FIEL A SI MISMO. ENTREVISTA A FIDEL MARTÍNEZ
FÉLIX LÓPEZ, FIDEL, JOSÉ MANUEL HINOJOSA

TEBEOSFERA. ¿Qué es la historieta para ti? ¿Qué debería ser un historietista según tú?

FIDEL MARTÍNEZ. La historieta, en general, es un medio de expresión tan digno y tan válido como puedan serlo el cine, la literatura o cualquier otro de los existentes. Y como lenguaje nos sirve para expresar cualquier tipo de idea. Para mí, la historieta es el medio en el que me siento más cómodo a la hora de contar mis historias. He indagado en otros medios de expresión como la escritura o la pintura pero es en este medio en el que me siento más cómodo.

El historietista es, por tanto, cualquiera que utilice la historieta para expresar sus ideas, para exteriorizar su mundo interior.

Dos páginas de "La última palabra", con guión de Jorge García.

T. ¿Qué es lo mejor de la creación y qué es lo peor de la profesión?

F. M. Lo mejor es la libertad que te da el medio, un medio que al contrario del cine no necesita del uso de tecnología 3D ni de grandes escenarios ni de multitud de actores para contar cualquier historia.

En cuanto a la creación personal lo mejor es cuando tus personajes y tu historia van tomando forma. Tú mismo te sorprendes del grado de complicidad e interacción que se crea entre esos personajes y tú, y de como éste puede acabar tomando un camino que no habías planeado para él.

Lo peor de la profesión es que no haya tantas editoriales como yo quisiera dispuestas a publicar mi trabajo. Las editoriales españolas de historieta nunca se han caracterizado por correr grandes riesgos. Astiberri, Ariadna editorial, Sin sentido o De ponent parecen estar ahí para asumirlo en cierto grado

T. ¿Qué personaje de cómic te gustaría haber creado?

F. M. Se me ocurre, por ejemplo, el personaje de Alack Sinner, que me parece uno de los personajes más fascinantes y complejos que existen en el mundo de la historieta. Yo ando ahora en eso, en encontrar ese pretendido personaje perfecto.

T. Cita tres clásicos de nuestra historieta. Y cita tres de las mayores promesas de futuro con menos de treinta años. Sí, sí, sólo tres de cada. Y si puedes, argumenta tus elecciones, por favor.

Muestra de Cuerda de presas, con guión de Jorge García.

F. M. El problema es que no hay sólo tres clásicos, pero puestos a ello mencionaré a Federico del Barrio, Raúl y Felipe Hernández Cava por reivindicar a algunas figuras, las dos primeras, fundamentales para la historieta española de las últimas décadas y que no han sido lo suficientemente reconocidas, a mi entender. Y me dejo unos cuantos más por mencionar.

En cuanto a promesas de futuro con menos de treinta años no conozco ninguna. Es decir, conozco el trabajo de autores jóvenes pero desconozco sus años de nacimiento.

T.  Has nacido en una España democrática, ¿en qué crees que hace eso diferente tu obra de los tebeos que se hacían antes?

F. M. Es diferente, por ejemplo, en que la libertad que hay ahora para contar las cosas no es la libertad que había antes. Si lo llevamos, por ejemplo, al caso de Cuerda de presas, se trata de un libro que no podríamos haber publicado; es más, creo que ni nos hubiéramos planteado la idea de realizarlo.

T.  En tu caso, ¿el estilo surge tras la formación o la identidad artística debe anteponerse a cualquier imposición formativa?

F. M. Creo que depende de cada autor. Conozco autores que tienen un estilo personal muy definido e interesante sin una formación reglada previa que, a lo mejor y precisamente por eso, se han convertido en unos historietistas e ilustradores tan personales como interesantes. Es el caso de Pablo Auladell. También está claro que cuanta más experiencia tienes, mejor desarrollas tu trabajo, aunque tu voz personal, tu estilo, tiene que ver más con tu propia personalidad, con tu carácter, que con la formación que has recibido. La formación te da una gran cantidad de soluciones y recursos, mayor experiencia, pero, como digo, el estilo tiene que ver más con la personalidad del autor, con sus apetencias personales, con sus gustos.

T. Si siempre has tenido una historieta en mente, un proyecto que quisieras hacer, dinos cuál.

	Página de "Conmemoración", historia sobre el conflicto en Bosnia para la revista Harto!

F. M. Hace tiempo que tengo ganas de hacer algo sobre la desintegración de la desaparecida Yugoslavia. Aunque no sé si ambientaría el relato en el momento mismo en que surgió el conflicto o ubicarlo en el momento actual, hablar de ese suceso desde la memoria. ¿Por qué? Por la dificultad que implicaría situarnos en su contexto histórico. Si queremos ser fieles a la realidad de ese momento tenemos que recurrir a una serie de textos, de documentos, de testimonios que te permitan levantar toda una arquitectura narrativa que muestre de forma veraz un suceso que terminó oficialmente hace unos catorce años. Hablar de ese conflicto resulta complejo aunque es algo que me apetece mucho hacer en un futuro no muy lejano. El propio conflicto balcánico en sí me parece sumamente interesante porque hablamos de un conflicto que abarca siglos, de una relación entre dos culturas tan diferenciadas como son la cristiana y la musulmana que llevan todo ese tiempo interactuando positiva o negativamente.

T. ¿Qué opinas de los distintos géneros?

F. M. Creo que cualquier género es válido para expresar la historia que tienes en mente. Supongo que, evidentemente, cada uno se siente más cómodo con un tipo de género que con otro. A mí, por ejemplo, me gusta el género de serie negra, del que dimos testimonio Jorge y yo con la obra Hacerse nadie. En ese libro tomamos como referencia a los grandes escritores clásicos del género como Dashiell Hammett, Raymond Chandler o Jim Thompson entre otros.

T. ¿Por qué crees que últimamente hay tanto interés por esas historias cotidianas y autobiográficas? ¿Cómo valoras tú este tipo de historias?

F. M. A mí, personalmente, el género autobiográfico no me interesa mucho. El biográfico tal vez un poco más, aunque dependiendo de cómo lo trate el autor habrá buenas y malas historias. El interés actual por la biografía puede surgir, supongo, porque en una sociedad como la actual en la que las relaciones humanas resultan tan impersonales, en la que las grandes ciudades han dictaminado que las personas mantengan una gran distancia física y psicológica entre sí, la gente se siente mucho más sola. Creo que a través de este tipo de género el lector logra superar esa distancia, ese vacío, acercándose a otras vidas a las que no tendría oportunidad de acceder si no fuera de esta forma.

T. Somos pocos los que disfrutamos con un tomo manga lo mismo que con un álbum francobelga o con un tebeo de superhéroes. Quizá puedas proponer una teoría sobre esta disgregación de las apetencias lectoras.

F. M. Supongo que depende de la motivación de cada lector, de lo que esté buscando y de los diferentes tipos de historias que quiere leer lo que le hace buscar entre diferentes tipos de historietas. Lo que pasa es que aquí, en este país, esta pregunta suscita controversia debido a que existe un amplio número de lectores motivados por un único tipo de lectura. Están los que leen superhéroes, los que leen manga, etc. Aunque no entiendo el porqué. Quizás debido al fenómeno fandom. A mí, y supongo que a todos los que piensan como yo, nos gustaría encontrar la forma de acabar con esas limitaciones.

En el mercado francés no sucede lo mismo simplemente porque el público francés es diferente al español.

T. ¿Qué lees aparte de cómics? ¿Qué ves aparte de cine y televisión comerciales?

Julio Cortázar como muerto viviente para Zoombi.

F. M. Leo constantemente. Últimamente tragedia clásica, porque tiene que ver con el libro en el que estoy trabajando. Me resulta complicado decidirme por autores concretos, ya que lo que me gusta es un estilo o un relato en particular, aunque podría mencionar a un par de escritores, Julio Cortázar y Dostoyevski. No me interesa mucho la  televisión, y en cuanto a cine, mis predilecciones giran en torno a clásicos como el primer Scorsese o Francis Ford Coppola. Mucho del Eastwood director también. Hace poco vi la última película de Michael Haneke, La cinta blanca, y me pareció fabulosa.

T. ¿A tu entender, qué vincula al cómic con la literatura, el teatro, la ilustración, el cine, el videoclip?

F. M. Con la literatura, el texto literario, ya que ambos usan como soporte el texto escrito, aunque la historieta lo usa de forma diferente, ya que en este medio también está presente la imagen y ambos tienen que compartir un papel protagonista. Con el teatro la puesta en escena, el atrezzo, la gestualidad y la escenografía, ya que hay que tener en cuenta que en ambos casos el escenario es simulado desde la bidimensionalidad. Con la ilustración, el estilo gráfico utilizado, la elección  de una impronta visual característica. Con el cine, la elección y el planteamiento de planos. En cuanto al videoclip, no le encuentro ninguna; quizás un tipo de ritmo narrativo muy determinado.

T. De los medios de comunicación existentes en la actualidad cuál hubieras elegido para trabajar aparte del cómic y por qué?

F. M. El diseño gráfico, que es aquel con el que me gano la vida.

Varias muestras de su trabajo como ilustrador.

T. Imagina que el cómic se “normaliza”... ¿preferirías ser entonces un best seller o un autor jaleado por la crítica más selecta pero poco popular?

F. M. Creo que la fama es algo que no debería influir en el autor a la hora de trabajar. Deberíamos tener claro que hacemos esto para aportar algo al resto de la sociedad, ya que influimos en la forma de pensar y concebir la realidad de nuestros lectores. Deberíamos ser especialmente críticos y juiciosos con nosotros mismos en ese sentido para ser plenamente conscientes de lo que les estamos ofreciendo. Al final, es el público lector el que decide por nosotros ese supuesto estatus profesional.

Es evidente, también, que esa fama es necesaria en uno u otro grado para aquellos autores que quieren ganarse la vida con este medio, aunque yo creo que es fundamental mantener un cierto grado de honestidad en lo que hacemos. Personalmente prefiero ser fiel a mí mismo, a lo que me interesa contar, aunque eso implique una serie de sacrificios personales como son el compaginar mi labor de historietista con otras facetas profesionales.

T. Hablando de la crítica, ¿existe?, ¿sirve para algo?

F. M. Crítica existe en cuanto una persona habla a otros de la obra que ha leído. Otra cosa es que esa crítica esté fundamentada y ahí entra la formación del crítico, que debería ser, si quiere ejercer esta labor, lo más adecuada posible. Y claro que sirve para algo, como guía para multitud de lectores que confían en el criterio de ese crítico, aunque un crítico nunca podrá ser completamente objetivo. El problema surge cuando esa crítica está manipulada y dirigida por intereses editoriales o ideológicos. Y de esta crítica, en este mundillo de la historieta española, hay un tanto.

T. Supongamos que el cómic ha llegado plenamente a la universidad. Según tú, ¿qué asignaturas deberían impartirse para formar bien a todo el mundo?

F. M. Más que una asignatura deberían instituirse escuelas que se dedicaran a la enseñanza del medio en general porque ahora mismo sólo conozco una, la Escuela Joso de Barcelona. Al igual que existen centros de enseñanza dedicados al cine o al teatro.

T. En un foso con leones hay un editor, un distribuidor, un impresor y un librero. Puedes salvar a dos. Extiéndete en los porqués.

	Cartel para el XXI Festival Internacional de Jazz de Badajoz.

F. M. ¿Y tengo que salvar solamente a dos? Yo no salvaría a ninguno. Tampoco nos salvaba a nosotros, los autores. Todos compartimos el mismo grado de culpabilidad en esta crisis perenne que aqueja a la historieta española.

T. ¿Para qué sirven los festivales de cómic, aparte de para disfrazarse y ver a los amigotes?

F. M. Personalmente, a mí me sirven para reencontrarme con mis colegas de profesión y para presentar y divulgar mi trabajo. Aunque en los últimos años no me he prodigado en muchos, la verdad.

T. Háblanos del concepto “novela gráfica”. ¿Qué te interesa de este concepto y qué no.

F. M. Para mí se trata de un concepto que tiene un componente altamente comercial; una etiqueta que usan los medios de comunicación para promocionar el medio. Yo, particularmente, no comulgo con el término dado que no estoy de acuerdo con el significado que se le aplica, a la par que no existen un tema o formato genérico que lo definan.

Yo pienso más bien, que se está buscando una formula para acercar la historieta a lectores que hasta hace poco no estaban interesados en ella, debido a la idea errónea y tan extendida en este país, y enfatizo en esta última idea, de que la historieta es algo destinado exclusivamente a un público infantil. A nivel internacional creo que se pretende otorgarle esa dignidad cultural de la que parecía carecer hasta que surgió la mencionada etiqueta, pero de la que hay testimonio en multitud de obras anteriores.

Por otro lado está bien porque está abriendo puertas cerradas hasta hace poco. El problema radica en que los medios de comunicación no tienen muy claro tampoco el significado de este concepto debido a su desconocimiento del medio en general.

T. Premio Nacional de Cómic, Museo de Dibujo e Ilustración, Premi Nacional de Còmic, Museu del Còmic i la Il·lustració de Catalunya. ¿Qué te dicen estas denominaciones?

Muestra de "El actor y la muerte", historia presentada al certamen Injuve 2003.

F. M. Lo cierto es que no me dicen nada. Tal vez que son el resultado de la elección de una serie de obras, motivada por la opinión de un jurado al que le han gustado. Es que no hay nada más que más decir, creo yo.

T. ¿Ves necesarias entonces esas subvenciones? ¿Crees que los políticos podrían instrumentalizar los mensajes de los cómics que patrocinan?

F. M. A ver, teniendo en cuenta que no existe en España un mercado propiamente dicho por el simple hecho de que los historietistas no podemos ganarnos la vida en este país sólo con esta profesión, creo que sí, que las subvenciones son necesarias. Pero también quiero que se me entienda, esas subvenciones no tienen por qué ser premios, ya que pueden ser, por ejemplo, becas, y no tienen que medirse por el gusto personal de una persona sino por otros parámetros mucho más objetivos. En cuanto a la segunda parte de la pregunta, sí, creo que los políticos podrían instrumentalizar esos mensajes, pero no sólo en cómic sino también en literatura, música, etc. Es más, tenemos ejemplos claros, como el de la revista Madriz, emblemática y fundamental, que, amparada inicialmente por un sector del partido gobernante en aquel momento, dejó de ser viable desde el instante en que no aportó los réditos electorales esperados, y por tanto, dejó de editarse y fue cancelada.

T. Si usas herramientas electrónicas, dinos qué técnicas tradicionales has decidido no utilizar. ¿El uso de las nuevas modifica el mensaje o algún apartado de la obra en sí?

F. M. Son herramientas que nos permiten mejorar en cuanto a rapidez y limpieza. De todas formas, yo sigo trabajando de forma tradicional en mi fase inicial, el dibujo y el entintado, aunque paso a utilizar el ordenador cuando tengo que introducir textos o colorear imágenes, porque es mucho más rápido y limpio en los resultados. No creo que el empleo de herramientas electrónicas modifique el mensaje si tenemos claro que lo fundamental es que exista una buena historia y unos buenos personajes. Es obvio que, en cuanto a la evolución del medio, estas herramientas son útiles, siempre que no se conviertan en un fin en sí mismo sino más bien en un medio para seguir expresando lo que nos interesa.

T. Cómics digitales y cómics digitalizados. Se parecen en algo: los digitales los hacen autores que no cobran (salvo excepciones), los digitalizados implican que el autor no cobra por esa copia digital (salvo excepciones). ¿Cómo regularías esto?

F. M. Me resulta difícil responderte a eso, ya que el mercado digital es algo relativamente nuevo. No sé, supongo que el tiempo irá regulando estas diferencias paulatinamente. Con lo que siempre estaré en desacuerdo es con que un autor no sea remunerado por su trabajo. Otra cosa es que el autor decida publicar su obra altruistamente.

T. La colaboración entre Jorge García y tú ha resultado muy fructífera. ¿Podrías explicarnos cómo surge?

F. M. Jorge entró en contacto conmigo con motivo del Certamen de Cómic e Ilustración Injuve del año 2003, en el que ambos participamos. En ese momento me propuso la idea de construir un álbum entre los dos, abordando el tema de la  guerra civil, aunque desde una óptica muy particular, la de las mujeres represaliadas por el régimen franquista. Yo lo sentí como una oportunidad perfecta para publicar mi primer libro. Me encantó la idea porque se centraba en las víctimas colaterales del conflicto y no en sus protagonistas habituales. Se trataba también de una obra planteada desde la objetividad, aunque uno siempre tiene sus propias inclinaciones ideológicas que son imposibles de evitar. Pienso, con toda sinceridad, que Jorge es uno de los mejores guionistas que existen actualmente en el panorama nacional. También tuvimos la suerte de que Astiberri se mostrara entusiasmada con el proyecto. En cuanto al proceso de creación en sí, que es además el que hemos mantenido en nuestras colaboraciones posteriores, él me enviaba guiones escritos muy elaborados junto a sus correspondientes storyboards que yo modificaba o no cuyas páginas a continuación dibujaba y que finalmente maquetaba en el ordenador.  El libro tuvo una acogida excelente por parte de la crítica y varias nominaciones.

Tres muestras del trabajo con Jorge García. De izquierda a derecha, Cuerda de presas, Hacerse nadie y Enviado especial.

Actualmente nos une una excelente amistad. Fruto de ella han sido, entre otros trabajos, el libro Hacerse nadie y la serie Enviado especial, que tuvo su aparición y una breve trayectoria en la desparecida revista Humo. Ahora estamos trabajando en algunos proyectos que verán la luz a corto o largo plazo.

T. ¿Podrías señalar algunas de las influencias que determinan tu trabajo?

Muestra de Hamlet, su próximo trabajo con la editorial Aristas Martínez.

F. M. Las influencias resultan algo circunstancial si atendemos a las épocas que marcan la trayectoria de un autor. Yo prefiero hablar de los referentes que han influido sobre una obra concreta o de un estilo. El mío es un estilo, para expresarlo de manera sencilla, expresionista. Me encanta el uso de blancos y negros, o de colores cuando es el caso, muy contrastados, de las grandes masas de negro enmarcadas en líneas sinuosas y estilizadas.

T. Háblanos de lo que te traes entre manos hoy mismo y dinos cuándo sale.

F. M. Es un libro que publicará a finales de año la editorial extremeña Aristas Martínez. Editorial de corta trayectoria pero con magníficas e interesantes intenciones que hasta ahora se ha centrado en lo literario y lo musical, con la publicación de audio CDs, y que ahora apostará también por la historieta con mi libro. Se trata de una versión absolutamente personal de Hamlet, la obra del dramaturgo inglés William Shakespeare y de sobras conocida. Actualmente se encuentra en fase de montaje. Me gustaría apuntar, para concluir, que no se trata de una adaptación en historieta, sino de una versión que gira en torno a los conflictos y motivaciones de su protagonista, que, además, sirve de catalizador para algunas de mis obsesiones personales. Se trata de una obra muy ambiciosa en términos personales.