Historia de una editorial de cómics / FORUM, 1982-2000
Parte V: Subcapítulo: “Celso Piñol, editor en
funciones”
Veíamos en el capítulo anterior cómo la Empresa se
había cerrado en banda ante mi solicitud
de atender las peticiones de aumento de sueldo de los
redactores más jóvenes del Departamento (Juan José Macarro, Emilio
García, Antonio Sánchez). Peticiones que yo había elevado
reiteradamente a la superioridad competente, o sea al Consejero
Delegado de Planeta-DeAgostini, Carlos Fernández, durante los dos
años anteriores.
A ello se unía la frustración profesional de
Montserrat Samón, responsable –como assistant del director
editorial– de las licencias internacionales y la contratación de los
derechos de edición de las obras de comic y manga que publicaba
Planeta-DeAgostini. Su frustración, debida a que no se le reconocía
oficialmente el carácter ejecutivo de su posición laboral, llevaría
posteriormente a Samón a despedirse voluntariamente de la Empresa
(1999), sin recibir por tanto indemnización alguna. Y aún había
otras peticiones desatendidas que afectaban a otros redactores o a
mí mismo...
Por otra parte, la disminución de las ventas –general
a todas las editoriales populares y de quiosco– repercutía
negativamente en Planeta-DeAgostini y quizá más especialmente en
este momento, primeros meses de 1998, en el Departamento de
Publicaciones Populares y Comics, por lo que yo estaba recibiendo de
la Empresa instrucciones negativas que acabarían por afectar –si se
seguían al pie de la letra– a muchas de nuestras colecciones de
cómics.
Todo ello y la propia dinámica del mercado, con la
acelerada evolución de los gustos e intereses de los lectores que
repercutía sobre nosotros en el aumento de los lectores más jóvenes
y en cierta desgana del público “fidelizado” durante muchos años (y
que había constituido hasta entonces nuestra reserva más segura), me
hacían plantearme ya desde 1996, pero sobre todo ahora en 1998, la
necesidad de reorientar nuestras líneas editoriales ante el
convencimiento de que se estaba produciendo un nuevo y drástico
cambio en el mercado español del cómic.
Según mi análisis se imponía la necesidad de nivelar
la edición de manga, controlar la multiplicación de comic books de
superhéroes, buscar nuevamente la posibilidad de publicar material
europeo, y si era posible también español. Y también orientarnos
hacia nuevos soportes y nuevos productos editoriales. Al mismo
tiempo que, de nuevo, intentar captar al público infantil y,
equilibrando la balanza, pensar ya en un público lector más maduro
mentalmente.
Nueva renovación de la Redacción Forum
En estas circunstancias y en este momento hube de
encarar un serio problema, que afectaba radicalmente a mi
planificación y a las proyecciones editoriales que estaba haciendo.
Si bien anunciadas desde meses antes, en el último
trimestre de 1998 (finales de octubre) se produjeron dos bajas en el
equipo de redacción del Departamento editorial de Publicaciones
Populares y Comics de Editorial Planeta-DeAgostini, S.A., al decidir
mancomunadamente Antoni Guiral, Redactor-jefe, y Ana María Meca,
redactora responsable de la Línea Manga, pasar a la empresa Camaleón
/ Equipo Fénix, de la que serían copropietarios como socios de Alex
Samaranch y Juan Carlos Gómez.
Quiero señalar que aunque lógicamente y a nivel
humano acepté la decisión de Guiral y Meca con el deseo de que fuera
para bien (deseo que no compartían ni la Dirección ni las áreas
comerciales de la Empresa, escandalizadas al pensar que iban a hacer
la competencia a Forum), profesionalmente sentí una gran
frustración, ya que su decisión rompía el equilibrio del
Departamento al privar a éste de dos de sus elementos más valiosos.
No es por lo tanto extraño que, aún respetando su
decisión, intentara conseguir hablando con ambos, primero juntos,
después por separado, que reconsiderasen su decisión. Antoni Guiral,
Redactor-jefe y mi mano derecha, era fundamental en la estructura en
la que en aquel momento se articulaba la redacción. Mientras que Ana
María Meca era y es una de las personas más inteligentes que han
pasado por el mundillo profesional de los cómics en España, tanto
que incluso después de dejarnos le escribí una carta (quizá dos, no
lo recuerdo con exactitud) exponiéndole cómo la consideraba
insustituible en la línea editorial manga y en el total de las
ediciones del Departamento
y pidiéndole que pensase en la posibilidad de reintegrarse a Forum.
Inútilmente.
Al llegar a este punto hube de proveer y cubrir las
bajas. Así, a propuesta mía como director editorial y responsable
del área de cómics, pero pasando, por primera vez desde 1982, por el
control del Departamento de Recursos Humanos (vulgo departamento de
personal) de Planeta-DeAgostini, las bajas se cubrieron con Jaime
Rodríguez Milán y Celso Piñol Guerrero, este último recomendado para
el puesto por Antoni Guiral.
De quien era quien...
Jaime Rodríguez era para mí un desconocido, tanto que
no recuerdo que hubiésemos hablado nunca antes de la primera reunión
que mantuvimos. Sabía, y de ahí mi interés por contactarle, que
entre otros lugares había trabajado en las revistas de información y
teóricas de Camaleón, sobre todo creo recordar que en Neko
(dedicada al manga), y que en aquel momento trabajaba en la
organización, librería y empresa de venta por correo (estrechamente
unida a Planeta-DeAgostini) de Daniel Navarro. En última instancia
le avalaba cierta fama de culto y de trabajador meticuloso. [Sobre
Daniel Navarro, su amistad con Antonio Pérez, Director Comercial de
Planeta-DeAgostini, y su contrato con la Empresa para la venta de
números atrasados de nuestros cómics podrá leerse en la Parte III
del libro el epígrafe: “Por fin Forum puede atender las peticiones
de los coleccionistas”]
Tras nuestra primera reunión, en la que hablamos un
buen rato –creo recordar que yo más que el– de tebeos, lectores y
calidad editorial, acabé haciendo a Jaime Rodríguez una doble
propuesta: hacerse cargo como redactor editorial responsable, de las
ediciones de la línea manga, y quedar como ayudante directo mío en
la colección de libros de cómic “adulto” que yo quería editar y
estaba proyectando por entonces (Maus, Gen, From
Hell, Palestine, etc.)
Por el contrario, Celso Piñol era un antiguo conocido
al que casi habíamos visto crecer mientras pululaba durante años por
la Redacción Forum haciendo de todo un poco. Primero Jordi Solé le
pidió dibujitos y chistes, después le encargamos que probase con una
serie de historietas de humor como complemento de algunos de
nuestros comic books de superhéroes. Posteriormente (Solé ya había
marchado para montárselo por su cuenta) acabamos encargándole una
sección, artículos, correos de los lectores y hasta asesorías, y
durante un tiempo contestó la línea directa telefónica con los
lectores. Al mismo tiempo, y en todo momento, Celso echaba una mano
organizando el archivo de tebeos publicados, haciendo cajas de
materiales para el almacén, comprobando fotolitos, etc. Y
generalmente todo bien, quizá con un exceso de solicitud y
disponibilidad... Por supuesto siempre cobrando, quizá no mucho,
dada la constante escasez de presupuesto del Departamento, pero
dándole yo siempre los títulos mejores y más sonoros posibles a sus
funciones ocasionales: auxiliar externo, ayudante editorial,
assistant de redacción, etc.
Celso también había colaborado en la Línea Laberinto.
Y si bien era un hombre para todo
para toda la Redacción, lo era especialmente para Antoni Guiral,
quien, mientras se preparaba para marchar, le ofreció prácticamente
todo lo que Piñol podía desear (así lo aseguraba después el
interesado). Como redondeo, en 1998, y desde hacia poco tiempo,
Forum editaba su tebeo Fanhunter.
La frecuente presencia de Celso Piñol en la Redacción
me permitió conocerle mejor, vivir sus inquietudes, saber de cerca
de sus historias personales..., asistir a sus momentos de debilidad
y también a los de exaltación triunfal, valorar su amor pasional por
el cómic y sobre todo calibrar su instinto de triunfador, fruto de
su ego superdesarrollado. Más o menos a estos tiempos corresponde el
mejor momento de la relación personal entre Celso y yo, cuando de
vez en cuando nos íbamos a comer los dos a un burguer y me
contaba su vida y sus aspiraciones entre bocado y bocado de
hamburguesa. [Sobre esta etapa ver mi prólogo al tebeo Cels Piñol
Destroys the Forum Universe (Excelsior Forum), Planeta-DeAgostini,
mayo de 1997]
Conociendo a Celso y valorando de forma realista y
profesional su preparación para el nuevo puesto de trabajo, hube de
rebajar las propuestas que parecía que Guiral
le había hecho. Por
ello ofrecí a Piñol el hacerse cargo, como redactor editorial
responsable, de la línea WildStorm e Image de comic books
norteamericanos (trabajo que hasta entonces había sido oficialmente
responsabilidad de Guiral, quien lo había descargado en gran parte
en la redactora editorial Cristina Avilés).
Respecto a la Línea Laberinto, que en su primera
etapa había sido obra personal de Antoni Guiral y cuyo total control
parecía deducirse que esperaba Piñol, propuse a éste ser el redactor
editorial de lo que a partir de entonces sería una Colección, de la
que nombré director a Francisco Pérez Navarro, pensando que ambos se
complementaban y sumarían esfuerzos a favor de la colección –este
fue uno de mis más brillantes
errores, y no el único, en la remodelación de la Redacción Forum–.
En cuanto a los trabajos editoriales del tebeo Fanhunter
(escrito y dibujado por Celso Piñol y editado por Planeta-DeAgostini)
los puse bajo la responsabilidad de Alejandro Martínez Viturtia, a
fin de garantizar la puntualidad y continuidad periódica de este
tebeo.
Contratos eventuales y contrato indefinido...
A los nuevos redactores se les ofrecía inicialmente
un contrato eventual por un período de prueba de seis meses, según
norma habitual del Departamento de Recursos Humanos (RR HH) de
Planeta-DeAgostini. Más 15 pagas y vacaciones. Horario fijo y
obligación de fichar, etc. Al finalizar el Contrato de seis meses,
si los resultados eran satisfactorios a juicio de la dirección de la
Empresa, y ello interesaba a los nuevos redactores, pasarían a tener
contrato indefinido y pertenecer a la plantilla y nómina de la
Empresa.
Desde estos planteamientos de empresa pasé a lograr
el “placet” del Consejero Delegado de Planeta-DeAgostini, quien se
reservaba siempre el dar el visto bueno a las contrataciones de
nuevo personal, al igual que a los cambios de categoría, despidos,
etc. También a los sueldos, que fijaba personalmente, y que en el
caso de Celso Piñol fijó a la baja por considerarle por el momento
sólo un “assistant editorial” o “editor en funciones” (a reserva de
retocar su sueldo en el futuro cuando demostrase su valía y
rendimiento en el nuevo puesto de trabajo)
Aceptado todo ello por Jaime Rodríguez y Celso Piñol,
libre y, en apariencia, gustosamente, aún quedaba otro requisito.
Ahora, por primera vez en la historia de Forum, el Departamento de
RR HH impuso que previo a la contratación de nuevo personal se
realizase una valoración de su perfil laboral, siguiendo el
documento Propuesta de Contratación para Empleados de uso de RR HH.
Pasados los seis meses de trabajo se llegó al
vencimiento del contrato eventual. A la vista de lo hecho y de los
futuros resultados previsibles se ofreció a Jaime Rodríguez la firma
de un contrato por tiempo indefinido y su pase a nómina. Lo que así
se hizo.
No fue así en el caso de Celso Piñol, pues al llegar
a abril de 1999 existían serias dudas al respecto. Éste había pasado
de su anterior afabilidad y solicitud cuando tan sólo era
colaborador externo a una posición de prepotencia que desarrollaba
en el trato con algunos colaboradores, como si creyese que los
comportamientos de fuerza eran inherentes a su nuevo cargo. Se
sumaban ocasionales enfrentamientos con uno o dos miembros de la
Redacción, y sus desacuerdos con la política de la Empresa le
llevaban a chocar conmigo como representante de la misma
(desacuerdos que eran jaleados desde internet por sedicentes amigos
de Piñol, a los que éste nunca desautorizó). Sumaba su incapacidad
para separar los temas personales de los laborales, que le llevaba a
airearlos externamente. Todo esto y otras muchas pequeñas cuestiones
alteraban el buen rollo de la convivencia interna del Departamento y
creaba la duda respecto a la decisión a tomar.
En aquel momento las opciones eran dos: no pasar a
Celso Piñol a contrato indefinido, quedando de nuevo en la situación
de colaborador externo. O bien renovar su contrato por un nuevo
período de prueba y de nuevo con carácter eventual.
La opinión del Consejero Delegado, manifestada clara
y explícitamente cuando en abril de 1999 le consulté el caso, era la
de que no se renovase el contrato y se sustituyese a Celso Piñol por
otra persona de mayor confianza. Sin embargo, yo deseaba darle una
nueva oportunidad, convencido de que pese a los conflictos causados
se trataba de un hombre apasionado por los cómics y deseoso de
desarrollar una actividad editorial, lo cual era valorable desde una
visión editorial estrictamente productiva...
Fue así como trabajé hasta lograr de la cúpula de
mando de la Empresa que se procediese a una nueva contratación
eventual de Cels Piñol, por un periodo similar de tiempo (seis
meses) y como prueba definitiva desde la que tomar una decisión
meditada final. Sin embargo, mi valoración de Piñol como un
profesional que ya había dejado atrás su apasionada etapa de fan
estaba equivocada.
[ leer parte final del subcapítulo ]
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