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Michael G.
Ploog era hijo de granjeros, y aunque de niño admiraba a los
maestros de la ilustración y del dibujo N.C. Wyeth, Harold von
Schmidt y Al Capp, primeramente orientó sus intereses hacia la
doma y la monta de caballos. Seguía disfrutando mucho dibujando
y leyendo cómics, sobre todo cuando descubrió a Jack Kirby y los
superhéroes en un baúl lleno de comic-books que había en casa de
su abuela, pero eso no mitigó su deseo de ser cowboy a los 15
años cuando se mudó a Los Ángeles, sede de una de las academias
ecuestres más importantes de los Estados Unidos. Incluso cuando
se alistó en el cuerpo de marines, pidió ser asignado a una
unidad montada, en la que estuvo gran parte de sus diez años
como militar.
Algo le hizo
cambiar de idea en 1969, cuando terminó su período militar, pues
orientó sus ambiciones profesionales hacia el dibujo. Tras
haberse fogueado en la revista Leatherneck, logró un
puesto de dibujante en las series de animación de Batman y de
Superman de Filmation Studios, y trabajó para la factoría Hanna-Barbera
(su primer trabajo allí fue un episodio piloto de Scooby-Doo).
Ploog pensó que ya había tocado techo profesional entonces en el
ámbito de la animación, donde era muy difícil progresar salvo en
labores de dirección o producción. Pero pronto los cómics
llamarían a su puerta.
Al año, Will
Eisner vio una muestra de su trabajo y decidió contratarle para
la revista P.S. Magazine. El autor de The Spirit
convenció a Ploog para que se mudase a Nueva York y se
convertiría en su mentor profesional y en su mejor consejero (él
fue quien le enseñó que lo importante en el cómic era insuflar
vida a sus creaciones). Mike comenzó a publicar historietas por
mediación de sus nuevos amigos Wally Wood y Ben Oda, atendiendo
primero encargos para las revistas de horror de Warren
Publishing, Creepy, Eerie y Vampirella. Aún
con la comezón de los superhéroes decidió también probar suerte
en Marvel Comics, en 1971, pero allí su estilo “eisneriano” no
gustó, y más por cuanto lo remitió a Stan Lee para que valorase
su potencial fue un western. Mas, las muestras también
cayeron en manos de Roy Thomas, quien sí vio potencial en Ploog
y le dio trabajo en comic books de “rampa de lanzamiento”, como
Journey into Mystery, Amazing Adventures y
Marvel Premiere.
A caballo de 1972 y 1973, Mike fue contratado para dibujar en
Marvel Spotlight, otra serie de miscelánea que explotaba
argumentos terroríficos en este caso. Ploog encajaba
perfectamente allí, poseía una línea rica en tinta y un sentido
de lo grotesco reminiscente de Jack Davis (según él mismo ha
reconocido), similar al de Wrightson (sin pretenderlo; luego se
harían amigos) y con un pulso narrativo elocuente y encantado,
herencia directa de Eisner. Con este puñado de aptitudes se
enfrentó a la creación Ghost Rider, personaje inolvidable que
Ploog diseñó como un easy rider con cráneo llameante, en
un estilo puente entre la estética underground de Clay
Wilson y la asimilada a los comics de superhéroes. Otro
hito en su carrera fueron sus posteriores lápices en Werewolf
by Night, donde Mike demostró ser deudor de Eisner en el
dominio de la luz y de los enfoques, en la composición de página
como estructura narrativa, y en el dominio de la narratividad en
general. Todo lo anterior también resulta aplicable a su trabajo
en la serie Kull the Conqueror, memorable sobre todo en
el núm. 11, cuando adaptó un relato de Robert E. Howard.
Ploog dibujó luego en Monster of Frankenstein, en
1973. Mantuvo allí su inusual estilo rayano en lo caricaturesco
que, curiosamente, potenciaba la sensación de patetismo,
tristeza y soledad en sus historietas de horror. Por eso mismo
destacó en la serie Man-Thing (desde mayo de
1974),
meritoria labor, inteligente y adelantada a su tiempo. También
trabajó en Dracula Lives! y adaptó la saga fílmica
Planet of the Apes, menester que le mantuvo ocupado hasta
1975, año en que se encargó de un número de Conan the
Barbarian: el prólogo a la recordada Saga de Bêlit. También
memorable fue su visión del mundo Weirdworld, que nació en 1976
en el magazín
Marvel Super Action Vol.
I.
Demostró allí Ploog
su afecto por la high fantasy y lo volvería a demostrar
en otra
aventura de
Weirdworld publicada en 1977 en el comic book Marvel Premiere.
Sin salir del género fantástico, al año siguiente
Mike hizo una obra maestra de la historieta para Savage Sword
of Conan, núm. 34, una protagonizada por Kull que
adaptaba el relato de Howard “The Mirrors of Tuzun Thune” y que
fue reproducida desde unos lápices originales recargados,
preciosistas, inolvidables...
Tras haberse mudado a una granja en Minnesota con el encargo de
una nueva entrega de Weirdworld, Ploog discutió con el editor
Jim Shooter y aquella historieta de Kull sería la última que
realizase en mucho tiempo (lo publicado en 1982 en Twisted
Tales y Alien Worlds, de Pacific Comics, había sido
dibujado previamente). Mike volvió al Cine, a diseñar fondos,
escenarios y a elaborar store boards para los filmes
fantásticos de Ralph Bakshi Wizards (1977) y Lord of
the Rings (1978). A continuación abordó otro proyecto
relacionado con los cómics, Heavy Metal: The Movie
(1981), aunque luego trabajaría en cintas de todo tipo en el
Reino Unido, país en el que vivió una década desde que se
incorporó a la producción Superman II (1980).
Ploog figura como dibujante en los créditos de Caveman
(1981), The Thing (1982), The Dark Crystal (1982),
Second Thoughts (1983), Return to Oz (1983),
Supergirl (1984) y Young Sherlock Holmes (1985).
Más tarde, llegaría a desarrollar trabajos de script, de
diseñó de personajes, escribió la secuencia de apertura de
Superman III (1983), actuó como director de la segunda
unidad del largometraje de 1986 Little Shop of Horrors y
como diseñador de producción en el dilatado vídeo musical de
Michael Jackson Moonwalker (1988), donde estuvo a punto
de conseguir su primer papel como actor.
Ploog hizo pocos cómics durante
estos años (Marvel Fanfare, núm. 24, la historia de Tom
Sawyer en Classic Illustrated núm. 9, portadas de Lone
Wolf and Cub), siendo digno de destacar The Life and
Adventures of Santa Claus, encargo de 1991 que recibió de un
editor de París y que tardó dos años en resolver, eso sí: con
una sensibilidad inaudita. Mike, al tiempo que trabajaba para la
televisión y el cine, siguió haciendo cómics ocasionalmente:
Terror on Planet of the Apes, 4 (del sello Adventure
Comics, en 1991), Sludge: Red X-Mas, 1 (Malibu, 1994),
Heavy Metal... En la última revista mencionada apareció su
historieta “Water and Power”, elaborada en 1997 para el especial
Heavy Metal: 20 Years, resuelta con un ritmo casi
cinematográfico envidiable y con una excelente labor de
caracterización.
Trabajos
recientes suyos en cine han sido Witches (1990) o el
filme animado Prince of Egypt (1998).
Ploog también ha ilustrado cromos y tarjetas (DC Master
Series, la famosa serie de Guardians de FPG, o su
propia serie: Mike Ploog) y ha dado el visto bueno a un
libro recopilatorio de su obra: Moonshadows (SQP, 1998),
escaparate de su lápiz maestro, de su fantasía y de su amor por
el onirismo a lo Tolkien.
Algunos de sus últimos trabajos han sido: ilustraciones para el
juego de rol Magic. The Gathering 7th (Wizards of the
Coast, 2001), una historieta para el libro compilatorio The
White Man Dancing (Aardwolf Publishing, 2003), y una parte
del dibujo de Abazad, serie del sello Crossgen que es
ofrecida entre 2003 y 2004 y cuya historia –urdida por J.M.
DeMatteis- transcurre en dos planos a la vez, uno real y otro
fantástico. Ploog eligió dibujar la parte fantástica,
evidentemente. |
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