|
Richard “Dick” Giordano fue un fiel amante de la aventura desde
su más tierna infancia.
Creció
imitando a Milton Caniff y las películas de Serie B de su
tiempo, desarrollando un sofisticado estilo para narrar con
dibujos las escenas de acción, así como un entintado meticuloso
a la par que generoso. Siembre larguirucho y siempre optimista
(y algo duro de oído, debido a una enfermedad), concluyó sus
estudios con éxito en la School of industrial Art para
introducirse en el mundo de los cómics con temprana edad: en
1951, en la serie Sheena de la editorial Fiction House.
Desde el año
siguiente inició una relación con la editorial Charlton que
duraría 17 años, obteniendo allí experiencia como artista en
todo tipo de cómics. Entre 1957 y 1959 desempeñó el cargo de
“Editor Asistente” de la empresa, sin por ello dejar de dibujar,
sobre todo personajes sin poderes, que eran los de su gusto.
También de esta época datan sus trabajos para la editorial Dell,
a veces utilizando el seudónimo de
Ric Dano,
que perduraron hasta 1966, año en que le ofrecieron el puesto de
editor en
Charlton. En esta etapa de su vida trabó contacto con la
fantasía épica al editar historietas como
“Thane of
Bagarth”, obra de sus jóvenes amigos Steve Skeates y Jim Aparo,
o “Sir Lancelot and the Haunted Tower”, historieta de fantasía
medieval que el propio Giordano dibujó.
El autor
cosechó gran aprecio como editor, sobre todo por su excelente
trabajo en series como Blue Beetle y The Question.
Eso llamó la atención de los gestores de DC Comics, empresa que
le contrató en 1968 para desempeñar el cargo de editor. Dick se
trajo consigo a DC a todos sus amigos de Charlton: Aparo,
Skeates, Dennis O’Neil, Steve Ditko y Pat Boyette, para crear
nuevos productos que, en principio, resultaron tener aspecto
algo siniestro (Creeper, Hawk and Dove o The
Secret Six). Su labor como editor no impidió que siguiese
desarrollando la faceta artística y jamás dejó de visitar su
mesa de dibujo. Él parafraseaba a Joe Kubert para explicar este
comportamiento: «Mientras
continúe dibujando, me seguirá interesando este trabajo».
Así, sería el entintador de la época de cambios de Wonder
Woman, de una mítica etapa en la serie Green Lantern /
Green Arrow y de la nueva imagen de Batman que desarrollaron
O’Neil y Neal Adams. Pero eso no fue todo, Giordano llegaría a
entintar viñetas y portadas de ¡más de un centenar de títulos de
DC durante los siguiente treinta años!
En 1971, el
modo de editar de Giordano chocó frontalmente con la filosofía
de otros editores y directores artísticos de la empresa y dejó
su puesto para trabajar como entintador, logrando ser uno de los
más apreciados de aquella y de la siguiente década, fase de su
carrera en la que formó equipo junto con Adams para crear el
estudio (luego sello) Continuity Comics. De esta época datan
casi todos los trabajos de Giordano para Marvel, en su mayor
parte tintas, que desarrolló entre 1973 y 1975: Worlds
Unknown, Drácula Lives!, Doctor Strange, Strange Tales,
Marvel Premiere, Legion of Monsters, Marvel
Feature, Thor, Iron Man, Marvel Two-in-One,
Ms. Marvel, Nova.
Para el caso
de Conan, entintó una breve saga en Conan the Barbarian
(números 48 a 51, que son los que estamos disfrutando ahora),
alojó un pin-up en el núm. 15 de Marvel Treasury
Edition, colaboró en la portada de uno de los vinilos con
narraciones de aventuras del cimmerio, y dibujó al
completo una de las más memorables adaptaciones de la literatura
original de Robert E. Howard: “The Jewels of Gwhalur” (Savage
Sword of Conan, 25).
En esta etapa
como free lance también laboró con las editoriales Archie,
Star*Reach, White Cliffs y, por supuesto, DC, empresa a la que
volvió a desempeñar labores editoriales en 1980 (seducido por un
sueldo astronómico). Giordano, en su vuelta al puente de mando
de DC, impulsó la creatividad de los autores y coordinó a los
recién llegados editores Roy Thomas, Ross Andru y Len Wein. Dick
seguía lleno de energía y tan dicharachero como siempre e
intentó contagiar su euforia a los lectores a través de notas
editoriales encendidas y sinceras. En 1982, al ver que Charlton
se hundía en la bancarrota, Giordano indicó que se adquiriesen
los personajes de aquella casa convencido de que podría hacer
algo con ellos (a él le debemos Watchmen, pues).
Desde 1984,
Giordano se planteó renovar el panorama editorial reclutando a
nuevos autores y creando nuevos cómics que captasen a un nuevo
público, más adulto, a la vez que unificaba los conceptos del
Universo DC con Crisis on Infinite Earths. Tras ser
nombrado Vicepresidente de la compañía en 1986, Dick comenzó a
conseguir sus objetivos respaldando: la renovación de
Superman, por Byrne, Wolfman y Ordway (y sus propias tintas,
recordémoslo); a los autores de Swamp Thing, sin
arredrarse frente a las imposiciones del Comics Code y sentando
el precedente de los cómics con la etiqueta “for mature
readers”; el extraño proyecto de Alan Moore y Dave Gibbons
Watchmen. De sus gestiones fue consecuencia que,
por fin, DC superara a Marvel en cuota de mercado, y el
nacimiento de una línea de cómics para maduros que terminó
llevando los sellos Vértigo y Paradox Press.
Empero, a
comienzo de la década de los años 90 Giordano se percató de que
se hallaba cansado de bregar como editor. Siguió dándole al
pincel y a la plumilla, entintando cómics y portadas para DC,
haciendo portadas para las series de Impact Comics Comet
y Crucible, dibujando historietas y portadas para la
serie de la editorial Topps Comics Cadillacs and Dinosaurs,
trabajando en una decena de series de la editorial Valiant entre
1994 y 1995 y, en las recientes series de Marvel Comics
Spider-Man, Sleepwalker y Spider-Man/ Punisher:
Family Plot, haciendo lápices y tinta con el mismo espíritu
combativo de siempre pese a rozar, hoy, la setentena.
En octubre
de 2003 salió a la venta el libro Dick Giordano: Changing
Comics One Day At A Time, editado por TwoMorrows, una
biografía escrita por Michael Eury que cubre toda su carrera. |
|