CHIO fue una publicación infantil que sufrió diferentes cambios durante sus 142 números de vida, siempre íntimamente relacionada con la prensa escrita.
Inicialmente, durante los 41 primeros números, adoptó el modelo magazine, con cubiertas plastificadas y con un contenido heterogéneo, ya que se alternaban las historietas con artículos y pasatiempos que eran continuación del suplemento de LA ACTUALIDAD ESPAÑOLA, con los mismos autores: Chevy, Focho, Ricardo Segura, Pepe, Camino y otros. En cuanto a las historietas, procedían mayoritariamente del extranjero, con material de Dupuis y Lombard, entre el que destacaban Las aventuras del viejo Nico, de Remacle; Sibilina, de Macherot, más otras de producción británica (por ejemplo, La Patrulla Fantasma, serie de Willie Paterson y Gerry A. Embleton, originalmente publicada en SWIFT entre 1962 y 1963), y series italianas de IL CORRIERE DEI PICCOLI como Violante, de Grazia Nidasio; Gelsomino, de Leone Cimpellin, o Cinco de Selena, de Dino Bataglia. Acompañando a todo el material extranjero, ocasionalmente alguna producción española, como el serial La isla del tesoro, de Gutiérrez y Chiqui de la Fuente, o historietas gráficas de Alfonso o Fernán. En el trascurso de los 41 primeros números, el dibujante navarro Carlos Baleztena tuvo una presencia muy destacada tanto con su apoyo en los artículos como tras la realización de historietas de la Tribu Chio.
En el número 42 se produce un cambio radical en la revista: pasa de 28 a 16 páginas, pierde las portadas plastificadas, el papel es de peor calidad, el precio baja de 8 a 2 pesetas y desaparecen casi la totalidad de los artículos y los dibujos de Baleztena. La revista se venderá en los quioscos y como suplemento del diario EL ALCÁZAR, a través del grupo Prensa y Ediciones (Grupo PESA). Así, a partir del numero 42 desembarcarán series que estaban publicándose en dicho diario, como Popeye o Príncipe Valiente, y la producción española va a adquirir mucha más importancia, colaborando asiduamente, entre otros, Tomás, con su Don Nuño Puño-Duro; Vicente Alcázar y Carlos Pino, con Hechos auténticos de guerra y La Patrulla Azul; José Pizarro, con Los hombres del volante, con guión de Patricio Deslen, y Sportman, con guión de José Casquel, o Francisco Blanes, con adaptaciones literarias (Gulliver, Heidi, etc.). Junto a ellos persisten historietas traducidas de materiales servidos por Hanna-Barbera a través de la agencia Zardoya, historietas francobelgas, como el Poussy de Peyo o los personajes animales de Macherot, y material de King Features como Steve Canyon de Caniff; Tigrillo, de Budd Blake, o Daniel el Travieso, de Ketcham.
A partir del numero 96 dejó de aparecer en los quioscos, vendiéndose sólo a través de suscripción y como suplemento del diario EL ALCÁZAR. Sin embargo, el acercamiento editorial del periódico a tendencias más aperturistas dentro del régimen franquista hizo que fuese requisado por la Prensa del Movimiento, desapareciendo EL ALCÁZAR y NUEVO DIARIO. Con ello, el suplemento CHIO despareció para siempre tras alcanzar los 142 números.