Gorila gigante habitante de la Isla Calavera, donde los aborígenes le adoran como a un dios, que sufre un trágico final en el Empire State Building de Nueva York, según se cuenta en King Kong (RKO, 1933) y en sus distintos remakes.
En la inmediata secuela de la película original, The Son of Kong (RKO, 1933), decubrimos que Kong tuvo un hijo, un gorila albino que tendrá también un trágico final al hundirse la isla.