Joaquín
Dobladez:
Si os parece bien, vamos a comenzar. Quiero daros la bienvenida, y
comentaros un poco lo que os voy a presentar aquí, en Córdoba: El
libro sobre El Capitán Trueno. Nos acompañan su autor, por supuesto,
José Antonio Ortega. También nos acompaña Alejandro Casasola, que es
el presidente de Veleta y el director del Salón Internacional del
Cómic de Granada; y Juanma Bajo Ulloa, que ha hecho el prólogo del
libro y también va a colaborar un poco, comentando... Eh... Comentaros que yo conocí a José Antonio un día que
estaba también Juanma, en una Semana del Cine Joven de Córdoba,
donde Juanma vino como profesor dentro de lo que era el curso de
guión ¿Se oye?... Y aquella noche, después de la clase, y a la hora
de ir a tomarse una cerveza, había conocido de la obra de José
Antonio, tenía también interés en conocerle y, bueno, fue un momento
donde de alguna forma se produjo aquel encuentro. José Antonio ya
colaboró con el Instituto Andaluz de la Juventud, que en aquel
momento era Dirección General de Juventud, en el noventa [1990], cuando se
hizo un, digamos, un recordatorio de lo que fue el Capitán Trueno;
donde ya se hizo un tebeo, un catálogo, una edición, de alguna
manera, él estuvo coordinando todo esto, con lo cual es, digamos,
apasionado. Además, él también ha hecho una antología, un vademécum,
de alguna forma, de lo que ha sido el cómic desde el siglo pasado
hasta hoy. Yo no me voy a enrollar mucho más, le voy a ir pasando la
palabra a los que estamos en la mesa. Y... sí quisiera decir, bueno,
que ahora que estamos casi en vísperas de los Reyes Magos, lanzar un
mensaje a los Reyes Magos de que regalen muchos cómics, que los
cómics es una forma de divertimento absolutamente genial para los
jóvenes, y no solamente para los jóvenes, también para los adultos.
Para los más jóvenes de todos también es una forma de iniciación a
la lectura, y yo creo que mucha gente, pues cuando los Reyes Magos
nos trajeron los primeros cómics, fueron de las primeras cosas que
nos atrevimos a leer, y creo que sería un buen momento de que los
Reyes Magos dejasen unas viñetas en los sofás de los niños. Cedo la
palabra a Alejandro Casasola.
Alejandro
Casasola.-
Hola a todos, gracias por estar aquí. El hecho de que nosotros,
desde Ediciones Veleta, la asociación juvenil, queramos presentar
este libro aquí en Córdoba quizá tiene mucho que ver con lo que ha
dicho aquí Joaquín. La primera edición nació en Córdoba hace diez
años, José Antonio nació en Córdoba, esa noche fue cuando yo conocí
a José Antonio, Veleta conoció a José Antonio, el libro se conocía
hacía 10 años, y el libro era casi ilocalizable, por las
circunstancias que fuese no se llegó a tener la distribución
adecuada y toda la gente lo conocía por rumores. Nos conocimos y
aprovechamos la ocasión para sacar una reedición actualizada, y
quisimos aprovechar el tironcillo de este hombre [Ulloa] a ver si
así vendíamos más, pero al final ni se va a hacer la película y ni
siquiera lo hemos puesto en portada. El tema de este libro, desde Ediciones Veleta, es que es de
la colección 1/2 , que es el tercer libro que editamos, aunque esté
el número 2 [en créditos]. El tercero salió antes que el segundo,
pero en fin, son cositas de la imprenta y del trabajo que a veces
nos va así. Y yo creo que aquí los que tienen que hablar son Juanma,
con su introducción, y José Antonio, que es el que lo ha hecho. Así
que nada...
Juanma Bajo
Ulloa:
Buenos días, o
buenas tardes ya. Sí, sí, sí, sí, sí, esto no funciona. Perdonad...
Así se me oye ¿no? Perdonáis el retraso éste que ha habido; la noche
fue un poquillo larga y el atasco de Córdoba también se las
trae. Y deciros que, nada, José Antonio es el que va a hablar hoy,
quien es el protagonista, quien es el autor y el responsable de que
estemos aquí. Y tengo que agradecer a estos señores el haber venido
a Córdoba, porque yo era prácticamente la única ciudad de Andalucía
que no conocía, pese a que mi madre nació en Jaén, en Jimena, para
más señas, pero nunca he venido a Córdoba desde que me invitaron
estos señores con ocasión de aquella semana de cine y del libro. Y
de conocer a José Antonio porque yo estaba entonces con el proyecto
del Capitán Trueno, del que no sé mucho más que vosotros, la verdad
que no sé que va a pasar con esa película, no sé si se va a hacer o
no se va a hacer. Por eso vine a lo de hace dos años o un año, un
poco fugazmente, pero vamos, he podido ver un poquito como es la
ciudad, y también a los lugareños y a las lugareñas, aunque no tanto
como quisiera. La noche cordobesa, la
flora, la fauna..., y deciros que, nada, que me llamaron para hacer el
prólogo; yo ya había conocido antes a José Antonio y para mí era un
auténtico lujo hacer un prólogo de un libro que era, según yo he
sabido, según yo creo, el único acercamiento al personaje, que yo
creo que es uno de los puntales del cómic en nuestro país. Todos a
los que nos gusta el cómic, todos hemos tenido en las manos los
cómics que se hacían en este país, pues junto a Mortadelo y Filemón
son los dos personajes, yo creo, más populares. Para mí era un
personaje más real, más real que algunos que podían haber existido.
No era alguien, como digo yo, que tiraba rayos ni que volaba ni que
tenía superpoderes, sino alguien mucho más de carne y hueso, y a mí
siempre me ha gustado bastante esto ¿no? Las cosas que sean reales.
Por eso quizás el personaje me atrajo, su relación con la Edad
media, que es la época quizá que más me atrae, por su estética y por
el oscurantismo que también existía en la Edad Media, que a mí es
una cosa que me atrajo muchísimo. Por todo esto, pues bueno, acepté
hacer el prólogo, que es una pequeña aportación solamente para decir
que creo que es muy de agradecer que alguien pierda su tiempo, o
gane su tiempo, escribiendo buscando todas las referencias del
personaje. Cuando tengáis el libro en las manos vais a ver que hay
un estudio exhaustivo, con mucho rigor, de todas las características
de los personajes, de cómo los autores, Víctor Mora y Ambrós (bueno,
Ambrós era el dibujante; Mora era el creador) pues muchas veces
intentaron evitar la censura. Cuáles eran los temas que trataron con
los cómics. Vais a ver también incluso un índice al final de todos
los dibujantes que ha habido en la saga, de todas las ediciones que
ha habido... Creo que es un estudio..., creo que es un trabajo
bastante riguroso y dignísimo, y sobre todo y, bueno, como también
contaba ayer, si esto hubiera sido en otro país, aparte de tener
muchos libros sobre El Capitán Trueno, tendríamos series, películas,
mucho más trabajo y bibliografía alrededor, pero por desgracia lo que
ocurre aquí es que si no es por personas como José Antonio o por
instituciones que de repente se dedican a apoyar algo como el cómic,
que no se por qué siempre ha sido algo maltratado, que siempre se ha
tenido como arte menor, pues no podríamos tener estar perlas que de
repente aparecen. Y yo lo único que puedo hacer es, pues, agradecer
cómo, bueno, pues como persona cercana al cómic, como fan, incluso
fanático durante una época de los cómics, como lector y como, por
supuesto, espectador de esa película que se va a hacer y que espero
que se haga, pues que agradezco muchísimo que haya alguien que
utilice su tiempo creando, creando, buscando toda esta información
que está puesta en el libro, y que yo creo que como digo es una
auténtica perla. Y nada más, paso la palabra a José Antonio, que es
el auténtico autor y que tiene que responder preguntas y decirlos lo
que opina.
José Antonio
Ortega:
Yo quisiera
empezar mi participación en esta mesa hablando un poco, haciendo un
poco de historia sobre cómo se pergeñó este libro. Este libro es
fruto, creo ya se ha dicho anteriormente, de una exposición que se
hizo allá por el año noventa, que hicimos cuatro aficionados de aquí
de Córdoba: Rafa Infantes, Miguel Ángel Cáceres, Juan Francisco
Pérez y yo. Y, la verdad, que fue toda una experiencia porque
aquella exposición tuvo una repercusión bastante grande y tal vez
por eso quizás, por el propio hecho de la exposición, el libro llegó
a tener una cierta repercusión. También un poco a remolque de este
éxito relativo que tuvo... hablo de éxito relativo porque la cultura
nunca es un éxito en un país a pesar de lo desarrollados que
estamos, pero en fin, sería deseable que fuésemos un poco más, que
hiciésemos un poco más caso a lo que realmente nos atañe como
individuos, que es la cultura que tenemos alrededor, ¿no? Entonces,
decir que simplemente lo que se ha hecho con el libro en esta
edición actual es revisarlo de nuevo. Se ha quitado, eh..., el otro
libro era un poco fruto de..., se quiso dar una entidad, de alguna
manera, haciendo que apareciesen artículos de diversos autores que
servían un poco de contrapunto a las propias ideas que se exponían
en el libro mayoritariamente por mi parte. Y entonces aquel libro
fue producto de un tiempo que ahora he creído conveniente, porque
incluso se contradecían algunas de las ideas que se decían. Pues
simplemente esos artículos se quitaron, no porque no fuesen válidos
sino porque simplemente por eso, por resultar contradictorio o
incluso reiterativo, y simplemente lo que se ha hecho ha sido
añadirle unos cuantos de artículos más y lo que es el apéndice,
donde se dan referencias de todos los cómics, que se han publicado,
con los dibujantes, guionistas, las fechas de publicación de cada
uno de esos tebeos del Capitán Trueno que fueron editados a lo largo
de los años... y eso, simplemente lo que se ha hecho ha sido
llevarlo hasta el año 2000 ó 2001. Primordialmente eso es el libro.
Dobladez:
Pues, si
tenéis alguna preguntita.
Componente del
público:
[inaudible; a
Bajo Ulloa, sobre el proyecto cinematográfico]
Bajo Ulloa:
Pues
yo dejé el proyecto prácticamente hace un año ahora, en enero hará
un año que hubo la ruptura entre la productora y yo, porque se había
acabado el guión –la redacción del guión fue lo que me hizo conocer
a José Antonio, lo que me hizo contactar con él, porque yo trataba
de localizar todo tipo de bibliografía y toda la información que
hubiera sobre el Capitán Trueno, y también conocí a Víctor Mora.
Ambrós ha muerto, por desgracia no pude hablar con él, pero, bueno,
tenía una batería de preguntas para hacer el guión y conocí a Mora,
que muchas de las historias las creó él, las creó también el
dibujante, que era, como decía, reivindicar también la figura del
dibujante Ambrós, que fue el que inventó toda la estética del
Capitán Trueno–, y me tiré prácticamente un año leyendo libros de
historia medieval, de cruzados (porque el Capitán Trueno, al final,
acabó siendo cruzado) y cuando terminé el guión, aproximadamente en
verano del año 2000, con todo el proyecto anunciado públicamente,
como sabéis se hizo una gran campaña de publicidad del proyecto, y
con toda la información que yo creía que necesitaba para hacer esta
película, porque era una película que estaba basada en el mundo del
cómic, que estaba basada en algo fantástico, tenía mucho rigor o
intentaba tener rigor. Detallaba una época, del año 1191
exactamente, que fue cuando ocurre la Tercera Cruzada, con
personajes auténticos, con datos reales. Y el primer problema fue el
dinero con el que yo contaba para hacer ese guión resulta que en la
práctica no era ese. Entonces, las desavenencias con la productora
eran claras. Porque yo no podía hacer el proyecto que había escrito,
en una palabra ¿no? Y ante la posibilidad de hacer otro proyecto de
otras características en el que yo no creía, pensé que era mejor más
tarde. Pues bueno, ahí está, firmaron un papel por el cual, pues
bueno, sin ninguna pelea realmente, porque antes de empezar las
peleas casi diríamos que van a ocurrir en una producción tan grande,
preferimos romper de mutuo acuerdo. Tengo que decir que, para
variar, este señor, este productor, paga, cosa que no suele ocurrir
muy de vez en cuando, y me marché esperando que alguien retomara el
proyecto tal y como dijo el productor, pues dijeron que iban a hacer
esta película con otro director. Va un año entero ahora y yo no sé
si hay noticias por parte vuestra, que sois los que las recogéis, de
que alguien la esté filmando, pero yo, desde luego, no tengo
noticias ¿no? Y, a partir de entonces, me marché a Vitoria, como
suelo decir: exiliado, no vivo en Madrid, un poco al margen de toda
la industria en Madrid. Y continúo allí, escribiendo, o sea lo que
hago realmente es por un lado escribir historias más que rodarlas,
en principio. Alas de mariposa o La madre muerta eran
películas que yo producía y que yo escribía y que eran pues más
personales. Y, de otro lado, acepto encargos, como en su día
Airbag, que fue un encargo que produjo otro y que valía más
dinero del que yo podía conseguir, o El Capitán Trueno, que
también era una cosa que producían terceras personas. Y ahora mismo
llevo un año prácticamente un poco retirado, escribiendo. También
tengo que decir que me han llegado algunos proyectos de los
productores de Madrid y he dicho que pocas veces he visto guiones
tan malos como los que se están haciendo últimamente y las ganas que
me han quedado de aceptar algún proyectos pues... han sido nulas. Y
sobre todo la cara que se me quedaba sabiendo que yo no aceptaba,
porque no me interesaban, pero que iban a manos de otro que
finalmente sí iban a rodar, que era un poco la imagen de lo que se
está haciendo en nuestro país ¿no? Se está vendiendo muy bien todo
el cine español, pero que realmente se esta yendo al cine, pues, a
ver todas estas producciones que más éxito han tenido; algunos no
sabes cómo pueden tener tanta cara [fragmento inaudible] Y, un
poco, referir que estoy siempre esperando que llegue ese encargo
maravilloso, pero que lo que llega no es gran cosa, o no se parece
nada a lo que yo estaría dispuesto a hacer. Mientras tanto sigo
escribiendo mis cosas en el absoluto de los retiros y en el más
absoluto de los secretos.
Público:
[inaudible;
a Bajo Ulloa, sobre si estaría dispuesto a retomar el proyecto de
El Capitán Trueno si cambian las condiciones]
Bajo Ulloa:
La
única razón por la que no hago el proyecto es porque las condiciones
que se me daban para mí no eran las adecuadas para hacer una gran
película de aventuras, que fue lo que se vendió. Si las condiciones
cambiaran a ese nivel, hacer las cosas bien, como se ha hecho este
libro, que es un libro que está bien hecho y que ha tomado su
tiempo, entonces si la película se hace bien, como yo creo que hay
que hacerla, y quizá podría llegar a plantearme el proyecto, pero no
creo que eso ocurra. Quizás lo que ocurrió es que lo que yo pensé
fue que uno de los géneros que no existían en el cine español era
precisamente éste, el de aventuras, aventura épica en la que hay
batallas, hay mucho gasto en vestuario, en localizaciones y demás. Y
vemos que es un país que está absolutamente cercano... bueno, hay
pueblos que son prácticamente como hace cinco o seis siglos, y
encontrar decorados medievales, vestuario y demás es incluso más
fácil que por ejemplo en otro país, como Estados Unidos, donde todo
lo tienen que traer, o construir, o dibujar por ordenador. Yo
pensaba que estábamos preparados para hacer esa gran película
medieval de aventuras, épica y tal, pero en la práctica, cuando
llegó la hora de la verdad, tras escribir el guión, me digo que
quizás todavía estamos vedes para hacerlo, o al menos desde el punto
de la producción. Entonces, mientras se siga en ese nivel de
películas no de capa y espada sino de “caspa y espada”, pues yo no
estoy dispuesto a firmar ese trabajo. Si cambian las condiciones...
pero en principio lo veo muy difícil.
Dobladez:
¿Alguna pregunta más?
Público:
[Inaudible;
a Ortega Anguiano, sobre los valores de El Capitán Trueno hoy].
Ortega:
Evidentemente, como producto de un tiempo, El Capitán Trueno
recoge
algo de esa cultura y de ese tiempo, pero de cualquier forma es
curioso, porque yo lo leí cuando pequeño y a mí me gustó, y no hice
ningún tipo de análisis, claro. Yo lo leía como un crío que iba a
disfrutar un rato y a la hora de escribir el libro, volví a releerlo
y me encontré con un montón de referencias a ideas de izquierda,
hasta el punto de que incluso se dan consignas, lo que es
entroncadas con la idea de la izquierda, con respecto a los
trabajadores, con respecto a, no sé, a la libertad, a las clases
sociales, a la diferencia de clases. Es curiosísimo porque además se
dice casi sin paliativos, se dice así no más ¿no? Yo recuerdo que
cuando me encontré con ésta, al darme cuenta de algo tan de paño
impropio dentro de un cómic hecho en plena época franquista, pues me
acuerdo que llamé incluso a Víctor Mora por teléfono, al guionista,
y le hablé si esto lo había entendido bien, esos mensajes
subliminales que él mandaba. Me dijo que efectivamente lo había
entendido, porque por lo visto creo que allá por los años sesenta
hubo un grupo de intelectuales y de creadores, un poco comprometidos
con la idea de libertad y ellos hicieron de una forma un poco, sin
organización de ninguna clase, hicieron una cosa que les llamaron
ellos mismo el Posibilismo, que era una actitud creativa mediante la
que ellos iban planteando cuestiones que chocaban frontalmente
contra el sistema que había en ese momento, pero que de alguna
manera procuraban por todos los medios que esas ideas pasasen la
censura, es decir, el Posibilismo era que si existía la posibilidad
de pasar la censura, pues mejor que mejor. Y, efectivamente, este
hombre me lo confirmó porque ya digo que curiosamente, en la última
parte de la colección de cuadernos está ya por el año 1966, 67, 68,
pues en esa época que precisamente ya existían unos estatutos al
menos de la censura, lo que es una censura organizada por unos
estatutos, fijaros que algo tan irracional como eso lo había, pues
esos estatutos censuraban prácticamente todo lo habido y por haber y
sin embargo esto salió ¿no? Y está ahí.
Bajo Ulloa:
Esto
que tú estás contando lo has plasmado en el libro también.
Ortega
Anguiano:
Sí, sí, como
por ejemplo decir de unos esclavos que están obligados a trabajar y
no se les da de comer y dicen algo: “No se puede trabajar sin comer”
¿no? Frases como esa que, aquí..., entonces se rebelan, y hablan de
libertad en esa rebelión y comienzan a rebelarse contra los propios
amos en una época que yo creo que es algo valiente.
Bajo Ulloa:
Se
maquillaba con lo de “¡Santiago y cierra España!” para pasar, pero
yo creo que había esas ideas.
Ortega
Anguiano:
Sí.
Bajo Ulloa:
A
mí me contó Mora que la censura llegó a ser tan absurda que
después de haber dibujado los puñales en una escena en que alguno
le clavaba un puñal a alguien, o le tiraba una flecha a alguien,
les hacían rasparlo con una cuchilla, manual, y entonces veían
escenas, por ejemplo, en que alguien con un arco sin flecha,
disparaba una no-flecha a un tipo al que le clavaba una no-flecha
en la espalda y se oía “¡Ah, muero!”; y un tío cayendo con las líneas
cinéticas dibujadas, pero no había nada. O un tipo clavándole un
puñal a otro en la espalda, y le habían raspado el cuchillo o la
espada, y quedaba el puño desnudo. Y quedaba así el cómic. Era una
cosa absurda y surrealista, y cuando hoy te encuentras algunos de
los cuadernos de esta época, te meas de risa. Yo recuerdo que nos
decíamos ¿cómo, qué pasa, aquí falta algo? Que se habían olvidado,
inocentemente. Y, ahora, sabiéndolo, es tremendo saber hasta que
punto llegaba la censura.
Ortega
Anguiano:
Precisamente
aquí, en la página 104, tenéis dos ejemplos de lo que se decía, de
lo que dice Juanma. E incluso había veces que..., hay un insulto
aquí, tapado con tipex posiblemente, incluso hay un insulto
en la página 105, que tampoco no creo que fuese un insulto
realmente malo para su tiempo. Aquí hay incluso lo que hablábamos
antes del tema de la política. Se habló de que hay también una
secuencia de viñetas en la página 103 en la que se habla que hay
un éxodo de personas que se van de su país, y entonces le pregunta
Crispín al Capitán Trueno que cuál sería la causa por que se
quieren ir huyendo. Entonces dice el Capitán Trueno que solamente
hay varias cosas que pueden obligar a huir a semejante multitud de
personas: la peste, o la guerra, o la represión, que todavía
estaba vigente. O sea, que decir cosas como estas..., la verdad
que... Hay mucho que no se ha llegado a publicar, una imagen...
Hay incluso una ilustración de Fuentesman que, perdonad el
coloquialismo, pero es que hay una auténtica patada en los huevos
a un criado de un señor, literalmente como digo. Eso me parece que
eso no ha llegado al final a...
Ulloa:
De hecho,
Víctor Mora estuvo en la cárcel.
Ortega
Anguiano:
En la época
en que aparece el personaje, allá por el número treinta y tantos,
hay una época del final del 56 [1956], hay una época de cinco o seis
meses que los guiones no los escribe Mora, sino Ricardo Acedo,
otro gran guionista del tebeo español. Precisamente a Mora, que
militaba en un partido pro catalanista, y estaba en la cárcel, y
además también de trabajadores, era un partido de esa doble
influencia, y precisamente está en la cárcel cuando no está
haciendo el guión. Hay veces que había en algunos momentos de una
colección, en las páginas de aquel tebeos tan famoso, también hay
una referencia incluso a los verdugos, a los que posiblemente le
pegasen a Víctor Mora, también, como es natural ¿no? Que se pone
en boca de uno de los protagonistas de aquella aventura, se habla
algo así como gracias precisamente a esto, es decir a esa policía
con que se desarrolla en la India esa aventura, la policía del majarajá,
gracias a la libertad que les ha dado, son los que le mantienen el
terror y los que le mantienen en el poder ¿no? Hablar de esto en
el año 56 es que es realmente fuerte.
[Se
interrumpe aquí la grabación. La presentación terminó a los pocos
minutos]
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