ÓSCAR. EL HUMOR DE LA CALLE
reseña por Kap
Óscar Nebreda –u Óscar a secas, pues en España es más conocido éste Óscar que el de Hollywood– es el hijo español de Jean-Marc Reiser, el dibujante francés fallecido en 1983 a los 42 años. Reiser es uno de los humoristas gráficos que ha ido más lejos en el dibujo trasgresor, feísta, desgarrador, violento y cafre. A Óscar le interesa el inclemente lenguaje gráfico del francés, la virulencia con la que éste se enfrenta al mundo, utiliza su mismo trazo impulsivo y funcional y comparten la lucidez del observador desencantado. A pesar de ello, Óscar y Reiser son sustancialmente diferentes: mientras el francés fuerza la realidad buscando el shock terapéutico, intentando el impacto en cada una de sus historias, Óscar es un cronista sociológico de primer orden, y en su obra la virulencia, el chiste y la tosquedad no son más que una herramienta para reflejar una realidad que siempre es más cafre que lo que se pueda plasmar en un papel.
Tras cuatro décadas al pie del cañón, no hay ninguna duda de que Óscar merece un trabajo recopilatoria de su vida y su obra como el que llegó a los quioscos el pasado abril, coincidiendo con el Saló del Cómic de Barcelona.
Ángel Sánchez firma la parte textual del libro Oscar. El humor de la calle, una distendida biografía del padre del Profesor Cojonciano, aliñada con suculentas citas extraídas de la hemeroteca. Este trabajo de excavación en las hemerotecas es uno de los puntos más interesantes del texto, pues las opiniones de Óscar vertidas en distintas entrevistas a lo largo de su carrera aportan una diáfana luz sobre el personaje y el artista. Más, para mi gusto, Ángel Sánchez se excede en agasajos (lisonjas que Óscar merece, pero que podrían ser mucho más sutiles) y escribe una biografía que resultaría perfecta para explicar la vida y milagros de cualquier personaje (un torero, un cantante, un actor...) pero no la de un artista plástico. ¿A qué me refiero? Serán cosas mías –que soy raro de narices– pero creo que una obra sobre cualquier creador gráfico debe contener algún tipo de juicio estético, algunas claves que nos permitan acercarnos a la obra más (o además) que al personaje. Vale, igual tiene su coña saber que Óscar se sabe de memoria el himno religioso “De rodillas, Señor, ante el sagrario” desde el Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona de 1952, o que la primera barca con la que el dibujante surcó las aguas de l’Empordà se llamaba “O Terror dos Mares”, la segunda “La Troiona”, y la menorquina con la que sale a pescar en la actualidad se llama “Cuinmery”... pero igual a mi me interesaría más saber algo más de la fructífera relación entre Oscar e Ivà desde los tiempos de las revistas Mata Ratos y Barrabás, o que se profundizara más sobre su paso por publicaciones como Oriflama, Mundo Diario, Diario de Barcelona, Garbo, L’Infantil, Barcelona Deportiva y Tele/eXprés...
Acaso sea la comparación con otro libro anterior de esta misma colección, el eximio Perich sin concesiones de Josep Maria Cadena, que provoca que en éste volumen echemos en falta más hondura al tratar los temas, que la hagiografía nos deje con la sensación que se enumera mucho y se ahonda poco o que extrañemos una inmersión en la bibliografía de Óscar, despachada al final en una sola página...
No se crea, por eso, que lo que contiene el libro no vale la pena. Al contrario. Óscar resulta retratado con fidelidad y cariño, su trayectoria vital y profesional aparecen pormenorizadas para disfrute de incondicionales y profanos. Se patentiza un autor que ha sido capaz de realizar algunas de las más afinadas instantáneas de un país durante toda una época que va desde los últimos estertores del franquismo hasta bien entrado el siglo XXI. El volumen recopila información muy interesante de primera mano: desde dibujos primerizos e inocentes, a bocetos que demuestran el dominio del trazo impulsivo e inclemente, terriblemente expresivo de Óscar. También una surtida colección de fotografías y recortes de prensa sirven para aderezar su peculiar historial vital. Se trata de material de primera mano cuya inclusión en un libro de estas características se agradece sobremanera.
Por otro lado, el principal y fundamental valor del libro lo constituye la recopilación de trabajos gráficos de Óscar. Más de doscientas páginas son ocupadas por historietas, chistes y viñetas dibujadas a lo largo de sus cuarenta años de profesión. La quintaesencia de la obra de Óscar está en estos pliegos. Aunque en 14 exiguas páginas se ventilan las primeras viñetas publicadas en Mata Ratos, Mujer, L’Infantil, Diario Femenino, Oriflama, Garbo, Barcelona Deportiva y Diario de Barcelona, encontramos en Óscar. El humor de la calle una imprescindible selección de las historietas y chistes aparecidos en Barrabás, El Papus, y El Jueves, además de unas páginas dedicadas al humor futbolísti-culé de Óscar en El Periódico de Catalunya y TV3.
Para gourmets del humor, será un delicia encontrar las “Papunovelas” protagonizadas por Óscar, recordar la aproximación satírica a la crítica cinematográfica de “Desde el gallinero con amor” (luego, “con dolor”) y las primeras páginas del “Instruir deleitando” en las que nace el Profesor Cojonciano Frenillo de la Pippa, ayudante del insigne profesor Max de Max. Para mi, si a alguien le interesa saberlo, el libro incluye uno de los más emotivos pares de páginas de la historieta de humor dibujadas en nuestro país, un canto enamorado a la profesión de dibujante satírico: las viñetas que bajo el título “Yo quería ser dibujante” (pp. 180-181) rinden un conmovedor tributo a Juan Peñalver, el conserje fallecido en el atentado a El Papus.
El ojo escrutador de Óscar, inteligente observador de lo cotidiano, desmenuza la realidad a partir de sus detalles más chiflados y extravagantes en cada página de la antología. La vocación popular de Óscar y su maestría en captar las pulsiones del ciudadano corriente, empezando por el argot y terminando en la detallada taxonomía de tipos y personajes comunes, brillan a lo largo de todo el libro: el contestador automático, la pulsera, ir de bares, los fantasmones, la depre primaveral, romper el silencio, comidas guiadas, los anuncios de los coches, comuniones, pequeños placeres, la playa... son los temas que la plumilla de Óscar exprime de forma rigurosa y jocosa. Disfrazado de frívolo y escudado bajo una falsa apariencia de zafio, cutre y casposo, la obra de Óscar se nos desvela como la de un atento sociólogo del lápiz: toda esa caspa y cutrez están en sus viñetas porque están, ¿dónde si no?, en la realidad que el dibujante refleja inclemente en el papel.
Kap
Óscar, el humor de la calle
Texto: Ángel Sánchez. Dibujos: Óscar Nebreda
El Jueves ediciones, Barcelona, 2008
Colección Mágnum núm. 8
Cartoné con sobrecubierta, 316 pags. en color. 38 €