French Kiss

Sobre “French Kiss”, exposición que reúne sus últimas pinturas, el propio autor reflexiona: “Estamos acostumbrados a medir el tiempo en unidades exactas, a creer que pasa y se va, a perderlo irremisiblemente. Pero todo esto es relativo. El tiempo es flexible y recuperable, podemos acortar o alargar el presente, construir el futuro y recrear el pasado. Se tarda tanto tiempo en pintar un cuadro y tan poco en mirarlo. Es el estigma de toda obra de arte. Afortunadamente podemos mirar un cuadro una y otra vez y ver más y más detalles, nuevas sensaciones. Detener el tiempo a nuestro antojo. Mi padre siempre me decía que tenía que tener paciencia al pintar… y no solo en eso. Esa paciencia es el recurso del tiempo para dominar la mano, la idea, el color y el trazo. Y al final eres capaz de pintar muy deprisa. Para que se mire muy despacio. Así como el tiempo es cambiante, es cambiante mi forma de trabajar según el momento y el motivo; incluso mi estado de ánimo. ¿Si pinto deprisa gano tiempo? ¿O es al revés, al pintar despacio? ¿Cuánto tiempo permanecerá el espectador mirándolo? ¿Entenderá enseguida el mensaje, o divagará? Cuando trabajas en ilustración y publicidad no caben ambigüedades, se ha de entender enseguida, en pintura puedes jugar con el mensaje. Y me gusta dejar mensajes ocultos en los cuadros.Desde siempre he querido incluir el devenir del tiempo en mi obra. Contar una historia completa en una sola imagen. He realizado los suficientes cómics y escrito relatos, como para entender que una sola imagen no es suficiente para expresar lo que quiero. Así, la inclusión de frases y letras, la combinación de varias imágenes en un solo cuadro. Me dan la posibilidad de intentar recrear lo que quiero o no quiero contar. Esta nueva muestra en la Galería Amador de los Rios, reúne trazos de comics y cruces conceptuales, ideas complementarias y contrapuestas. Un juego de Pop-Art, Expresionismo, Grafismos, Grafitis, Tatuajes, Letras de canciones, frases comunes en inglés, iconos fácilmente reconocibles, ideas y sensaciones visibles y ocultas, primarias y sofisticadas. Enlazadas de forma aleatoria o no. Son pinturas rápidas que han tardado treinta años en fraguarse entre mi mano, el pincel, el dibujo, el color y el papel.La lectura del código depende del espectador, su comprensión y significado les pertenece y es totalmente subjetivo, independiente del que yo he concebido, que a veces es tan críptico que ni yo mismo lo entiendo.”

Kiko Feria (Ayamonte, 1959) se dio a conocer en los años 80 como un pintor e ilustrador de indudable talento, además de editor y agitador cultural cuando ésta era una actividad de riesgo en un Madrid a caballo entre la transición política y la locura de la Movida.