Comenzó sus estudios en la Escuela de San Telmo de Málaga, y los continuó en Madrid, donde fue discípulo de Moreno Carbonero en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
Se abre camino con grandes dificultades, comenzó a publicar en La Vida Literaria y en Madrid Cómico pero sin mucha fortuna. Tampoco en las Exposiciones Nacionales consigue ser premiado, pese a las buenas críticas que merecen sus obras. Entonces decide marchar a París, donde revistas tan prestigiosas como Le Rire, L’Assiette au beurre, Frou-Frou y otras, reconocen su calidad y admiten sus colaboraciones.
Vuelve a su Málaga natal y luego a Madrid. En 1898 inicia su colaboración en Blanco y Negro, luego lo hace en Hispania, La Esfera, Nuevo Mundo… En la calle Goya de Madrid, comparte estudio con Inocencio Medina Vera, compañero también en las páginas del semanario humorístico ¡Alegría!
En Mayo de 1914 fija la residencia en Londres. Durante una temporada se dedica a construir muebles y a restaurar obras de arte; pero vuelve a tomar el lápiz y los pinceles. Con su aguda percepción, retrata los tipos y rincones de la ciudad, como antes lo había hecho con los de Madrid. Desde la capital británica se suma a la campaña antigermanófila, mediante publicaciones que ilustra con incontenida indignación provocada por la guerra que destroza a numerosos países europeos.
Su vida transcurre entre España e Inglaterra. Lejos quedan ya los tiempos de incomprensión y el artista recibe numerosos premios, mientras su estilo tétrico y humorista, a la vez, marca el camino que recorrerán muchos dibujantes pertenecientes a las nuevas generaciones.