1) Naciste en Albacete; dime, ¿cuándo y el por qué
de tu llegada a Valencia?
Vine a Valencia hace cuatro años para vivir con mi
novia Ana, quien vino también desde Albacete para estudiar
interiorismo. La ventaja de mi profesión es que, existiendo
internet y los servicios de mensajería, puedo residir en cualquier
parte y seguir trabajando para cualquier editorial del mundo.
Ahora que ella ha terminado sus estudios seguramente vayamos a
vivir a Barcelona, en donde ya estuve anteriormente
2) Oficialmente empiezas a dibujar en 1991, pero,
¿fue eso realmentee así?
Lo cierto es que siempre he dibujado. De hecho cuando
era niño y aún no sabía escribir ya hacía pequeños tebeos que
grapaba yo mismo. Fue en 1991 cuando, después de abandonar mis
estudios, comencé mi carrera profesional haciendo tiras de prensa
para un semanario de Albacete. Así que mi formación como dibujante
ha sido totalmente autodidacta.
3) ¿Cuáles fueron los profesionales que más
influyeron en tu carrera?
Uf, en mayor o menor medida
todo lo que leo y veo influye, desde Sienkiewicz a Peyo. Pero, sin
duda, el autor que más me impactó en su día fue el francés Moebius,
aún recuerdo cuando descubrí su trabajo casi por casualidad.
4) ¿Crees que se puede aprender de los viejos
maestros? Me refiero a todos aquellos que con sus historietas serias
y en broma ilusionaron a vuestros padres.
No es que lo crea, es que estoy completamente
convencido de que es la única forma de aprender. Los autores jóvenes
que sólo se fijan en el autor que está de moda en este momento no
están en el buen camino. Hay que leer a los clásicos una y otra vez.
No he encontrado ningún dibujante del que aprender tanto como de
Milton Caniff, por ejemplo. Hay que conocer los autores clásicos
para entender los contemporáneos.
5) Por favor ¿háblame de lo que haces y por qué lo
haces?
Lo único que pretendo es entretener al lector. Mi
única regla de oro es "no aburrir", a partir de ahí todo vale. Mis
tebeos buscan el equilibrio, no quiero ser demasiado artístico ni
demasiado estándar, ignoro si algún día lo conseguiré, pero lo que
pretendo es que mi obra tenga una aceptación popular. Sobre todo
hago tebeos de aventuras. Una de mis obras, El Baile del Vampiro
va a ser adaptada a cine el año que viene si todo sale bien, así que
supongo que estoy en el buen camino. Intento, además que mi técnica
se adapte en todo momento a la historia que quiero contar. En
Duérmete Niña no he utilizado la tinta, y los dibujos están
coloreados con acuarela, usando ésta para crear ambiente y resaltar
el tono oscuro y extraño del guión. En mi siguiente álbum, Bloody
Winter, que realizo en este momento, cambio y utilizo más la
línea y la mancha de tinta usando el color de un modo convencional.
Cada historia tiene su método de dibujo y me tomo muchas molestias
para que sea el adecuado. Nunca sabes si acertarás, o si los
lectores responderán, pero no me resisto a seguir intentándolo.
6) Esto de hacer tebeos no es precisamente un
"chollo" en estos momentos, sin embargo, y a pesar de tu juventud,
tú has alcanzado una buena posición en el mundo del tebeo: fuiste
nominado al premio autor revelación en el Saló del Còmic de
Barcelona de 1997; en 2000 ilustraste la cubierta y una historia
de diez páginas para el Magical Mistery Moore en el que
adaptaste a cómic canciones de Alan Moore, etc. ¿cómo se consigue
eso?
Supongo que he tenido suerte. Además es lo único que
se hacer y necesito vivir de algo, así que era esto o nada. He
trabajado mucho, eso sí, pero por desgracia trabajar mucho no
implica necesariamente que llegues a tener éxito, aunque ahora mismo
no conozco otro método.
7) Dejando aparte lo que tú y otros hayáis podido
conseguir, sabes que hay toda una legión de dibujantes de tebeos
algunos, incluso muy buenos que aspiran a una porción del pastel,
¿piensas que es ello factible en las actuales circunstancias? En
resumen, ¿hay presente y/o futuro para ellos?
En este momento la única opción para vivir de la
creación de tebeos es trabajar para el extranjero o para la revista
El Jueves, que afortunadamente es una superventas. Existen en
España algunas editoriales que editan material de jóvenes autores,
pero se utilizan más como lanzadera que como medio de subsistencia.
8) Ya que hablas del extranjero, parece que está
claro que los franceses, belgas y bastantes de los italianos dominan
su propio mercado y el europeo, lo que redunda en beneficio de los
dibujantes que en esos países trabajan. En cierto modo, ésta es una
situación extraña que no se termina de entender a primera vista, si
se piensa que en nuestra España tenemos también muy buenos
profesionales. Pregunto... ¿a tu juicio, qué hacen bien franceses,
belgas e italianos y que hacemos mal nosotros para que pueda darse
una situación semejante?
La verdad que es un tema más complicado de lo que
parece, y ojalá supiera exactamente que hacemos mal aquí para poder
solucionarlo. Supongo que parte de culpa la tienen los editores que
apenas arriesgan, y, claro, si no hay riesgo no puede haber
beneficio. Es mucho más fácil comprar los derechos de Spiderman
porque te aseguras un mínimo de ventas sin necesidad de promocionar
apenas el producto. Si en vez de eso se popularizara un personaje
autóctono y luego se rentabilizara vendiendo los derechos al
extranjero, aprovechando, al mismo tiempo, la imagen del mismo para
crear productos relacionados con la industria del ocio como
películas, series de animación o videojuegos (igual que hacen en
USA, Japón o Francia) estoy convencido de que el beneficio sería
mucho mayor tanto para los autores como para los editores.
Lógicamente también es más arriesgado.
Los autores también tenemos nuestra parte de culpa,
imagino, tal vez el hecho de no haber sido capaces de formar una
asociación como AACE hasta hace un año (debido quizá a una falta de
conciencia gremial) ha repercutido negativamente en las condiciones
de trabajo.
Quien menos culpa ha tenido de todo esto son los
lectores, después de todo, ellos compran lo que ven en el mercado.
También es cierto que nuestro país tiene una tradición de lectura
muy pobre (no sólo de tebeos) y al gobierno no le interesa cambiar
eso. ¿Para qué querrían votantes inteligentes?, ¿por qué arriesgarse
a gobernar un país donde la gente piensa por sí misma, con lo fácil
que es llevar a una nación de un lado para otro, que no se cuestiona
nada y se mantiene aborregada pendiente del resultado del último
partido de fútbol o de Operación Triunfo. Aún no nos hemos
dado cuenta en este país de lo importante que es la cultura.
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