Largometraje animado dirigido por Arturo Moreno (aunque en los créditos figura en esta función José María Blay, quien hizo las funciones de supervisor) a modo de continuación del primer largometraje español Garbancito de la Mancha (1945), que había conocido un notable éxito de crítica y público. En la cita se alternaban tomas reales con escenas animadas, presentando a los personajes de la primera película que, hartos de seguir encerrados en los estudios, deciden cada uno emprender un viaje a un lugar distinto de España. Chirili y Quiriquí marchan a Palma de Mallorca, la tía Pelocha a Valencia, Garbancito a Marruecos y Andalucía, y Caramanca a Cataluña, Madrid y la zona cantábrica.