TEBEOSFERA. EL TESÓN COMO LEMA
Algunas de las webs pioneras en la divulgación de la historieta en España. |
Tebeosfera nació como uno de los proyectos de divulgación en línea que afloraron con el siglo XXI en España. Nacimos como un sitio web con alojamiento independiente al igual que con anterioridad lo habían hecho Dreamers, Zona Negativa o Universo Marvel, y otros muchos sitios web, que ascendieron a cientos en los cinco primeros años del naciente siglo. Luego se manifestaría con fuerza el “fenómeno blog”, y propuestas como las de La Cárcel de Papel, Misión Tokio o Entrecomics más tarde, entre muchas otras, contribuyeron a ampliar el espectro de divulgadores sobre tebeos de un modo que nunca se había visto en España. La proliferación de opinantes se acercaba cada vez más a la cantidad de lectores de cómic y reprodujeron el esquema de articulación de las redes sociales: una enorme red diversa de opinión libre pero sin jerarquía, sin un referente principal en el que las novedades fueran ordenadas sistemáticamente, en el que la documentación relevante fuera reconocida como tal.
Internet, que nació como un sistema de comunicación para científicos y militares, se integró con total naturalidad en la corriente relativista de entre siglos, y hoy disfrutamos de la mayor cantidad de información jamás acumulada con el mayor desorden jamás visto. Por fortuna, no todo el mundo participaba de esa mentalidad, y hubo organizadores de contenidos que se afanaron, ya desde el comienzo de la implantación de las redes http y ftp, por ordenar conocimientos sobre diversos materiales. Entre ellos, Comics.org, en EE UU, o bdgest.com, en Francia, son perfectos ejemplos de ello. Comenzaron a trabajar en los años noventa, y sus frutos pueden disfrutarse hoy: son las mayores bases de datos de cómics estadounidenses y de la bande dessinée en lengua francesa, respectivamente.
BD GEST, la mayor base de datos de cómics franco belgas.
En España se pretendía hacer lo mismo, pero ningún proyecto arrancaba. La primera Tebeosfera pretendía desarrollar este modelo organizador, pero con una tecnología inadecuada (programación en HTML exclusivamente) nos tuvimos que conformar, durante sus cinco primeros años de vida, con tener una “página web” que se esforzaba por demostrar que era una revista (con sus sumarios, y sus contenidos ordenados temáticamente), y que desarrolló algunos esfuerzos muy aplaudidos, como: la recopilación de tesis doctorales sobre cómic y humor gráfico; la localización de todos los humoristas españoles en prensa; las entrevistas realizadas a grandes guionistas o a figuras olvidadas de la historieta española; la prospección de la historieta argentina que tanto inspiró a otros (Sonaste Maneco); un amplio estudio del cómic de horror; la recuperación de más tesis doctorales (como la de prensa satírica valenciana y, a través de ella, de una historieta publicada en Valencia en 1864); un impresionante repaso a los cómics de fantasía heroica, como nunca se había hecho; procesos iniciados de catalogación de prensa teórica exhaustivos (Dolmen, Slumberland, Comicguía, etc.), que resultarían de gran ayuda a otros divulgadores y estudiosos en el futuro.
Así era (y es) la primera época de Tebeosfera.
Pero este modelo de edición, aunque se ha preservado con su estructura y configuración (sus diecinueve números están en http://www.tebeosfera.com/1/), no servía para construir lo que realmente deseábamos: una gran enciclopedia de la historieta y los tebeos españoles que desafiara en calidad y rigor de sus contenidos a lo que se iba escribiendo en paralelo en la popular Wikipedia. Nos tomamos un año de descanso para planificar un modelo adecuado para desarrollar esa idea (una base de datos con tablas relacionales funcionando bajo php), durante el cual seguimos publicando textos de opinión y artículos en nuestro blog, http://www.tebeosfera.blogspot.com/. Y, finalmente, en 2008 arrancamos de nuevo, con nuevo aspecto y con nueva estructura, lanzando con alegría nuestro “Catálogo visual de los tebeos”, un embrión del actual Gran Catálogo de la historieta, integrado por apenas 5.000 fichas y al que así llamamos porque incorporaba por primera vez miles de portadas en color de nuestros tebeos patrios, algo que nunca se había visto siquiera impreso.
Lo cierto es que fuimos muy optimistas entonces, porque aquel catálogo era muy menesteroso con respecto a lo que sería luego, y nuestras capacidades para generar documentos teóricos corrían paralelas a lo exiguo de nuestra redacción. Aun así, no nos amilanamos y proseguimos con un sistema que extrañaba a los que nos miraban como bichos raros: “Éstos quieren hacer una revista, que yo no veo, mientras lo lógico sería, hoy, hacer un blog, alimentar la Wikipedia o ir a trollear por los foros”. No sé si en 2008 se decía ya “trollear”, pero desde luego el espíritu era aquél, un presentismo patente, muy preocupado por la novedad y por su acceso inmediato, para rápidamente pasar a la siguiente novedad de comentario fugaz e instantáneo. El interés por el rescate patrimonial sólo lo mostramos algunos locos, y el deseo de publicar documentos con un mínimo protocolo científico (recepción con aval, revisión y corrección, edición atenta) no era lo habitual. De ahí que Tebeosfera fuera considerada un sitio web extraño, no acorde con los tiempos, equiparado a lo inmoderado o incluso lo reaccionario. Nos costó tiempo convencer al público de que no sólo nos interesaba la historieta de antaño, también la actual, y que éramos capaces de publicar artículos densos, pero también entrevistas a autores de rabiosa actualidad o, en fin, mantener viva una base de datos sobre tebeos distribuidos en España puesta al día constantemente.
La actual TEBEOSFERA: 5 años, 11 números y 218 portadas con cientos de artículos sobre el cómic, junto con el mayor catálogo de tebeos y humor gráfico de nuestro país.
Es obvio que no lo conseguimos de inmediato. Ha costado mucho trabajo. Mucho esfuerzo subterráneo en incesantes sesiones para mejorar el código y mejorar el funcionamiento público del sitio web. Muchas llamadas y horas de dedicación con otros teóricos y coleccionistas. Cientos de miles de catalogaciones de fichas, sobre las que hemos vuelto una y otra vez. Muchos desvelos sobre los textos, en lo que ha supuesto la creación de un equipo de redacción muy cohesionado y con las ideas muy claras, en el que todos hemos aprendido, sufrido y disfrutado a partes iguales. El objetivo, siempre, mejorar, ofrecer el dato más riguroso, el texto más depurado. Todo ello por mor de que consideramos que la historieta es un medio tan importante como cualquiera y así queríamos que lo vieran todos: el aficionado y el coleccionista, sí, pero también el estudioso afín, y el periodista o el investigador universitario, o el intelectual que no es ducho en esta materia, o los interlocutores y gestores culturales de otras áreas, y los que dirigen las instituciones culturales o los políticos. Todos.
Creemos que ha sido así, que en estos casi doce años de vida del proyecto Tebeosfera y los cinco consolidados de sitio web jerarquizado, hemos construido los cimientos de una consideración. No nuestra consideración dentro del medio o entre otros divulgadores. No. Lo que hemos conseguido ha sido incrementar la consideración general que se tiene hacia los tebeos. Ahora hay quien se asoma a Internet y encuentra al autor, la serie o la colección que recordaba de su infancia o que quiere comprar hoy. Ahora hay interesados que pueden rebuscar entre un millar de artículos sobre cómic –unos peores, otros mejores– para formarse una idea sobre temas muy diferentes tratados desde todos los enfoques posibles. La segunda época de Tebeosfera, que cumplió cinco años de vida con este número 10 que terminó en julio de 2013, ha supuesto uno de los mecanismos productores de documentación sobre cómic más fértil de los últimos años en lengua española. De documentación organizada, ordenada y de referencia, por supuesto, porque comentarios e informes sobre cómics se han generado millones durante estos cinco años. Pero nada comparable a lo que se ha hecho en nuestra revista, que ha aportado más de 600 artículos sobre temas tan interesantes como la historieta argentina, los tebeos de horror, los cómics de espías, la nueva historieta española, los míticos tebeos de la infancia españoles, la presencia de la mujer en el cómic erótico, y muchos otros temas tratados desde muy distintos enfoques.
Nuestro catálogo impreso, con la mayor parte de nuestra base de datos actualizada a diciembre de 2012.
De nuestra experiencia, lo más importante ha sido, por supuesto, el trato entre nosotros y haber podido comprobar cómo poco a poco se han ido acercando a nuestro proyecto otros teóricos del cómic e intelectuales de diferentes ramas de la cultura. La formación de una asociación cultural en 2009 para sostener el mantenimiento del proyecto e iniciar una línea editorial de textos impresos surgió como consecuencia lógica. Y aquí estamos hoy, con un catálogo en línea con cerca de 200.000 fichas generadas, un fondo documental de un millar de artículos, una asociación con más de 150 miembros (contándose entre ellos los más reputados teóricos españoles) y alguna edición impresa de cierta relevancia (un Catálogo de los tebeos para el periodo 1880-2012, por ejemplo).
La clave de todo el proceso ha sido el trabajo desinteresado, tan altruista como esforzadísimo. Los catalogadores de Tebeosfera siguen siendo casi todos ellos anónimos en el llamado “mundillo”, los articulistas que buscamos suelen ser gente joven con ideas frescas que huyen de la imagen del gurú, y nuestro plan editorial busca textos de consulta y referencia, no presuntas rupturas o nuevos cánones. Tras tantas horas y gente implicada en la Tebeosfera, lo que nos ha quedado meridianamente claro es este decálogo de certezas: