La
revista Lúpin
Guerrero, Divito y Sidoli fundan Ediciónes G.D.S. y deciden publicar la
revista Lúpin. Los nombres que se barajaban en un principio para
el título eran Aventurietas o Resorte, hasta que
finalmente quedo Lúpin. Aparecio el 1-II-1966 con una tirada de
3.500 ejemplares.
Lúpin es un menudo piloto de aviación, una caricatura de su propio autor
y que hoy está en boca de todos pues el sobrenombre del actual
Presidente de la República Néstor Kirchner es, justamente, "Lúpin" por
el parecido físico que tiene con el personaje.
Aparte de ser una revista de historietas, Lúpin se hizo famosa por los
planos para armar modelos de aviones, en lo cual ponía gran esmero
Guerrero. A partir de 1969 y luego de la muerte de Divito, Guerrero y
Sidoli le dieron a la revista el formato que ellos deseaban, potenciando
el aspecto técnico. Gustó mucho y recibieron miles de cartas. Hasta el
día de hoy siguen escribiendo ingenieros, pilotos y hasta un astronauta
argentino de la NASA que fueron de aquellos chicos lectores de la
revista.
La fantasía y la inocencia de una época ya ida se reflejan en cada
historieta de la revista. Lúpin y sus compañeros son los personajes
sobrevivientes de una forma clásica de dibujar y escribir historietas y
que aún mantienen su vigencia a pesar de todo. Sobre su creación decía
Guerrero: «Nosotros
no tenemos muchas pretensiones de obtener dinero, nos conformamos con lo
que nos deja la revista y tratamos de mantenerla lo mejor posible».
La revista Lúpin ocupaba, hasta 1999, 2 oficinas del tercer piso
del edificio Gloria en la calle Presidente Roque Saenz Peña (Diagonal
Norte), 825, el mismo sitio de la redacción de Rico Tipo. Hoy,
Lúpin está instalada en la Oficina 213 del segundo piso de la calle
Sarmiento Nº 412.
En lo formal, Lúpin siempre lució un aspecto de realización casera,
amateur, por su impresión sumamente modesta. Por sus características
puede decirse que ocupa un lugar intermedio entre una revista
estudiantil (Billiken, Anteojito, Genios) y una revista técnico
práctica como Mecánica Popular o Gente Práctica. Es
exactamente el paso siguiente que da un niño al convertirse en jovencito
y que deja de leer las revistas estudiantiles; por supuesto es un
jovencito cuyas inquietudes se inclinan hacia lo técnico. Un joven ya
más crecido busca la revista técnica pero nunca deja la Lúpin
pues ya le conquistó el corazón y la seguirá adquiriendo más
esporádicamente durante toda su vida. Esto ocurre durante ya casi
cuarenta años; y los lectores de Lúpin son de todas las edades.
Lúpin
publica en todos los
números siete historietas distintas: cinco de ellas son de relatos
completos y dos son tiras.
"Purapinta"
(un guapo no muy "guapo" o sea no muy valiente) siempre aparece en la
pagina 1, debajo del título de la publicación
y del texto que dice: “Director: H. Sidoli”. Las cinco historias
completas se componen de tres títulos fijos: "Bicho y Gordi", "Resorte,
ayudante del Profe" y la principal
"Lúpin, el piloto". Las dos historietas restantes son títulos rotativos:
"Saltapones","Piedrito y Saurito","Al
Feñique", "Mosca Kid". La tira restante es “El gatito Juanchi”. Al
Feñique es un gángster medio policía. Kid Mosca es un boxeador con
anteojos. Bicho y Gordi son dos amigos adolescentes protagonizando
enredos junto con Bubi y las chicas (Tili y Alicia). Y, finalmente,
Saltapones es un inventor amateur atolondrado que vive con su esposa
Nilda. Tanto en Bicho y Gordi como en Saltapones abundan los cartelitos
risueños como en Resorte.
Las paginas de Lúpin también están pobladas de pequeños artículos
e informaciones de tipo técnico científico, de planitos con circuitos,
de ideas practicas, de hobbies. No faltan desde el primer número
los planos para realizar maquetas de aviones, la promoción del
aeromodelismo fue siempre prioridad de
Lúpin,
y es el corazon mismo de la revista. Otra de las características de
Lúpin es la existencia del "Correito del Gordi", una sección de
correo de lectores donde la revista toma contacto más directo con sus
seguidores, siempre en tono ameno y cordial.
Lúpin, la revista de las cositas muy utiles.
Más de cuatrocientos números y casi cuarenta años publicándose. De
formato apaisado ("formato Patoruzú", como escriben los que
desean orientar y ubicar enseguida a los curiosos), de 14 x 20 cm., con
64 paginas de papel modesto, en blanco y negro. Las cubiertas son en
colores y con papel más satinado. En la primera página de su contenido reza
“Revista mensual de historietas y técnicas didácticas para jovencitos”,
editada por Ediciónes G.D.S., impreso por la Sociedad Impresora
Americana S.A.I.C.
En el número 447, Año XXXVII, de XII-2002 cambia su presentación, esta
vez el título es Lúpin, historietas y hobbies. Eleva su precio a
$ 2,50 pero su tamaño es menor (13,5 x 19,5 cm.) y el papel de su tapa
es más rustico. Ahora está impresa en Arco Iris Impresiones S.A. Como
aliciente anuncia la “Version Digital de la Revista desde el primer
número de la colección” (el de II-1966), en siete discos ópticos
adquiribles a $ 40 cada uno. Por esto, Lúpin es la única revista
argentina digitalizada desde el número 1 al 243 (aproximadamente 36
revistas por cada cedé, más un disco con todos los suplementos de
aquellos años) y es la publicación más innovadora del periodismo
argentino [ más información en revista-Lúpin@argentina.com. Y en
www.revista-Lúpin.com.ar ].
El último número consultado para la realización de este artículo ha sido
el 461, de febrero de 2004, que presenta las mismas características
formales, de impresión, y contenidos.
Las aventuras de Lúpin el piloto
Todas las historietas de Lúpin son de tipo humorístico y
específicamente cultivan el humor blanco. Son todas tramas de aventuras
y llenas de optimismo aunque a veces hay sorpresas como cuando "El
Hombre de Otra Galaxia" ataca a los soldados de las fuerzas que lo
hostigan y debe hacer comentarios como:
«Los
soldados no tienen la culpa pero debía defenderme»;
hay una gran diferencia con tantas y tantas historietas donde la muerte
es algo constante y hasta "normal". En el caso relatado la muerte de
esos soldados es sentida profundamente y el dibujante sabe que el lector
de Lúpin no está habituado a esa clase de desenlaces dramáticos.
El toque distintivo que hace simpáticas a las historietas publicadas en
Lúpin es su pintoresco y particular sentido del humor. Sidoli,
tanto en su papel de Tito Sol como firmando Dol, es el responsable de
dichas particularidades. así vemos tanto en Bicho y Gordi como en
Resorte y en Saltapones un gracioso estilo humorístico, lleno de
cartelitos y mensajes escritos por todos lados, en la ropa, en las
paredes, en los vehículos, en los aparatos y artefactos.
Yendo a ejemplos
concretos: la serie de Resorte el ayudante del Profe (que es Dol) es
definida como “Tecno-Ciencia Ficción” y como corresponde a dicho género,
aquí, en nuestra República se realizan lanzamientos espaciales y se
envían hombres y naves hacia el cosmos. En la historia “Pájaros
espaciales” tanto Resorte como el Profe y su amigo Febo viajan al
espacio, más exactamente hacia un asteroide; y veremos toda una serie de
acontecimientos pintorescos y la permanente presencia de jocosos
cartelitos: El monitor en la base de operaciones se llama "Afuera Visor
2", el ascensor que lleva a los astronautas dice "Use la escaleras es
más seguro", el monitor del telescopio de la nave es el "Afuerascopio",
ellos realizan un "Asteroidizaje", el traje espacial tiene un cartelito
que dice exactamente eso "traje espacial"; en los tubos de oxígeno dice
"Aire gratis" en uno y "Aire de Tandil" en el otro. La casa neumática
que arman en la superficie del asteroide lleva esta leyenda: "Burbuja
Lunar, Made in Sarandi Strand, Argentina" con la bandera con solcito y
todo. Dentro de la burbuja dice: “Achtung! No se olvide el traje
espacial antes de salir. Vorsicht!". "Mantener una de las dos puertas
cerradas al salir". En el traje de astronauta de Febo dice "Febo asoma"
(Es el inicio de la letra de "La Marcha de San Lorenzo", canción
patriótica). En el visor esta escrito "A los otros caños", el
Afuerascopio luego es el "Afuera Visor". La central espacial es el "Cometodromo
del Sur", la nave mientras va regresando algo maltrecha muestra la
leyenda "Sarandi Strand, Argentina" e inmediatamente aparece en ella "Rakete
3" y "Kilmes, Argentina" con la banderita y su sol. A veces de cuadrito
en cuadrito van cambiando los cartelitos y las leyendas, es como si
"tuvieran vida" o como sucede en los estadios de fútbol en donde las
publicidades van mostrándose de inmediato una detrás de otra. Es muy
pintoresco. En otro capítulo de "Resorte" se envía una sonda espacial y
la misma se llama "Espiador" y a continuación dice "Argentina",
el lanzamiento y los controles se hacen desde el "Cosmodromo" local.
Lúpin, en sus 44 años de trayectoria como personaje de historieta ha
vivido muchísimas aventuras y pasado por diversas etapas. Una de las más
logradas es cuando integra un circo volante, brindando espectáculos de
acrobacia aérea por los pueblos del país junto con sus amigos Adonis y
Tornillo. El nombre elegido es "Los diablos del cielo". En uno de esos
recorridos yendo de pueblo en pueblo y debido al cansancio y el
agotamiento Adonis realiza un mal aterrizaje y rompe su hélice. Lúpin
entonces debe volar hacia el Aeroclub "durante horas sobre los campos en
flor" para buscar una hélice de reemplazo "que sea resistente para el
trabajo". Al llegar a destino se encuentra con su amigo Gafas quien
solicito concurre al taller del aeroclub y le entrega una magnifica
hélice para el "Tiger Moth" de Adonis. En ese dialogo entre amigos de l
aire Lúpin le dice a Gafas: "Estamos hechos unos gitanos del aire.
Nuestro domicilio es el avión y nuestro mundo el espacio. Somos libres
como los pajaritos. Y el publico responde..." Toda una declaración.
Complementa y completa lo anterior este dialogo entre los acróbatas
-mientras cenan frugalmente- antes de pernoctar en la carpa que armaron
sobre la superficie del campito donde aterrizaron "cuando la noche se
vino encima". Adonis dice: "Estoy contento, al público le entusiasma ver
el vuelo de los aviones, siempre gustan estas cosas, y hasta ahora
tenemos éxito". Lúpin contesta: "Es linda esta vida de gitanos del
aire...Nos divertimos...Ganamos dinero..." Finalmente tercia en la
conversación Tornillo (quien esta armando la carpa): "¡Pero como extraño
mi mullida camita!..."
En Lúpin núm 417 hallamos un curioso caso de impregnación de la
Historia en la ficción: El "encuentro" de Lúpin, Lunfardino y Antoine de
Saint Exupery, a la sazón director de la Aeroposta Argentina (Correo
aéreo argentino). Lunfardino, viejo mecánico de aviones añora sus
tiempos de juventud, Lúpin se lo lleva (en avión, obviamente, en un
viejo biplano) al taller de Bochosky. Allí el joven inventor ha creado
una maquina del tiempo, introducen a Lunfa en la esfera y el Bocho lo
traslada al pasado: 1920. El Lunfa aparece (joven) en una esquina de
arrabal y empieza a revivir su pasado: se encuentra con su viejo amigo
el abuelo de Lúpin (ambos son jóvenes) y empiezan las aventuras, entre
las que se incluyen historia en las que comparten protagonismo Gardel y
Saint-Exupery.
Saint-Exupery se inspiro en las charlas con una niña argentina para
escribir El Principito. Dichas charlas fueron en la provincia de
Entre Ríos durante la estadía en el domicilio de un matrimonio francés
amigo de Exupery. La niña era poseedora de una gran sensibilidad e
imaginación que impactó al francés. Este hecho, aunque anecdótico, es
significativo por cuanto los estudiosos de la literatura lo han ido
olvidando.
Lúpin no olvidó
incorporar tampoco la memoria de Jorge Newbery (1875-1914, héroe máximo
de la aviación argentina) a sus páginas.
Jorge Newbery y Carlos Gardel han
compartido un mismo destino, no solo han sido amigos e ídolos populares,
también poseen una eterna sonrisa carismática y el trágico destino de
morir en accidentes de avion; finalmente comparten el destino de ser
sepultados rodeados por el dolor de una multitud popular pocas veces
vista. Lunfardino -al finalizar el relato sus aventuras como seguidor
incondicional de Gardel- comenta: «Despues
debido a sus giras lo veíamos poco... Cantó ante Reyes, Príncipes,
Presidentes... Y grandes personalidades lo aplaudieron aquí y en
Europa...».
«¡Qué
vida activa! -expresa el joven Lúpin. Sigue el abuelo Lupin-: Así es...
Luego el cine.. Las películas... Nueva York... Mas películas... Y al
final la gira fatal...».
Lunfardino completa: «Fue
el día más triste. Nunca se había visto desde Jorge Newbery un ídolo
popular tan sentido».
El joven Lúpin acota: «Y
en los dos tuvo que ver la aviación ¡Es curioso!»
Brillantemente concluye Lunfardino:
«¡Es que necesitaban alas pa
volar a las estrellas, pibe! ¡Ejem!»
«¡Ah,
Lunfa solo no más!»,
celebra el abuelo.
Conmovedores diálogos.
NOTAS:
Todo esto es un sueño, y también es edificante e ilusionante, es
la utopía de imaginar que desde nuestras tierras
se
puedan lanzar naves de tecnología compleja y misiones espaciales.
La C.N.I.E. (Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales)
existe en nuestro país y también la CO.N.A.E (Comision Nacional de
Actividades Espaciales). Han enviado diversos satélites al espacio
pero esos lanzamientos se realizan desde el exterior. Se
realizaron tareas como la de los Sensores Remotos, y también hay
jóvenes astronautas argentinos trabajando en la NASA, pero es un
sueño aún que todas esas maravillas se efectúen desde aquí.
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