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Nacido en 1907 y casado en 1939 con
Catherine Adelaide Crook, comenzó su carrera como escritor dos
años antes de contraer nupcias, cuando publicó el relato “The
Isolinguals” en la mítica revista de Astouding Science
Fiction. Pero más que un autor de dramas escritos en
escenarios propios del space opera, subgénero de la
ciencia ficción que cultivó al principio, pronto se reveló como
un estupendo escritor de fantasía y más concretamente de
fantasía heroica. Como profesional de Lo Fantástico fue uno de
los socios de la revista Unknown desde el comienzo de su
andadura, datada en 1939, y precisamente en ella sorprendió al
público con su serie de escritos para la sección “Rationalized
Fantasies”, junto con Fletcher Pratt, en los que trataba de dar
explicación con cierto encanto a diferentes cuestiones
fantásticas.
Los mejores conocedores de la obra
de Lyon han determinado que lo mejor de su producción fantástica
ha de buscarse en el ciclo de relatos protagonizados por Harold
Shea, que comenzaron a ofrecerse por entregas en la revista
Unknown en 1941 con el relato “The Incomplete Enchanter”. En
esas historias, que escribió al alimón con el mencionado Platt,
Shea era transportado a través de un portal dimensional a otros
mundos alternativos en los que se daban cita todo tipo de
referentes a la mitología clásica y a otros mitos de nuestra
cultura, sin por ello hacerse distinciones de niveles de
realidad, y eso era lo que les confería carácter original.
Durante los años cuarenta y
cincuenta, De Camp se concentró en este tipo de relatos, aunque
no desdeñó la ciencia ficción, como lo prueba su famosa obra de
1953 The Tritonian Ring and Other Pasadian Tales. Y
seguiría escribiendo obras de fantasía, The Dragon of the
Ishtar Gate (1961), The Reluctant King (1985), The
Honorable Barbarian (1989), The Pixillated Princess
(1991), The Venom Trees of Sunga (1992) o Rivers of
Time (colección de relatos recopilados en 1993), entre otras
muchas obras. Asimismo es famoso por sus trabajos de no ficción,
ensayos sobre historia y fantasía como Lands Beyond
(1952, premiado con el International Fantasy Award), The
Science Fiction Handbook: The Writing of Imaginative Fiction
(1953, revisado junto a su mujer en 1973), Lost Continents:
The Atlantis Theme in History, Science, and Literature
(1954), Literaty Swordsmen and Sorcerers: The Makers of
Heroic Fantasy (1976, obra que en nuestro país ha ido
publicando por entregas el fanzine madrileño Bucanero). Y
más famoso aún por sus biografías sobre autores de Lo
Fantástico, como la intensa e imprescindible Lovecraft: A
Biography (1976. Traducida en nuestro país como Lovecraft
(biografía), por Alfaguara-Nostromo en 1978) o The
Miscast Barbarian: A Biography of Robert E. Howard (1975),
un repaso a la vida y obra del creador de Conan que revisaría
junto con su mujer Catherine Crook y junto con Jane Whittington
Griffin en 1983 para desembocar en el imprescindible libro
Dark Valley Destiny: The Life of Robert E. Howard, cuyo
contenido se tradujo en España por entregas en el fanzine
madrileño Lhork desde su número 12.
Mas no es por esa razón por la que
los aficionados a Conan conocemos a De Camp. Su nombre nos
resulta familiar por verlo a menudo en las cajas de créditos de
los cómics del bárbaro dado que ha sido uno de los autores de
literatura de los que Thomas más ha echado mano para construir
historietas bárbaras. Y ello era así porque Lyon, preocupado en
los primeros años sesenta del olvido en el que se hallaba sumida
la estupenda obra literaria de Robert E. Howard, de la que
habían bebido él y muchos otros escritores, decidió que era hora
de rescatarla, completarla, sistematizarla y darla de nuevo a
los aficionados. La tarea la llevó a cabo De Camp con el
concurso de su amigo el escritor Lin Carter, también un
apasionado de Robert E. Howard, con quien auscultó los baúles de
R.E. Howard en busca de relatos incompletos, apuntes sobre ideas
por desarrollar, o meros esbozos y sinopsis, para con ello
reconstruir la cronología vivencial de Conan y dar cuerpo a una
docena de libros de bolsillo, modelo muy del gusto del público
de la literatura fantástica desde finales de los años cincuenta.
Su meta era completar la carrera
del bárbaro, aunque para ello tuviesen que intercambiar a Conan
por otro héroe en relatos no protagonizados originalmente por el
cimmerio, o bien idear otros por completo nuevos debidos a la
pluma de los dos literatos. Así fue como, a partir de 1966,
consiguieron sacar a la luz a través de la editorial Lancer
Books una docena de libros de bolsillo que se hicieron famosos
por las portadas que llevaron, obra de Frank Frazetta todas
ellas, y donde ordenaron las correrías originales del héroe
bronceado. Esos libros fueron Conan, Conan of Cimmeria,
Conan the Freebooter, Conan the Wanderer, Conan
the Adventurer, Conan the Bucaneer, Conan the
Warrior, Conan the Usurper, Conan the Conqueror,
Conan the Aventurer y Conan of the Isles (todos
publicados en España por Martinez Roca en su colección “Fantasy”).
No contentos con ello, De Camp y
Carter siguieron elaborando relatos largos protagonizados por el
guerrero de la Era Hyboria, ahora a modo de novelas: Conan of
Aquilonia (1977), Conan the Swordsman (1978),
Conan the Liberator (1979), The Blade of Conan (1979,
recopilación de ensayos sobre el héroe y su mundo, no una
novela), The Spell of Conan (1980, otra antología),
Conan and the Spider God (1980), Treasure of Tranicos
(1980) y Conan the Barbarian (1982, la adaptación del
primer film).
En los años ochenta ya no fue esta
pareja de escritores la encargada de proseguir la saga del
cimmerio, sino otros autores entre los que se encuentran Robert
Jordan, James M. Ward, Roger E. Moore, John Maddox Roberts,
Leonard Carpenter, Steve Perry, Sean A. Hunter o Roland Green
(este último, guionista también de algunos de los últimos cómics
que Marvel publicó de Conan).
La prosa de De Camp no era igual a
la de Howard. Tanto Lyon como Carter carecían del sentido
poético propio del malhadado creador de Cross Plains y su
crónica salvaje echaba de menos el tamiz lírico por el cual
Howard hacía pasar sus cuentos. Aún así, las novelas escritas
por De Camp en los años ochenta suponen una dosis de
entretenimiento y de aventura muy a tener en cuenta. Tanto que
Roy Thomas, cuando volvió a coger las bridas de la serie
Savage Sword of Conan, pensó inmediatamente en llevar a
viñetas la novela de Lyon
Conan and the Spider God.
En 1996 Donald M. Grant publicó su
autobiografía, Time and Chance, la cual recibió en 1997
el premio HUGO a la mejor obra de no ficción del año. La
artritis no le dejó teclear desde entonces aunque nunca dejó de
pergeñar historias. Falleció en junio de 2000. |
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