A ti, que te quejas de que te cambian las cosas de sitio, pero luego nunca bajas la tapa del váter.
¡A ti! Que protestas cuando los vecinos celebran fiestas, y luego te pones a abrir y cerrar armarios a las dos de la madrugada.
¡Y también es a ti! Que no soportas la falta de tolerancia y luego criticas a los que no piensan como tú.
Es un poco a todos, en definitiva, que siempre vemos la paja en el ojo ajeno, pero no en el nuestro.
Es a ti, y a ti, y a ti también…
…menos a ti, lector que compras este libro. Para ti no hay reproche alguno posible, ¡solo gratitud, amor y devoción!
¡Ah, lector, perfecto dechado de virtudes!