El Colectivo de la
Historieta, formado por veintiséis «profesionales, críticos y
estudiosos, guionistas y escritores, dibujantes realistas y satíricos,
ilustradores y grafistas»,
publicó desde mayo de 1977, como extra de Bang! -una publicación
de estudios sobre el medio dirigida por Antonio Martín-, siete
números (en el cómputo de la revista llegan a ocho por la doble
numeración de la edición de julio/agosto de 1977) de una revista llamada
Trocha (en el numero 3-4 cambió a Troya por
coincidir con la cabecera de una publicación mas bien adicta al régimen
agonizante) y subtitulada “Cuadernos mensuales del Colectivo de la
Historieta”. Fue una experiencia casi totalmente indígena ya que sólo
participaban como autores extranjeros: Gotlib, Carlos Trillo
y Alberto Breccia.
1. SITUACIÓN DE LA HISTORIETA
Cuando surge
Trocha, la industria del tebeo infantil, casi reducida a los
productos de Editorial Bruguera, estaba en irremediable y continua
decadencia. Por otra parte, a nivel internacional, la experiencia de
Pilote y la evolución de la historieta francesa confirmaban la
posibilidad de otro tipo de historieta en su temática y en la
implicación del propio profesional. En España se contaba con la
experiencia de El Globo y Zeppelín de Buru Lan y ya en
1978 aparecería la editorial Nueva Frontera a través de la cual (y de su
revista TOTEM) llegaría hasta nuestro mercado buena parte de las
obras de los autores mas innovadores europeos, italianos y argentinos.
2. EXPERIENCIAS AUTOGESTIONARIAS PREVIAS
En el ambiente
propicio de la crisis de la dictadura franquista, del apogeo del
movimiento contracultural, de los coletazos de la recuperación del
concepto de autoría impulsado por el Mayo de 1968 y de la insuficiencia
de la industria del tebeo se dan varias experiencias de tipo
autogestionario. Ya en el año 1973 aparece El Rrollo Enmascarado,
publicación colectiva en la que participan Nazario, Mariscal,
los hermanos Farriol, Roger... Después saldrán Diploma
d’Honor, Pauperrimus Comix, La Piraña Divina,
Purita y Los Tebeos del Rollo... Un poco más tarde se publica
Butifarra, cuyo primer número aparece en mayo de 1975. Esta
revista, desde sus inicios, estuvo ligada a la lucha del entonces
potente y politizado movimiento vecinal de la ciudad condal y su
gestión, no enriquecedora, tampoco fue ruinosa. En ella participaron
Alfonso López, Juanjo Sarto, Joan Aliu, Francisco
Pérez Navarro, Carlos Vila, Ricard Soler, L’Avi,
Carlos Azagra, Mediavilla, Gallardo, Max...
3. CONTEXTO
SOCIOPOLÍTICO
La aparición de
Trocha es seguramente fruto de una serie de circunstancias, entre
las que aquellas de carácter político y social no son las menos
importantes.
En el periodo que
se publica la revista (de mayo de 1977 a febrero de 1978), pasan muchas
cosas en el mundo de la política, pero que se pueden resumir en una: la
derecha económica y política se lleva el gato al agua de la Transición
Política. Desde que en julio de 1976 se produce la sustitución del
Gobierno de Arias Navarro por el de Suárez, se lleva adelante
una salida reformista que supuso el fracaso de la opción rupturista
impulsada esencialmente por el Partido Comunista de España (PCE). El
fracaso de la huelga general convocada por las organizaciones sindicales
del COS (CCOO, UGT y USO), el triunfo del Referéndum de la Reforma, la
legalización del PCE, el triunfo de la Unión de Centro Democrático (UCD)
en las dos convocatorias electorales, la última y definitiva para el
rumbo de la transición en junio de 1978, la firma de los llamados Pactos
de la Moncloa en octubre del 77, la promulgación de la Amnistía marcan
una realidad en la que se quiere inscribir Trocha, desde unas
posiciones claras de izquierda. Y lo hace cuando ésta no sólo está
dividida (en el Colectivo de la Historieta faltan nombres claramente
ligados al PCE-PSUC), sino que empieza a comprobar el fracaso de sus
distintas alternativas.
4. ¿CÓMO SE
TRASLADA CONCRETAMENTE ESE CONTEXTO A LA REVISTA?
En sus contenidos,
tanto en el posicionamiento de los editoriales y artículos, como en la
temática predominante en sus historietas. En su primer editorial y
declaración de principios se da una visión ideológica de la historieta:
se señala que el lector español ha sido engañado durante cuarenta años
por los mercaderes de papel impreso y se ataca a la censura, la
comodidad y miedo de los profesionales; también se encuadra esta
problemática en el sistema de producción-consumo cultural, concepto
global del que se luego se desciende a culpabilizar a una industria de
las perversiones perversamente estúpida.
La revista intenta
congeniar el objetivo de «demostrar cómo el autor puede hacerse
responsable de su obra, independizarse de las presiones industriales y
aceptar su responsabilidad en el conjunto de la sociedad a la que
pertenece»,
con el de «una historieta adulta, madura y crítica y que al tiempo sea
popular y comercial...»
Posteriormente
aparecen análisis sociopolíticos y posicionamientos relacionados con la
historieta como “El machismo en el cómic para adultos” de Ludolfo
Paramio, la respuesta al atentado a El Papus en el artículo
“La historieta como compromiso”, la nota “Hay que definirse” de
Carlos Giménez y el texto “El Papus no ha muerto” de
Antonio Martín. También hay un reportaje sobre la participación de
los humoristas en la huelga de Artes gráficas del 23 de septiembre de
1977, “Una experiencia: la de los humoristas del comité de huelga”.
5. CONTENIDO DE
LAS HISTORIETAS
A) Otra mirada a la
transición:
- Humor político:
Alfonso López con “Frases celebres...” (1, 2 y 5); Felipe
Hernández Cava y Adolfo Usero “Abellán” (2); y Rafael
Ramos “Galileo” (3-4, 5 y 7).
- Humor social :
Montse Clavé con “Perfidia”, “Jenny de Westfalia: homenaje a tantas
otras”(ambas en 3-4) y “Doble jornada” (1). Cava y Marika en
“Como...” (1), “La casa de la Pradera” (3-4) y una historieta sin título
(5); Armonía Rodríguez y Usero con “Gervasio” (3);
Perich (6); Llobet (6 y 7); Avi (6); y Andrés
Martín y Mariel Soria con “No me gusta el postre” (7).
- Denuncia social:
Cava y Marika con “...Y en la noche una mujer... y en el
día una mujer” (7); Andreu Martín y Mariel Soria en “La
puerta” (8); ambas historietas de temática feminista.
- Temática
explícitamente política: las historietas que he incluido en este
apartado sufren de la urgencia del momento y del dominio del slogan.
El mensaje circulaba esencialmente desde el emisor al receptor y poco en
el sentido contrario; son los casos de El Cubri en “Apolo XI”
(2), “Ortodoxia y heterodoxia” (8) y otras historietas sin título (1 y
5); Cava y Jaume Marzal con “Si los buscais...”
(1); LPO en “...ha de helarte el corazón...” (1 y 2); Andres
Martín y Usero en la historieta antirrepresiva
“(Continuará)” (1), y “En el lugar preciso, en el momento oportuno” (5).
Hay dos géneros que
tienen una importancia especial dentro de Trocha / Troya:
el género negro de denuncia y el de la Historia como denuncia.
- El género negro
de denuncia: Trillo y Breccia con la serie Un tal
daneri (1, 6, 7 y 8); Luis García y Cava con “En el
escalón mas bajo” (2); Andrés Martín y García en “G.I.M.”
(3-4); Cristina Fernández y Montse Clavé con “Bárbara,
dulce recuerdo” (6) (temática feminista); los Sarto y Canovas
de “Patrulla 45” (6); y Victor Mora y García con “El
grito” (7).
En estas historietas
los códigos del genero negro son utilizados mayoritariamente para
acercarse a una parte de la realidad de la Transición: la protagonizada
por los sectores “ultras”, especialmente los que tenían fuerte presencia
en las llamadas fuerzas del orden y en servicios de “inteligencia”. El
hecho de que la operación reformista se diera desde dentro del régimen,
puso en primer lugar la tensión interna entre las inercias y los
impulsos de cambio. En esta situación se da un alto grado de confusión,
rumores, conspiraciones. Por otra parte, la frustración de parte de la
oposición convierte a ésta en el caldo de cultivo propicio para grupos
extraños como el GRAPO, o el que realizó en el año 1978 el incendio de
la sala de fiestas La Scala de Barcelona, infiltrados por la policía.
-
Visión de la Historia como denuncia: en este apartado se utiliza la otra
cara de la Historia, la protagonizada por los excluidos y los rebeldes;
es el caso de Luis García (guión y dibujo) y Cava
(diálogos) en “Tecumtha”, sobre un cuento de Ambrose Bierce
(1); los propios García (dibujo) y Cava (guión) de
“Batallón de San Patricio” (3-4) y “De un genocidio... de un
etnocidio...” (5); Armonía Rodríguez y Usero en “Las
florecillas de San Cosme” (3-4); Alfonso Font con “Parral”
(6); y Jean Ollivie y García en “Caballo Loco” (8).
B) Otros contenidos
- Humor: Ventura
y Nieto con “El nacimiento de una noción” (1),
“Primera sonrisa” (2), “Segunda sonrisa” (3-4), “En otras playas” (6) y
“Tercera sonrisa” (7); Perich en “Farfollas” (1 y 2); Galileo
con varias historietas (1, 2 y 3-4); Andrés Martín y
Mariel Soria con la serie “Hippy” (1 y 3-4); Llobet con dos
historietas (5 y 8); Gotlib y “El pequeño príncipe” (5); LPO
(7) y Olivé (8).
- Aventura e
intriga: Andrés Martín y Mariel: “La otra ala...” (2), “Un
día huiré” (3-4), “Boinot y Sra.” (6) y “La puerta” (8); y Nieto
y Canovas con “Grupo especial (blood, swat & tears)” (3-4).
- Costumbrismo:
Cava y José Canovas con “La bruja galga” (2); y LPO con
varias historietas (3-4, 5 y 6).
6. ¿FALTA DE
EQUILIBRIO EN LA REVISTA?
Recordemos uno de
los propósitos fundacionales de la revista el de conseguir «una
historieta adulta, madura y crítica y que al tiempo sea popular y
comercial...».
La relación anterior de géneros y temáticas plantea que sólo en el
supuesto de la existencia de una amplio público, comprometido con una
visión como mínimo progresista y aficionado a los tebeos, hubiera
permitido congeniar esa pretensión de conseguir una historieta al tiempo
popular y comercial.
Una valoración aislada
de todas las historietas mencionadas hasta ahora nos da un nivel de
calidad medio-alto, casi sin excepciones. Sin embargo la revista en su
conjunto ofrece una visión irregular, de diferente calidad, entre un
número y otro. Algunos parecen sacados con improvisación, otros cómo el
1 y el 3-4 son bastante completos. Pero no es sólo eso, sus contenidos
despistaban a un lector comercial que busca una cierta continuidad, de
autores por lo menos.
Seguramente el
funcionamiento autogestionario repercutió en esa falta de coherencia, ya
que no hubo un director sino un equipo de coordinadores editoriales que
fue variando en su corta vida. Lamentablemente, quizás inevitablemente,
la experiencia no cuajó a nivel comercial. Empresarialmente hablando,
las cuentas no salieron y las pérdidas obligaron al cierre.
7. COMPONENTE
REDACCIONAL
Pocas revistas del
medio habrán tenido un complemento de artículos de reflexión y crítica
sobre la historieta, y reseñas como las que tuvo Trocha / Troya.
Análisis de actualidad sobre el mercado, sobre personajes, series,
autores...; estudios sobre el medio en general abundaron como signo de
cariño y compromiso con la historieta.
- Colaboraciones:
Carlo Fabretti, tanto en “¿Qué es un tebeo?” (1), como en
“Devolver el comic al pueblo” (3-4), “El pornocuento” (5), “El texto en
la historieta” y el cuento “Lupus in fabula aliena” (ambos en el
número 8); Francisco Pérez Navarro con “¿Qué es un tebeo?” (1);
Joan Navarro en “La prensa especializada” (2); Josep Lluís
Gómez Mompart sobre el proceso de constitución del Sindicato de
profesionales de la historieta (1); Antonio Martín con “Aunque el
cómic se vista de seda...” (2) y otros textos bajo el seudonimo
Ernesto Clavé; Andrés Martín con “El Papus en mi
opinión” (2), “Comanche” (3-4) y “El doncel del antifaz” (sobre
las relaciones laborales con Trinca) en el número 7 (a la que
siguió una replica de Víctor Fragoso del Toro en el 8); Ramón
de España y “El buen humor de Marcel Gotlib”(5); el propio
De España y Joan Navarro con la entrevista “Gotlib
responde” (5); Dr. Delclos con “F. Ibáñez
apolítico” y “Psicoanálisis a Mortadelo y Filemón” (ambos en el
número5); Pacho Fernández Larrondo en “La historieta china
¿tebeos o aleluyas?” (3-4); Antoni Segarra y “Paracuellos del Jarama”
(1); Andrés Martín y Juanjo Sarto escribiendo sobre “Todo
lo que usted quería saber sobre la historieta y no se le ocurría
preguntarlo” (6), “Goscinny si pero...” (7) y “El cómic literario”; y
Felipe Hernández Cava en “Goscinny no” (7).
Por último,
escribieron reseñas L. Andreu, J.C., Luis Conde,
Carlo Fabretti, Dr. Delclós, Pacho Fernández Larrondo,
Andrés Martín, Juanjo Sarto y Antoni Segarra.
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