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Douglas Moench se convirtió en escritor de cómics profesional a
los 24 años gracias a la oportunidad que le brindó el editor
James Warren al encomendarle un breve guión de horror para el
núm. 42 de Eerie en 1972. Doug prosiguió aferrado al
género terrorífico durante los primeros años de su carrera,
colaborando en los magazines de Warren Publishing Co. Eerie
y Vampirella (hasta 1975) y en el magazín de Marvel
Comics Dracula Lives!, con la salvedad de dos encargos
puntuales de las editoras Last Gasp (Grim Wit núm. 2) y
DC Comics (G.I. Combat núm. 163).
En 1974, Moench probó suerte con las editoriales de Sal
Quartuccio y Kitchen Sink hasta recalar en Marvel
definitivamente. Allí dispensó guiones de terror y de poca
relevancia en general para Vampire Tales, Tales of the Zombie,
Frankenstein, Fear, Savage Tales (su primer encuentro con la
fantasía heroica, escribiendo las historias del bárbaro Brak) o
Creatures on the Loose (donde creó al personaje Man
Wolf). En ese mismo año, el guionista dio el campanazo por
partida triple: Se hace cargo de Master of Kung-Fu, serie
durante cuya realización trabó amistad eterna con el dibujante
Paul Gulacy y, juntos, convirtieron en mito a Shang-Chi y, a la
serie, en un clásico de los comic books de esta década, llegando
a escribir más de un centenar de episodios trufados de filosofía
oriental y acción al estilo Ian Fleming. También tomó por
entonces Moench las riendas de Werewolf by Night, en cuyo
núm. 32 nació el personaje Moon Knight (El Caballero Luna), muy
celebrado posteriormente cuando lo desarrolló en su propia
serie. Asimismo, pergeñó otro interesante personaje secundario
en el núm. 25 de Astonishing Tales, el cyborg Deathlok.
Demostrada su capacidad creativa, Doug prosiguió su carrera
resolviendo encargos de mayor empaque, como Doc Savage Vol.
II, un magazín excepcional en el que colabora con Buscema,
The Inhumans, Ka-zar, Rampaging Hulk, Captain Marvel o
Fantastic Four. También, a finales de los años setenta, se
responsabilizó de series completas: Godzilla, Shogun
Warriors (basada en los juguetes de Mattel) y Kull the
Destroyer (iniciando una nueva saga del personaje bárbaro
tras un parón en la serie).
Los ochenta fueron años de hitos en la carrera del guionista,
pues de obras maestras hemos de calificar sus trabajos para
Bizarre Adventures núm. 26, Kull the Conqueror Vol. II
núm. 2 (junto con John Bolton, en ambos casos) y las dos
series limitadas de rescate obligado que dibujó Gulacy bajo el
título Six From Sirius (tampoco carece de interés su
labor, por estas fechas, en Thor, Epic Illustrated, King
Conan y Marvel Comics Presents).
Mas, esta década también lo fue de cambio para el autor, dado
que Moench se mudó de empresa, desde Marvel a DC (en la gran
“diáspora Shooter” ocurrida en el seno de Marvel entre 1980 y
1982), tras los infructuosos intentos de asentarse en Eclipse
Comics y Fantagor Press. Así las cosas, ingresó en DC en 1983,
trabajando en todo tipo de títulos: Arion Lord of Atlantis,
Lords of the Ultra-Realm, The Omega Men (incentivando en
esta serie de ciencia ficción la presencia del personaje Lobo,
luego muy popular), Slash Maraud (miniserie inolvidable,
de nuevo junto a Gulacy), Cops, Electric Warrior, Wanderers
(un spin-off de las series protagonizadas por los
Legionarios del Espacio)... pero descollando particularmente en
la series del Hombre Murciélago, Batman, donde desarrolla
a personajes como Bane o Jason Todd (un nuevo Robin) y seriales
como los renombrados “Knightfall” y “Prey”.
En la última
década del siglo, Moench ha proseguido fiel a DC y a Batman, y
todos recordamos sus guiones para títulos como Batman &
Dracula: Red Rain (junto a Kelley Jones, artista con quien
ha desarrollado buena química), Batman vs. Predator:
Bloodmatch, Batman/Spawn: War Devil y otros. También ha
cedido su buen hacer, últimamente, para editoriales como Special
Studio, Dark Horse, Marvel (revitalizando al vampírico Morbius),
TSR, Adventure Comics y Factoid Books (él ha firmado los libros
The Big Book of Conspiracies, de 1995, y The Big Book
of Unexplained, de 1997).
Recientemente, volvió a escribir para Paul Gulacy nuevas
aventuras de Shang-Chi. Y no ha dejado de trabajar. |
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