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Nacido a finales de la década de 1930 en las Islas Filipinas,
comenzó a dibujar historietas desde muy joven en su patria natal
siguiendo los pasos de sus admirados Francisco V. Coching y
Nestor Redondo. Se graduó en la Universidad de Tomás de Manila y
trabajó en ilustración publicitaria, hasta que alcanzó el rango
de director artístico de un estudio que servía eficazmente
anuncios, story boards, tiras de prensa y también cómics
durante los años 50, sobre todo para la publicación Romansa
Komiks.
A finales de la década siguiente se hizo insoportable la crisis
económica en Filipinas consecuencia del restrictivo gobierno de
Ferdinand Edralin Marcos y De Zúñiga fue uno de los primeros
autores en emigrar a los Estados Unidos en busca de mayor
estabilidad para su familia. Su capacidad para dibujar cualquier
cosa a velocidad de vértigo le abrió las puertas de DC Comics en
1971. Tras su debut (en el núm. 14 de la serie
The Phantom
Stranger),
menudeó por otras series de DC, cumpliendo encargos
circunstanciales entre aquel año y el siguiente para The Dark
Mansion of Forbbiden Love, Ghosts, Weird Western
Tales, Witching Hour, House of Secrets, All
Star Western, Unexpected, Weird War Tales y
Secrets of Haunted House.
Allí, debido a lo arisco que para los anglosajones resultaba
el fonema castellano “ñ”, el pobre Tony fue rebautizado en las
cajas de créditos como Dezuniga, De Zúniga, Zúniga o Zuniga.
En 1972
sirvió como puente para algunos autores filipinos reclutados por
Joe Orlando y Carmine Infantino para DC y en 1974 hizo lo propio
para Marvel. Tony se unió a sus compatriotas también en la
llamada Cada de las Ideas para trabajar en
su nueva
alineación de publicaciones con formato revista. Sobre todo
trabajó Tony en cabeceras dedicadas al horror y a la ciencia
ficción, donde
trató a personajes como Ka-zar, Satanna, Drácula, Blade el
cazador de vampiros, Morbius, Hulk, Brak, Kull, Thor o El
Castigador. Mas, la revista en que primero colaboró Tony en
Marvel fue Savage Sword of Conan, para cuyo núm. 3 dibujo
al completo la historieta “Demons of the Summit” con un estilo
que agradó poco al editor de la publicación entonces, siendo
desterrado el experimentado filipino por esa razón al anonimato
de un equipo de entintadores denominado “The Tribe” (integrado
por Steve Gan, De Zúñiga y algún que otro autor filipino más), a
veces firmante con el acrónimo “Adez”. Bajo esta identidad
oculta, Tony siguió trabajando en las publicaciones
protagonizadas por el cimmerio, en Savage Sword (por
ejemplo, en los inolvidables números 5, 6 y 10) y en Conan
the Barbarian (ya a la altura del núm. 63).
Empero, también apareció con su nombre en otros productos de
Marvel entre 1974 y 1975:
Vampire Tales,
Strange Tales, Doc Savage (sobre lápices de John
Buscema, en los primeros y memorables seis números de la serie)
o Dracula Lives! A gusto como estaba Buscema con sus
acabados para Conan y Doc Savage, el inmigrante pasó los dos
años siguientes entintando una etapa inolvidable de la serie
Thor en la que también participó “Big” John, los números 248
a 271 y dos extraordinarios anuales. No por ello dejó Tony de
trabajar para otras series de superhéroes de Marvel de modo
circunstancial entre 1977 y 1979: Ghost Rider,
Godzilla, Tarzan, Amazing Spider-Man,
Marvel Team-Up, Fantastic Four, Ms. Marvel,
Spider-Woman, Captain America, Marvel Premiere,
The X-Men (el famoso núm. 110, un fill-in de aquella
serie), Daredevil, John Carter Warlord of Mars,
Red Sonja Vol. 1 (cerrando la segunda serie en la que
aparecía la espadachina hyrkania, pues fue cancelada con este
número, el 15).
Con todo, su labor más recordada en el final de la década de los
años setenta fueron sus tintas para Savage Sword of Conan,
donde terminó algunas de las aventuras más intensas del Conan
más tenaz, siempre sobre lápices de Buscema: la saga del Río
Negro en los núms.. 26 a 28, la de la Daga Llameante en los
núms. 31 y 32, la saga de Conan el Libertador entre los núms. 49
a 52 o la de La Espada de Skelos desde el núm. 56 en adelante...
Asimismo, fue el encargado de entintar a Conan en la publicación
habituada a presentar adaptaciones fílmicas o aventuras de
grupos pop Marvel Super Special, en cuyo núm. 9, de 1979,
apareció “The Trail of the Bloodstained God”.
Estrenada la década de los años 1980, Tony volvió a DC,
instalándose cómodamente en las páginas de la serie “western-fiction”
Jonah Hex, donde dibujó y entintó casi cincuenta de sus
números a lo largo de cuatro años, hasta 1984. Durante ese
tiempo, también fue invitado a otras series de DC, elaborando
ilustraciones para una decena de series de la casa. Por la
coincidencia de fechas, pareciera que Tony abandonó Marvel de la
mano de Roy Thomas, quien, tras discutir con Jim Shooter, pasó a
ser guionista en nómina de DC desde 1981. Instalado en la
competencia, Thomas reclamó de nuevo la ayuda del filipino para
los cuatro primeros números de la serie de Fantasía Histórica
Arak, Son of Thunder. Amén de una breve huida de Tony a
otras editoriales (participó entre 1983 y 1984 en series de Red
Circle, Blue Ribbon Comics y Mighty Crusaders, y
Archie, Original Shield), pasó gran parte de esta década
trabajando con Thomas en casi medio centenar de números de la
serie de DC Infinity Inc., donde “embelleció” los trazos
un poco torpes por entonces del neófito Tod Mcfarlane.
Tony continuó trabajando en DC hasta 1988 (en All-Star
Squadron, una buena cantidad de páginas entre los números 48
al 67, en V, entintando casi todos los ejemplares entre
el 1 y el 16, en una veintena de ejemplares de Action Comics,
y en otra media docena de títulos) y, luego, tras pasar por
la serie de TSR Dragonlance Saga, volvió a Marvel para
quedarse hasta el inicio de la década siguiente. Poco recordados
son sus trabajos de aquella época, más de cuarenta
colaboraciones repartidas por series limitadas, anuales, números
de relleno y alguna tanda de episodios de series de escaso
éxito, entre las que cabría citar, por singulares, Marvel
Comics & Paragon Software Presents o Freddy Krueger’s A
Nitghtmare on Elm Street.
También a finales de los ochenta trabajaría de nuevo en cómics
bárbaros, pues suyo fue el lápiz y la tinta de Conan the King
núm. 47 y de la novela gráfica protagonizada por Kull
The Vale of Shadows. Hizo algunas ilustraciones a modo de
pin-up para las páginas del magazín Conan Saga y suya fue
la tinta para el libro de cómics de Conan The Horn of Azoth
y algunas historietas de The Savage Sword of Conan (núms.
171, 177 y 181). A ésta revista volvió Thomas entrado el año
1991, precisamente a su núm. 190, para lo cual reclutó al equipo
de artistas con quienes había cosechado más éxito en los
setenta.
Aquella sería la última ocasión en que el filipino entintó
aventuras del cimmerio. Entre 1992 y 1993 pasó a formar parte
del elenco de profesionales de la editorial Now, donde se dedicó
a trasladar a viñetas productos del cine o de la televisión (Freejack,
Universal Soldier, Green Hornet, Twilight Zone,
Mr. T and the T-Force...) y, desde
su participación en 1995 en una decena de números de la serie de
Marvel Secret Defenders, no hemos vuelto a leer nuevos
cómics de este profesional filipino de pluma ágil y trazo firme
que nos legó algunas de las páginas de Conan donde este héroe
aparece con la mirada más acerada y salvaje de su carrera
aventurera.
Actualmente, Tony trabaja como diseñador para Sony, Universal y
Sega.
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