Editorial ;
Los personajes de “Planes para toda la vida” podrían pensarse como las reencarnaciones de una misma voz a lo largo de la historia de la Tierra: un diplodocus existencialista, un niño vidente y una serie de animales antropomórficos que comparten inquietudes sobre el amor, los sueños, el dinero, el hogar, los dibujos animados, la vejez, el futuro y la muerte. Mientras atraviesan bosques, selvas, montañas, desiertos y ciudades, alejados en algunos casos por millones de años, los múltiples protagonistas, sin saberlo, dialogan entre sí sobre los temas esenciales en la búsqueda de posibles formas de trascendencia. A su manera intentan encontrar, entre los pliegos secretos del universo, como el premio oculto en una caja de cereales, la síntesis que explicará todo y les permitirá alcanzar, por fin, una vida tranquila.