El cómic está pensado para servir a niños y adolescentes de introducción al Camino del Cid y a la figura, histórica y legendaria, de Rodrigo. La técnica utilizada (imágenes reales de paisajes, monumentos, etc. que sirven de fondo a la acción de los dibujos) resulta atractiva especialmente, aunque no de forma exclusiva, para los más jóvenes.