Alloza nació en Aragón pero se trasladó a Barcelona en el comienzo del siglo XX. Se formó en la Escuela Industrial de Tarrasa y luego se asistió a clases de grabado, acuarela y pintura al óleo, aunque siempre compaginó sus estudios con la caricatura y la ilustración humorística. Encaminó sus pasos en ese sentido y comenzó a publicar en la revista humorística deportiva Xut! en 1924. Luego trabajaría en Papitu, El Nandu, Buen Humor, Gutiérrez o L'Esquella de la Torratxa,. Multiplicó su actividad como caricaturista y dibujante tras la llegada de la República en 1931, debido a su militancia comunista, trabajando en los años treinta en publicaciones como La Campana de Gràcia, La Humanitat, La Noche, La Rambla, El Be Negre, El Diluvio, El Día Gráfico o La Rambla.
Durante la Guerra Civil, Alloza fue vicepresidente del Sindicato de Dibujantes Profesionales, formó parte de la Agrupación Profesional de Periodistas de la UGT, dirigió L'Esquella de la Torratxa, y creó un efímero suplemento humorístico para La Vanguardia, el titulado Humor. Cuando terminó la guerra tuvo que exiliarse, primero a Francia, luego a República Dominicana y finalmente a Venezuela. En todos esos países siguió trabajando como dibujante humorístico, especialmente en Caracas, colaborando en varios diarios y revistas venezolanas.