en dos Españas irreconciliables, la de los militares sublevados, a los que apoyaban las fuerzas más extremistas de la derecha. Y, enfrente, la de la República frentepopulista, apoyada por el proletariado obrero. Ambas, separadas tanto por las líneas del frente de batalla como por los posicionamientos ideológicos y políticos de uno y otro lado.
La radicalización generada por el golpe de estado y después por la guerra provocó una inmediata radicalización política y ésta llevó a un amplio despliegue propagandístico, que pronto se convertiría en una auténtica guerra de papel, paralela a los hechos de armas. Del lado republicano tuvo su mayor intensidad y calidad en el cartel y en la prensa de partidos y de trincheras, mientras que del lado franquista se cifró sobre todo en la multiplicación de revistas, diarios y folletos, incluidos los tebeos, que jugaron un papel de gran y especial importancia en esta guerra de papel.
Entre las víctimas de la guerra civil española hay que contar especialmente a los niños, ya que por su desamparo síquico y físico sufrieron con especial dureza el impacto que la guerra implicaba: abandono, hambre, frío, bombardeos y todo tipo de carencias materiales. Mientras que sicológicamente, fueron las principales víctimas al soportar el miedo, el trauma del desamparo, la pérdida de valores y los intentos de adoctrinamiento ideológico y encuadramiento paramilitar que algunos grupos políticos llevaron a cabo sobre la infancia.
Es así como en la España de Franco los carlistas y los falangistas se aplicaron desde fecha muy temprana a catequizar políticamente a los niños, y para ello utilizaron entre otros medios los tebeos y las revistas, con historietas e ilustraciones contundentes, de baja calidad pero muy eficaces y altamente perversos como armas de aquella incruenta pero mortal guerra de papel de la propaganda. Por el contrario, los tebeos de la España de la República mantuvieron su función recreativa, sin contenidos políticos y sin desempeñar ninguna función de propaganda, a salvo de los casos aislados de algunas cubiertas de tebeos e historietas bufas de milicianos y alusivas a la guerra, sin trascendencia. Mientras que los escasísimo tebeos editados por partidos políticos de izquierda no lograron continuidad al no interesar a los niños.
La Exposición Los Tebeos de la Guerra Civil Española. Niños y Propaganda, patrocinada por el Ministerio de Cultura, a través del Centro Documental de la Memoria Histórica, y con la colaboración del Ayuntamiento de Salamanca y de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura, ofrece una parte altamente representativa de aquellos tebeos de la guerra civil. No están todos, pues habría sido necesario un espacio cinco veces mayor que el de la Sala Santo Domingo de la Cruz, de Salamanca, para acogerlos, pero sí que está representada la mayoría de títulos, sobradamente suficientes para mostrar la abismal diferencia existente entre las dos Españas en guerra.
En conjunto, ya sea desde el radicalismo político y el terrorismo verbal y gráfico de los nacionales, ya sea desde la pretensión de lograr mantener la normalidad civil por parte de los republicanos, los tebeos editados entre 1936 y 1939 son un perfecto ejemplo de la guerra de papel de la propaganda, que se desarrolló, eficaz y paralela, a compás de los acontecimientos, las batallas, la muerte y las profundas alteraciones de la sociedad española, causadas por la guerra civil. Unos y otros tebeos, todos los de aquellos tres años de ruido y furor, son de una total importancia para la recuperación de la memoria histórica de nuestro pasado y sobre todo, para el mejor conocimiento de los hechos que configuran la verdad histórica, más allá de banderías de cualquier confesión política.
En las páginas de estos tebeos, en sus historietas, sus colores y sus palabras, se encuentra la memoria de la Guerra de España, en lo peor y en lo mejor, en aquel viento de esperanza que por un momento hizo creer a unos y a otros, a todos los españoles en guerra, que era posible construir un mundo distinto y que todos creían sería mejor.
TEBEOAFINES: