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Nacido como
Silvio un 26 de enero de 1936 en el neoyorquino barrio de
Brooklyn, este dibujante con sangre italiana se introdujo en la
industria tardíamente (debutó en 1968, en la serie Gunhawk)
y a remolque de su hermano, el famoso John, sobre cuyo lápiz
aplicó su entintado generoso en un trabajo por el que serían
recordados en lo sucesivo todos sus artífices: la serie
Silver Surfer de 1968-69.
Emulando la
estética ampulosa, arrolladora y llena de potencia del gran John
Buscema, Sal siguió depositando sus gruesas tintas sobre viñetas
de Marvel Comics demostrando gran versatilidad y su calidad de
prolífico. Debido a su capacidad de adaptación y a su rapidez,
fue uno de los autores elegidos por Marv Wolfman durante la
etapa de mayor florecimiento de títulos nuevos en la empresa
para crear un grupo de trabajadores que cubriesen los posibles
retrasos de los autores habituales, para realizar los llamados
fill-in o historietas de relleno fuera del la línea
argumental de cada serie, que llevaban guiones habitualmente de
Bill Mantlo. Por esa razón, Sal sería uno de los primeros
autores en dibujar cualquier nuevo personaje que entró en la
escena Marvel desde comienzos de la década de los años setenta,
caso de Spider-Woman y otras muchas incorporaciones de esta
época.
Tal fue así
que, posiblemente, no exista un solo personaje de Marvel que no
fuese dibujado o entintado por este autor durante los años
setenta. Por sus manos pasaron The Avengers (Sal inició
la mítica guerra Kree-Skrull), Captain America, Defenders
(desde agosto de 1972, dibujando las aventuras de uno de los
grupos más singulares del panteón Marvel, publicado en España
bajo el título Triple Acción en su día), The
Incredible Hulk (algo más de quince comic books),
Daredevil (apenas cinco), Conan the Barbarian
(entintó la delicada evolución gráfica de Barry Smith a lo largo
de la primera veintena de episodios), Marvel Team-Up,
The Uncanny X-Men
(participó en el último número de la
formación mutante original, el 66), The
Amazing Spiderman, Eternals
(colaboró exclusivamente en la segunda serie), Fantastic Four,
Marvel Two-In-One, The New Mutants (quince episodios),
Namor The Sub-Mariner (once),
Peter Parker
The Spectacular Spider-Man
(participó en
el lanzamiento de esta serie, desde diciembre de 1976, depurando
su estilo a partir de aquí), Nova, Balder (la serie
limitada escrita por Walter Simonson), Rom, etcétera.
El estilo de
Sal Buscema durante los setenta jamás destacó por su marcada
personalidad, pero sí por su profesionalidad a la hora de hacer
de llana para enrasar los estilos gráficos de diferentes autores
y así homogeneizar el producto final según el canon estético que
abanderaba Marvel. Fue en los años ochenta cuando decidió
abandonar su modo de trabajo limpio y efectivo, pero maquinal,
para desplegar sus propias alas artísticas. Se alejó por
completo de la clásica personalidad gráfica de su hermano o de
John Romita Sr. y acogió una nueva y con más aristas en una
etapa avanzada de la serie Spectacular Spider-Man (la del
clon), con guiones de Gerry Conway y J.M. DeMatteis y, en
algunas ocasiones, tintas de Bill Sienkiewicz, autor a cuyo
estilo quiso acercarse al comienzo de su metamorfosis. Este es
el mejor momento de Sal según los estudiosos del comic book
estadounidense y llegó a entintarse a sí mismo hasta la década
de los años noventa.
Recientemente, después de toda una carrera desarrollada para la
editorial Marvel en exclusiva, rescindió el contrato que les
unía a ellos y pasó a formar parte de la plantilla de DC. Sal
comenzó en esta casa editorial por realizar algunos trabajos
para la serie Superman, así como una historieta,
en 1997, para el Annual número 10 de Detective Comics con
tinta de Klaus Janson. Durante estos últimos años, ha visitado
varias veces España y ha promocionado sus últimas producciones
para DC: Superboy o The Creeper, entre otras. |
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