SUPERHÉROES A LA AMERICANA: EL UNIVERSO JAQUE MATE |
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Primera portada de la serie Jaque Mate. | |
Los lectores españoles siempre han sido ávidos consumidores de historietas superheroicas. Así, desde que hace cerca de cuatro décadas aparecieran las primeras “novelitas” de la editorial Vértice, los superhombres han tenido una presencia firme en los kioscos primero, en las librerías especializadas después.
Cuando a mediados de los años noventa apareció el sello de cómic autóctono Laberinto, parte del gigante Planeta, los superhéroes de manufactura patria proliferaron a una velocidad pasmosa, hasta el punto de que entre finales de 1996 y mediados de 1999 hubo cuatro series limitadas (Mentat, Iberica Inc., Jaque Mate y Triada Vértice) y dos números especiales (Iberia Inc. Databook y Sangre) dedicados a superhéroes, una cifra nunca antes vista y que no ha vuelto a ser alcanzada. La significación de aquellos cómics es doble si tenemos en cuenta que los autores involucrados en aquellos proyectos, como Rafael Marín, Rafael Fonteriz, Javier Pulido y Jesús Merino, acabaron saltando el charco y trabajando para editoriales estadounidenses.
Curiosamente, a pesar de que todas estas obras son indudablemente superheroicas, resultan tremendamente diferentes entre sí. Los guiones de Francisco Pérez Navarro en Mentat podrían entenderse como una reflexión sobre el género superheroico, aunque el propio dibujante Javier Pulido declararía que «el primer número es de superhéroes, luego la cosa se mezcla más (...) Precisamente es esto lo que me sigue resultando más interesante de Mentat.»[1] Por su parte, los guiones de Rafael Marín para Iberia Inc. y Triada Vértice buscaban «mezclar nuestra historia con nuestras leyendas»[2], creando un universo de ficción puramente español, complementado con numerosos falsos artículos que daban profundidad a la trama. Muy por el contrario, Juan Carlos Cereza, Jesús Merino y Pepo Pérez afrontaron Jaque Mate y su derivación, Sangre, como un cómic de superhéroes estadounidenses corriente y moliente. En las próximas líneas revisaremos el universo de Jaque Mate y reflexionaremos sobre los éxitos y errores que hubo en aquel acercamiento tan próximo al de la industria estadounidense.
LOS AUTORES
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| Dos colecciones de Laberinto: Las guerras del purgatorio, de Cereza y Rivero, y Aníbal Gris, obra de Jesús Merino. |
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A mediados de los años noventa, Juan Carlos Cereza era uno de los colaboradores habituales de Comics Forum, el sello dedicado al cómic estadounidense de Planeta. Para dicha compañía realizaría artículos de complemento que aparecían en los diversos títulos de la editorial. Además, Cereza fue el coordinador de la colección Los extras del Boletín, media docena de libros dedicados a la historieta en los que participaron nombres hoy señeros como Manuel Barrero o Alejandro M. Viturtia, siendo el propio Cereza autor de 101 cómics para recordar.
Jesús Merino ya había colaborado con Cereza haciendo algunos textos para 101 cómics para recordar, aunque la mayoría de los aficionados al cómic español de mediados de los noventa lo recordarán no tanto por sus textos como por sus dibujos: fue ganador del concurso de dibujantes jóvenes que organizó Forum en 1994, lo que le valió hacer algunas portadas y numerosos pin-up`s, muchos de ellos recopilados como complemento en las páginas de la colección La Patrulla X.
Por su parte, Pepo Pérez era más conocido por sus colaboraciones en diversas revistas y fancines, principalmente RockDeLux,[3] donde escribía sobre cómic y producía ilustraciones para todo tipo de artículos.
En sus orígenes, Laberinto necesitaba escritores y dibujantes con urgencia, pero no tenía tiempo para desarrollar una cantera propia. Por ello, no es de extrañar que recurriera a personas con cierta trayectoria en el mundo del cómic, como Francisco Pérez Navarro y Cels Piñol, pero sobre todo a colaboradores de la editorial como Roke González, Cereza y Merino. Pepo Pérez llegaría en una segunda etapa, caracterizada por un menor número de lanzamientos, en la que tendrían oportunidad de participar artistas menos vinculados con la editorial Planeta.
Juan Carlos Cereza desarrolló en primer lugar una obra de componente demoníaca titulada Las guerras del purgatorio, con lápices a cargo de Isaac del Rivero Jr., donde la acción y el dibujo espectacular dejaban poco espacio a una trama algo manida de buenos contra malos. Jesús Merino, por su parte, desarrolló como autor completo Aníbal Gris, con cuya premisa había ganado el premio como autor novel anteriormente mencionado. Cereza desarrollaría junto a Merino Jaque Mate, y junto a Pepo Pérez, en 1999, la historieta de Sangre.
EL CONTEXTO
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La influencia de la "estética Image" era patente en los tebeos de Laberinto. | |
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A mediados de aquella misma década los cómics de la editorial estadounidense Image estaban arrasando en el mercado americano y español. Personajes violentos, con fisonomías exageradas y tramas cargadas de acción y escasa lógica (cuando poseían alguna) se habían adueñado de títulos nuevos y clásicos. Algunos superhéroes se volvieron más oscuros, como Spider-Man o los New Titans, mientras que otros tomaron un cariz mucho más violento, como Daredevil o Batman. Lo visual primaba sobre la historia, hasta el punto de que al menos la mitad de los ejemplares de la serie Uncanny X-Men (los que no formaban parte de algún crossover) podían leerse desordenados sin peligro de perder el hilo, básicamente porque no había hilo alguno.
Ante esta perspectiva, Cereza planteó una serie que no rechazaba la violencia ni la espectacularidad, con un tono muy oscuro, pero que al mismo tiempo plantea una trama que intenta ser mucho más compleja que la mera lucha entre buenos y malos.
HÉROES Y VILLANOS
Indudablemente, una de las cosas que sorprende de Jaque Mate es que crea todo un universo superheroico de la nada, aunque el lector tiene la sensación de estar leyendo no sobre unos personajes nuevos, sino sobre unos viejos conocidos que han vuelto después de una larga ausencia.
La historieta comienza con los diferentes miembros del grupo Jaque Mate desperdigados después de que una misión acabase muy mal el año anterior, concluyendo con la muerte de un compañero. Sin embargo, pronto tienen que volver a reunirse, pues la nueva administración les ha dado una segunda oportunidad: la salvaje Sangre, el anulador de poderes Wallace, el ninja con poderes mentales Bes, el forzudo Claymore y su líder, Moore, que de hecho se parece a Alan Moore. A este grupo pronto se suman Sherman, que no ha superado la muerte de su compañero, y el detective Cliff.
Su primer caso llega sin aviso: un hechicero satánico ha sido asesinado, y todo apunta a que el antiguo enemigo del grupo, El Rey Negro, ha vuelto a las andadas con sus robots y sus maquinaciones. La misión pronto se vuelve un asunto personal para Sherman, puesto que este villano es el culpable del sonado fracaso del grupo y de la muerte del tan llorado compañero.
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| Una narración trepidante y plena de acción. |
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No obstante, nada es lo que parece. Tras ser derrotados por El Rey Negro, éste les cuenta la verdad como un buen villano de opereta: el auténtico Rey Negro murió, y el compañero que todos creían muerto, Stuart, logró sobrevivir, aunque malherido y encerrado en una ruinosa base. Allí aprendió a manejar la tecnología de su enemigo, a controlar las artes oscuras y acabó tomando su identidad sin saberse muy bien el porqué.
Tras una gran batalla, la verdad se descubre: Moore, el líder del grupo, ha caído presa de las artes oscuras y maneja al supergrupo a su antojo para cumplir con sus oscuros designios. Stuart, a pesar de haberse vuelto un villano, no pretendía más que detenerlo. Una nueva batalla concluye con la victoria de los héroes, y terminamos viendo cómo se cierran las heridas y se afronta el futuro.
Curiosamente, la continuación no mostraría a todo el grupo, sino a la misteriosa y poco desarrollada Sangre, que obtiene un pasado y abre las puertas para su futuro con la historia Orígenes Jaque Mate: Sangre. Sin embargo, el fin de la línea Laberinto abortaría nuevas historias de los personajes.
NARRACIÓN
Lo primero que llama la atención al abrir el primer número de Jaque Mate es el soberbio dibujo de Jesús Merino, que narra con bastante acierto y hace que las palabras sobren. Desgraciadamente, Juan Carlos Cereza no lo vio así, y se afanó por abarrotar de textos las viñetas, en ocasiones para no contar realmente nada, con frases tan gratuitas y vacías como: “¿Te has cansado de vivir, amigo?”, “Eres historia, cabrón” o “Hijo de puta”, todas ellas dichas por el mismo personaje en la misma página.
Hay que reconocer que Cereza le puso empeño al guión, desplegando numerosos recursos, aunque a las pocas páginas se hace evidente que ni los domina ni los utiliza acertadamente. Por ejemplo, el cómic se inicia con la algo confusa voz en off de un personaje que nos pone en antecedentes, sólo para pasar la página y descubrir numerosísimas primeras planas de periódicos volando por la calle y contándonos justamente lo mismo. Otro ejemplo sería las referencias al ajedrez, de las que Cereza abusa en un intento de recordarnos que el grupo se llama Jaque Mate y no Parchís, con expresiones como: “¿Tanto temes acabar la partida?”, “eres un vagabundo, un peón inútil”, “eres otro peón prescindible”, “en toda partida las jugadas deben de ser precisas”, “un jaque mate”... y eso sólo en las dos primeras páginas.
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Dos portadas de Jaque Mate por un espectacular Merino. | |
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Las frases poco elaboradas, los diálogos que no dicen nada, las faltas de ortografía (sí, faltas de ortografía del estilo “habrán más muertes”) y las tramas personales que en la mayoría de las ocasiones se plantean pero no se desarrollan, hacen que uno acabe ojeando el cómic en lugar de leerlo, confiando en la habilidad de Merino para guiarnos por las viñetas. El parecido con un cómic de Image de la época es demasiado grande en ocasiones, con tecnoarmaduras, ninjas y combates en los que los personajes se vuelven completamente indistinguibles.
Por el contrario, Orígenes Jaque Mate: Sangre está mucho mejor narrado, profundizándose en el personaje Sangre pero, al mismo tiempo, contando sucesos del supergrupo, tanto de sus orígenes como de lo sucedido tras la serie limitada. Se nota incluso que Cereza se ha documentado para escribir el trasfondo indio de Sangre, por lo que la historia resulta mucho más coherente y la caracterización de los personajes es, simple y llanamente, muy superior a lo visto anteriormente. El dibujo de Pepo Pérez se adapta muy bien a la historia y, aunque es mucho menos espectacular que Merino, logra con creces dar credibilidad a lo que nos muestra.
POSTERIORMENTE
Con un estilo menos exagerado, Jesús Merino dibujaría apenas unos meses después Triada Vértice, tras la cual despegaría hacia los Estados Unidos, siendo durante años entintador de Carlos Pacheco, hasta que recientemente decidiese dar sus primeros pasos en solitario en el mercado estadounidense como dibujante de Justice Society of America.
Juan Carlos Cereza continuó ligado a Laberinto, publicando el número único Juegos peligrosos, nuevamente junto a Isaac del Rivero Jr., la serie limitada Black Hacker y el número único Zeta, en ambas ocasiones con Juan Román Cano a los lápices. Son obras muy en la línea de Cereza, plagadas de acción y dejando que el dibujo cargue con el peso narrativo, historietas de consumo; no obstante, se aprecia una mejora significativa en los guiones. Tras el cierre de Laberinto, el guionista fue perdiendo contacto con Planeta, y desde hace diez años no se le conocen trabajos profesionales en el mundo del cómic.
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| Dos portadas de la continuación de la serie, de Pepo Pérez. |
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Pepo Pérez publicaría junto a Santiago García el libro El vecino, centrado en un superhéroe español con un tono de humor más que de aventura, no sin ciertos parecidos a Super López. Su secuela, El vecino 2, tendría un tono menos humorístico y socialmente más comprometido.
A MODO DE CONCLUSIÓN
A pesar de las muchas críticas que ha recibido con los años la Línea Laberinto, es indudable que aquellos que estaban al frente se tomaron muy en serio su tarea, ofreciendo diferentes visiones de un tema tan popular como el superheroico, de una manera no muy diferente a lo que actualmente hace Image en Estados Unidos.
Jaque Mate fue un intento de hacer tebeos a la americana pero con autores españoles, y teniendo en cuenta los cómics que se producían en aquellos años, la obra de Cereza y Merino estuvo más que a la altura. Sin embargo, si la valoramos con algo más de perspectiva, las aventuras de Sangre y compañía resultaron ser la más floja de las series dedicadas a superhéroes, con una notable pobreza en los diálogos y una trama y personajes pobremente desarrollados, si bien es cierto que las premisas eran interesantes. Sin embargo, Cereza sabría corregir sus errores y realizaría con Orígenes Jaque Mate: Sangre un trabajo muy superior.
Queda, por lo tanto, la duda de qué habría ocurrido si Laberinto no hubiera desaparecido. Sin duda, de haber seguido por ese camino, Cereza nos habría ofrecido un buen puñado de entretenidas aventuras.
notas:
[2] “Rafael Marín, guionista de Iberia Inc.”, Rafael Marín entrevistado por José Ramón Torres Alcántara y José Joaquín Rodríguez Moreno en El coloquio de los perros nº12, subido en primavera de 2003 y consultado el 6 de julio de 2010. [3] < http://www.rockdelux.com/>.