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Thomas John
Palmer, aficionado al dibujo desde su más tierna infancia, pasó
su adolescencia de academia en academia pues estudió en la Art
Students League, en la Frank Reilly School of Art y en la School
of Visual Arts de Nueva York. Seguidor y admirador como fue
siempre de Stan Drake, aprendió del célebre autor de la tira de
prensa The Heart of Juliet Jones sus primeros trucos,
sobre todo lo relativo a sombrear personajes y fondos. Se formó
como profesional de los cómics en el estudio llamado “Shop”
fundado por el gran Wallace Wood en los años 1960. Allí aprendió
técnicas y se fogueó trabajando sobre los lápices de Wood, de
hecho su primer trabajo profesional fue entintándole en la serie
de Charlton Jungle Jim, que verían la luz con fecha de
1969 (Palmer no fue acreditado).
En 1968 ya
estaba Tom llamando a las puertas de Marvel Comics para
participar en su fogosa alineación de publicaciones de
superhéroes. Debutó en el núm. 171 de
Doctor Strange,
donde se encargó del lápiz y del color. Esto, oficialmente.
Oficiosamente, Tom pasó su prueba de fuego con cortas
historietas de terror publicadas a posteriori en series como
Chamber of Darkness o Journey into Mystery. De estos
trabajos destaca su labor, al lápiz y a la tinta, de “The Tell
Tale Heart”, adaptación que hiciese el celebre Denny O’Neil del
clásico cuento de Edgar Allan Poe. Ya allí demostraba Palmer un
sabio manejo de la luz, así como una corrección formal y una
limpieza ejemplar en los diseños de escenarios, aunque su
anatomía era en exceso rígida. Roy Thomas se percató de su
talento para mejorar lápices ajenos y para mimetizarse con otros
autores, o para
colorear, oficio que desarrolló durante años en la sombra, al no
ser acreditada su labor entonces. Pero
Tom no sería olvidado: Thomas le escogió como el entintador
idóneo para Neal Adams en The X-Men números 56 a 65,
generando un espectacular acabado de sus bocetos con violentos
contrastes luminosos el hábil uso de tonos grises y tramas.
Todavía en 1970, Palmer incursionó en la serie The Avengers,
donde entintó diez números de John Buscema y, un año más tarde,
cinco de Adams, los de la inolvidable saga “La Guerra Kree-Skrull”,
la cual él tiene por el mejor trabajo de su vida. Tom prosiguió
en Marvel, resolviendo encargos eventuales (entre ellos, los
números 8, 9 y 12 de Conan the Barbarian, sobre lápices
de Barry Smith y Gil Kane), hasta asentarse en Daredevil
y luego en Tomb of Dracula, serie en la que entintó
esmeradamente las desventuras del villano vampiro entre 1972 y
1979. El autor del lápiz allí, el vaporoso y fantasmal Gene
Colan, siempre deseoso de representar la oscuridad y la
desolación, halló en Palmer al entintador ideal. Son muchos
quienes le recuerdan como el único que supo estar a la altura de
Colan, aportando claridad, solidez y cierta sofisticación a su
lápiz.
Aquello etiquetó a Palmer como
“entintador del horror”, y durante la primera mitad de los años
setenta frecuentaría títulos de esta índole (Dracula Lives!,
Vampire Tales, Tales of the Zombie, Chamber of
Chills, Supernatural Thrillers...) Visitó poco
los cómics de bárbaros: participó una vez en Kull the
Conqueror, y regresó a Conan the Barbarian en
1975 para entintar a Buscema en los números 52 a 55 de la serie.
Hasta los ochenta continuó entintado y coloreando todo tipo de
comic books de Marvel, de los que podríamos destacar Marvel
Treasury Edition (el núm. 12, dedicado a Howard the Duck),
Nova, Star Wars (color y tinta de casi 40 cómics,
sobre lápices de Walter Simonson en su mayoría), Marvel
Preview (entintó a Buscema en la historieta “King Arthur”,
una de las más intensas adaptaciones al medio de los mitos
artúricos), What if...?
En la dichosa y neoliberal década de los ochenta, Tom se dejó
caer por otras editoriales. Entintó el Eclipse Graphic Album
Series titulado “Stewart the Rat”, dio tintas y color a los
primeros números de Scorpio Rose (serie también de
Eclipse Comics), trabajó en Salimba 3-D, lanzamiento de
la editorial Blackthorne (la misma de los raros comic books en
3-D de Red Sonja, Solomon Kane y Kull), fue autor completo de la
serie de True Fiction Steel Pulse, también dibujó la
carátula del disco Surfing with the Alien (LP de Joe
Satriani), e ilustró revistas como Drugs Topics o
Electronic Design.
Pero su casa era Marvel y allí seguiría los siguientes años en
casi medio centenar de títulos diferentes, entre ellos The
Savage Sword of Conan (echó una mano en las tintas del núm.
63), destacando especialmente en Silver Surfer Vol. 2
(tinta y color sobre el estupendo lápiz de John Byrne),
Magik (magnífica su definición de Illyana en los primeros
números, dibujados por Buscema), Star Brand (también
sobre Byrne) o Avengers. A esta última serie fue invitado
en 1985 y allí permaneció durante casi 150 números sin
interrupción. La severidad con que definió el rostro del Capi o
el halo de misterio que confirió a Black Knight resultan
inolvidables para los fans de la serie. Él recuerda gratamente
aquella etapa, la llamada “Saga de Proctor” (números 355 a 375
de Avengers), y ha declarado sentirse muy orgulloso de
ella.
Los de la década de 1990 fueron años de encargos variopintos,
pues tan pronto Palmer trabajaba intensamente en una serie
concreta, caso de Moon Knight, como asistía a otros
autores en títulos dispares de Marvel: What the -¡?,
Punisher War Journal, Darkhawk, Spirit of
Vengeance, Nomad Vol. 2..., como cumplía
encargos de otras casas editoriales: Goofy Adventures (de
Disney), Lost in Space (de Innovation) o Star Trek:
The Next Generation (de DC). Pero siguió siendo fiel a la
Casa de las Ideas y del lustro 1992-1997 destacaron sus trabajos
en Nightstalkers, Moon Knight: Divided We Fall,
Spider-Man, X-Men Prime, Conan (la serie
limitada de 1996, en cuyo núm. 9 embelleció los lápices de Joe
Bennett), Avengers (es preciosa su portada pintada para
el núm. 482), e
Iron Lantern
(número Amalgam con guión de Kurt Busiek).
Palmer ha sido uno de los más veteranos y fieles entintadores de
Marvel pero, tras probar suerte en otras casas desde 1997 (como
Merrill Lynch e Image),
hasta hoy ha estado entintado muchos cómics de
DC:
The Big Book of
Losers,
Steel,
Wonder Woman Plus, Batman Chronicles Gallery,
Thunderbolts '97 Annual,
Detective Comics, Batman
Secret Files, Team Superman Secret Files, o la obra
de Busiek Sea Devils... y muchas más. Entre sus
últimos trabajos destacan de nuevo muchos trabajos para Marvel:
The Punisher. Born, Star Wars.
A Long Time
Ago..., Wolverine: The Brotherhood, Daredevil / Spider-Man
(Marvels Finest), Blade II, Avengers (Vol. 3), Captain America
(Vol. 4), Spider-Man/Daredevil: Unusual Suspects, The Sentry…
En fin, que sigue con los grandes.
Tan
admirado entre su profesión como los entintadores
Joe Sinnot o Terry Austin, Palmer es mucho menos recordado por
la afición. Tanta loa como ellos merece este hombre que dice
creer que para hacer bien historietas «debemos estar siempre en
contacto con aquella parte de nuestra infancia en que los cómics
eran mágicos». |
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