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Por suponer que la Era Hyboria es,
históricamente, previa a la civilización por la que pululan los
superhéroes que conocemos (en realidad ambos mundos de fantasía
serían en todo caso mundos paralelos al nuestro, al real), Conan
estuvo entonces a punto de pisar el suelo de nuestro tiempo por
causa de la magia negra. Pero no lo hizo. Y no lo hizo porque
Thomas siempre quiso mantener en un aparte el mundo medievo
fantástico creado por Howard cuyos escenarios amplió él. De
hecho, cuando la serie de comic books en color Conan the
Barbarian estaba dando sus primeros y trémulos pasos, Stan
Lee, entonces editor de Marvel, propuso a Thomas la idea de
mezclar dos mundos ligados de alguna manera por la mitología, el
transitado por Conan y el hogar de Thor, Asgard, siguiendo la
idea de trazar crossovers entre personajes, estrategia
editorial que se había revelado provechosa durante toda la
década de 1960 y que ya era tónica común al comienzo de los años
setenta. Thomas se negó: la Era Hyboria no debía poblarse por
tipos con calzoncillos largos, era un mundo virgen, coto privado
de la barbarie, de la batalla, de la espada y de la magia.
Lee insistió en 1971, aduciendo que
eso reportaría un empujoncito a las ventas de la serie Conan
the Barbarian, que entonces peligraban. Thomas se siguió
negando: si Conan no triunfa solo, que al menos muera dignamente
solo. Y así fue como Thomas invirtió su potencial imaginativo en
sacar adelante a Conan en un abanico de publicaciones que
triunfaron por sí mismas, apartadas del resto de los
acontecimientos del Universo Marvel, diseñando un subgénero
siempre aparte del resto (recordemos que los héroes y personajes
de los cómics bélicos, como Sgt. Fury and his Howlings
Commandos, del oeste, como Two Gun Kid, de terror,
como The Tomb of Drácula o Tales of the Zombie, en
incluso algunos de temática romántica o infantil, terminaron
inmiscuidos de una forma u otra en los entresijos del complejo
Universo Marvel).
Cuando Conan y sus series ya eran
un producto brioso en ventas y querido por cientos de miles de
aficionados que compartían pasión por los cómics de superhéroes,
los editores de Marvel comenzaron a presionar a Thomas a finales
de los años setenta para que reconsiderase su determinante
negativa a cruzar Conan con los superhéroes. Los amantes de las
cifras de ventas de la editorial pensaron que no era mala idea
traer a Conan a “nuestro mundo” si con ello se aseguraban la
compra de un cómic tanto por los amantes del bárbaro como por
los adictos a los superhéroes, e insistieron. Finalmente, Thomas
claudicó, porque vio una posibilidad no excesivamente
perjudicial para la figura del guerrero cimmerio: la serie
What if?, una colección de comic books ideada por él mismo
que proponía alternativas a argumentos y acontecimientos
sucedidos previamente en el Universo Marvel y, por lo tanto,
ficticia dentro de la ficción, diferente. Esto, en principio
evitaría que Conan quedara preso para siempre en la urdimbre de
ires y venires de los superhéroes de la casa.
De esta guisa fue como Conan visitó
un título ligado al Universo Marvel a finales de 1977 (el número
en el que ocurría esto, el 13 de la primera serie de What if?,
llevó fecha de portada de febrero de 1978). Hubo un
condicionante previo: Thomas no cruzaría su camino con el de
ningún superhéroe. En efecto, aquella historieta, “What if Conan
Walked the Earth Today?”, utilizaba como premisa la caída por
aquel pozo dimensional sito en la hyboria Akbitana para
trasladar al aturdido cimmerio hasta el Nueva York de nuestro
siglo, donde no se enfrentaba a dragones o a brujos, sino a
edificios de hormigón y a policías malencarados. Thomas se tomó
aquel experimento como un juego e introdujo en la historia a un
altruista personaje, Danette, inspirado en una joven muchacha
que Roy había conocido en la Comics Art Convention de
Philadelphia en 1977. Allí, Nick Arroyo tomó una instantánea de
la chica, que fue la que Ernie Chan utilizó para darle su
aspecto definitivo al personaje (John Buscema, el dibujante,
había diseñado al personaje femenino sin tener en cuenta esa
fotografía).
Danette
Couto, posteriormente, sería la segunda esposa de Roy Thomas y
adoptaría el nombre artístico Dann Thomas para firmar cientos de
cómics en diferentes editoriales como argumentista y guionista (All-Star
Squadron, Arak, Avengers West Coast, Black Night, Captain
Thunder & Blue Bolt, Crimson Avenger, Doctor Strange, Infinity
Inc., Jonni Thunder, Saga of the Sub-Mariner, Savage Sword of
Conan, Secret Origins, Warhawks, Young All-Stars...).
Con la incursión en el cómic de la
que posteriormente sería su mujer, Thomas quiso hacer de esta
historieta un juego especialmente anecdótico (de hecho,
describió los acontecimientos al final de episodio como un mal
sueño sufrido por el cimmerio) y al poco ver la luz aquellas
páginas prometió públicamente que no volvería a mezclar a Conan
con los demás personajes de Marvel, pese a las muy elevadas
ventas que llegó a alcanzar aquel ejemplar de What if?
Thomas cumplió su promesa, desde
luego, pero Marvel, una vez que Thomas dimitió como editor y
guionista de la casa en 1980, volvió a sacarle al bárbaro un
billete de idea y vuelta con destino a nuestro tiempo y a la
serie What if?. Así, Conan se encaró con quien Stan Lee
quería que se relacionase al comienzo de su carrera, Thor (con
fecha de junio de 1983, en What if? núm. 39), en una
historieta escrita por un gran conocedor de las mitologías Alan
Zelenetz, que ya había trabajado con ambos personajes por aquel
entonces. Poco menos de un año después, en el núm. 43 de What
if? (publicado con fecha de febrero de 1984), Conan volvía a
la Gran Manzana de la mano de los autores Peter B. Gillis y Bob
Hall para cruzar su camino con el del abanderado Capitán
América, con quien pelea en un principio en el típico estilo
Marvel, por ver ambos en su contrario a un villano, para luego
unir sus fuerzas. Finalmente, en la segunda oportunidad que tuvo
en el mercado esta serie de acontecimientos alternativos del
Universo Marvel (en el núm. 16 de la serie What if? Vol. 2,
que llevó fecha de cubierta de agosto de 1990) Conan jugó el
partido de las luchas y de la acción, esta vez en casa, contra
el grupo de superhéroes más exitoso de todos los tiempos: La
Patrulla-X. Gleen Herdling y Gary Kwapisz realizaron para la
ocasión una historieta en la que quizá el mayor aliciente sea
ver cómo Red Sonja y Lobezno se enfrentan y terminan
enamorándose.
La guinda a ese pastel mutante /
bárbaro la ponía una hilarante historieta de una página obra de
John Rezum y Armando Gil en la que se advertía lo que ocurriría
si REALMENTE se produjese un encuentro entre Conan y Lobezno.
Este grato experimento no fue único en el Universo Marvel,
durante la década de 1980 Conan sería pasto de homenajes,
parodias y chanzas por parte de los colaboradores de la
editorial, y creo conveniente que repasemos aquí algunos de
ellos. El propio Barry Smith ya dibujó en los setenta al
satírico Norman the Barbarian para la publicación National
Lampoon, que era un bárbaro obeso con toda la pinta de un
Conan fondón y venido a menos; luego, el siempre chispeante Fred
Hembeck invitó a Conan o Red Sonja a alguno que otro de sus
“historietas póster” para Marvel Age (eso sí, con
espirales en las rodillas y piernas como palos); en 1982, el
afamado Paul Smith urdió una tira periódica titulada “Conan the
Conmuter”, que finalmente no halló publicación; ese mismo año,
Dave Sim, el autor de Cerebus, destinó a la prestigiosa
revista Epic Illustrated las graciosísimas páginas de
“Arnold the Isshurian”, que mostraban a un Conan con el aspecto
huraño del querido actor austriaco que lo incorporó en las
producciones cinematográficas del cimmerio; y, para terminar con
este listado, Marvel destapó toda su capacidad de autoparodia
con el número 12 de la serie What the-?! (publicado con
fecha de mayo de 1991), un comic book con portada de John Byrne
donde se relataban las aventuras del sesicorto e hipermusculado
Moaning’ the Bavarian.
Mas, no todo fueron juegos de humor
con los bárbaros de la antigüedad por parte de Marvel, y serían
más las ocasiones en las que fueron invitados a otras
colecciones de la editorial, si no Conan, al menos sí otros
personajes de la Era Hyboria y Thuria. La última edad mencionada
es el tiempo en el que vivió y reino Kull de Atlantis, guerrero
también creado por Robert E. Howard y que unió sus fuerzas con
el superhéroe neoyorquino Spiderman en una ocasión. El evento
tuvo lugar a la altura de los números 111 y 112 de la serie
Marvel Team-Up, serie en la que el “Trepamuros” compartía
aventura con un personaje Marvel distinto a cada número o par de
números consecutivos. Concretamente, en el número 112, que llevó
fecha de portada de diciembre de 1981 (paralelo a un
relanzamiento de la serie Kull the Conqueror, y por esa
razón apareció Kull por allí, para avisar a los lectores de tal
hecho), el guionista J.M. de Matteis escribió una historia que
Herb Trimpe puso en imágenes en la que Spiderman accedía a la
época de Kull a través de otro nexo temporal para luchar a su
lado contra los malévolos Hombres Serpiente (hubo española de
estos episodios, en la primera colección Forum de Spiderman,
números 31 y 32, respectivamente). Los mismos Hombres
Serpiente aparecerían más tarde, en 1985, ligados al cruce de
colecciones “The Corona Crown” (La Corona Cobra), que fue el
nexo entre los 14 especiales anuales que compartieron argumento
aquel año y en uno de los cuales fue publicada una corta
historieta en la que aparecían Kull y la Era Thuria.
Similar ligazón al caso anterior
fue la estimulante venida al Universo Marvel de la heroína Red
Sonja. En el número 79 de la misma serie, Marvel Team-Up,
Spiderman se topaba con un brujo milenario llamado Kulan-Gath,
uno de los enemigos de la diablesa hyrkania en su pasado hyborio.
El Cabeza de Red se las ve y se las desea contra el poder de
este hechicero, pero gracias a una espada encantada, su novia
Mary Jane Watson es poseída por el espíritu de la pelirroja
Sonja quien acude a ayudar a Spiderman. Esta historieta,
magnífica obra del trío Chris Claremont, John Byrne y Terry
Austin, ha sido editada en España varias veces: por Ediciones
Vértice en el núm. 107 de su colección en blanco y negro
Super Héroes Vol. 2, por Planeta-DeAgostini en Spiderman
de Claremont y Byrne, 3, en 1999, y en los suplementos
coleccionables del diario El Mundo dedicados a Spiderman,
en 2003.
Tiempo después de lo relatado, el
mismo hechicero hyborio Kulan-Gath volvería a enfrentarse a
otros personajes del Universo Marvel. La contienda tuvo lugar en
los números 190 y 191 de The Uncanny X-Men, cuyo
guionista, el mismo Claremont, recogió la idea del amuleto que
guardaba el alma del brujo para así plantar cara al grupo de
mutantes conocido en España como La Patrulla X (y también a los
héroes Doctor Extraño, Spiderman, Los Nuevos Mutantes y Los
Vengadores). La misma idea de utilizar personajes de ambos
universos guiaría a Roy Thomas, ya en los años noventa, cuando
regresó a los guiones de Conan the Barbarian, en algunos
de cuyos números aparecía algún villano del panteón Marvel, caso
de Varnae. Y Kulan-Gath volvería a visitar la serie de
Avengers en 2001.
Conan
no volvería a cruzar las lindes fantásticas que separaban ambos
universos jamás, salvo en alguna ocasión circunstancial y
anecdótica (se le vio luchando, por ejemplo, con un astronauta
en un par de viñetas de Thor CORPS, núm. 3). Sí que se
enfrentaría el cimmerio sin embargo, con superhéroes o villanos
de importancia del mundo heroico que, supuestamente, se
desarrollaría sobre el mismo suelo que él pisoteó en busca del
soñado trono. Fue éste el caso de Rune, personaje nacido en la
editorial Malibu Comics de la mano de Chris Ulm y Barry Windsor-Smith,
que se enfrentó con Conan en dos ocasiones dado que se trata de
una suerte de demonio milenario y casi inmortal. Las contiendas
tuvieron lugar en la juventud del cimmerio, en el episodio
inolvidable que vio la luz con el lanzamiento de cruce de
universos Conan vs. Rune (de noviembre de 1995),
que dibujó Windsor-Smith, y en la historieta “The Wind of the
Stars”, publicada originalmente en el número 4 de la revista
Conan the Savage, donde el alienígena se enfrenta con un
Conan que ya es monarca de Aquilonia.
Nada impide, y sobre todo desde que
Kurt Busiek ha tomado las riendas de la saga de Conan, que
vuelva a mezclarse el cimmerio en universos alternativos y con
personajes muy lejanos y diferentes de él.
No olvidemos que el primero en
formular la idea de los cameos de héroes de épocas
diferentes fue el propio Howard cuando invitó a Kull al
conciliábulo de Bran Mak Morn, Cormac Mac Art y otros rebeldes
contra Roma en “Kings of the Night”… |
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