Investigaciones y análisis teóricos sobre la historieta argentina. Un panorama general de los principales aportes a lo largo de medio siglo
A casi un siglo de sus tanteos iniciales, la historieta argentina se ha forjado una trayectoria que le permite contar con un apreciable grado de reconocimiento a nivel internacional. Ese prestigio reconoce dos orígenes principales: la época dorada que vivió durante casi toda la década del cincuenta, con grandes sucesos editoriales, aceptación popular y la creación de personajes leídos y recordados por varias generaciones y, agotada esa etapa, otros períodos o momentos creativos que sin alcanzar aquella magnitud sirvieron sí para ratificar los pergaminos obtenidos anteriormente, circunstancia a la que se suma la repercusión en el mercado internacional de la obra de diversos dibujantes y guionistas argentinos y de sus creaciones. Con tales antecedentes resulta natural que a lo largo de los años se haya acumulado un importante cuerpo de estudios de investigación, crítica y análisis sobre la historieta argentina, textos que admiten, como mínimo, las siguientes categorías de clasificación:
En cuanto a la estructura de esta nota la misma está definida por las formas en que se canalizaron y se canalizan los citados estudios:
A través del primero de los capítulos podrá visualizarse como la información sobre la historieta primero, y los análisis y ensayos luego, fueron ganando las páginas de los diarios y revistas e incluso de publicaciones sectoriales de las más diversas ramas. Dichas notas, debido a su relativa brevedad, son básicamente informativas o de simple divulgación, pero tienen la ventaja de su alcance masivo. En el segundo sector o capítulo agruparemos los trabajos destinados a un público específico y cuya extensión requieren del espacio que brinda el libro, el fascículo o las publicaciones especializadas. No olvidamos por supuesto una tercera vía de difusión que es Internet, pero no se la incluye aquí dado que las cantidad de páginas web y blogs existentes haría aún más difícil una tarea ya de por sí complicada. Es necesario aclarar que la misma magnitud de trabajos existentes nos obliga a limitarnos a una enumeración básica de los mismos, señalando a lo sumo distintos momentos destacados u obras relevantes pero sin profundizar en cada uno de ellos, en parte porque no conocemos en profundidad todos los trabajos y básicamente porque no nos consideramos capacitados para "hacer crítica de críticos", aunque en algún momento nuestras preferencias personales o nuestra propia forma de ver la historieta nos lleven a coincidir con determinados enfoques y a relativizar otros.
CAPITULO I. Artículos en diarios y revistas, de circulación masiva o sectorial.
LA HISTORIETA SE CONVIERTE EN NOTICIA
Desentrañar el proceso mediante el cual las noticias o comentarios sobre la historieta argentina se transformaron en materia de interés para los grandes medios escritos del país choca con un primer inconveniente: determinar su punto de partida. Los registros de la Biblioteca Nacional en lo que respecta a "Artículos en publicaciones periódicas" sobre el tema no van más allá de 1974, mientras que nuestro propio archivo arranca a mediados de los años sesenta. ¿Qué hubo antes?, ¿Habrán aparecido en revistas como El Hogar, Mundo Argentino, Atlántida o Caras y Caretas notas referidas al medio con anterioridad a dicha fecha?, ¿lo habrán hecho en el diario El Mundo, Noticias Gráficas o La Nación?, es posible, pero no muy probable, básicamente porque como ya se dijo el gran auge de la historieta se dio en la Argentina en la década del cincuenta, de ahí que una de las primeras referencias con las que contamos es la publicación hacia 1956 de una nota sobre el humor gráfico publicado en la revista ¡Esto es! Es fácil suponer, que por ejemplo la revista El Hogar haya destacado en algún momento la figura de José Luís Salinas, quien a lo largo de casi una década realizó allí sus magistrales adaptaciones de obras literarias. Existen por otra parte constancias sobre la publicación de algunas notas vinculadas a la historieta en general, como la aparecida en la revista Vea y Lea en 1957 con el título de "La historieta más antigua del mundo", en la que se le adjudica el carácter de antecedente del medio a un tapiz que en cuarenta y ocho dibujos narra la visita de la reina de Etiopia, Makeda, al rey Salomón.
[Arriba: Un modesto comienzo: n junio de 1965 la revista Panorama se ocupaba del Primer Festival Internancional de la Historieta de Bordighera, Italia.]
Dejando de lado las suposiciones y entrando al plano de las certezas puede afirmarse que a mediados de los sesenta, cuarenta años después de haberla adoptado como parte importante de sus contenidos, los medios periodísticos argentinos comenzaron a ocuparse, tibia, tímidamente al principio, de la historieta argentina y sus creadores, a veces como una promoción de lo que ellos publicaban, tal una breve nota en recuadro aparecida en noviembre de 1964 en el diario La Razón en el cual se recordaban los diez años de "honradas hazañas" de "Lindor Covas", personaje gauchesco que se publicaba en la contratapa de ese vespertino, o una amplia nota de Clarín Revista (suplemento dominical del diario homónimo) en enero de 1967 donde narraban episodios de la vida del capitán Jerónimo Romero, personaje real en cuya vida se basaba la tira "El Chumbiao", que publicaba dicho diario. Sin embargo el primer antecedente de peso respecto al interés del periodismo argentino por la historieta puede ubicarse en 1965 cuando la revista Panorama se hizo eco del Primer Festival Internacional de Historietas de Bordighera. La nota, titulada "La hora de las historietas", daba detalles de la muestra, de los conceptos vertidos por distintos panelistas y referencias a la admiración del director francés Alain Resnais por la obra de Lee Falk, especialmente por Mandrake. No está de más recalcar que dicho festival se dio en el marco de un proceso de "descubrimiento" de la historieta por parte de los círculos intelectuales europeos, algo que con menor intensidad se reproduciría luego en la Argentina.
Un año después, en 1966, con la firma de Salvador Nielsen la misma revista publicó una nota de siete páginas titulada "Cien hijos del humor" referida obviamente al humor gráfico argentino, sus antecedentes y los creadores de mayor popularidad en aquel momento. En 1967 la revista Continente -que apuntaba a un perfil de lector parecido al de Panorama- publicó "Los héroes de papel", una nota escrita por Daniel Saidón basada principalmente en la historieta mundial pero también con referencias a la historieta argentina.
Un punto de inflexión en el proceso de acercamiento entre los medios gráficos masivos y la historieta se registró en 1968 con la realización de la 1ª Bienal Internacional de la Historieta en el Instituto Di Tella, templo por entonces de las vanguardias artísticas locales. La repercusión de esa muestra se patentizó en una serie de notas que a partir de allí se publicaron en distintos medios y de las cuales podríamos destacar "¡Vuelven las historietas!", de Héctor Zimmerman, publicada en la revista dominical del diario La Nación e "Historietas: el quinto poder" en la revista Siete Días Ilustrados, sin mención de autor. Son notas surgidas como respuesta a ese nuevo fenómeno que significaba el hecho de que un medio hasta ayer despreciado o ignorado era ahora analizado y tenido en cuenta por determinados círculos como un verdadero arte. En lo que hacía referencia a la historieta extranjera se adivina en dichos artículos la utilización de material traducido, mientras que respecto a lo local el desconocimiento del tema hace que por ejemplo se cometan errores como atribuirle a Oesterheld la autoría de Vito Nervio o llamar Wade al guionista Leonardo Wadel, aunque esto puede ser un simple error de tipiado. También de la misma época, 1969, data un material publicado por el diario La Razón, pero lo desarrollaremos en el Capítulo II ya que no formaba parte de las ediciones normales sino como un cuadernillo semanal.
[Página inicial de la nota publicada por la revista Continente en abril de 1967.]
GENTE Y SIETE DIAS
Siempre entre fines de los años sesenta y mediados de los setenta la difusión de material acerca de la historieta argentina y sus creadores encontró firmes aliados en dos revistas semanales de interés general: Siete Días y Gente, ambas dirigidas a un parecido nivel de lector aunque con una mayor dosis de frivolidad la segunda de ellas. Testimonio de ese apoyo son, entre otras, la notas "El boom de los héroes de tinta china" escrita por José María Jaunarena que recogía las opiniones de Ray Collins, Oscar Steimberg, Arturo del Castillo, José Luis y Alberto Salinas, Alfredo Scutti, Juan Zanotto y Lucho Olivera, "29 años a mandíbula batiente" referida a la desaparición de la revista Rico Tipo y "El día en que a los humoristas se le volaron los pájaros" que reflejaba distintos momentos de la muestra "El humor y la historieta que leyó el argentino" que se había realizado en la Provincia de Córdoba, notas todas ellas aparecidas entre 1973 y 1974 en Siete Días.
Gente por su parte aportó en el mismo período un material dedicado preferentemente a historiar el humor gráfico –influencia posiblemente de un colaborador de la revista, el escritor y dibujante Geno Díaz-, de entre el cual se destaca "Historia del Chiste y Humor en la Argentina", prácticamente una separata de 27 páginas con un muy bien documentado informe sobre el desarrollo de dicha especialidad en el país, el origen de los más personajes más populares, datos de sus creadores y de las principales revistas de humor. Lamentablemente no se indica el nombre del autor o de los autores pero la calidad de la información y el profuso material gráfico revelan el aporte de coleccionistas y especialistas en el tema. Otras notas aparecidas en Gente fueron "Así nació la historieta que a usted le apasiona" producción de Ernesto Fossati y la que el citado Geno Díaz le dedicó a Guillermo Divito, quien había muerto a raíz de un accidente automovilístico ocurrido en Brasil, en julio de 1969.
PERON AL PODER, MAFALDA AL DIVAN
Los años iniciales de la década del setenta fueron, en la Argentina, de plena ebullición en lo social y lo político. La dictadura militar instaurada en 1966 bajo el nombre de Revolución Argentina comenzaba a preparar su retirada y, conciente del inexorable retorno del Peronismo al poder trataba, al menos, de condicionarlo. Esa intensidad del clima político se trasladaba también al campo cultural donde temas como la revalorización del pensamiento nacional y latinoamericano eran objeto de múltiples discusiones. En ese clima fue cuando se produjo un hecho fundamental en lo que hace al análisis y los estudios teóricos sobre la historieta argentina: el surgimiento de un grupo de especialistas que tomaron la posta de aquellos primeras periodistas que, con más voluntad que formación, habían escrito las primeras notas sobre la historieta nacional. Vehículo fundamental del proceso antes apuntado fue el suplemento cultural del diario Clarín, que en consonancia con el panorama social ya descrito se denominaba "Clarín, Cultura y Nación", especificando junto a dicho título sus principales materias de análisis: Ciencia, Historia, Literatura, Filosofía. En esas páginas Juan Sasturain se constituiría desde entonces en referente insoslayable de la crítica de historietas, con aportes también de Guillermo Saccomano, Jorge B. Rivera y Oscar Steimberg.
[Portada del suplemento Clarin, Cultura y Nación correspondiente al jueves 28 de agosto de 1975.]
El siguiente puñado de notas permitirá apreciar la importancia que le asignamos a dicho suplemento:
Aunque con menor énfasis un diario emblemático de los años setenta como lo fue La Opinión dio también cabida a este tipo de notas, como la publicada en su sección cultural con el título de "El Eternauta: un pionero de la historieta", artículo sin firma y que por su fecha de aparición, 1972, debió ser a su vez pionero en la casi inagotable serie de notas que se han escrito al respecto.
Hemos mencionado a Saccomanno, a Sasturain, a Rivera y a Steimberg como parte de ese núcleo inicial de críticos dedicados al análisis de la historieta argentina, sumamos a ellos el nombre de Emilio J. Corbiere, periodista, historiador del socialismo en la Argentina, hombre de vastísimos conocimientos entre cuyas inquietudes se contaba también la historieta, pudiéndose mencionar entre sus trabajos el publicado en 1978 en la revista dominical de La Nación titulado "Hugo Pratt, alias Corto Maltés". El mismo diario pero en sus ediciones habituales seguía ocupándose de la historieta, en este caso una nota publicada en septiembre de 1971 que recogía las opiniones de dos profesionales de la psicología y una estudiante de dicha ciencia en la cual se arriesgaban distintas interpretaciones sobre la conducta del famosos personaje de Quino y de otros de la serie. El título de la nota: "Mafalda en el diván".
Y como estamos, aunque imaginariamente, en los años setenta imposible cerrar esta reseña de lo que fue la evolución de los estudios sobre la historieta en ese período sin una mención a la revista Crísis. Inspirada por el bibliófilo Federico Vogelius y dirigida por el escritor uruguayo Eduardo Galeano, Crísis desarrolló pese a lo breve de su primera época (1973-1976) una vasta tarea en el campo del pensamiento cultural, labor que aún hoy es recordada y en la que no estuvo ausente la historieta. Entre otras, dio cabida a dos notas de Jorge B. Rivera sobre la historia del humor gráfico argentino publicadas en febrero y marzo de 1976 con los títulos de "¡Sonaste Maneco!" y "Una compadrada contra el terror" respectivamente, y en ese mismo número de marzo de 1976 "Breccia y su visión de Lovecraft" por Vicente Zito Lema. Debió ser ese el último o uno de los últimos números de Crísis que fue clausurada por el Proceso. Reeditada en los ochenta, aunque sin lograr la repercusión anterior, Crísis volvió a darle cabida a la crítica de historietas y adaptaciones literarias dibujadas por Alberto Breccia.
LOS AÑOS OCHENTA
El interés por analizar la historieta en sus variados aspectos no amainó en los años siguientes, por el contrario se vio reforzada por el cambio que experimentó la Argentina a partir de diciembre de 1983 –con la restauración de la democracia- y aún antes, cuando la trágica aventura militar en Malvinas obligó a la dictadura a preparar su retirada. Otro factor favorable fue el surgimiento de nuevas publicaciones o que otras ya existentes acogieran también a la historieta, contándose en el primero de los casos Tiempo Argentino, Página 12 y El Periodista de Buenos Aires (semanario editado por Ediciones de la Urraca, responsable también de Hum®) y en el segundo grupo las revistas Todo es Historia y Pájaro de Fuego. Respecto a Tiempo Argentino le dedicó en mayo de 1983 una amplia nota al dibujante Horacio del Prado (Calé) de cuya muerte se habían cumplido en esa fecha veinte años, y en abril de 1986 destinó seis de las ocho páginas de su Suplemento de Cultura a un conjunto de notas agrupadas bajo el título "La gran mirada oblicua de los relatos menores", con textos de Juan Sasturain, el dibujante Roberto Fontanarrosa y Oscar Steimberg, quien en su nota "El género de la lectura en cuadritos", proponía –según el anticipo de tapa- "los códigos específicos de su recepción".
[El domingo 20 de abril de 1986 el diario Tiempo Argentino dedicó seis de las ocho páginas de su suplemento Cultura a la historieta..]
Clarín Cultura y Nación divulgó en 1982 un trabajo titulado "El humor en la crísis", compuesto por tres entrevistas de Geno Díaz a Andres Cascioli, director de Hum®, a los editores de la recién reaparecida Caras y Caretas y a Alberto Cognini, creador de Hortensia, revista que había surgido en 1971 en la ciudad de Córdoba y alcanzado luego proyección nacional basándose casi exclusivamente en el muy particular humor cultivado en dicha provincia. También al humor está referida otra nota del ya citado suplemento ("El humor de los argentinos" (1986) y la publicada en la sección Cultura de La Razón -cuya transformación en matutino no evitaría su desaparición poco tiempo después- bajo el título de "Calé, el espejo de los cincuenta", escrita por Marcelo Figueras y Horacio del Prado, hijo del dibujante.
Finalmente, una entrevista a Robin Wood ("La vida es una historieta") publicada en 1988 en el semanario El Periodista de Buenos Aires nos permite incorporar a la nómina de especialistas argentinos en historieta a Germán Cáceres, quien para esa época preparaba el primero de sus varios libros sobre el tema. Como se dijo anteriormente, el espectro de los medios dedicados a publicar notas sobre la historieta se amplió también a revistas culturales o dedicadas a analizar la Historia nacional, como lo atestiguan la publicación en la revista Pájaro de fuego de una nota del dibujante y gran divulgador del medio Oscar E. Vázquez Lucio (Siulnas) titulada "Buenos Aires, la reina de la caricatura" (1981), mientras que Todo es Historia publicó en su edición de abril de 1982 "La historieta argentina", por Oscar Steimberg y "La historia de la historieta: los héroes de papel" de Jean Claude Robotnik.
LA INVASION "COMIQUERA" DE LOS NOVENTA
Aunque no sea nada comparado con cosas más terribles que le ocurrieron a la Argentina en los años noventa, la historieta también tuvo su propio cataclismo, expresado básicamente en el proceso por el cual fueron cayendo las últimas revistas de distribución regular y tiradas más ó menos significativas. Pese a ello persistió el interés en analizar y opinar sobre la historieta tanto en medios que ya hemos mencionado anteriormente como otros más recientes tales como Página 30, Veintidós (luego Veintitrés), Tres Puntos, Noticias La Maga y Con V de Vian. La vigencia de los fanzines –algunos de ellos transformados después en revistas especializadas- y el auge de la edición de libros, que veremos en el capítulo siguiente, son signos de esa vitalidad de la crítica en los noventa. Aparecieron también nuevos temas de análisis como la difusión del comic book importado (durante una década la Argentina vivió la ficción de que un peso valía lo mismo que un dólar) y el surgimiento de lugares dedicados a su venta, con la consiguiente aparición de términos como comiquero o comiquería, sin olvidar que el auge de los programa de autoedición hizo accesible a muchos aficionados realizar sus propias publicaciones. Delineada así nuestra visión de aquellos años en relación a la historieta, veamos una selección de lo por entonces publicado, selección en la que privilegiamos a medios no mencionados en anteriores acápites:
Reiteramos que hemos omitido de esta lista lo publicado en medios como Clarín, La Nación (y sus respectivas revistas dominicales) y Página 12. En dicho material no reseñado predominan las notas sobre Dante Quinterno, "Patoruzú", Oesterheld, "El Eternauta", Alberto Breccia y algún otro dibujante más, como si toda la historieta argentina se redujera a esos grandes nombres. En cuanto a las interpretaciones sobre "Patoruzú" alcanzan el nivel de obsesión y se llega a creer que el pobre indio es el culpable de todos los males argentinos.
[Página inicial de un extenso y muy serio informe sobre "Patoruzú" y su creador publicado en Viva, revista dominical de Clarín en diciembre de 1996. Incluía la primera foto de Quinterno que se publicaba en medio siglo.]
Y EN EL 2000 TAMBIEN…
El final del siglo XX y el comienzo del XXI vieron caer los restos de lo poco que quedaba de la industria de la historieta argentina, pero ese drama no fue nada comparado con lo que le tocó vivir al país en su totalidad; a este respecto uno de los artículos publicados en aquellos años tenía un tono premonitorio, se titulaba "Comic argentino: revolución en el cementerio" y apareció en septiembre de 2000 en la revista Noticias con la firma de Emilio Fernandez Cicco. También en ese año inicial del siglo –o el final del anterior, como se discutía por entonces- Martín Pérez analizó en Radar (suplemento cultural de Pagina 12) uno de los trabajos póstumos de Hugo Pratt en la nota "Morgan, el ultimo héroe", mientras que "Patoruzú" recibía un enésimo garrotazo crítico propinado esta vez por Emilio Corbiere en la revista Tres Puntos con su nota "Ahijuna con los de ajuera: Patoruzú o las andanzas de un indio discriminador y xenófobo", y en la misma revista pero en 2001 Sergio Góngora se ocupaba de "La vuelta del Eternauta".
Con menor virulencia que Corbiere, Daniel Sendros se ocuparía nuevamente del personaje de Quinterno en "La Argentina de Patoruzú" publicada en junio de 2003 en la revista Criterio, vinculada a los sectores progresistas del catolicismo, mientras que en enero de ese año La Nación dedicaba toda una página de la sección Cultura a "Nuevos escenarios de la historieta", en la cual Mirta Varela comentaba el libro Carne Argentina realizado por el grupo La Productora e Historias Corrientes - Ni tango ni bohemia de Laura Vazquez y Federico Rubenacker, y formulaba diversas comentarios acerca de cómo la historieta asumía los nuevos aspectos de la realidad argentina. Un año después el mismo diario difundió una entrevista de Luis Aubele a Francisco Solano López cuyo título reproducía una frase del célebre artista: "Hacer historietas es más que dibujar, es dar vida".
Con respecto a su competidor, Clarín, cabe acotar que a lo largo de la década su sección dedicada a noticias y comentarios sobre los medios de comunicación viene albergando con regularidad notas relativas a la historieta, mientras que su suplemento de cultura devino en 2004 en la revista Ñ y fiel a la tradición de su antecesor sigue ocupándose de los cuadritos, tal la nota de Pablo De Santis del 6 de enero de 2007 que fue tema de tapa de la citada edición con el título de "El País de la Historieta". La Nación por su parte tiene también su revista de cultura –ADN- en cuyo número correspondiente al último sábado de octubre apareció una nota sobre el cumpleaños de "Barbarella".
Cerrando ya esta reseña de la década inicial del siglo, y de este primer capítulo de la nota, una mención curiosa: en 2007 se realizaron elecciones para Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en las cuales uno de los candidatos era el luego derrotado Jorge Telerman. Pues bien, en la edición del bisemanario Perfil (aparece los sábados y domingos) del 6 de mayo de dicho año el escritor Dalmiro Saenz, quien en 1983 había sido guionista de la historieta "Yo acuso ¿o no?" que publicaba la revista Cuero, reveló que para el personaje central de la serie se había inspirado en Telerman, por aquel entonces empleado de la editorial. Un ejemplo que abona la suposición de que en nuestro querido país –y en otros también, seguramente- existen muchos políticos asimilables a personajes de historieta, aunque lamentablemente más volcados hacia el lado de los villanos que el de los héroes.
CAPITULO II. Revistas especializadas, libros y fascículos, fanzines, catálogos, ponencias y tesis.
Entramos ahora en el terreno de aquellas publicaciones que son canal específico para la difusión de estudios sobre la historieta, tales como las revistas dedicados a dicho medio (y también al humor gráfico) con secciones ad hoc, libros y fascículos, catálogos de exposiciones y algunas menciones a trabajos provenientes del ámbito académico.
LA REVISTA DE LOS DIBUJANTES
[Aunque algo deteriorada, esta tapa en la cual aparece un muy joven Solano López es de gran valor documental. Corresponde al Nº 22 de Dibujantes, aparecido en 1956.]
En octubre de 1953 apareció la publicación que tiene el mérito de ser la pionera en cuanto al estudio de la historieta argentina: la revista Dibujantes, cuya primera y más fructífera época se extendió desde dicho año hasta 1958, a lo largo de casi treinta ediciones. En Dibujantes se conjugaban la condición de tales de sus realizadores (y por ello un perfecto conocimiento del medio) con un muy buen nivel periodístico, dando por resultado un material de gran valor documental que aún mantiene su vigencia. Angel Sagrera, Guillermo Nowell y Osvaldo Laino fueron los principales nombres de quienes tuvieron a su cargo conducir esa difícil empresa. El criterio editorial de Dibujantes era muy amplio (tenían cabida en sus páginas notas sobre dibujo publicitario, ilustración, diseño de estampillas, modas, etcétera), pero el auge que por esos primeros años de la década del 50 habían alcanzado las revistas de historietas hacía que la revista dedicara en cada edición un importante número de páginas al medio, ya fuera con reportajes a dibujantes y guionistas como así también a comentar críticamente el material tanto nacional como extranjero que se publicaba en la época. Aunque el objetivo básico de la revista no era "historiar la historieta" sino que el aficionado al dibujo conociera como trabajaban sus ídolos ó cuáles eran sus recursos técnicos, la notas y entrevistas realizadas tanto a figuras consagradas como a otras que venían surgiendo, tales los casos de Hugo Pratt, Hector Oesterheld, Solano López, José Luis Salinas, Ivo Pavone y Alberto Breccia, entre otros, constituyen una materia prima fundamental para estudiar aquél período de la historieta nacional.
LIPZSYC, EL FUNDADOR
En 1957 se edita un libro que sin estar específicamente dedicado al estudio de la historieta argentina, aporta un material documental inédito hasta ese momento, lo que lo convierte en uno de los hitos iniciales de dichos estudios. La obra se titulaba La historieta mundial y fue publicado por la Editorial Lipssic (sic) dentro de la colección Famosos Artistas. Su autor, Enrique Lipszyc, era un nombre estrechamente vinculado al mundo de la historieta, tanto en su carácter de coleccionista como de uno de los mentores de la Escuela Panamericana de Arte (inicialmente Escuela Norteamericana de Arte), institución que gozó de gran popularidad en la Argentina en el campo de la enseñanza de dibujo, tanto a través de clases personales como por correo, mediante el recordado "Curso de los 12 Famosos Artistas".
[Página correspondiente al capítulo "Decadas de la historieta argentina" de La historieta mundial, de Enrique Lipszyc.]
La historieta mundial consta de dos partes, la primera es un curso para la realización de historietas con explicaciones acerca de composición, estilos, encuadres, entintado y otros aspectos técnicos, mientras que la segunda se titula "Historia y desarrollo de la historieta" y presenta a lo largo de 73 páginas de gran formato (34 x 22 cm.), datos y reproducciones de historietas norteamericanas como así también algunas de origen italiano. A continuación de esas páginas Lipszyc recorre década por década la historieta argentina comenzando por el período 1900-1910 hasta llegar a 1950-1960, a efecto de lo cual reproduce material de cada una de las etapas junto con textos que brindan profusa información sobre títulos y autores más comentarios del autor donde sintetiza las características básicas del período analizado. Aunque resulte reiterativo decirlo, esas cuarenta y tantas páginas que abarca "Las décadas de la historieta argentina" pueden considerarse la matriz de muchos de los trabajos que vinieron luego. Vale agregar que en 1966 se publicó –también sobre idea y textos de Enrique Lipszyc- un libro titulado Técnica de la historieta, versión perfeccionada de La historieta mundial aunque aquí la parte dedicada a la historia del medio estaba notablemente reducida. De los dos tomos proyectados apareció solo el primero, que abarcaba desde los precursores hasta 1944, mientras que el segundo debía comprender desde la posguerra hasta el Pop Art.
UNA MITOLOGIA DEL SIGLO XX
La Editorial Columba, que por largos años fue la principal productora de revistas de historietas en la Argentina publicaba también la colección Esquemas, conformada por libros que en forma sucinta desarrollaban los más variados temas. Dentro de esa colección Columba publicó en 1968 Qué es la historieta, un libro de 80 páginas cuyo autor fue Alfredo Grassi, escritor, traductor, periodista y desde 1952 y por muchos años guionista de historietas. En realidad el libro habla de la historieta en general, desarrollando tópicos como la evolución del medio, su proyección social y cultural y su futuro, no obstante lo cual se brindan algunas referencias concretas a revistas, dibujantes y personajes argentinos. En el cierre de su trabajo Grassi define a la historieta como "una forma literaria característica del siglo XX, con profundas raíces en el folklore de cada país, que ha contribuido a crear una moderna mitología". En esa misma colección Oscar Masotta escribió en 1967 "El pop art", incluido en algunas clasificaciones bibliográficas como un trabajo vinculado a la historieta. Otro aporte a la incipiente bibliografía especializada en los años sesenta fue el libro La Caricatura Política Argentina, del dibujante y coleccionista Amadeo Dell Aqua, publicada en 1960 por la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA).
[En Qué es la historieta, libro publicado en 1968, el guionista Alfredo J. Grassi la definió como "una mitología del siglo XX"]
LD - LITERATURA DIBUJADA
Es un dato por demás conocido que a mediados de la década del sesenta se produjo en Europa una especie de "descubrimiento" de la historieta, en el cual tuvieron activa participación intelectuales vinculados a las letras y las ciencias de la comunicación. A tono con esa corriente aparece en noviembre de 1968 la revista LD Literatura Dibujada, cuya dirección ejercía Oscar Masotta.
Con reminiscencias de la revista Linus, el material editorial de LD estaba conformado mayoritariamente por series norteamericanas e italianas como Dick Tracy, Flash Gordon, Valentina y Neutron, con su correspondientes análisis teóricos, fundamentado así el subtítulo de la publicación: "Serie de Documentación de la Historieta Mundial". En cuanto a lo relativo a la producción nacional el aporte de LD fue muy limitado, pudiéndose destacar entre las excepciones la publicación en el Nº 3 (correspondiente a enero de 1969) del episodio de "Mort Cinder" titulado "Las Termópilas" precedido por una nota titulada "Breccia de cerca", escrita obviamente por Masotta, quien poco tiempo después daría a conocer su tan citado La historieta en el mundo moderno.
El lanzamiento de LD coincidió prácticamente con la realización de la 1ra. Bienal Mundial de la Historieta instituida (según reza el catálogo) por la Escuela Panamericana de Arte y llevada a cabo en el Instituto Di Tella, meca de las vanguardias artísticas locales durante los años sesenta. El catálogo a que hicimos referencia fue impreso a gran tamaño (32 x 25 cm.) e incluye un prólogo de Jorge Romero Brest, Director del Centro de Artes Visuales del Di Tella, una declaración de principios firmada por David Lipszyc y Oscar Masotta, gestores de la iniciativa, y un panorama de la historieta en cada uno de los países representados en la Bienal: Brasil, Francia, Italia, Japón, Estados Unidos, España y por supuesto Argentina, capítulo éste que fue escrito por David Lipszyc (debido a una errata su nombre fue agregado con un sello), conformando una obra que por el material desarrollado a lo largo de sus 28 páginas bien merece figurar en este listado de aportes liminares al estudio de nuestra historieta. Cerrando las mención de publicaciones de los años sesenta debe incluirse a La Razón, el vespertino de mayor circulación en aquella época, que acompañaba sus ediciones 5ª y 6ª con cuadernillos de divulgación agrupados bajo el título "Ayer, Hoy y Mañana", correspondiendo el Nº 100 de esa serie a Usted y la historieta, aparecido el 11 de marzo de 1969. Ese mismo año en la publicación Tarea Universitaria Julio Portas dio a conocer un trabajo titulado "La historieta: género literario, industria, problema social". Portas sabía muy bien sobre lo que estaba escribiendo ya que se había desempeñado como guionista durante la gran época de Editorial Abril, siendo uno de sus trabajos más destacados la serie "Fuerte Argentino", que con dibujos de Walter Ciocca se publicó en Misterix.
CRITICOS DE ACADEMIA
Ya en el primer capítulo de esta nota hemos caracterizado (o intentado hacerlo) como fueron los años setenta en la Argentina, cabe agregar que el afianzamiento de la crítica y los estudios teóricos que se dio en los medios masivos en aquel período se repitió en el ámbito de las publicaciones especializadas y los libros, a través de los cuales dieron a conocer sus trabajos una serie de especialistas provenientes de disciplinas como la Antropología, la Sociología y las Letras. Tres nombres predominan en ese panorama: Oscar Masotta, Oscar Steinberg y Jorge B. Rivera.
Masotta dio a conocer en 1970 La historieta en el mundo moderno, de cuyas cuatro partes la tercera corresponde a la Argentina, centrándose en el estudio de "Ticonderoga Flint", de Hugo Pratt, de Alberto Breccia y "Mort Cinder" más un tercer artículo escrito por Oscar Steimberg titulado "1936-1937 en la vida de Patoruzú". Steimberg por su parte publicó en 1971 "El lugar de la historieta" en Los Libros Nº 17 y al año siguiente "La historieta, poderes y límites", fascículo Nº 41 de Transformaciones. Enciclopedia de los grandes fenómenos de nuestro tiempo, del Centro Editor de América Latina, y en 1977 "Leyendo historietas", trabajo que comprende once artículos agrupados en cuatro secciones. En cuanto a Jorge B. Rivera, Steimberg lo cita en la bibliografía de "La historieta, poderes y límites" como autor, junto a Eduardo Romano, del trabajo titulado "De la historieta a la fotonovela", que integró el fascículo Nº 143 de Capítulo Universal editado por el Centro Editor en 1971, mientras que en otras catalogaciones esa obra figura como publicada en 1972, también en Capítulo. Historia de la literatura mundial, Las literaturas marginales, adjudicando a Rivera una cronología de la historieta y a Romano el análisis de la historieta y la fotonovela.
De 1970 es un trabajo que descubrimos al realizar la revisión final de este material, se trata de "Aspectos históricos de la historieta argentina" aparecido en Comunicación audiovisual y tecnología educativa con la firma de Víctor A. Iturralde Rúa, un reconocido especialista en cine y dibujos animados y divulgador de dichos temas en programas de televisión.
VIDA Y MILAGROS DEL CENTRO EDITOR
El Centro Editor de América Latina desarrolló en los años sesenta y setenta una extraordinaria labor en cuanto a la publicación de material relacionado principalmente con las ciencias sociales, ya fuera en el formato de fascículos o de libros de bajo costo. Su línea editorial tenía una clara identificación con las ideas de izquierda, "audacia" que pagó en la época del Proceso Militar (1976-1983) con atentados explosivos contra sus oficinas, la detención de sus directivos y finalmente el secuestro e incineración de decenas de miles de ejemplares de sus publicaciones, uno de los episodios paradigmáticos de la barbarie que padeció la Argentina en esos tiempos. Al Centro Editor se le deben –al margen de los que ya hemos mencionado- dos trabajos que bien podrían considerarse las dos primeras obras específicas en sus respectivos campos: Las Historietas y El humor gráfico, ambas escritas por el guionista Carlos Trillo y el dibujante y coleccionista Alberto Bróccoli, trabajos que aparecieron en abril y febrero de 1972 respectivamente, dentro de la colección "La Historia Popular/Vida y Milagros de nuestro pueblo". Si se tiene en cuenta lo reducido de su tamaño (18X16 cm.) y la escasa cantidad de páginas (algo más de 100) se comprenderá que Las historietas solo podía constituir un borrador de un trabajo más ambicioso, no obstante lo cual sus autores se las ingeniaron para desarrollar en cinco capítulo y un epilogo un buen resumen de setenta años de historietas argentinas. Más que el análisis por décadas, Trillo y Bróccoli (prematuramente fallecido) utilizan como ejes de su trabajo la evolución de las principales editoriales dedicadas a la publicación de historietas y sus revistas más significativas; el análisis de algunas de las creaciones más populares de los años cincuenta y sesenta y el comentario sobre la obra de creadores indiscutibles, tales como Héctor H. Oesterheld. Reiterando un concepto ya expresado, Las Historietas fue el primer libro dedicado específicamente al tema y que, por las características de la colección a la que pertenecía (recordar que su título era "La Historia Popular"), pudo ser leído por un público mucho más amplio que los simples aficionados o coleccionistas.
[Las Historietas y El humor gráfico fueron dos obras del binomio Brócoli-Trillo para la colección "La Historia Popular", ambas publicadas en 1972]
A este recordado sello editorial correspondió en 1981 la difusión de un nuevo trabajo de Jorge B. Rivera titulado "Las Literaturas marginales. 1900-1970" publicado dentro de la colección en fascículos Capítulo, historia de la literatura argentina, cuya base es indudablemente el trabajo realizado en 1971 con Romano. Cabe agregar que en 1967 había aparecido una primera versión de Capítulo sobre la literatura argentina pero en ninguno de sus cincuenta y seis fascículos se hacía referencia a la historieta, el radioteatro o la fotonovela, las literaturas marginales a que hace referencia Rivera.
DOS GUIONISTAS ESCRIBEN LA HISTORIA
Ediciones Record, que en 1974 había iniciado la publicación de una serie de revistas entre las que se contaban Corto Maltés, Skorpio y luego Tit-Bits, publicó en 1980 Historia de la Historieta Argentina de Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno. Era un trabajo de mayor envergadura que Las Historietas en cuanto a tamaño y cantidad de páginas (algo más de 180) que completa y perfecciona a aquél, incorporando material que ambos autores habían producido para las secciones "El Club de la Historieta" y "La Historia de la historieta" que aparecieron en Skorpio y Tit-Bits respectivamente. Historia de la Historieta Argentina consta de 24 capítulos más un epílogo escrito por Juan Sasturain y dada su mayor extensión, Trillo y Saccomanno pueden explayarse en él acerca de algunos períodos de la historieta no profundizados anteriormente, repasar con mayor detalle la producción de las principales editoriales e incluir otras de menor trascendencia y reproducir extensos testimonios de grandes creadores.
LAS VOCES DE LOS CREADORES
Aparecida en 1978, la revista Humor Registrado fue durante varios años un gran éxito editorial y también uno de los principales foros de oposición al régimen militar imperante. La empresa editora, Ediciones de la Urraca, lanzó en agosto de 1980 la revista Supehum®, subtitulada "Suplemento mayor de Hum®" y que, pese a su nombre, dedicó preferente atención a la publicación de historietas "serias" y secciones con ensayos y comentarios sobre la novela negra americana, el cine, la historieta, las colecciones de literatura popular, etc. La inclusión de la revista Superhum® en esta reseña de los aportes al estudio de la historieta argentina se fundamenta –además de las ya señaladas notas acerca de la historieta- por la publicación de extensas y muy completas entrevistas a grandes creadores como José Luís Salinas, Alberto Breccia, Horacio Altuna, los humoristas Ferro y Lino Palacio, la dupla Julio Alvarez Cao y Carlos Casalla (cultores del tema gauchesco) y Mirco Repetto, dibujante, guionista y durante varios años director de la revista Patoruzito. Juan Sasturain primero y Ema Wolf luego fueron los autores de esas entrevistas. El análisis crítico corría principalmente por cuenta de Carlos Trillo (escudado a veces como un seudo lector de apellido Cetrángolo) y Guillermo Saccomanno, siendo uno de sus blancos preferidos las producciones de Editorial Columba.
[La sección "Lo bueno, lo malo y lo feo" de Superhumor agrupaba noticias y comentarios sobre exposiciones, libros e historietas, entre otros temas. Aquí una página de dicha sección del Nº 9, de setiembre de 1981.]
UNA BIENAL DE CATALOGO
Apenas cuatro años después de la realizada en el Di Tella se llevó a cabo la primera de una serie de Bienales que tuvieron como sede la ciudad de Córdoba, capital de la provincia homónima y dueña de un particular humor difundido desde 1971 por la revista Hortensia, cuyo fundador, Alberto Cognini, junto con el médico y coleccionista Antonio Salomón, fueron principales impulsores de dichas exposiciones. La primera, que al igual que las restantes se llevó a cabo en el Museo "Dr. Genaro Pérez" se tituló "El Humor y la Historieta que leyó el argentino", repitiéndose luego en 1974, 1976, 1979, hasta alcanzar la sexta edición en 1986. La de 1979 fue la Cuarta Bienal Argentina y Primera Bienal Internacional, editándose con tal motivo un magnífico catálogo de más de 150 páginas y textos en español e ingles que incluían notas de Carlos Trillo, Guillermo Saccomanno y Jorge B. Rivera, reseñas de las trayectorias profesionales de humoristas, historietistas (sic) y guionista argentinos, y un panorama de la historieta en los países participantes. Parecidas características tuvo el catálogo de la exposición de 1986.
¡CRASH!: POCO RUIDO Y MUCHAS NUECES
Muy modesto en su presentación -tipografía lograda mediante el sistema IBM de composición en frío o de las máquinas comunes de cinta, impresión en fotocopiadora o quizá en la versión económica de offset conocida en Argentina como fotoduplicación- el fanzine ¡Crash! (Ensayos y estudios sobre el mundo de la historieta y sus creadores) tiene sobrados méritos para figurar en cualquier reseña acerca de las investigaciones sobre la historieta argentina.
El grupo responsable de su edición estaba liderado por el dibujante Leandro Sesarego y lo integraban Linton Howard, Manuel Cativa, Miguel Almirón, Osvaldo W. Viola (Oswal), Esteban Laruccia, Carlos A. Menéndez, Luís Rosales, Pablo Mártire, Norberto Rodríguez Van Rousselt, Mario Torrea, Aldo Terracina, Andrés Ferreyro y Claudio Rodríguez. Además de muy documentadas notas acerca de creadores y personajes de la historieta mundial, ¡Crash! publicó artículos sobre artistas argentinos o extranjeros que trabajaron en la Argentina, tales los casos de Hugo Pratt, Bruno Premiani, Walter Casadei, Fernando Fernández Eyre (Fernand), Domingo Mandrafina, Juan Jiménez o el guionista Ray Collins. El segundo número de este trascendente fanzine corresponde a enero-febrero de 1980, por lo que se deduce que el número inicial debió corresponder a los últimos meses de 1979. El Nº 8 posiblemente uno de los últimos editados apareció en diciembre de 1983 y su nota de tapa fue escrita por Esteban Larruccia (a quien Sesarego consideraba poseedor una de las colecciones de revistas de historietas mas importantes de la Argentina), donde se brindaba valiosa información sobre los comienzos y modalidad de trabajo de la Editorial Abril, una de las lideres del negocio en la década del 1950. Tras las huellas de ¡Crash! surgirían posteriormente Top orientado por Luis Alberto Rosales (quien en la actualidad realiza el blog Top Comics) y en 1986 Comiqueando, del cual nos ocuparemos al repasar las publicaciones de los años noventa.
[Hecho con gran esfuerzo y limitados recursos, el fanzine CRASH! hizo sin embargo un gran aporte pese al conocimieto de la historieta argentina. Aquí la portada del Nº 7, aparecido en 1981]
UN COCTEL DE CUERO Y FIERRO
En septiembre de 1984 la revista Fierro daba inicio a una trayectoria que la convertiría en referencia fundamental de un período de la historieta argentina. Continuadora en alguna medida de Superhum® dio también cabida a la información, la revisión y el análisis crítico, material que se volcaba principalmente en las secciones "Tinta Vieja", "El Hombre Ilustrado" (a cargo alternativamente de Juan Sasturain –secretario de redacción de la revista- Angel Faretta y Diego Mophett), "Los habitantes del cuadrito" por Marcelo Birmajer y "La Ferretería de Spataro & Cía." por Juan Carlos (Tito) Spataro, que luego pasaría a denominarse "La Ferretería" a secas.
Continuará por su parte era un cuadernillo de 16 páginas dedicado a revisar la trayectoria de un artista determinado, siendo uno de ellos dedicado a Roberto Battaglia, dibujante que brilló en Patoruzito y del que se perdió todo rastro tras su radicación en Estados Unidos. Ese trabajo sobre Battaglia fue firmado por Rodrigo Tarruella con la colaboración de los coleccionistas Andrés Ferreiro y el ya citado Spataro. Un año antes que Fierro había aparecido Tiras de Cuero (El artepoder de la historieta) conocida habitualmente como Cuero, revista que siendo dirigida por Oscar Steimberg no podía omitir en su material las secciones dedicadas a comentar la historieta, labor en la que junto a Steimberg colaboraban Emilio J. Corbiere y Angel Faretta.
En 1987-1988 comenzó a publicarse en la Provincia de Tucumán la revista de historietas Trix, también con profuso material informativo y análisis de historietas a cargo de un equipo de redacción encabezado por Francisco Legaristi y que integraba también Germán Cáceres. Este tipo de secciones que habían surgido en las revistas de Record se convirtieron luego en habituales en otras posteriores, tales los caso de Hora Cero en su segunda época y Cóctel, surgida la primera a mediados de 1990 y la segunda un año después. Hora Cero contaba con dos secciones básicas: "Risas Argentinas" a cargo de Pablo De Santis (Jefe de Redacción de la revista) dedicada a grandes dibujantes de humor y "El Parque" a cargo de Tito Spataro. El título de la sección remitía al Parque Rivadavia, espacio verde de la ciudad de Buenos Aires en uno de cuyos sectores se agrupan gran cantidad de puestos dedicados a la venta o canje de discos, material de videojuegos y revistas de todo tipo, historietas incluidas. En cuanto a Cóctel –de una línea editorial inspirada en Fierro- tenía distintas secciones dedicadas al comentario de historietas entre ellas Comic Magazine, que anteriormente había sido una revista dedicada a dicho tema como así también a dibujos animados y materias afines, publicación creada por Fernando García, Jefe de Redacción de Cóctel.
LIBROS Y FASCICULOS
El listado de los libros y fascículos sobre la historieta aparecidos en los año 80 se abre con dos ediciones realizadas en el extranjero pero que estimamos corresponde incluir aquí. La primera de ellas corresponde al libro del italiano Franco Fosatti aparecido en 1980 titulado Il fumetto argentino, descrito como "una historia de la historieta argentina a través de cincuenta autores", mientras que dos o tres años más tarde se conocía en la Argentina la Historia de los Comics editada por Toutain, 48 fascículos de los cuales la Argentina está representada en tres, el número 15 (que comparte con Inglaterra) con textos de David Lipszyc, la totalidad del 23 escrito por Saccomano y Trillo y el 43, compartido con los cómics mexicanos, texto a cargo de Oscar Steimberg.
Ya avanzados los años ochenta el dibujante Siulnas concretó dos aportes de gran significación desde el conocimiento del humor gráfico, el primero de ellos fue Historia del Humor Gráfico y Escrito en la Argentina editado en 1985 por EUDEBA, dos tomos que comprenden desde 1801 hasta 1985, mientras que en 1987 el mismo autor dio a conocer Aquellos personajes de historieta, abarcando el período 1912-1959. De larga trayectoria profesional –iniciada en la década del 40- Siulnas tiene en su haber una larga tarea de divulgación acerca de la historieta, especialmente la humorística, que desarrolló en distintos medios y especialmente en el diario Crónica, en cuyo suplemento infantil Croniquita tuvo a su cargo durante casi veinte años una serie de secciones, entre ellas "Historiando la historieta". En el plano del ensayo aparecieron en 1988 sendos trabajos de Germán Cáceres y Marcelo Birmajer, ambos colaboradores de Fierro: Charlando con Superman e Historieta, la imaginación al cuadrado.
EL ALUVION DE LOS NOVENTA
Desde la lejana época en que un político opositor calificó al peronismo como "un aluvión zoológico" hay que andar con cuidado en la Argentina respecto al uso de la primera de esas palabras, no obstante se descuenta que el título no tiene aquí carácter peyorativo sino que es la expresión que mejor grafica la avalancha de trabajos que se publicaron en los medios especializados en los años noventa, lo que nos obliga a un somero repaso de los más destacados, comenzando con los libros editados más algún documento aparecido en publicaciones del ámbito universitario:
• Panorama de la historieta en la Argentina, de Jorge B. Rivera. 1992
• Historieta y política en los ’80, Pablo de Santis. 1992
• Oesterheld, de Germán Cáceres, 1992
• Releyendo Patoruzú, de Susana Muzio. 1994
• Así se lee la historieta, de Germán Cáceres. 1994
• El domicilio de la aventura, de Juan Sasturain. 1995
• El dibujo de aventuras, de Germán Cáceres. 1996
• Cien años de historieta en el mundo: la historieta en la Historia argentina, del dibujante Sanyú (Héctor Sanguiliano), 1997
• La historieta en la edad de la razón, de Pablo De Santis. 1998
• La Historieta Argentina: de la caricatura política a las primeras series, de José María Gutiérrez. 1999
• Historietas para sobrevivientes. Comic y cultura de masas en los años 80, de Carlos Scolari, argentino residente en Italia. 1999
• “Medios de comunicación e industria cultural: Un ensayo sobre la producción y difusión de héroes de la industria cultural”, por Jorge B. Rivera, en 1996, ofrecido en Sociedad Nº 5, publicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
COMIQUEANDO Y LOS MIL FANZINES
El Diccionario del Cómic de Larousse define al fanzine como aquella revista publicada por aficionados, realizada de manera voluntaria y sin verdadera periodicidad, pudiendo estar orientados tanto a la historieta como a la ciencia ficción, la poesía o alguna disciplina afín. Aclara luego que en muchos casos los fanzines dan lugar a revistas que después se asientan en el mercado y agrega que si bien en los años 80 se recurría a la fotocopia para su reproducción, a partir de los 90 el uso de la informática facilitó en gran medida la autoedición. Esas mismas condiciones se dieron también en la Argentina posibilitando de esa forma la realización de una extraordinaria cantidad de estas publicaciones, tanto que merecieron un libro editado en 2001 escrito por Roberto Barreiro y titulado Historia de los fanzines en Argentina. Parte de esa producción estuvo integrada por títulos como HGO, Novacomix, Viernes Negro, Argentina Comics, Imarginal, Poco Loco ó Picasesos, aunque el que más carrera hizo fue sin duda Comiqueando, cuya historia sintetizamos a continuación sobre la base de los datos de Historieteca, seguramente uno de los sitios web más completos y serios de la Argentina respecto a historietas. Según esos datos Comiqueando comenzó como fanzine en septiembre de 1986 y se editaron 11 números hasta fines de 1987. Dirigida por Andrés Accorsi y con un equipo de especialistas que ya colaboraban en otras publicaciones, Comiqueando inició su nueva etapa como revista especializada en historietas en mayo de 1994 brindando una amplia cobertura sobre historieta nacional y extranjera. A ello se sumó la publicación de varias historietas y tiras, algunas de las cuales tuvieron luego su propia revista. La crisis económica de fin de 2001 –sigue diciendo la respectiva entrada de Historieteca- y la devaluación de 2002 llevaron al cierre de la revista, que llegó al número 55. Posteriormente reaparecería en Internet y con periódicas ediciones en papel, pero de esa etapa nos ocuparemos más adelante.
EL COMIENZO DEL NUEVO SIGLO
Llega el momento del "envión final" que complete este panorama general que hemos querido esbozar sobre los distintos aportes que a lo largo de más de cincuenta años se han hecho para difundir y analizar a la historieta argentina en sus más variados aspectos. En materia de libros el siglo XXI se inició con la publicación en 2000 de Historia crítica de la literatura argentina dirigida por Elsa Drucaroff en la cual figura un trabajo de Oscar Steimberg titulado "La nueva historieta de aventuras" (texto publicado en 2003 en la octava edición de Tebeosfera, en su primera época).
El mismo año 2000 o en 2001 según otros registros apareció Historieta Argentina: una historia, de Judith Gociol y Diego Rosenberg, un volúmen de más de 600 páginas cuya primera parte corresponde a una cronología de la evolución de la historieta argentina y la segunda al pertinente análisis temático. Oesterheld y nuestras invasiones extraterrestres (2003) es un libro de Felipe Ricardo Avila, codirector de Rebrote, página web que en 2005 volcó parte de su material en una edición en papel de notable calidad gráfica.
[En medio de la debacle del 2002, Walter Vázquez y su equipo iniciaron la publicación de la revista El Historietista.]
El dibujante Walter Vazquez que en 1998 había coparticipado en el fanzine Argentina Comics lanzó en agosto de 2002 el Nº 0 de la revista El Historietista, un verdadero acto de fe si se tiene en cuenta el panorama que presentaba el país en aquel momento. El Historietista ("Orientación, información y actualización sobre el 9no. Arte", rezaba su slogan), perduró hasta el 2004 superando la media docena de ediciones. Colaboraron con Vázquez en ese admirable esfuerzo Walter Alarcón, Danilo Guida, el guionista Armando Fernandez, Fernando García, Ariel Aviles y Germán Lancillota, entre otros. En diciembre de 2003 Comiqueando regresó al ruedo pero esta vez en Internet y la buena repercusión de este retorno digital impulsó la vuelta al papel, que se concretó en mayo de 2005 con la publicación de Comiqueando Anuario editado por Domus, al que le siguieron ese mismo año otros dos números con la denominación de Edición Especial, esquema que se repitió también en 2006, siempre de acuerdo a la información de Historieteca. Santas historietas, Enciclopedia de los comics, un libro de Carlos Albertoni editado en 2004, la reedición en 2007 de Oesterheld y nuestras invasiones extraterrestres (la primera edición del libro de Avila había sido limitada y a nivel casi artesanal) y los libros editados a partir de este año por "La Bañadera del Comic", un grupo de especialistas que comenzó difundiendo sus trabajos a través de Internet y que hoy ha editado ya dos libros sobre La Historieta Latinoamericana, otros dos sobre Oesterheld, y más sobre Patoruzito, Emilio Cortinas (aparte de la revista Sonaste Maneco), marca el final de esta reseña de lo más significativo de la primera década del siglo XXI.
Dada la característica de este trabajo no consideramos necesario un epílogo formal, ya que no se lo ha pensado como una nota de opinión ni menos una propuesta teórica, sino como lo indica su título, una panorámica general a través del cual se pueda tener una idea de conjunto de cuánto, cuándo y dónde se ha escrito sobre la historieta argentina desde 1953 hasta 2004, un volumen de estudios de por sí impresionante que seguirá creciendo con los años por una razón fundamental: la inagotable riqueza temática de la historieta argentina.
FUENTES CONSULTADAS:
Archivo y colección del autor
GAUMER, Patrick y MOLITERNI, Claude (1994): Diccionario del Comic, Larousse Planeta, Barcelona.
www.picasesos.ahiros.com.ar (Bibliografía argentina de historietas)
www.iris.bibnal.edu.ar (Página de la Biblioteca Nacional, Buenos Aires, Argentina).
www.historieteca.com.ar