La Editorial Progreso fue fundada en 1931 con el nombre "Editorial de los Trabajadores Extranjeros en la URSS". Su propósito era la difusión internacional de textos soviéticos, traducidos a diferentes idiomas, sobre marxismo-leninismo, ciencias sociales y otras disciplinas académicas. En 1939 fue rebautizada oficialmente como "Editorial de Literatura Extranjera" y a partir de 1963, tras una reorganización interna, comenzó a ser conocida por el nombre que la hizo popular: Progreso. Publicó libros traducidos a diferentes idiomas, entre ellos el castellano, con el fin de promocionar el comunismo en América Latina o en España.