TEBEOSFERA \ TEBEOTECA \ DOCUMENTOS  \  ARTÍCULO

Oski, ilustrador del Fausto criollo

 

El fausto criollo de Oski

[ El Fausto criollo de Oski ]


Artículo por Alberto Dionisio Kloster 


¿Qué es el Fausto criollo? Es el encuentro y la charla entre dos amigos, dos gauchos, dos paisanos: Don Laguna y Anastasio el Pollo; y entre el libre desarrollo de la conversación surge el tema de la obra teatral, vista por uno de ellos: Anastasio el Pollo. La pluma de Estanislao del Campo es la responsable de este poema tan querido y afamado.

Mas el punto de vista es fundamental, pues se trata de la visión de la ópera Fausto de Gounod con textos de Goethe, sí, pero desde la óptica de un gaucho, de un hombre sencillo de campo, quien baja a la ciudad para comerciar sus productos y luego concurre para distraerse al teatro Colón.

Observamos así, que el gaucho ya es un hombre civilizado y trabajador; criollo libre y honrado, asiste a una representación teatral en pleno centro de la ciudad; ya no va a un boliche de las orillas para emborracharse y pelearse a cuchillo por el amorío de una mujer pública o una ofensa a su persona, de ninguna manera; la educación y una nueva sociedad van integrando y puliendo poco a poco aquellos rústicos varones.

Nos dice León Benarós (autor del ¿superhéroe? “Infra Man”) que «Oski - nuestro humorista de delicioso barroquismo- ha bordado una interpretación nueva y regocijante que acompaña, con sonrisa distinta, el texto conocido»; hay un aire alegre, a lo Molina Campos.

Y en el Fausto criollo el humor no falta, al contrario; desde el mismo comentario de la llegada al teatro, con una multitud agolpada para sacar su entrada al espectáculo, una mujer que se indispone por el gentío y genera mas alboroto todavía, el estado lamentable en que queda nuestro amigo por los empujones, codazos y pisotones de los asistentes al entrar ¡y hasta le roban el puñal de su cintura!, finalizando dicha odisea con la llegada a su ubicación, allí bien arriba donde se instalaba la paisanada humilde.

Todo ello es relatado en la peculiar lengua gauchesca y con la obvia sorpresa e inocencia de quien desconoce tamaña aglomeración de gente y tan descortés comportamiento; y así el gaucho compara a los concurrentes con hacienda amontonada, con la mar alborotada, con un corral demasiado chico para tanta oveja; ¡qué paradoja!, el hombre de campo, considerado prejuiciosamente como rudo e incivilizado, reflexiona y da el toque de cordura ante el comportamiento alocado del civilizado público que asiste a la función.

León Benarós sigue comentándonos que Oski, con aguda ironía -que no excluye la ternura- se solaza en el fino trazo con que dibuja un jubón, o sobresalta –con blanco de huevo duro- los ojos exoftálmicos de algunos de sus personajes.

Es así; el trabajo, los dibujos e ilustraciones de Oski para el Fausto criollo son su obra cumbre; allí encontramos todos los yeites, todos los truquitos que fue desarrollando a través de toda su carrera; toda la técnica, estudio y observaciones de Oscar Conti (Oski) se reflejan en su gran tarea fáustica.    

La edición comentada es la efectuada por la Editorial Universitaria de Buenos Aires, serie del siglo y medio, consta de 65 páginas; el poema contiene 49 dibujos incluyendo 7 grandes escenas entre ellos. Se inicia con la presentación del elenco como toda obra teatral, pero en este caso el elenco está dibujado, son 6 retratos en 2 páginas. Cada capítulo se inicia con una gran letra ilustrada; son 6 y coinciden generalmente con cada cambio de escena de la obra teatral; el título y la hoja final también incluyen pintorescos y gauchescos dibujos.

Comenta Goethe: «Me preguntan qué idea he querido encarnar en el Fausto. Cómo si yo lo pudiera decir: ¡no es una idea, es un mundo de ideas!»; sumémosle a ellas el mundo de ideas surgidas a partir de su traslado al mundo de la ópera: mundo de teatro, música, ballet y literatura unidas. Pero eso no es todo, Estanislao del Campo lleva el Fausto a insertarlo en la cultura del hombre de campo argentino, a la naciente poesía gauchesca –género lírico único y particular- y, lógicamente enriquece la literatura argentina, ya sólida pero muy joven. Las ilustraciones de Oski nos brindan otro mundo de ideas, el que tiene que ver con el humor gráfico y las historietas: lo que el historietólogo Oscar Massotta denominó literatura dibujada.

Egresado de la Academia de Escenografía, letrista del mítico diario Crítica (dirigido por el célebre uruguayo Natalio Botana) y poseedor de un gran sentido del humor, la elección de Oski para ilustrar el Fausto resultó acertadísima.

Inició su carrera humorística en la revista Cascabel, en 1942, con la publicación de un dibujo titulado “camouflage”; en la célebre revista Rico Tipo dirigida por el genial Divito, Oski publicó su único personaje fijo, el mezquino “Amarroto”, en la línea de personajes de igual comportamiento como “Don Tacañino” (Mazzone) o "Ventajita" (Oscar Blotta). Este tipo de historieta, basada en una particular característica de comportamiento humano, en una psicología unidimensional, estuvo de moda en la Argentina.

Su trabajo de más largo aliento lo realizó en colaboración con César Bruto (Carlos Warnes)Oski por Oski, edición de La Línea, de 1974 durante más de 20 años, y por ello ambos son recordados con mucho cariño por generaciones más jóvenes. «Los dibujantes llevan al imaginario popular fantasías que, como las de Oski, apoyaban su ternura en la historia, la literatura, la tecnología o ese César Bruto escolar que todos llevamos dentro» escribe Ignacio Xurxo.

El Fausto de Goethe integra mitos, tradiciones, formas y motivos de toda la literatura universal, y por esto no dudo que el Fausto de Estanislao del Campo demuestra el gusto por el universalismo de la cultura argentina, ya desde sus inicios; entonces, la aparición de autores como Jorge Luis Borges o Julio Cortázar, interesados por toda la temática universal, no ha sido una excepción, más bien son la cumbre de esa predisposición genética. 

Estanislao del Campo escribe, ya sabemos, con tono agudo y festivo y notable sentido de observación, las impresiones de un gaucho ante la representación de la ópera Fausto de Gounod en el teatro Colón; ese mismo tono es el que nos brinda Oski al ilustrar el poema; la unidad entre la intención original del texto y el dibujo, las ilustraciones del Oski (diminutivo de Oscar), son totales; Oski refleja el espíritu del poema gauchesco.

No es el argumento del drama de Goethe lo que perdura luego que uno encara la lectura del Fausto criollo; la temática es como una excusa, es un disparador de ideas, reflexiones, comentarios y pensamientos. Lo importante es la charla, el encuentro de dos amigos, e inclusive los momentos más felices del poema son digresiones –descripción del mar, la madrugada, la noche, las penas de amor-, que se evaden alegremente de lo fáustico, de lo «goéthico», de lo «gounódico», para divagar de lo lindo, mientras va pasándose el rato.

Oski ilustra el encuentro en varios dibujos sueltos que acompañan a el texto y con una gran escena, donde los gauchos amigos conversan al pié de un ombú de tronco, ramaje y copa surrealistas; sus fletes también parecen conversar; el toque cómico lo dan un diablito sentado en lo alto, una media colgando y la etiqueta de Oski colgada de las ramas.

La calidad y aptitud de Oski como escenógrafo se ve reflejada en las grandes escenas que ilustran el texto; particularmente lograda es la escena final de la ópera, donde se ve una grieta de claridad por donde sube al cielo la desdichada alma de Margarita; el resto de la acción se desarrolla por contraste sobre un fondo oscuro: Fausto arrodillado pide perdón por los males que ocasionó, y, dominando todo el sector derecho, baja el arcángel Miguel con su espada flamígera y el diablo se escurre hacia la tierra, viéndose solo sus patas, cola y trasero entre una humareda de azufre. Así lo cantó Del Campo: «Pero el diablo que miró / El sable aquel y el escudo, /Lo mesmito que un peludo / Bajo la tierra ganó.»

La escena que abre el quinto capítulo nos muestra a la rubia triste, amargada, deprimida y lagrimeando junto a una rueca de hilar; pero no solo Margarita está languideciendo, Oski nos muestra todo un cuadro de tristeza: ella, un perrito escuálido y hasta una maceta con su flor marchita, muestran el estado de ánimo de esa casa. Tan solo uno de los toques típicos de Oski alegra el panorama: por el ventanal se ve unos pájaros volando; son los clásicos pajaritos sin alas que habitualmente incluía nuestro artista en sus obras.

Y esos pajaritos aparecen varias veces a lo largo del libro: ilustran la hermosa descripción de la naturaleza en el campo, revoloteando alegremente; siguen revoloteando sobre un sol naciente en la inigualable descripción del mar; “-¿Sabe que es linda la mar? / ¡La viera de mañanita / Cuando agatas la puntita / Del sol comienza a asomar!.”

Los pájaros también rodean al gaucho enamorado, quien, melancólico, apoya su espalda en el árbol sobre cuyo tronco talló un corazón; esta ilustración acompaña el texto que describe las penas de amor. Y revoloteando aquí y allá siguen apareciendo y siguen acompañando al gaucho, durante esas largas travesías que por la interminable llanura suelen realizar.

Finalizando con los pajaritos sin alas de Oski, notamos que, bajo un sol surrealista, uno de ellos observa a Don Laguna montando su caballo, ambos con el agua hasta el cuello, cuando el gaucho decide bañar a su overo rosado. ¡Lindo el overo rosao!.

¡Que controversias generó el tan mentado overo rosado!. Rafael Hernández (hermano del autor del inmortal Martín Fiero: José Hernández) dice que es un caballo manso con galope de perro y propio para andar mujeres, Lugones también está desconforme; hasta que aparece Jorge Luis Borges a quien le gusta «ese color de aurora» del overo y finalmente Elías Cárpena destaca que Overo rosado es nada menos que “Mancha”, el caballo famoso.

El Fausto de Estanislao del Campo comienza así: «En uno overo rosao / Flete nuevo y parejito, / Caia al bajo y al trotecito, / Y lindamente sentao, / Un paisano de Bragao, / De apelativo Laguna: / Mozo jinetaso ¡ahijuna!, / Como creo que no hay otro, / Capaz de llevar un potro / A sofrenarlo en la luna.»; inolvidable, como el inicio del Martín Fierro.

¿Y, cómo dibuja Oski al overo? ¡Ay, Oski! lo dibujaste con patitas largas y flacas y cuerpo enjuto, si hasta parece Rocinante. El coloradito, manso caballo de Anastasio El Pollo, también es dibujado del mismo modo, con un dibujo esencial, de síntesis, con trazos simples. El caballo, en este trabajo de Oski actúa en 8 escenas o cuadros; lo hallamos solo, en yunta (el overo y el colorao), y, montado por su  jinete lo vemos: quieto, trotando, galopando e inclusive internándose en el agua; hasta lo hallamos en grupito: siendo simples espectadores asomándose a ver una disputa; éste es otro de los toques típicos en la carrera de Oski, yo diría que es “el” toque oskiano por excelencia - alguien asomádose y curioseando- , que no puede estar ausente en el Fausto, resumen integral de toda su obra. 

Estudiante de Bellas Artes, Oski trabaja en la librería Moine y Laserre haciendo láminas para maestros; son motivos escolares: El combate de San Lorenzo, La lluvia, El pan, etc.; el estilo utilizado es el dibujo realista, de ilustración, al decir de Oski «el ideal era hacer una cosa como lo de José Luis Salinas»; también Oski cultiva un tipo de dibujo humorístico muy personal y particular que haría escuela y le daría relevancia incluso en el exterior.   

Nuestro amigo practica un dibujo humorístico de síntesis, único; y se asombra al ver dibujos del famoso rumano Steinberg, tan cercanos a su estilo; allí el ideal de Salinas es dejado de lado, no sin una gran frustración, y empieza su acercamiento a la técnica del rumano. Al encarar su trabajo humorístico con “Amarroto”, Oski inicia su camino de innovador pues los artistas conocidos y los jóvenes dibujantes empiezan a observarlo, a estudiarlo, a seguirlo. “Amarroto”, mezquina criatura, es lisa y llanamente una zanahoria humanizada y los argumentos giran en torno a su uniforme personalidad de avaro; lo que llama la atención es su raro dibujo y todo el entorno que va creando, entorno necesario, ya que la tan marcada característica de comportamiento del personaje, hacen previsible la historia, pero los diversos toques que incorpora Oski producen lo inesperado y provocan sorpresa. Caloi dice que Oski revolucionó todo lo que tiene que ver con el dibujo y cuenta que creó un sol diferente, un árbol diferente, y como vimos los llevó también al Fausto.

Caloi considera a Oski como su maestro y reconoce ser influido por su estilo; por lo demás se advierte la clara influencia de Oski en Landrú, Basurto, Aranda, Bróccoli, Viuti, Blanca Cotta, Fontanarrosa, Garaycochea y en dibujantes argentinos triunfantes en el exterior como Quino, Copi y Mordillo. Los académicos consideraban rústico el dibujo de Oski y hasta precisaban que era un mal dibujante. Oski, escondedor como buen tímido, estaba experimentando con el dibujo humorístico y, por sus estudios de Bellas Artes, poseía los conocimientos y la capacidad necesaria para encarar diversos trabajos artísticos; capacidad que lo llevó finalmente a ser merecedor de grandes galardones como el “Yellow Kid”, por trabajos como: La fundación de Buenos Aires (film de F. Birri), El fuero juzgo, Imagen característica de OskiVera historia de Indias o aquellas Tablas médicas de Salerno (estampillas de correo en 1991).

Y, es que el dibujante argentino siempre ha sido muy versátil, muy plástico; también es pionero, como lo demostró Quirino Cristiani en 1917 al realizar el primer largometraje mundial de dibujos animados (El apóstol). En la historieta argentina, tomada como escuela artística, todos experimentaban, practicaban y trabajaban los dos tipos de dibujo: el realista estilo Salinas para la historieta seria y de aventuras y el humorístico para el humor gráfico y la historieta cómica. Así vimos al genial uruguayo Alberto Breccia dibujando “Mariquita Terremoto” y “Pancho López” en estilo historieta cómica, ilustrando con trazo serio y torturado al Mort Cinder de H.G. Oesterheld y luego revolucionando el llamado noveno arte.

Oski da muestras de esa versatilidad en la escena fáustica de pelea entre el diablo y el capitán: 30 personajes con ojos saltones sin pupilas, todos corriendo a esconderse pero asomándose, y una lograda escenografía de pulpería criolla ya que así lo “ve” el gaucho espectador. Los delgados trazos que realiza Oski sobre escenas consideradas como barrocas, sumando a esto su dibujo de corte humorístico aplicado a situaciones realísticas, nos muestran a un innovador que pasa de los estilos establecidos y los une, los combina: crea, en definitiva, y rompe esquemas. Hoy ya nadie se sorprende cuando Art Spiegelman encara una trágica y terrible historia como Maus y emplea ratoncitos; Oski generó impacto al historietizar al estilo dibujo humorístico, pero con un enfoque dramático y angustioso, tangos y canciones como “Mi noche triste” o “Mis harapos”.

Enumeremos sucintamente: “El tigre de los Llanos” (Ramauge, Roux), “Lanza seca”, “Fierro a Fierro” (del uruguayo Raúl Roux), “El huinca”, “Fabián Leyes” (de Rapela), “Hilario Leiva”, “Santos Vega”, “Hormiga Negra”, “Fuerte Argentino”, “Lindor Covas: el cimarrón” –26 años publicándose como tira diaria- (todas de Walter Ciocca),“El chumbiao” (Juan Arancio-Chávez), “Martín Fierro” (en versiones de Arancio, Roume-Oesterheld, Ramauge, Casalla, A. Breccia, etc.), “Juan Moreira” (varios), “El Cabo Savino” (Cassalla y Cao), “Martín Toro”(Furlino), “Pehuén Curá” (Castro) y las humorísticas “Inodoro Pereyra: el renegáu” (Fontanarrosa), “Pampa bárbara / brava” (Ferro) entre muchas otras y la ridícula “Drago” (Burne Hogarth) pertenecen al género de las historietas gauchescas.

El trabajo de Oski en el Fausto criollo también debe ser incluido en dicha categoría: por su ilustración humorística- realista y su tratamiento dinámico de tipo historietístico, por dibujar el contenido del poema como una serie de secuencias ilustradas, como una historia en viñetas (definición clásica de la historieta) -que se suceden de hoja en hoja- tal si fueran los cuadritos de una tira o plancha de historietas; finalmente sería literatura-dibujada como dice el historietólogo Oscar Massotta. Aunque en el Fausto tanto lo literario como la ilustración están bien diferenciados; pues el teórico, el psicólogo-semiólogo introductor de Lacan en la Argentina y estudioso y amante de las historietas se refería como L-D a un nuevo arte: la historieta integral con sus guiones y dibujos específicos, a la cual jerarquizó al transformarla en material de estudio y reflexión intelectual, inaugurando una nueva disciplina: la historietología. Desde allí surgieron grandes teóricos como Guillermo Saccomanno, Juan Sasturain (hoy famosos escritores), Oscar Steimberg o Jorge Rivera; mientras que otros estudiosos como Siulnas prefieren la evocación y la descripción tanto del trabajo artístico como de los autores y de los medios, pero eluden el análisis y la profundización teórica, ni tampoco utilizan categorías histórico, sociales o políticas como las que utilizan especialistas en Oesterheld (o en “El Eternauta”) como Martín García.       

El drama del doctor Fausto impacta por su contenido; es un hombre ya viejo y enamorado de la bella Margarita y que vende su alma al diablo a cambio de la juventud eterna para conquistarla, llevando finalmente a la destrucción la vida misma de la niña y su entorno; pero dice León Benarós: «¡El Fausto criollo! ¡Que bien le hace el aditamiento de “criollo” a la denominación de nuestro poema! ¡Cómo le borra la neblinosa sugestión sajona de misterio medieval o la memoria de la espectacular ficción operística!»; y si Jorge Luis Borges destaca las condiciones de belleza y felicidad de la obra de Del Campo, Oski las remarca y resalta pues él también ve la obra con los ojos de ese gaucho ingenuo y civilizado. El gaucho - estirpe acusada de barbarie por ciertos ideólogos- pero que el 24 de agosto de 1866 en realidad la única barbarie la observa en el Teatro Colón; barbarie en el público: por el atropellado y alocado ingreso a la sala; barbarie en la función: por la feroz historia narrada por Goethe, adornada con música de Gounod, decorados suntuosos y efectos especiales varios, pero barbarie al fin. Las voces estuvieron a cargo de Luis Lelmi como “Doctor Faustus” (“El Dotor”) y de Carolina Briol como “Margarita” («la rubia blanca como una cuajada [y de] pelo de oro como hilacha / de choclo recién cortao»).

En la versión gráfica realizada por Oski vemos que sus dibujos humorísticos son divertidos, que sus ilustraciones insertas en el Fausto criollo son vitales y es optimista su factura; al observar las obras de Oski surge inmediatamente un sentimiento de alegría, su visión nos limpia la cabeza pues nos remite a nuestros queridos e inolvidables años de ingenua e inocente infancia. ¡¡Gracias Oski!!


Alberto D. Kloster es argentino, humorista gráfico y locutor de radio. Es el creador del programa de radio "El rincón de la historieta", que ha sido galardonado con los premios AMCART, en 1996, y RA.TEL.CO., en 1997 y 1998.


VÍNCULOS:

Artículo de F. Reggiani sobre Oski

Breve biografía de Oski
Breve ficha de Oski
Relación
de trabajos de Oski
Dibujos de Oski para un libro de consejos médicos

Historia de la historieta argentina, con citas a Oski
Artículo sobre César Bruto, con alusiones a Oski
Artículo de Sasturain sobre humor gráfico, con comentario sobre Oski

Página sobre el escritor Estanislao del Campo y el Fausto criollo


[ © 2002 A.D. Kloster, para Tebeosfera 021005 ]