TEBEOSFERA. EL TESÓN COMO LEMA
MANUEL BARRERO

Resumen / Abstract:
Reflexión del autor sobre la naturaleza de la historieta aprovechando el quinto aniversario de nuestra web dedicada a su estudio. / Thoughts about the nature of comic on the fifth anniversary of our website dedicated to its study.

TEBEOSFERA. EL TESÓN COMO LEMA

www.tebeosfera.com  
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Algunas de las webs pioneras en la divulgación de la historieta en España.  

Tebeosfera nació como uno de los proyectos de divulgación en línea que afloraron con el siglo XXI en España. Nacimos como un sitio web con alojamiento independiente al igual que con anterioridad lo habían hecho Dreamers, Zona Negativa o Universo Marvel, y otros muchos sitios web, que ascendieron a cientos en los cinco primeros años del naciente siglo. Luego se manifestaría con fuerza el “fenómeno blog”, y propuestas como las de La Cárcel de Papel, Misión Tokio o Entrecomics más tarde, entre muchas otras, contribuyeron a ampliar el espectro de divulgadores sobre tebeos de un modo que nunca se había visto en España. La proliferación de opinantes se acercaba cada vez más a la cantidad de lectores de cómic y reprodujeron el esquema de articulación de las redes sociales: una enorme red diversa de opinión libre pero sin jerarquía, sin un referente principal en el que las novedades fueran ordenadas sistemáticamente, en el que la documentación relevante fuera reconocida como tal.

Internet, que nació como un sistema de comunicación para científicos y militares, se integró con total naturalidad en la corriente relativista de entre siglos, y hoy disfrutamos de la mayor cantidad de información jamás acumulada con el mayor desorden jamás visto. Por fortuna, no todo el mundo participaba de esa mentalidad, y hubo organizadores de contenidos que se afanaron, ya desde el comienzo de la implantación de las redes http y ftp, por ordenar conocimientos sobre diversos materiales. Entre ellos, Comics.org, en EE UU, o bdgest.com, en Francia, son perfectos ejemplos de ello. Comenzaron a trabajar en los años noventa, y sus frutos pueden disfrutarse hoy: son las mayores bases de datos de cómics estadounidenses y de la bande dessinée en lengua francesa, respectivamente.

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BD GEST, la mayor base de datos de cómics franco belgas.

En España se pretendía hacer lo mismo, pero ningún proyecto arrancaba. La primera Tebeosfera pretendía desarrollar este modelo organizador, pero con una tecnología inadecuada (programación en HTML exclusivamente) nos tuvimos que conformar, durante sus cinco primeros años de vida, con tener una “página web” que se esforzaba por demostrar que era una revista (con sus sumarios, y sus contenidos ordenados temáticamente), y que desarrolló algunos esfuerzos muy aplaudidos, como: la recopilación de tesis doctorales sobre cómic y humor gráfico; la localización de todos los humoristas españoles en prensa; las entrevistas realizadas a grandes guionistas o a figuras olvidadas de la historieta española; la prospección de la historieta argentina que tanto inspiró a otros (Sonaste Maneco); un amplio estudio del cómic de horror; la recuperación de más tesis doctorales (como la de prensa satírica valenciana y, a través de ella, de una historieta publicada en Valencia en 1864); un impresionante repaso a los cómics de fantasía heroica, como nunca se había hecho; procesos iniciados de catalogación de prensa teórica exhaustivos (Dolmen, Slumberland, Comicguía, etc.), que resultarían de gran ayuda a otros divulgadores y estudiosos en el futuro.

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Así era (y es) la primera época de Tebeosfera.

 

Pero este modelo de edición, aunque se ha preservado con su estructura y configuración (sus diecinueve números están en http://www.tebeosfera.com/1/), no servía para construir lo que realmente deseábamos: una gran enciclopedia de la historieta y los tebeos españoles que desafiara en calidad y rigor de sus contenidos a lo que se iba escribiendo en paralelo en la popular Wikipedia. Nos tomamos un año de descanso para planificar un modelo adecuado para desarrollar esa idea (una base de datos con tablas relacionales funcionando bajo php), durante el cual seguimos publicando textos de opinión y artículos en nuestro blog, http://www.tebeosfera.blogspot.com/. Y, finalmente, en 2008 arrancamos de nuevo, con nuevo aspecto y con nueva estructura, lanzando con alegría nuestro “Catálogo visual de los tebeos”, un embrión del actual Gran Catálogo de la historieta, integrado por apenas 5.000 fichas y al que así llamamos porque incorporaba por primera vez miles de portadas en color de nuestros tebeos patrios, algo que nunca se había visto siquiera impreso.

Lo cierto es que fuimos muy optimistas entonces, porque aquel catálogo era muy menesteroso con respecto a lo que sería luego, y nuestras capacidades para generar documentos teóricos corrían paralelas a lo exiguo de nuestra redacción. Aun así, no nos amilanamos y proseguimos con un sistema que extrañaba a los que nos miraban como bichos raros: “Éstos quieren hacer una revista, que yo no veo, mientras lo lógico sería, hoy, hacer un blog, alimentar la Wikipedia o ir a trollear por los foros”. No sé si en 2008 se decía ya “trollear”, pero desde luego el espíritu era aquél, un presentismo patente, muy preocupado por la novedad y por su acceso inmediato, para rápidamente pasar a la siguiente novedad de comentario fugaz e instantáneo. El interés por el rescate patrimonial sólo lo mostramos algunos locos, y el deseo de publicar documentos con un mínimo protocolo científico (recepción con aval, revisión y corrección, edición atenta) no era lo habitual. De ahí que Tebeosfera fuera considerada un sitio web extraño, no acorde con los tiempos, equiparado a lo inmoderado o incluso lo reaccionario. Nos costó tiempo convencer al público de que no sólo nos interesaba la historieta de antaño, también la actual, y que éramos capaces de publicar artículos densos, pero también entrevistas a autores de rabiosa actualidad o, en fin, mantener viva una base de datos sobre tebeos distribuidos en España puesta al día constantemente.

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La actual TEBEOSFERA: 5 años, 11 números y 218 portadas con cientos de artículos sobre el cómic, junto con el mayor catálogo de tebeos y humor gráfico de nuestro país.

Es obvio que no lo conseguimos de inmediato. Ha costado mucho trabajo. Mucho esfuerzo subterráneo en incesantes sesiones para mejorar el código y mejorar el funcionamiento público del sitio web. Muchas llamadas y horas de dedicación con otros teóricos y coleccionistas. Cientos de miles de catalogaciones de fichas, sobre las que hemos vuelto una y otra vez. Muchos desvelos sobre los textos, en lo que ha supuesto la creación de un equipo de redacción muy cohesionado y con las ideas muy claras, en el que todos hemos aprendido, sufrido y disfrutado a partes iguales. El objetivo, siempre, mejorar, ofrecer el dato más riguroso, el texto más depurado. Todo ello por mor de que consideramos que la historieta es un medio tan importante como cualquiera y así queríamos que lo vieran todos: el aficionado y el coleccionista, sí, pero también el estudioso afín, y el periodista o el investigador universitario, o el intelectual que no es ducho en esta materia, o los interlocutores y gestores culturales de otras áreas, y los que dirigen las instituciones culturales o los políticos. Todos.

Creemos que ha sido así, que en estos casi doce años de vida del proyecto Tebeosfera y los cinco consolidados de sitio web jerarquizado, hemos construido los cimientos de una consideración. No nuestra consideración dentro del medio o entre otros divulgadores. No. Lo que hemos conseguido ha sido incrementar la consideración general que se tiene hacia los tebeos. Ahora hay quien se asoma a Internet y encuentra al autor, la serie o la colección que recordaba de su infancia o que quiere comprar hoy. Ahora hay interesados que pueden rebuscar entre un millar de artículos sobre cómic –unos peores, otros mejores– para formarse una idea sobre temas muy diferentes tratados desde todos los enfoques posibles. La segunda época de Tebeosfera, que cumplió cinco años de vida con este número 10 que terminó en julio de 2013, ha supuesto uno de los mecanismos productores de documentación sobre cómic más fértil de los últimos años en lengua española. De documentación organizada, ordenada y de referencia, por supuesto, porque comentarios e informes sobre cómics se han generado millones durante estos cinco años. Pero nada comparable a lo que se ha hecho en nuestra revista, que ha aportado más de 600 artículos sobre temas tan interesantes como la historieta argentina, los tebeos de horror, los cómics de espías, la nueva historieta española, los míticos tebeos de la infancia españoles, la presencia de la mujer en el cómic erótico, y muchos otros temas tratados desde muy distintos enfoques.

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Nuestro catálogo impreso, con la mayor parte de nuestra base de datos actualizada a diciembre de 2012.

De nuestra experiencia, lo más importante ha sido, por supuesto, el trato entre nosotros y haber podido comprobar cómo poco a poco se han ido acercando a nuestro proyecto otros teóricos del cómic e intelectuales de diferentes ramas de la cultura. La formación de una asociación cultural en 2009 para sostener el mantenimiento del proyecto e iniciar una línea editorial de textos impresos surgió como consecuencia lógica. Y aquí estamos hoy, con un catálogo en línea con cerca de 200.000 fichas generadas, un fondo documental de un millar de artículos, una asociación con más de 150 miembros (contándose entre ellos los más reputados teóricos españoles) y alguna edición impresa de cierta relevancia (un Catálogo de los tebeos para el periodo 1880-2012, por ejemplo).

La clave de todo el proceso ha sido el trabajo desinteresado, tan altruista como esforzadísimo. Los catalogadores de Tebeosfera siguen siendo casi todos ellos anónimos en el llamado “mundillo”, los articulistas que buscamos suelen ser gente joven con ideas frescas que huyen de la imagen del gurú, y nuestro plan editorial busca textos de consulta y referencia, no presuntas rupturas o nuevos cánones. Tras tantas horas y gente implicada en la Tebeosfera, lo que nos ha quedado meridianamente claro es este decálogo de certezas:

  1. La historieta no es el cine de los pobres, ni literatura dibujada, ni usufructúa lenguajes ajenos. No es un género, es un medio. Un medio de comunicación cuya sustancia y potencial comunicativos se pueden situar a la misma altura que los de otros medios narrativos (literatura, cinematografía). Su origen no es concreto y depende de la parcela de estudio elegida, pero la mayoría de investigadores lo liga a las transformaciones de la imprenta, al auge de la burguesía en las sociedades industrializadas y a la creación de un imaginario mediante representaciones dibujadas que terminaría por reformular nuestro concepto de la realidad. Lamentablemente nunca contó con una tecnología o soporte propios que le confiriesen una carta de naturaleza especial o destacada, en el contexto general de la historia de la cultura.
  2. La pervivencia y materialización de este medio tiene lugar en el ámbito de las culturas populares, un área en la que participan activamente por vez primera en la historia los ciudadanos de a pie de forma directa y sincera (al menos hasta que la llamada democratización fue dominada por los grandes grupos comerciales). La historieta maduró antes como un decantado del folclor y de los intereses del pueblo llano que como un ejercicio intelectual, o al menos en mayor medida, de modo que tanto las fórmulas narrativas como los públicos objetivos se entienden en ese contexto.
  3. La gran plasticidad del medio en sus manifestaciones, que puede ir desde una simple viñeta hasta la recolección de cientos de miles de ellas (distribuidas en tiras, láminas o páginas, cuadernos o revistas, tomos o volúmenes), se desarrolla antes dentro de modelos expresivos que puramente artísticos. Es decir, la historieta no es necesariamente, ni de partida, arte. No obstante, muchas obras de historieta puedan ser comprendidas y admitidas como verdaderas obras de arte por sus específicas cualidades, alcance o significación.
  4. Una cualidad que posee de partida la historieta es la narratividad. La narración es la condición necesaria del cómic, aunque existen ejemplos de historietas puramente figurativas o incluso abstractas, en el límite del medio con otros medios o modelos expresivos. Los relatos, por supuesto, han cambiado a lo largo del tiempo, porque suplementan al medio, no lo condicionan. Hemos atendido a relatos míticos, tópicos, costumbristas, burgueses, fantásticos, aventureros, dramáticos, intimistas, adocenados, metanarrativos, insustanciales… todo relato es posible en este medio, hasta la negación del relato.
  5. La historieta ha ejercido poderosos influjos sobre otros medios. La caricatura satírica influyó sobre la prensa y la pintura, no sólo al contrario. Las historietas decimonónicas burguesas ejercieron su influencia sobre la formación de los ciudadanos, la configuración de los universos iconográficos coetáneos (la ilustración, el cartelismo, la publicidad) y sobre otros medios nacientes (la novela, la fotografía, la cinematografía), antes de que estos medios fuesen tomados como referente por los creadores de cómics. El cómic ha demostrado grandes débitos con respecto a otros medios, pero de entrada no podemos admitir que sea considerado un medio bastardo.
  6. La Ilustración fue el periodo histórico cultural que confirió forma y presencia al medio en Europa, para luego extenderse por América y por Oriente. La Modernidad ha sido la época en la que el cómic adquirió su dimensión industrial y mediática, transmitiendo sobre todo relatos de carácter cerrado y totalizador (el tiempo de los grandes relatos aventureros). La “edad de oro” del cómic en diferentes países tuvo lugar sobre todo en ese periodo, en los años cuarenta y cincuenta. La Posmodernidad llegó con el relativismo y las posibilidades abiertas, ya desde los años sesenta. Con ella se acabaron las “edades de oro” pero con ella vino el reconocimiento artístico y cultural, reconociendo el cómic como medio de masas cuando menguaban las industrias e integrándolo entre tendencias y corrientes de su tiempo, casi hasta la actualidad.
  7. Los cómics, sobre todo en ese periodo fronterizo entre el fin de la Modernidad y el comienzo de la deconstrucción de los relatos, demostró ser una plataforma de expresión muy libre. La historieta denuncia, la corriente underground, los cómics de contenido adulto o la transformación de los géneros tradicionales configuraron un nuevo panorama para la historieta en todo el mundo, que daba paso a nuevos modelos sin por ello aniquilar los antecedentes. El hecho de situar los cómics en los márgenes de la cultura oficial ha servido para seguir gozando de esa libertad creativa y reivindicativa.
  8. Los soportes de la historieta han sido muy distintos (desde la aleluya a la pantalla del ordenador), y sus formatos muy diversos, predominando sobre todo los impresos sobre papel. Los formatos deben entenderse antes como consecuencias de aplicaciones tecnológicas o de políticas editoriales que como estructuras conformadoras de corrientes. Hubo periodos en los que predominó el pliego, en otros la revista y en otros el cuaderno, con el libro avanzando como formato de interés creciente para editores a lo largo del siglo XX. En el XXI es el formato rey, pero más por razones económicas y de forma que culturales y de fondo.
  9. En España denominamos historieta a este medio desde los años setenta del siglo XIX, derivando el término en su día del nombre dado a un tipo de pieza teatral. Tebeo se usa como modismo desde la década de los años treinta del siglo XX, derivado del título de la revista TBO pero a través de la popularización de una canción. El uso popular y el deslizamiento semántico hizo el resto. Ambos términos no llevan una carga peyorativa inherente, esa carga fue conferida por pedagogos alarmistas, asociaciones de padres de familia conservadoras, políticos con afán fiscalizador o tecnócratas religiosos con brotes paranoides. Estas denominaciones para nuestro medio y sus productos son perfectamente defendibles en nuestra cultura, sin complejos.
  10. Es cierto que hemos importado muchas denominaciones de otras culturas, como el sintético término “cómic” o el polisémico “manga”, pero esto no debe implicar que nos desentendamos de nuestro patrimonio cultural. También es innegable que nuestra producción historietística ha sido menos efervescente, original, inteligente o brillante que otras. Así ha sido. Lo francés, lo británico, lo italiano, lo estadounidense, por este orden, y luego lo argentino y lo japonés, han acaparado muchas páginas en nuestros tebeos, pero también es innegable que tenemos una herencia de viñetas que conocemos poco y se ha valorado aún menos. Todo ejercicio de negación de lo que hemos sido nos conducirá a cometer errores anteriores o a reinventar fórmulas ya gastadas. Reconocer nuestro patrimonio es importante siempre y fundamental ahora.
 
Esto es, sobre todo, lo que nos guía a la hora de planificar, escribir, catalogar o editar en la Tebeosfera.
 
Si lo quieren entender como un manifiesto, son muy libres de ello.
 
Todos somos Tebeosfera.
Creación de la ficha (2013): Manuel Barrero (revisión de Paco Martos y Alejandro Capelo, edición de Antonio Moreno). · Datos e imágenes tomados de diversas fuentes.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Manuel Barrero (2013): "Tebeosfera. El tesón como lema", en Tebeosfera, segunda época , 10 (10-VIII-2013). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/tebeosfera._el_teson_como_lema.html