Séptima producción cinematográfica de imagen real inspirada en el superhéroe de los cómics conocido como el Hombre Murciélago. El director, Nolan, actúa como coguionista para concebir una suerte de continuación de la anterior adaptación, también dirigida por él (Batman Begins) que pretende reflexionar sobre la actividad y las motivaciones que guían a un personaje como éste, un vengador justiciero de carácter sombrío, una vez admitido (en el primer filme) las razones de su origen.
El argumento toma como eje la figura de El Joker, villano psicótico que desata el caos sobre la ciudad de Gotham y ata en corto a los personajes centrales, el político Harvey Dent, el policía Gordon y el justiciero nocturno Batman, a quienes lleva hasta los límites del aguante humano (en el caso de Dent, hasta trastocar esa humanidad).
El metódico actor Christian Bale halla en Bruce Wayne / Batman al personaje idóneo para desarrollar su metodología de trabajo (se suele implicar hasta el tuétano con sus recreaciones), y el actor Heath Ledger pone la nota más alta en la interpretación, añadiendo el morbo de que, habiendo fallecido por sobredosis poco después de finalizado el rodaje, la cinta pasó a ser la tercera más vista de la historia en su primer fin de semana de estreno.
Trazada con el compás de la tragedia, este thriller consiguió seducir a críticos y aficionados por su sólida puesta en escena, su grandiosa escenografía y el magnífico trabajo de los actores, que supera con creces al ejercido por los anteriores intérpretes de ambos personajes. La narrativa es ágil y el ritmo no decae en ningún momento, sobre la base un montaje muy vigilado, como viene sucediendo con gran parte de las grandes producciones para el entretenimiento del Hollywood de comienzos del siglo XXI.
Para muchos de los que citan el título, lo hacen anteponiendo al personaje: Batman: El caballero oscuro, en latinoamérica se ha titulado Batman: El caballero de la noche.