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James C.
Owsley es uno de esos guionistas todo terreno de los comic books.
Ha escrito de todo. Debutó en Marvel en 1983, primero
participando en uno de esos lanzamientos de miscelánea
divertida, concretamente en el Marvel No-Prize Book, y a
continuación escribiendo al completo la miniserie de cuatro
comic books The Falcon (El Halcón, el colega del Capitán
América). Aquel mismo año se responsabilizó del octavo
lanzamiento especial anual de la serie Conan the Barbarian
Annual, y dos años después, desde 1985, seguiría
ocupándose de los anuales de esta colección del cimmerio dado
que también le fue adjudicada la responsabilidad de la serie al
completo y los números especiales continuaban arcos argumentales
nacidos en los comic books en color, en cuya caja de créditos
figuró Owsley a partir del número 172.
Jim escribió
todos los comic books de Conan the Barbarian hasta
alcanzar el número 213, y allí concibió y narró una de las
mejores sagas de Conan en los ochenta. Owslwy fortaleció
entonces dos personajes algo débiles creados previamente por
Michael Fleisher, Tetra y Delmurio, y rescató con acierto a
otros que habían nacido en la serie en blanco y negro, Imhotep y
Wrarrl, para en las estupendas aventuras que fueron dibujadas
por Val Semeiks y Geof Isherwood. Desde 1984 el nombre de J.
Owsley apareció y desapareció, cual Guadiana, en diferentes
títulos de Marvel: Marvel Team-up, Moon Knight,
Further Adventures of Indiana Jones, Amazing High
Adventure, Daredevil, Thor, Power Man &
Iron Fist, Spectacular Spider-Man, Web of Spider-man,
y Amazing Spider-Man. En esta última serie se ocupó de la
saga en que se revelaba la identidad del supervillano denominado
simplemente El Duende, los episodios justamente anteriores al
momento en que Peter Parker se declara a M.J. Watson.
Owsley había
demostrado hacer buen usufructo de ideas ajenas y ser un eficaz
creador de sagas y de tramas interesantes, así que fue de nuevo
llamado a Conan en 1989. Pero ya no a la colección en color del
Conan vagabundo, sino a la del Conan monarca, con el fin de que
Jemes atase los cabos sueltos que otros habían dejado en la
serie Conan the King para poder cerrar dignamente la
colección con aquellos inolvidables números 51 a 55. Mas, el
guionista ya estaba para entonces con un pie en Marvel y otro en
la competencia, DC, y entre 1988 y 1989 fue el responsable de
guiar la colección donde nació el mito de Supermán, Action
Comics. Para esta editorial también se ocupó en lo sucesivo
de Green Lantern: Emerald Dawn, Secret Origins, Batman,
Unknown Soldier o, ya en 1993, Black Canary.
En los
primeros noventa volvería a Marvel, como lo demuestra su guión
para el número 13 de Marvel Super-Heroes, pero sobre todo
ha trabado como editor durante los años finales del siglo XX, en
series como Arion the Inmortal, Black Condor (de DC
Comics), Black Hood, Crucible, Crusaders y Comet (Impact
Comics). |
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