Tebeosfera: Craig, gracias por concedernos esta entrevista.
Craig Thompson:
Gracias a ti. Es un placer.
T: Naciste en Traverse City, Michigan, y ahora vives en Portland, Oregon.
Tu primera obra, Adiós, Chunky Rice habla de lo que supuso para
ti irte a vivir a Portland. ¿Por qué te mudaste?
CT: Tuve que hacerlo,
no creo que tuviera otra opción. Nací en Traverse City, que es una
pequeña población de Michigan, pero pasé mi infancia en la zona central
de Wisconsin, en una población aún más pequeña en mitad de ninguna
parte. Después me mudé a Milwaukee, que es la ciudad más grande de
Wisconsin, así que seguía estando en la misma zona pero al menos tenía
acceso a revistas y otras ofertas culturales. Sin embargo esa ciudad no
terminó de funcionar para mí, en algunos aspectos. Me rompieron el
corazón dos veces. La primera de ellas fue realmente dolorosa, cuando mi
novia del instituto y yo cortamos poco después de llegar a Milwaukee.
T: ¿Ella se había mudado contigo?
CT: No, ella lo hizo
primero, yo me fui para estar con ella. En realidad siempre he cambiado
de lugar siguiendo a alguna chica (risas). Yo seguía viviendo con mis
padres cuando acabé el instituto porque ella estaba aún estudiando, era
más joven que yo. Por eso me quedé en aquel sitio y cuando ella se fue a
Milwaukee yo me fui también. Pero poco después rompimos.
Después de eso decidí
quedarme allí, hice un montón de buenos amigos y viví experiencias
increíbles. Y me enamoré otra vez. Pero aquello también acabó, y
entonces Milwaukee se acabó para mí también, tenía que irme. Mi
principal motivación para irme, por encima de cualquier otra cosa, fue
haber roto con aquella chica. Por lo demás estaba contento, tenía
muchos amigos aunque estábamos un poco desperdigados, algunos tuvieron
que irse a otros estados, otros teníamos unos empleos de locura que no
nos permitían vernos mucho. Todo eso cambió en mi último mes en
Milwaukee, que para mí fue como estar en el Paraíso: dejé mi trabajo,
tenía todo el tiempo que quería y me dediqué a verlos todos los días. No
era la Realidad, porque la Realidad es tener un trabajo, poco tiempo
libre e intentar mantener las relaciones a través de muchas
distracciones, pero ese último mes fue realmente bueno, viendo a mis
amigos todos los días.
Y entonces me fui a
Portland, y de repente todo era esfuerzo, esfuerzo y más esfuerzo, tuve
que empezar desde cero. Echaba muchísimo de menos Milwaukee y a mis
amigos y puse toda esa añoranza, esos sentimientos en Adiós, Chunky
Rice. Fue como una terapia.
T: Si tú eres Chunky Rice, ¿quién es Dandel? ¿Representa a todos los
amigos que dejaste o es una persona en concreto?
CT: Las dos cosas. En
principio eran todos. Me dije: “Dandel representa a todo el mundo” y en
cierta manera es así, pero es sobre todo una chica, la misma que después
aparece en Blankets. Aún la echaba de menos y tenía que soltar
todo eso en algún sitio, así que volví a hablar de ella en Blankets,
ambas obras tienen cierta conexión en cuanto a las motivaciones para
hacerlas.
T: ¿Por qué el personaje que te representa se llama Chunky Rice? ¿Te
llamaban así tus amigos o simplemente te inventaste el nombre?
CT: Es un nombre que
suena simpático, es tierno. Desde el principio yo estaba muy interesado
en que el cómic tuviera una apariencia bonita, infantil. Quería que los personajes
fueran casi de dibujos animados, tiernos y agradables y al mismo tiempo
utilizarlos para hablar de emociones muy profundas. Casi como una
trampa, para que los lectores dijeran “mira, qué muñequitos tan
monos...”
T: Ya, y entonces les clavas el puñal.
CT:
(Risas) Exacto, muñequitos trampa.
T: ¿Entonces esa es la razón por la que ambos personajes son animales,
mientras que el resto son humanos?
CT: Sí, Scott McLoud
habla de eso en su libro Understanding Comics cuando habla del
manga, dice que puedes utilizar este tipo de personajes simbólicos con
los que la gente puede identificarse con más facilidad que con
personajes grotescos o hiperrealistas. Y estoy de acuerdo, creo que una
de las principales razones por las que muchos cómics son realmente
inaccesibles para la gente es porque sólo salen personajes musculosos y
exagerados y los lectores no son capaces de identificarse con ellos.
T: Creo que el estilo visual de ambas obras es distinto, en Blankets
me parece ver una mayor influencia de Will Eisner.
CT: No es una
influencia consciente. Por supuesto me encanta Will Eisner, como a todo
el mundo, pero pienso que mis mayores influencias vienen de dibujantes
franceses como Edmon Baudoin. Frederik Peeters es otra influencia que
veo en mi trabajo pero eso lo hago posteriormente, no como algo
consciente mientras dibujo.
T: ¿Qué les pareció a tus amigos Adiós, Chunky Rice? ¿Qué piensa
“Dandel” acerca de él?
CT: Bueno, a ella le
gustó. Un día me preguntó si Dandel era ella y en aquel momento yo
estaba enfadado con ella y le dije que no, que Dandel era todos mis
amigos, pero eso era porque estaba disgustado y me decía a mí mismo que
no era ella aunque no era cierto. En cierto sentido ocurrió lo mismo con
Blankets, porque en la superficie es acerca de una relación que
tuve en el instituto, pero emocionalmente puse mucho de lo que me había
ocurrido con esta chica. El personaje de Blankets es en realidad
la unión de varias personas distintas.
T: Adiós, Chunky Rice se acerca muchas veces al ritmo y la
sensibilidad de un poema, no de una narración convencional. ¿Crees que
se puede hacer poesía con un cómic?
CT: Sí, ese es uno de
mis mayores objetivos. Estoy más interesado en el componente emocional y
en la musicalidad de una historia que en el argumento, para ser sincero.
Los argumentos en el fondo suelen ser una estructura estática y yo
quiero hacer cómics que sean más bien como canciones, que tengan una
especie de música con la que los lectores puedan conectar inmediatamente
a un nivel emocional y personal, que evoque imágenes en su mente. Quiero
contar historias de ese tipo.
T: ¿Y como dibujante qué herramientas te son más útiles para crear esa
música: la composición de la página, el diseño de los personajes...?
CT: Creo que lo más
importante para lograr eso es un ritmo específico para el cómic, para lo
cual lógicamente la composición de página es importante. También el
número de viñetas por página; a veces son muchas, a veces pocas, otras
una sola imagen en toda la página. Y también en las propias palabras,
intento conseguir algo así como imágenes escritas y palabras dibujadas,
que ambas se complementen. Por eso los textos están escritos a mano,
para que tengan esa cualidad íntima de las cartas. También los dibujos
son en blanco y negro para que sea en realidad mi mano sobre el papel,
sin distracciones como el color o algún tipo de efecto informático. Creo
que así es más puro: sólo blanco y negro, tinta y papel. En estos
tiempos en los que la gente ya no escribe sino que envía e-mail creo que
es importante mantener esa sensación de algo hecho a mano.
T: ¿Qué supuso para ti el premio Harvey y las nominaciones a los Eisner
que obtuvo Adiós, Chunky Rice y toda la atención mediática que
conlleva?
CT: Es algo que está
bien, me alegra que a la gente le gustase pero no cambia las cosas. Mi
vida no cambió en absoluto.
T: ¿Podrías ahora hacer otro cómic como éste o ya eres una persona
diferente?
CT: ¿A qué te refieres
con “como éste”?
T: Quiero decir que trate acerca de los mismos sentimientos que expresas
aquí, ¿o ya has sacado todo lo que tenías dentro?
CT: No, aún estoy
haciendo cómics acerca de esos mismos sentimientos, creo que lo seguiré
haciendo durante toda mi vida. Ahora llevo un tiempo viajando y estoy
trabajando en un cómic que es una especie de diario de viaje. Se supone
que habla acerca de mi vida durante este viaje y lo que estoy viendo,
por ejemplo ahora estoy disfrutando de Barcelona, pero continúa
excavando en esa añoranza que siento. Es algo que no puedo dejar atrás.
T: Estás escribiendo tu autobiografía poco a poco, en cierto sentido.
CT: Sí, es algo que no
puedo evitar.
T: ¿Cómo conseguiste las palabras de gente como Alan Moore o Jeff Smith
que aparecen en la contraportada recomendando el cómic?
CT: Simplemente les
envié copias del cómic y fueron tan amables como para escribirme.
También lo hice con Blankets, envié muchas copias y la mayoría
respondieron, gente como Neil Gaiman o publicaciones como Time
magazine.
T: Ahora van a empezar a pedirte a ti que escribas recomendaciones.
CT: La verdad es que
ya las hago, he escrito unas diez, incluida una para Tezuka. Me pidieron
unas palabras para la edición americana de Buda de Tezuka y yo me
quedé pensando “¡¿Cómo?!” (risas). Imagínate, no me lo podía creer.
Blankets y más . Leer siguiente página >
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