SUPERJ AL RESCATE
UN CÓMIC PARA DERRIBAR FALSOS MITOS SOBRE EL CÁNCER
1. Introducción
En mayo de 2017, la Fundación CRIS contra el Cáncer [1] —organización sin ánimo de lucro que invierte en proyectos de investigación contra el cáncer gracias al apoyo de socios, empresas y donantes— lanzó una campaña mensual en formato cómic para divulgar información de calidad y contrastada sobre temas relacionados con el cáncer. Desde su inicio, su principal objetivo ha consistido en explicar o aclarar conceptos clave sobre esta enfermedad y proporcionar una base de conocimientos científicos básicos.
En calidad de autor del cómic SuperJ al rescate, en este artículo describo cómo se gestó esta iniciativa, sus objetivos, sus retos y la acogida que ha tenido.
2. ¿Por qué un cómic para explicar conceptos sobre el cáncer?
En enero de 2017 me incorporé a la Fundación CRIS contra el Cáncer como responsable de proyectos científicos. Desde entonces, una parte importante de mis tareas habituales se basa en generar contenidos divulgativos relacionados con las actividades científicas de los investigadores y grupos financiados por nuestra Fundación. Estos materiales se destinan a nuestra página web, prensa, redes sociales, newsletters o cualquier tipo de comunicación.
SuperJ, un personaje de cómic para explicar el cáncer. | ||
Al haber realizado desde 2012 diferentes proyectos de divulgación científica en formato cómic, en general sobre inmunología y cáncer, el hecho de elaborar materiales haciendo uso de este formato para la Fundación representaba una oportunidad magnífica de seguir desarrollando esta faceta, experimentar con los contenidos y buscar nuevos enfoques. De ahí que cuando me incorporé a esta organización, su directora, Marta Cardona, y yo pactásemos que tendría libertad para presentar los contenidos científicos en este formato.
Desde un primer momento incorporamos algunos dibujos en la página web de la Fundación, especialmente en las secciones donde explicamos los proyectos que financia. Al tratarse de información puramente científica, pensamos que era una manera de ayudar al lector a entender los proyectos en una sola ojeada y de captar su atención. Al fin y al cabo, si un lector no percibe como atractivos los contenidos, es difícil que se anime a hacerse socio.
Hacia finales de abril de 2017, realizamos la primera comunicación con una estética de cómic. Con motivo del Día de la Inmunología, el 29 de abril, publicamos un folleto para redes sociales en el que se explica uno de los nuevos enfoques de los tratamientos contra el cáncer: la inmunoterapia. El contenido lo coordinamos junto a la Sociedad Española de Inmunología a fin de garantizar el rigor del mismo. La comunicación tuvo buena acogida y en la Fundación lo hemos utilizado con frecuencia para explicar en qué consiste la inmunoterapia.
Por aquel entonces, empecé a ocuparme de la lectura de los correos electrónicos que llegan a la Fundación cuyo contenido está relacionado con temas de índole científica, aunque sea de manera remota. Pronto empezamos a observar que un gran número de preguntas y dudas, enviadas principalmente por socios o personas interesadas en nuestras actividades, se repetían con frecuencia, así que empezamos a almacenarlas y clasificarlas. En general, la mayoría de los correos que recibimos habitualmente sobre cuestiones científicas o médicas se pueden incluir dentro de alguna de las siguientes categorías:
Los puntos 2 y 3 tienen algo en común. Se trata de consultas de personas que buscan información sobre temas concretos relacionados con el cáncer, su prevención y su tratamiento. Estos correos están fuertemente influidos por leyendas urbanas, falsos mitos y pseudociencias, y de ellos se desprende que gran parte de la sociedad carece de unos conocimientos básicos sobre esta enfermedad. Esta es la razón de que en abril de 2017 propusiera a la Fundación hacer un cómic periódico que respondiese a preguntas comunes sobre el cáncer.
A pesar de lo arriesgado de la iniciativa, Marta Cardona, la apoyó sin reservas por su afición al cómic y por ser de la opinión de que se puede tratar cualquier tema siempre que se haga con respeto y, en nuestro caso, con rigor científico. Según ella «es atractivo, rápido de leer, entretiene y eso hace que tenga mayor difusión, por lo que es un buen apoyo al fundraising».
3. ¿Por qué «SuperJ »? Sobre el protagonista
Desde un primer momento tuvimos claro que el protagonista de este cómic debía ser un científico. El mensaje de CRIS contra el Cáncer es que debemos apoyar a la investigación, así que lo ideal era que el cómic lo protagonizase alguien dedicado profesionalmente a la ciencia.
Figura 1. Boceto y aspecto final del protagonista de SuperJ al Rescate. © 2018 Fundación CRIS contra el Cáncer. |
Inicialmente pensamos en dibujar a un personaje desde cero, un investigador genérico. Pero de pronto, se nos ocurrió convertir en protagonista del cómic al Dr. Joaquín Martínez, jefe de Hematología del Hospital 12 de Octubre, director científico de CRIS y el primer investigador cuyo proyecto fue apoyado por esta fundación. Un profesional, en definitiva, con una trayectoria profesional brillante, pionero en España de las terapias celulares de última generación y, además, una persona muy apreciada por sus pacientes y compañeros. Al ser científico, innovador y cercano, se alineaba totalmente con la identidad y filosofía de la Fundación y, por supuesto, del personaje que buscábamos. Asimismo, se trata de una persona icónica y relativamente sencilla de dibujar, lo que lo convierte en el protagonista ideal. Por lo tanto, le consultamos si le parecía bien que hiciésemos un cómic en el que él fuese el protagonista y respondiese a las preguntas de los socios.
La idea le gustó mucho desde el inicio, aunque su primera reacción fue un tanto pudorosa. Al fin y al cabo, se le iba a representar como icono, y no sentía que su vida «pudiese inspirar a un superhéroe». Aun así, accedió de buen grado y se ilusionó mucho con la iniciativa, hasta el punto de que lo primero que hizo al llegar a su casa fue contárselo a sus hijos. Cuando se le preguntó acerca de la utilidad de aclarar dudas sobre el cáncer en forma de cómic, su respuesta fue que es importante que la sociedad y los pacientes desmitifiquen un poco estas patologías. Cuando a una persona se le diagnostica un tumor suele pensar en lo peor, y según el Dr. Joaquín Martínez, es muy importante intentar afrontar la enfermedad con la mayor normalidad posible. En su opinión, una historieta puede contribuir a esta labor de desmitificación.
Una vez contamos con su permiso, el diseño del protagonista fue bastante rápido. De hecho, prácticamente no ha cambiado respecto a los primeros bocetos (Fig. 1). El principal problema que nos surgió, sorprendentemente, fue encontrar un nombre adecuado para la serie de cómics. Nuestra compañera de comunicación, Claudia Estrella (de QMS Comunicación), nos propuso explotar uno de los estereotipos más extendidos sobre el cómic: el de superhéroe. Como muchas personas asocian aún cómic con superhéroes, el cómic y el personaje podrían llamarse SuperJ, y la etiqueta que se le adjudicaría en la red social Twitter podría ser #SuperJalRescate. La propuesta nos pareció convincente y la adoptamos enseguida.
4. Objetivos, contenidos y planificación
Nuestra idea es que SuperJ conteste de manera breve y concisa a preguntas de carácter científico, y puesto que los cómics que conforman esta serie se lanzan sobre todo en redes sociales y en newsletters, la extensión debe ser reducida. La cuestión científica sobre la que versa cada cómic debe abordarse y resolverse en un máximo de 10 a 12 viñetas (aunque en algún caso concreto hemos llegado a 14) (Fig. 2).
Figura 2. Ejemplo de capítulo de SuperJ al Rescate, en el que se describe los fundamentos y aplicaciones de la inmunoterapia. © 2018 Fundación CRIS contra el Cáncer. |
En ellas, SuperJ interpela directamente al lector, y cada viñeta equivale a un concepto, a una idea. Más que desarrollar una historia, la intención es que el protagonista dialogue con el lector, aclarándole sus dudas. Como remate, en la última viñeta de cada uno de los episodios, SuperJ reivindica la importancia de la investigación. La iniciativa tiene, pues, dos objetivos principales:
Por esta razón, resulta esencial una cuidadosa planificación y organización del proyecto. Partimos de la base de que el lector al que está dirigido el cómic no tiene base científica alguna, así que no podemos abordar temas excesivamente complejos desde un primer momento. De ahí que antes de lanzarnos a responder ciertas preguntas más concretas y específicas, decidimos que los primeros números deberían tratar sobre cuestiones generales para sentar unas bases sobre el cáncer y la investigación. En primer lugar, quisimos abordar unas concepciones básicas que se destilan de la mayoría de las consultas que nos hacen, a saber:
Se trata de planteamientos perniciosos por varias causas. Los dos primeros puntos trivializan y banalizan las dificultades de la investigación y de la búsqueda de tratamientos efectivos contra los diferentes tipos de cáncer. El último punto hace que la población sea más susceptible de caer en tratamientos o ideas pseudocientíficas, ya que carece de la más mínima base sobre cómo aparece un tumor.
Por lo tanto, los primeros cuatro números de SuperJ al rescate abordan las siguientes preguntas fundamentales —que, asimismo, dan título a estos números— a fin de sentar unas bases sobre las cuales edificar los episodios posteriores: ¿Por qué no hay aún una cura contra el cáncer?, ¿Se puede curar el cáncer?, ¿Qué es el cáncer?, ¿Cuáles son las causas del cáncer?
El número 4 nos sirve, además, como base para contestar en un futuro preguntas concretas relacionadas con hábitos, forma de vida y su influencia en el desarrollo de tumores. El siguiente paso dentro de esta estrategia de aportar una información primordial sobre la que edificar toda la serie de cómics era describir de manera genérica en qué se basan los tratamientos contra el cáncer y las dificultades a las que se enfrentan. Lo hicimos en el número 5, que se tituló ¿Cómo se trata el cáncer? Con este capítulo terminamos de abordar la mayoría de los conceptos que consideramos necesarios para la comprensión de cualquier cuestión más específica sobre el cáncer. Una vez hecho esto, ya pudimos encarar preguntas concretas relacionadas con ideas preconcebidas o falsas sobre el cáncer. Después de una larga deliberación, decidimos empezar por explicar detalladamente las terapias actuales en la lucha contra el cáncer. De esta forma, aportamos información útil y rigurosa, desmitificamos algunos tratamientos, y a la vez, nos sirve de apoyo para enlazar con los cómics futuros. Para intentar dar un mayor atractivo y gancho a los títulos, usamos algunas preguntas llamativas pero reales que nos han llegado con frecuencia, tanto a la Fundación como a oncólogos próximos a nosotros, tales como: «¿Es mala la quimioterapia?, ¿es la inmunoterapia el futuro del tratamiento del cáncer?, ¿me va a volver radiactivo la radioterapia?».
Estos son los ocho números publicados hasta la fecha de escritura de este artículo. El plan de publicación actual consiste en continuar esta serie de capítulos sobre los tratamientos contra el cáncer, en los que incluiremos la cirugía y las terapias dirigidas. Posiblemente alternaremos esta temática con preguntas frecuentes sobre hábitos de vida y su influencia.
Además de los números regulares, hemos realizado otros episodios adaptados a eventos puntuales de comunicación como, por ejemplo, el especial de octubre de 2017 sobre el cáncer de mama titulado SuperJ se viste de Rosa.
Las viñetas estaban mayoritariamente dotadas de un enfoque didáctico. |
5. Sobre el enfoque, el tono y el humor
Existe una serie de particularidades que convierten a SuperJ en una de las iniciativas más complicadas y a la vez atractivas a las que me he enfrentado como autor de cómic científico. Uno de estos aspectos es el tipo de público al que va dirigido. Los lectores de estas historietas son personas que acceden a ellas a través de redes sociales, correos electrónicos de la Fundación o en las versiones impresas que dejamos ocasionalmente en los hospitales donde financiamos proyectos. Por lo tanto, debemos asumir que muchas de estas personas no tienen ninguna base científica. Cada uno de los conceptos que se discuten en los capítulos deben ser totalmente autoexplicativos: se deben entender de manera explícita a través del texto o implícita a través del contexto. Cualquier idea que no quede totalmente aclarada puede llevar al lector a la confusión o a no comprender el mensaje que se le intenta transmitir, y esto supone el fracaso de esta iniciativa.
Ahora bien, la necesidad de la claridad del mensaje, condicionada por el tipo de público al que se dirige el cómic, puede chocar frontalmente con otro aspecto de SuperJ: el espacio, que es limitado. Si bien nos permitimos cierta flexibilidad en cuanto al número de viñetas, es fundamental que se pueda leer de un vistazo, en un espacio breve de tiempo. De ahí que cada viñeta corresponda a un concepto. El problema es que conseguir resumir en un máximo de 10 o 12 enunciados algunos temas tan complejos como las causas del cáncer o la inmunoterapia no es tarea fácil. La clave para poder hacerlo radica en llevar a cabo una documentación exhaustiva, realizar gran número de bocetos y solicitar con frecuencia una lectura crítica.
El intentar ser demasiado concreto con los mensajes es que en ocasiones se puede caer en una excesiva simplificación de los conceptos y que esto lleve a la imprecisión científica o incluso a la confusión del mensaje. Por eso, aunque los contenidos se basan en publicaciones científicas, todos los números son además revisados por al menos un miembro de nuestro comité científico, habitualmente por el propio Dr. Joaquín Martínez. Esto nos ayuda a mantener el rigor y garantizar que los contenidos que publicamos son estrictos y de actualidad.
Otro de los aspectos particulares de SuperJ tiene que ver con el tono y con el humor, una de nuestras mayores preocupaciones. Todo lo que rodea al cáncer suele despertar respuestas muy emocionales, y es importante ser lo más sensible y respetuoso posible . . Al fin y al cabo, a pesar de la gran acogida de esta iniciativa, existen personas que nos han comentado que no creen que el cáncer se deba tratar con un cómic porque les parece que se está banalizando el tema. Desde nuestro punto de vista, el cómic no es ni más ni menos que un formato, un medio de comunicación, y lo que define el respeto a un tema es el contenido en sí. Aun así, esta percepción nos advierte de que un cómic sobre cáncer camina sobre terreno minado y que debemos analizar a conciencia cada capítulo que publicamos. Otra prueba de ello, aunque se trata de casos muy minoritarios, es que al tocar temas como por ejemplo la quimioterapia, en el número 7, hemos recibido algunas reacciones francamente airadas por parte de personas que perciben desde el principio la quimioterapia como perniciosa, así como de pacientes, familiares o amigos de pacientes que han pasado por graves efectos secundarios de la quimioterapia.
El caso de este cómic en concreto es llamativo, puesto que dedicamos largo tiempo a modular y revisar este número, y a buscar un equilibrio para describir sin demonizar la quimioterapia, explicar sus beneficios, pero no obviar sus efectos secundarios.
Finalmente, y enlazando con la emotividad que suscita el cáncer, la utilización del humor es un aspecto que aún hoy seguimos calibrando. No tenemos experiencia con un cómic y un público de estas características, por lo tanto, hemos ido experimentando con viñetas más o menos humorísticas o con la inclusión de gags y elementos cómicos en las viñetas. De ahí que algunos de los cómics quizá resulten un tanto más rígidos, como el especial del cáncer de mama o el de la quimioterapia, frente a otros en los que fuimos más relajados con el humor, como el de la inmunoterapia o el de las causas del cáncer. En general, mi sensación como autor es que la utilización del humor, más que banalizar la enfermedad y a sus pacientes, ayuda a ver los temas con cierta objetividad y distancia, e incluso ayuda a su comprensión. De todas maneras, siempre hacemos lo posible por evaluar el impacto sobre el público cuando lanzamos un capítulo nuevo. Las reacciones, tanto las buenas como las adversas, nos ayudan a refinar y mejorar el contenido y enfoque de los cómics.
El humor también coadyuvó al éxito del proyecto. |
5. Impacto
Resulta difícil a priori evaluar de una manera objetiva el impacto de los episodios de SuperJ editados hasta la fecha y si el hecho de utilizar el formato cómic para despejar dudas en torno al cáncer supone una mejora con respecto a una publicación basada únicamente en un texto o acompañada de otro tipo de ilustraciones e infografías. Lo que sí podemos constatar es que la respuesta a esta iniciativa ha sido muy positiva y que se ha percibido como innovadora desde gran cantidad de medios. Así, el primer número, junto con su correspondiente nota de prensa, fue publicado por 89 medios digitales, entre los que cabe destacar las ediciones en línea de las cadenas de televisión Cuatro, Telecinco, o de diarios como El Economista y El País, con una estimación de 6.359155 impactos según datos proporcionados por QMS Comunicación. Hay que sumar la entrevista que nos hicieron para la sección “De Mamas & de Papas” del diario El País y Radio Libertad Digital.
La acogida del cómic en las redes sociales también está siendo positiva. Instagram es la plataforma donde mejor funcionan estas historietas con una media de 120 likes, probablemente por su orientación principalmente gráfica. En Facebook se comparte una media de 76 veces, y en Twitter un promedio de 20 veces. El episodio de mayor impacto fue el primero, Por qué no hay aún una cura contra el cáncer, probablemente porque estuvo respaldado por una campaña de comunicación. También se han difundido mucho en Twitter y Facebook los correspondientes a la quimioterapia y la inmunoterapia, lo que puede reflejar el interés existente en estos temas.
En cuanto al comportamiento de los visitantes de la web de CRIS contra el Cáncer, podemos observar una serie de datos interesantes. Si no tenemos en cuenta la página de inicio, durante el periodo de enero a mayo de 2018, la página más visitada es la correspondiente al primer número de SuperJ, incluso un año después de su publicación, acaparando un 11,58% del tráfico según Google Analytics. Es posible que el antes mencionado impacto en medios digitales contribuya a un tráfico constante a esta historieta, pero aun así se trata de un dato notable. Otra estadística muy satisfactoria es el tiempo de permanencia en las páginas del cómic, que promedia 160 segundos. Este dato nos indica que además de entrar a ver el episodio, el visitante realmente parece estar leyendo los contenidos, lo cual para nosotros supone todo un éxito. https://sexpromo.ch/zurich/
Conclusiones
Tras aproximadamente un año desde la publicación del primer SuperJ , en la Fundación CRIS estamos muy satisfechos con el rendimiento de esta iniciativa. Tiene una aceptación muy buena por parte del público: las reacciones son mayoritariamente positivas, suscita interés y muchos lectores nos han escrito para agradecernos el haberles explicado temas complejos de manera sencilla.
Por lo tanto, según la directora de la Fundación, Marta Cardona, la publicación de SuperJ tendrá continuidad, e incluso se está valorando la posibilidad de realizar animaciones y videos del personaje en un futuro.
Agradecimientos
No deseo terminar este artículo sin expresar mi agradecimiento a Marta Cardona por su confianza, a Juan Magaz por sus consejos y sabiduría, a Miriam Agúndez por su lectura crítica y objetiva, y a Blanca Mayor por su apoyo.