MANGA CON ESTILO PROPIO |
TEBEOSFERA. ¿Qué es la historieta para ti? ¿Qué debería ser un historietista según tú?
IRENE ROGA. Para mí, el cómic, tanto leerlo como crearlo, es una manera de vivir intensamente, de salir de la rutina de un día a día que suele ser monótono y aburrido, excepto cuando se dan esas circunstancias especiales que hacen que la realidad supere la ficción, y que hacen de la vida algo espectacular. Por eso existe para mí el cómic, para hacer de esa magia una constante.
Detalle de La canción de Ariadna. |
T. ¿Qué es lo mejor de la creación y qué es lo peor de la profesión?
I. R. Lo mejor son muchas cosas, el crear personajes es una parte fascinante de la creación de historietas, imaginar historias, el proceso creativo en sí… Lo peor quizá sean las horas en soledad que pasa el autor durante el proceso creativo, que suele durar meses o años, en los que se llega a echar de menos una vida más “corriente”.
T. ¿Qué personaje de cómic te gustaría haber creado?
I. R. Seguramente Elektra o algún personaje femenino similar. Se acerca mucho al tipo que me gusta recrear en mis historias, aunque les tengo bastante aprecio a mis propios personajes y no envidio ninguno ajeno en concreto.
T. ¿Cita tres clásicos de nuestra historieta. Y cita tres de las mayores promesas de futuro con menos de treinta años. Sí, sí, sólo tres de cada. Y, si puedes, argumenta tus elecciones, por favor?
“Liberty”, 1º premio en el I concurso del Salón del Manga Jerez, 2003. |
Marcial Toledano, que ya ha entrado fuerte en la galería de grandes autores de cómic europeo con Ken Games. Adrian Fernández, trabajando en Francia en lo que espero que sea el primer paso a una larga y exitosa carrera como dibujante. Tamara Álvarez, alias “Noiry”, una de las dibujantes de la línea gaijin de Glénat, que seguro será un nombre importante como dibujante de cómics y/o ilustradora.
T. ¿Has nacido en una España democrática, ¿ crees que eso hace diferente tu obra de los tebeos que se hacían antes?
I. R. Muy probablemente sí, cada época se ve marcada por su situación política y social correspondiente, aunque depende del uso que le dé cada individuo al conocimiento adquirido para poder definir si la diferencia es para mejor o para peor. En mi caso, creo que mi situación personal se ve reflejada en lo que cuento en mis historias (ya que todo en este oficio está relacionado), en cuanto a mi educación, mis costumbres, mis derechos y mi manera de pensar. Cosas que hace unas décadas quizá hubiera sido difícil o revolucionario haber expresado de igual manera.
T. En tu caso, ¿el estilo surge tras la formación o la identidad artística debe anteponerse a cualquier imposición formativa?
I. R. Creo que es esencial tener un estilo personal para poder hacer un uso pleno de las capacidades expresivas del cómic. Esto no significa que no se pueda tener influencias de autores anteriores o estilos que le gusten a cada cual, pero sí que el uso de éstas debe ser personal y particular. La formación es muy importante también, y no creo que sean conceptos que se opongan el uno al otro.
T. Tu siempre has tenido una historieta en mente, un proyecto que quisieras hacer. Dinos cuál.
I. R. Sí que tengo uno, pero nunca he hablado de él en internet y es pronto para hacerlo aún. Y no es el único, tengo muchos proyectos. Cuando surge el momento de acabar un cómic y emprender uno nuevo (como en la situación en que me hallo ahora) es complicado elegir entre esos proyectos y tengo que pensármelo muy bien.
T. ¿Tú has elegido un género del cómic para expresarte. ¿Por qué esa elección y qué opinas del resto de géneros?
I. R. Me gusta el manga porque es muy dinámico y la acción se centra mucho más en el personaje, acompañando a éste muy de cerca en la historieta. Me interesa el efecto que se produce cuando el lector se identifica de manera muy personal con el personaje, no sólo como espectador simpatizante o admirador, sino casi como alter ego del mismo. Prácticamente todos los géneros de cómic me gustan, aunque a la hora de crear mis historietas el método que empleo es el manga. Tampoco es una elección, sino algo casi natural. No había leído un manga en mi vida y sí muchísimos tebeos cuando dibujé mis primeras páginas, y éstas tendían a la narrativa manga.
T. En los últimos años se observa una tendencia a la “historieta de la experiencia” (por trazar un símil con la poesía): ¿por qué crees que hay tanto interés por la aventura interior, o el escaparate del yo, últimamente?
“Entrevista Laboral”: 1er premio en el XIII Concurso Ciudad de Dos Hermanas, Sevilla, 2007. |
T. Somos pocos los que disfrutamos con un tomo manga lo mismo que con un álbum francobelga o con un tebeo de superhéroes. Quizá puedas proponer una teoría sobre esta disgregación de las apetencias lectoras.
I. R. Sólo puedo pensar en prejuicios a la hora de entender por qué una persona hace ascos a un buen manga. Es una lástima que tanta gente se pierda grandes cómics sólo porque vienen de Japón. Pero las cosas están cambiando, no es algo que me preocupe.
T. ¿Qué lees aparte de cómics? ¿Qué ves aparte de cine y televisión comerciales?
I. R. Leo de todo, pero mis libros favoritos son históricos y algo de fantasía, pero huyo de lo comercial o juvenil. Soy una gran aficionada al cine clásico. “Ya no se hacen películas como las de antes”, dicen, y es verdad.
T. ¿De los medios de comunicación existentes en la actualidad, cuál hubieras elegido para trabajar aparte del cómic y por qué?
I. R. Siempre quise presentar un programa de radio musical, y hace tiempo conseguí dedicarme a ello una temporada hasta que sentí que había realizado ese sueño y lo di por terminado. Aparte de eso, me gustaría ser capaz de escribir “sin usar dibujos”, pero se me acaba yendo la mano al margen en blanco y rellenándolo con ilustraciones de las escenas que escribo… no sé si algún día seré capaz.
Cartel oficial de las I Jornadas de Manga de Sevilla (2008). |
I. R. Sin entrar en vincular cada género en particular (sería muy largo de desarrollar) y respondiendo en general, creo que la respuesta es la capacidad de generar historias y fantasías en la mente del espectador/lector, creando mundos nuevos y realidades paralelas que, momentáneamente, son capaces de hacer más felices a las personas.
T. Imagina que el cómic se "normaliza"... ¿preferirías ser entonces un best seller o un autor jaleado por la crítica más selecta pero poco popular?
I. R. Preferiría poder vivir de ello sin fallar a mis principios y ganándome el respeto general.
T. Hablando de la crítica, ¿existe?, ¿sirve para algo?
I. R. Existe y a veces sirve, pero creo que es difícil (y al mismo tiempo, demasiado fácil) opinar sobre algo que se ve desde fuera, y por otro lado, hay algunos críticos que saben muy bien de lo que hablan. Es un trabajo que puede hacer cualquiera, pero para el que unos cuantos valen de verdad, y hay críticos buenos. Estas críticas bien redactadas son muy útiles tanto para los lectores como para los autores. Siempre hay que tener la mente abierta a las opiniones de los que ven el trabajo desde otros puntos de vista para enriquecerse como persona y como autor.
T. Supongamos que el cómic ha llegado plenamente a la universidad. Según tú, ¿qué asignaturas deberían impartirse para formar bien a todo el mundo?
I. R. Vinculadas directamente al cómic: narración, creación de personajes, escenarios, técnicas de dibujo y estilos, guión… y hay temas más genéricos no sólo relacionados con el cómic pero que sí pueden ser muy útiles para su creación, como historia, literatura, arquitectura… todo lo que sirva para componer una historia coherente. En realidad, no hay una asignatura que se pueda llamar “cómic”, pues hacer cómic es como hacer cine o literatura, un arte con múltiples influencias.
"Japan Walk (Ruta por Japón)”, para B'S Log (2009). |
I. R. Podríais haber escogido una metáfora menos sangrienta. Vamos a decir que salvaría al editor y al impresor, porque los tiempos están cambiando y ciertos roles del mundo de la producción de cómic podrían ser prescindibles en un futuro no muy lejano. De ahí descartar al librero y al distribuidor y salvar al editor, quien siempre puede hacer un papel importante por su experiencia, contactos, capacidad productiva y conocimiento del mundillo, y al impresor, porque no creo que el cómic en papel vaya a desaparecer.
T. ¿Para qué sirven los festivales de cómic, aparte de para disfrazarse y ver a los amigotes?
I. R. Yo destacaría la promoción del cómic que se hace a todo tipo de público, tanto aficionados como los que no lo son, que se pueden ver llamados por la curiosidad de ver qué se cuece en esos eventos. También los contactos profesionales que se hacen en estos festivales, el conocer a compañeros dibujantes y a editores, y el compartir presentes y futuros proyectos, lo cual da una inyección importante de ganas de seguir trabajando.
T. Háblanos del concepto "novela gráfica". ¿Qué te interesa de este concepto y qué no?
I. R. Este término le da un carácter más serio y maduro a algo que ya lo es, a ojos de personas que no lo consideran como tal, y gracias a esto hay quien ha perdido el complejo de que leer un cómic es un entretenimiento infantil y vacío de cultura y significado. Todo lo que ayude a abrir mentes y que el cómic sea más aceptado y mejor considerado es bien venido. Personalmente no hubiera escogido tomar este camino de expansión a costa de la pureza de los términos, pero bien pensado tampoco es algo que importe mucho. Los aficionados al cómic sabemos bien qué leer sin que nos vendan etiquetas.
T. Premio Nacional de Cómic, Museo de Dibujo e Ilustración, Premi Nacional de Còmic, Museu del Còmic i la Ilustració de Catalunya. ¿Qué te dicen estas denominaciones?
I. R. Suena a música en mis oídos. Al fin se reconoce y se premia el mérito de grandes obras y artistas irrepetibles de este maravilloso género que es la historieta.
T. ¿Qué opinas del apoyo institucional al cómic, lo ves necesario o no? ¿Crees que los políticos podrían instrumentalizar los mensajes de los cómics que patrocinan?
I. R. Podrían intentarlo, y siempre habrá quien esté dispuesto a pasar por el aro. Las ayudas con las que cuentan el cine o el teatro a menudo son útiles para aumentar la producción y la calidad, pero es inevitable que se mezclen factores que no sean del todo bien venidos. Es el precio que habría que pagar, sólo habría que saber aprovechar al máximo los beneficios de esas ayudas.
Ilustración titulada "Get out of me", en deviantART. |
I. R. Lo que he cambiado en ese sentido ha sido la manera de colorear. El color digital es mucho más profesional (en general) y se adapta mejor a los medios de difusión y a los gustos actuales. El color tradicional le da un carácter al dibujo muy particular que hoy día es difícil conseguir con los medios digitales, aun imitando el acabado, ese brillo y ese toque de espontaneidad que tiene, por ejemplo, una acuarela, no sale con un ordenador.
T. Cómics digitales y cómics digitalizados. Se parecen en algo: los digitales los hacen autores que no cobran (salvo excepciones), los digitalizados implican que el autor no cobra por esa copia digital (salvo excepciones). ¿Cómo regularías esto?
I. R. Es difícil de regular y no sé si sería una prioridad, hay que ver el lado positivo y realista de este fenómeno, y es que un cómic digital se distribuirá mucho más que si sólo se publica en papel, ya sea tomo, fanzine, revista, etc. Y lo que llega a una gran cantidad de público es algo que se hace famoso. Es publicidad gratuita. Otra cosa distinta es que alguien se lucre imprimiendo un cómic que se ha bajado gratis o que ha fotocopiado. Ahí hay un ánimo de lucro y es una falta de respeto a los profesionales además de un robo del trabajo ajeno.
T. Sorprende tu nivel de organización. ¡Eres de los pocos autores noveles que tienen una batería de F.A.Q. [acrónimo de Frequently Asked Questions, Preguntas frecuentes] en su blog! ¿Eres así de metódica trabajando?
I. R. No creo que sea de los pocos autores que tienen un F.A.Q. en su blog o en su web. Al menos no es el primero que veo. Cualquiera que lleve muchos años en internet, como es mi caso, y reciba a menudo muchas preguntas, acaba pensando en rellenar un formulario como ése para facilitar la resolución de las dudas de los lectores y para ahorrar tiempo, ya que a menudo se reciben las mismas preguntas una y otra vez.
Por otro lado, necesito mucho orden y planificación, me gusta tenerlo todo controlado, y eso me hace dedicar mucho tiempo a cosas como rellenar un blog o un currículo on line, tener las galerías virtuales muy bien organizadas (crear una nueva web es algo que tengo que hacer cuando tenga tiempo) así como en lo que se refiere a preparar una historia. A menudo me dicen que soy demasiado metódica y perfeccionista, y no lo niego. He aprendido a tomarme el proceso de creación de un cómic con ilusión y disfrutando de cada paso, porque antes sufría mucho siendo excesivamente meticulosa y perfeccionista, lo cual era un error, porque acababa desviándome del propósito inicial
T. Los Caballeros del Zodiaco ha influido sobre muchos jóvenes autores. ¿Crees que en España los autores de manga jóvenes han recibido tantas influencias de la animación como del cómic?
I. R. Creo que sí, aunque la mayoría de los autores de manga españoles que conozco también leían (yo incluida) cómic de pequeños, muy probablemente la afición por el manga en concreto nos venga a todos a través de la animación. Todos tenemos nuestras series japonesas adoradas de nuestra infancia, y de ellas aprendimos a dibujar.
Luego, los que hemos acabado dedicándonos a dibujar nuestras historias hemos bebido mucho del cómic, no sólo de la animación japonesa. Generalmente damos mucha importancia a la narrativa y recursos propios del cómic y ajenos a la animación, y eso se aprende leyendo
Delloreen y el Espíritu del Viento": La Parada Magazine. |
I. R. No hay un "estilo manga" dentro de la nomenclatura japonesa. Así es como llamamos en Occidente a todo lo que se parezca en forma y/o estilo al cómic japonés.
Los otros dos, más que "estilo" los llamaría "categoría". El shonen (literalmente "chico (joven)" en japonés) es el cómic para chicos, generalmente de acción y aventuras protagonizadas por adolescentes; por ejemplo, Dragon Ball y Los Caballeros del Zodiaco son shonen manga.
Shojo significa "chica (joven)", y del mismo modo que el anterior, abarca los cómics destinados a ser leídos por un público femenino adolescente. Por ejemplo, shojo manga serían Candy Candy o Sakura, cazadora de cartas.
Aparte, hay otros estilos que abarcan los cómics destinados a mujeres, a niños, a oficinistas, a deportistas... la gama es tan amplia como en nuestro país las revistas temáticas.
T. ¿Crees que hay una ruptura, una brecha, entre los lectores de manga y los lectores de otros tipos de cómic?
I. R. La hay, únicamente provocada por el prejuicio personal, tanto de una parte como de otra. Los lectores exclusivamente de manga creen que el cómic es una cosa muy concreta que se aleja mucho de la realidad, e ídem ocurre con los que no se atreven a tocar un manga. Pero últimamente la situación está cambiando, sobre todo en cuanto a los que le han dado una oportunidad al manga, seguramente porque hoy día hay mucha más variedad temática y de géneros, manga de mucha calidad, mientras antes el manga que se ponía a la venta en España era casi exclusivamente shonen (para jóvenes) muy comercial.
T. Has dibujado yaoi y esto te persigue un poco. Pero no te voy a preguntar por los pezones masculinos. ¿Por qué crees que en general se piensa –los no lectores de manga– que el yaoi es un género eminentemente sexual, cuando es más bien romántico?
I. R. Hay distintos niveles dentro del yaoi, desde el más romántico e "inocente" hasta el más explícitamente sexual. Creo que esa manera de pensar acerca del yaoi es la misma que tiene el ciudadano medio en general sobre la homosexualidad. Ésta no se concibe sin sexo. Se tiende a pensar equivocadamente que el objetivo y final de la relación homosexual es el acto sexual en sí, olvidando que son personas normales y que, como cualquiera, sienten, aman, sufren y disfrutan las relaciones más allá del acto físico en sí. Por eso, una escena o historieta yaoi puede contar cómo dos chicos tienen una primera cita en un café, de qué hablan y cómo uno se ruboriza y el otro le invita al cine. Y punto.
Cuando dices que el haber dibujado yaoi me persigue un poco, el problema es que rápidamente te encasillan en un género en concreto y te piden que sigas haciendo lo mismo, y esto pasa si has dibujado cualquier temática anteriormente. Por ejemplo, ahora que he terminado mi cómic ambientado en la antigua Grecia, necesitaría cambiar este tema para no encasillarme, pero seguramente mucha gente esperará más de lo mismo.
T. Has declarado que no dibujarías maltratos ni gore, pero si el encargo fuera bien pagado, ¿harías hentai durillo?
I. R. Depende de a lo que te refieras con durillo y de cómo fuera la historia. Sobre todo, dependería de hasta qué punto se respetara la dignidad de los personajes. Hay cosas dentro del hentai que son fingidas o consentidas por todos los personajes, pero hay otras que me niego a defender. Y lo que se cuenta en un cómic, al fin y al cabo, es la manera de pensar y la ideología personal del autor, y hay cosas que, simplemente, no puedo dibujar.
Ilustración de La canción de Ariadna. |
I. R. Es interesante la pregunta, porque, a pesar de que la temática, como decía en la anterior pregunta, procuro variarla de una historieta a otra, siempre hay un elemento fantástico o sobrenatural. Me gusta escaparme de la realidad estricta, aunque tengo otras historias en proyecto que son puramente realistas.
T. Háblanos de lo que te traes entre manos hoy mismo y dinos cuándo sale.
I. R. Acabo de terminar La canción de Ariadna, mi primera historia larga, que saldrá a la venta con la editorial Glénat en abril, para el Salón del Cómic de Barcelona. Es un tomo de más de 160 páginas de historieta autoconclusiva, de aventuras, mitología griega y aire de ánime retro de los setenta/ochenta, o eso dicen mis amigos. Ahora estoy empezando nuevos proyectos de los que aún es demasiado pronto para decir cuáles saldrán adelante, espero que muchos de ellos.