Libro de historietas encuadernado en rústica con 50 páginas interiores más cubiertas impresas en color. Historieta de ciencia ficción ambientada en el pozo de un cuerpo humano enfermo en cuyo interior le han sido introducidos un grupo de homúnculos, diminutos sanitarios que trabajan restablececiendo la salud del paciente desde las mismas entrañas de este como en un desordenado ratorium.
Junto al tebeo, y con número de ISBN propio (978-84-15933-12-0), se editó un cuaderno de bocetos titulado The Body Sketchbook. Cuaderno grapado, con unas dimensiones de 21,1 x 14,8, con 28 páginas interiores en blanco y negro y cubiertas en color.
Fragmento de un texto del autor (tomado del propio tebeo):
¿Cómo surgió la idea?
Hacer un cómic sobre el cuerpo humano es algo que rondaba mi cabeza desde que era pequeño y dibujaba largos tebeos donde los protagonistas eran cirujanos, y el quirófano era el único escenario donde transcurría la acción. Probablemente me influyó la figura de mi padre, que es médico, aunque también contribuyó la curiosidad o el morbo que siempre me han despertado las enfermedades y anomalías del cuerpo humano. Unos deciden seguir los pasos de sus progenitores estudiando medicina y otros, en cambio, dibujan cómics sobre médicos que operan.
Podríamos decir que esa es la vertiente más “ortodoxa” de mis influencias. La dimensión más “romántica” se la debo sin duda a mi madre y a su amor por el cine y la cultura impresa, que siempre ha tratado de inculcarme desde que era un niño.
Otras referencias, más obvias, que han inspirado este cómic son, sin duda, el programa Érase una vez la vida y los films: Viaje alucinante y El chip prodigioso. Tras esas influencias evidentes está, por supuesto, la ciencia ficción clásica de los años 50 de la editorial E.C., todo el cine de la escuela Roger Corman, Kubrick, Coppola, Scorcese, Spielberg, Ridley Scott, Robert Zemeckis, David Cronenberg, Paul Verhoeven, Joe Dante, los hermanos Cohen y una lista interminable de directores y autores que, de un modo u otro, han influido en mi manera de contar una historia.
Lejos de pretender contar un relato sobre miniaturización, alta tecnología y sofisticadas cápsulas espaciales, decidí alejarme de los aspectos más técnicos (probablemente como excusa para no tener que inventarme toda esa terminología y que resultara algo coherente) para centrarme más en lo que pensé que debía hacer en el cómic: escenificar una historia en el interior de algunas zonas del cuerpo humano. Esos paisajes que vemos en las endoscopias que a veces nos parecen exóticos escenarios extraídos de algún lugar lejano y desconocido representaban la excusa perfecta para hacer un recorrido mediante una sencilla historieta.