VUELO RASANTE SOBRE LA HISTORIETA.
Vuelo rasante es un tebeo especial porque, en realidad, no parece un tebeo. Pero tampoco es otro producto que se pueda identificar claramente, aunque siempre cabe la opción de aplicarle una etiqueta, como podría ser por ejemplo “poema gráfico”, a la vista de su estructura y mensajes. Ya que estamos en la era del eufemismo, cabría incorporar una nueva etiqueta genérica, como “poesía gráfica”, definiendo una nueva línea de mercado que podría interesar a cierto público sensible a la hibridación de imágenes etéreas con discursos simbólicos.
En este sentido, Pejac logra seducir al lector con elipsis luminosas: los rayos de luz mostrados de viñeta en viñeta no sólo indican la posición del sol con respecto a los personajes y los escenarios (lo cual da la medida del tiempo), además efectúan una ‘siega’ sobre los sueños o las ambiciones de los protagonistas. Esto es lo más hermoso de estas historias. La luz, manifestación de la realidad, corta los árboles a medida que los sueños dan paso al día. En el caso del cazador, es al contrario: la luz trae consigo el bosque. Para el resto de historias, la luz sólo sirve de reloj para el lector, con la conclusión final convertida en noche, que es noche y que es muerte a la vez.
Contracubierta del libro. Clic para ampliar.
Guste o no el grafismo de Pejac, ciertamente tosco y voluntariamente feísta, basta para representar estas emociones gráficas con la suficiente claridad. Vuelo rasante debe leerse como un libro que usa de un lenguaje, el de la historieta, para cometidos que van más allá del mero relato. Tiene razón Varillas al calificar estas viñetas de “asombrosamente bellas y [con] unas metáforas de transparencia trágica”. El asombro se constata porque el feísmo que parece brotar en la primera lectura se transforma en algo hermoso. Lo trágico procede de la propia atmósfera de las viñetas, que más allá de las interpretaciones que se hagan desde la razón, lo que persiste tras la lectura es una sensación incómoda, como una acusación, que atañe a todos.
Esto es bueno. Hay que seguir esta danza de viñetas.