Entintador de cómics de superhéroes y de fantasía heroica, uno de los definidores del llamado "canon Conan".
Ernesto Chan, primero conocido como Chua, inició su carrera de modo autodidacta y luego junto a Tony de Zúñiga, quien le permitía terminar los fondos de sus viñetas. En 1969 ya trabajaba regularmente para el mercado de komiks de su patria, en series de corte dramático o histórico al lado de autores consagrados como Redondo, Alcalá y Tanghal.
En 1970 se instaló en Oakland, California, y dos años después fue convencido por De Zúñiga para entrar en la industria de los comic books a través de la serie de DC Comics Ghosts, cabecera de terror nacida en septiembre de 1971. Pronto consiguió el aprecio de los directivos de la empresa, hasta tal punto que durante los años setenta llegó a oficiar como director artístico de las cubiertas de DC. Para esta editorial colaboró brevemente durante la década de los setenta en series como Weird War Tales, Adventure Comics, Sandman, Jonah Hex, Secrets of the Haunted House, Tales of Ghost Castle, Teen Titans, The Unexpected, The Witching Hour; y realizó historietas completas para la excéntrica Secret Society of Supervillains,para la mítica Swamp Thing, para los títulos del Hombre Murciélago Batman, Detective Comics, The Joker y para el héroe bárbaro Claw the Unconquered. También, centenares de portadas.
Con posterioridad a su primera etapa en DC, Ernie dio el salto a Marvel, donde prestó sus lápices y sus tintas para multitud de series: Captain Marvel, Chamber of Chills, Doc Savage, Daredevil, The Incredible Hulk, What if?, Dr. Strange, Spider-Woman, Nightmask, Power Man and Iron Fist, Fantastic Four, The Mighty Thor, Marvel Team-Up, Dracula Lives!, Namor, Marvel Two-in-One o Marvel Premiere.Como portadista apareció en Ghost Rider, Peter Parker the Spectacular Spider-Man, Master of Kung Fu, V, Captain America y muchas series mas.
Por su característico estilo se le recuerda más por su participación en series de aventura fantástica como John Carter Warlord of Mars o Kull the Conqueror y, sobre todo, Conan the Barbarian. Precisamente, su primer trabajo para Marvel fue entintando los lápices de Gil Kane en la adaptación del relato de REH “The Valley of the Worm” (Supernatural Thrillers, 3). A los escasos meses, el número 27 de la serie Conan the Barbarian ya incluía en sus créditos el nombre de Chua, y el filipino proseguiría llenando de negro los lápices de Buscema hasta el número 43. Fue su mejor etapa en la serie, aquella en la que Conan oficiaba como soldado en Turán, junto con la saga de la Reina de la Costa Negra. Chan ayudó a construir en la memoria de todos los aficionados algunos de los más atractivos pasajes de la vida del bárbaro, donde aprendía las labores de guerra y las labores del amor. Su trabajo de entintado allí fue su obra más limpia, en la que se supeditó por completo a la base de lápiz de un Buscema de quien ha reconocido aprender casi todo lo que sabe y con quien ha trabajado con mayor preferencia por decisión propia.
En 1974, Chan abandonó Conan the Barbarian y aceptó sin dilación la oportunidad de convertirse en autor completo de un comic book, Claw the Unconquered (de DC), que fue considerado un refrito de Conan por su aspecto. El éxito de ventas de aquella serie fue moderado con los números que dibujó y entintó Ernie, los dos primeros; para los números 3, 5 y 6 únicamente entintó los lápices de otro (el número 3 fue relativamente famoso en su día debido a la inclusión de una viñeta con desnudo). A finales de 1976, Chan, que acababa de obtener la ciudadanía americana y el nuevo apellido, fue requerido de nuevo por Marvel y el equipo formado por Thomas, Buscema y Chan se anunció como fijo a partir del número 70 de Conan the Barbarian. Poco a poco, en Chan emergió una personalidad más acentuada, se alejó de la impronta de Buscema hasta alcanzar un estilo propio muy definido concretado en un sombreado rotundo, la eliminación de los ángulos, la limpieza formal en el acabado de los fondos y un entintado grueso y vigoroso. Y ese su estilo devino marca de la serie.
A mediados de 1977, el ya ineludiblemente asociado a los personajes bárbaros Chan fue llamado a participar en la serie Kull the Destroyer y en The Savage Sword of Conan (hizo hasta una pintura para la cubierta). Prosiguió con sus tintas para Conan the Barbarian al tiempo que embellecía a Buscema en los Conan the Barbarian Annual y en las tiras de prensa del personaje que se publicaron a partir de 1978. Pero ello no le impidió aceptar otros encargos, como la serie de fantasía John Carter Warlord of Mars, que fue candidata come "mejor nueva serie de 1978" por los Premios Eagle.
Ernie permaneció en Conan the Barbarian hasta el número 118 y prosiguió ligado al cimmerio en King Conan, al menos durante la primera docena de números, y a Savage Sword. El filipino había experimentado por entonces un cambio sustancial en su modo de trabajo. Su trazo se volvió menos cuidadoso, el pincel se tornó fosco y apostaba en exceso por los negros. Su dibujo se volvió más tosco. En 1991, el director de la nueva andadura de Conan the Barbarian convenció a Roy Thomas de que volviese a hacerse cargo de los guiones de esta serie y de Savage Sword. A ello también se apuntó Chan, que trabajó en la saga de Khoraja narrada en el comic book a la altura de su número 250, y en las sagas en que Conan viaja por mares desconocidos que se ofrecieron a partir del número 190. En total, Ernie Chan contribuyó con cerca de 12.000 páginas de historieta a Conan y es el autor de la imagen más recordada del personaje, la del barbilampiño, veinteañero y vitalista bárbaro.
Asentado de nuevo en California, desde 1995 trabajó para la industria de los videojuegos (Sierra, Sega) y en un estudio de animación para la televisión dependiente de Hanna-Barbera, pero no se olvidó los cómics. Desde su página web sigue vendiendo ilustraciones y en 2005 Big Wow editó el primero de una serie de libros que recogerán imágenes suyas de bárbaros bajo el título Wench & CO.