Formado para ser maestro, se especializa como pegadogo lingüístico, pero la guerra trunca sus deseos de progresar en la universidad.
Fue movilizado, hecho prisionero en Túnez en 1943 y pasó un tiempo en un campo de concentración. Por fortuna, sobrevive, regresa a Italia, termina sus estudios, se casa y se dedica al mundo editorial, al tiempo que se desempeña como bibliotecario y oficinista en el Centro nazionale di documentazione didattica di Firenze. Desde 1960 dirigió la casa editorial Mondadori y también creó su propia agencia para gestinar la distribución de los productos de Hanna-Barbera en Italia: Il Soldatino.
Se especiliza en productos editoriales para chavales, trabaja en la revista especializada Schedario y con el tebeo Lo scolaro. Se hizo muy popular entre los lectores de fumetti cuando comenzo a trabajar con el autor Jacovitti, de quien fue agente. También gestionó la sindicación de obras de otros autores, como: Umberto Manfrin, Nicola Del Principe, Angelo Scariolo o Francesco Triscari. También hizo algunos guiones de cómic, como "Los gigantes burlones", que dibujó Pratt.
Como escritor, dio a luz a obras tan populares como Manuale della barzelletta o Manuale dell'umorismo. Ganó varios premios en el ámbito de la literatura infantil y juvenil, con obras como Gingilla e altre novelle o Missilino Fiordimarte.