MATAR A LA PERIODISTA
Matar al candidato es una novela gráfica firmada en 2019 por Francisco G. Haghenbeck y Bef, editada en el México natal de ambos por Sexto Piso. Aunque Haghenbeck fue un creador que además de novelista dibujó también historietas y Bernardo Fernández, alias Bef, además de historietista tiene una notable carrera también como escritor, en esta novela gráfica el primero ejerce como guionista y el segundo como dibujante. Surgida como un encargo al cumplirse veinticinco años del asesinato del candidato a la presidencia Luis Donato Colosio, la obra pertenece al subgénero en boga en los últimos tiempos que se ha dado en llamar True Crime: la narración y reconstrucción, bien sea de manera ficcionada o documental, de sucesos reales, generalmente de corte criminal.
La elección de Haghenbeck como guionista de la obra surge, muy probablemente, del hecho de que los elementos históricos suelen tener bastante peso en sus novelas que, por otra parte, están mayoritariamente enclavadas en el género negro; si bien su literatura está atravesada también por el mestizaje entre géneros como elemento definitorio. Más conocido en los últimos años por el público en general gracias a la serie de Netflix Diablero, basada en su novela El diablo me obligó, y por el fandom del cómic como cocreador de la serie de Image Comics Crimson, el de Francisco G. Haghenbeck es uno de los nombres claves en el fenómeno de actualización y revitalización de la novela negra de su país, que los expertos suelen denominar como la narrativa postpoliciaca o neopoliciaco; fenómeno que arranca, según esos mismos expertos, en 2005 con la aparición las novelas Muertos incómodos de Paco Ignacio Taibo II con el Subcomandante Marcos y Tiempo de alacranes de, precisamente, Bernardo Fernández.
En su faceta como escritor, en el caso de Bef, hemos tenido algo más de suerte que en el de Haghenbeck, ya que algunas de sus novelas han sido editadas en España, mayoritariamente pertenecientes a un subgénero que en ocasiones se suele denominar narconovela (si bien, el propio Bef se ha manifestado en desacuerdo con esa etiqueta). En el campo del cómic, Uncle Bill, novela gráfica basada en la biografía de William Burroughs, sería la primera de sus obras como autor completo (Sexto Piso, en su división española, ha publicado La Calavera de Cristal, realizada con guion de Juan Villoro) y de larga extensión (realizó un par de historias cortas para libros editados por la Semana Negra de Gijón) publicada en España. A ella, se uniría recientemente Habla María, un trabajo de corte autobiográfico relacionado con el trastorno del espectro autista que presenta su hija, María.
Volviendo a Matar al candidato, la novela gráfica presenta como eje, como decíamos, el asesinato en 1994 del candidato del PRI a la presidencia Luis Donaldo Colosio, pero no a partir de una reconstrucción de los hechos desarrollada en ese tiempo, sino mediante el personaje de Elsa, una periodista a la que le encargan hoy en día una investigación sobre las numerosas lagunas que hubo en la investigación del asesinato en su momento. No sorprenderá mucho desvelar que lo que la periodista va encontrando en esa investigación es que la verdad oficial está impregnada de sinsentidos y faltas de concordancia (dicho de otra manera, que las probabilidades de que las cosas ocurriesen como dice esa versión oficial son entre cero y ninguna).
Tampoco sorprenderá que en un país en el que, sobremanera en los tiempos de la sempiterna presencia en el poder del binomio PRI-PAN, la corrupción y la violencia se muestran como elementos estructurales, la protagonista de la obra termine descubriendo lo peligroso para su propia existencia que puede resultar tratar de revelar aquello que el poder quiere que permanezca oculto.
Haghenbeck y Bef realizan un acercamiento al suceso que no busca, en realidad, respuestas, sino más bien generar preguntas que el lector pueda responder por sí mismo. No se trata de un ejercicio detectivesco de descubrir quien apretó el gatillo o quien ordenó el asesinato, sino más bien del ejercicio de la memoria.
Por otra parte, la elección de una mujer como protagonista de Matar al candidato por parte de Haghenbeck y Bef no fue casual. Más allá de la construcción de un personaje con interés, con sus inquietudes, anhelos, contradicciones y demonios personales, lo que ambos creadores perseguían era construir un personaje que representase a todo un grupo de reporteras que en su país se juegan la vida a diario por descubrir la verdad, nombres como Sanjuana Martínez, Lydia Cacho o la prologuista de la obra, Laura Sánchez Ley.
El asesinato de periodistas en México es una lacra con unas cifras sobrecogedoras: solo en los tres primeros meses de 2022 ya han sido asesinados ocho periodistas. Desde este lado del Atlántico, en el que la percepción sobre el valor social del periodismo está en mínimos históricos, no deja de resultar paradójico que los compañeros de profesión de quienes acá, por regla general, no ejercen más que como correa de transmisión del poder establecido, en otros lugares del mundo estén arriesgando hasta su propia vida por defender el valor de su trabajo, de su profesión, por conseguir que lo de “el cuarto poder” sea algo más que una etiqueta vacía de contenido.
Como colofón, tan solo añadir que, en el momento de escribir estas líneas, se acaba de cumplir un año del fallecimiento de Francisco G. Haghenbeck, el 4 de abril de 2021. Mentiría si no dijese que ese fue el principal motivo para reseñar precisamente esta obra, dentro de las muchas que se pudieran ajustar al monográfico planteado. Lo más probable, de hecho, es que hubiera tenido bastantes dudas entre Matar al candidato y Enviado Especial de Jorge García y Fidel Martínez (y pronto también de Kosta), una serie por la que tengo una especial predilección. Sin embargo, el destino en su cara más cruel decidió por mí por anticipado. Sirvan estas líneas de homenaje a la figura de un creador polifacético, promiscuo literariamente, irreverente con el poder y, por encima de todo, un gran tipo. Uno de los nuestros. Va por ti, Paco.
