LOEB-SALE: DOS CARAS DE UN BATMAN ÚNICO.
La reciente salida al mercado de la película Batman: El caballero oscuro (Christopher Nolan, 2008, Warner Bros) invita al repaso de la obra que el tándem formado por el guionista Jeph Loeb y el dibujante Tim Sale han realizado de manera conjunta con el personaje. La reflexión se centrará en cuatro de sus historias disponibles en nuestro país gracias a la edición de Planeta-DeAgostini (Haunted Knight, El largo halloween, Dark Victory y Catwoman: Si vas a Roma) donde desarrollan una gran fábula cuyo mayor atractivo es la perfección con la que se inscribe dentro de una continuidad tan vapuleada como la de The Dark Knight.
Este ensamblaje es apreciable tanto en su componente creativo como en el gráfico, y quizás explique que, más allá de sus cualidades dentro del arte secuencial, sus tramas sean una de las influencias más obvias en el enfoque que Nolan le ha dado al personaje. No en vano, en la edición en dvd de Batman Begins (2005, Warner Bros.), El largo halloween aparece reconocida como fuente de inspiración por los dos hermanos guionistas. Las otras dos obras acreditadas son Año uno (en la quee Frank Miller y David Mazzuchelli realizan el que quizás sea el mejor ejemplo de desarrollo de un enfoque innovador, a la vez que respetuoso, del personaje) disponible en el anaquel de cualquier librería especializada; y The Man Who Falls (DC Comics, 1989), donde Dennis O'Neil y Dick Giordano desarrollan la génesis del héroe y sus primeros meses con el manto del murciélago. Esta historia, inédita en España a la fecha de redactar este artículo, se encuentra disponible en el fondo editorial de DC, incluida en el trade paperback titulado Secret Origins, y en la antología Batman Begins, lanzada con motivo del estreno del film homónimo.
La pervivencia de la influencia del trabajo de Loeb y Sale en el imaginario de Nolan se mantiene en la reciente El caballero oscuro. Lo mismo en la película que en diferentes materiales promocionales se usa la frase "Yo creo en…", que abre y cierra cada entrega de El largo halloween. En el año 2007, en la página web central dedicada a la promoción del film, aparecía una calabaza idéntica a la que dibujó Sale para El largo halloween, con la llegada del día de Halloween, la vela que asomaba en el interior de la calabaza acabó consumiéndola revelando una imagen de el Joker.
Escenas como la quema del dinero de los gángsteres, o el establecimiento del triunvirato Batman-Gordon-Dent en la azotea de la central de policía, tienen su guión técnico anticipado en los cómics. El Joker plasmado por Heath Ledger se acerca al pintado por Sale: quebradizo, espigado e insalubre; y tanto Halloween como Victory son los dos relatos del personaje que más le han gustado a Christian Bale.
Centrándonos en las historias firmadas por Loeb y Sale, como he comentado, no nos encontramos ante uno de esos trabajos rupturistas, en lo argumental o en lo gráfico, que ocasionalmente enriquecen o empobrecen el Bat-universo. De hecho, parte del logro de ambos creadores es haber hilvanado una trama que enlaza perfectamente con tratamientos y supuestos anteriores.
El vínculo del personaje con la fiesta de Halloween ya había aparecido plasmado en relatos como El primer Batman —Detective Comics 235, (1956)— que basaba la elección por Wayne de su indumentaria murcielagesca, en la vestimenta lucida por su padre en un baile de difuntos. Señalar como muestra de este lazo especial el que, coincidiendo con Halloween, se celebre El festival anual de Batman en Rutland, Vermont. El Harvey Dent / Dos Caras que Loeb presenta, tiene, entre otros, sus raices en el enfoque mostrado por el guionista Andrew Helfer en el Batman Annual # 14 (1990) publicado en su momento por Ediciones Zinco y en la actualidad disponible en el segundo tomo de la antología Batman: Arkham. Por otro lado el personal trazo de Sale, a la vez que mantiene su impronta, omenajea a autores tan variados como Alex Toth o David Mazzuchelli.
Lo que convierte en especiales las casi 700 páginas que guionista y dibujante desarrollan en torno a la festividad macabra, es su habilidad para desarrollar los aspectos humanos del personaje y de toda la galería de teóricos secundarios, que en algunos casos llegan a eclipsar a El hombre murciélago. La misma soledad que lleva a Bruce Wayne a arrojarse en brazos de una viuda negra en el relato Fears, será la que lleve a Dos Caras a los brazos de la nueva fiscal del distrito. Mientras que Barbara Gordon se aleja de su marido ante su obsesión con la ley, que le impide cenar en familia; Gilda Dent mata a los "enemigos" de su cónyuge obsesionado con la legalidad, para que éste llegue temprano a cenar. Mientras que Batman impide que Bruce Wayne disfrute de la vida; Robin hace que Dick Grayson vuelva a sonreír.
De este acercamiento al factor humano que hay tanto en villanos como en héroes que no dejan de ser las dos caras de una misma moneda volteada por el azar, hablan las motivaciones que llevaron a Loeb y Sale a comenzar el proyecto: Camaradería creativa, amistad y admiración hacia el editor Archie Goodwin, y un deseo por parte de Sale de engatusar a la mujer de sus sueños y ganarse al hijo de ésta.
El dúo había realizado un primer acercamiento a la ligadura entre celebración y personaje, firmando tres especiales de Halloween dentro de la serie Legends of The Dark Knight (Miedos, Locura y Fantasmas) agrupados en el tebeo editado como prestigio bajo el título Haunted Knight. En un principio, iban a desarrollar Miedos (1993) en tres números de la línea Legends, pero fue el mismo Loeb quien planteó a Goodwin la posibilidad de desarrollarla como un ejemplar especial. Mientras Batman se enfrenta a El espantapájaros en el fin de semana de Halloween, Wayne deberá oponerse al mayor de sus miedos: la soledad, y al hechizo de Jillian cuyo nombre envenena sus sueños. Al final Bruce comprende que su condición de Batman es algo de su elección, resultado de la conjunción entre su libre albedrío y la crueldad del destino.
Locura (1994) utiliza la excusa del secuestro de unos niños por parte de Sombrerero Loco, para reflexionar sobre la dificultad en transmitir nuestro cariño a los seres queridos, ejemplarizada en la relación de Gordon con su hija adoptiva, Barbara. A su vez establece una engarce entre Alicia en el país de las maravillas y Batman, para quien el libro es una especie de kriptonita que irradia recuerdos de una etapa feliz y sentimientos de culpa. La humanización del héroe, sensible al recuerdo de una lectura infantil, nos trasmite la soledad de aquél que lo posee todo, y todo lo que posee le recuerda que está solo. Idea omnipresente en sus posteriores trabajos con el personaje.
En Fantasmas (1995), Loeb parte de El cuento de Navidad de Charles Dickens, ahora noche de Halloween, para reflexionar sobre cómo dejamos que nuestras propias obsesiones nos alejen de lo que realmente es importante en la vida. El Pingüino, Joker, Hiedra Venenosa o el espectro de su padre, harán que Batman comprenda que Gotham necesita a Wayne, y éste a Lucius Wayne para coordinar su Fundación. Nadie es imprescindible, y sólo aquél que sabe delegar el poder puede asumir responsabilidades.
Archie Goodwin, supervisor de los anteriores trabajos del dúo Sale / Loeb para DC, los animó / retó a que desarrollaran una aventura de Batman estructurada como una novela negra. Frank Miller aceptó que usasen algunos de los personajes creados por él para Año uno; Mark Waid recordó la importancia de Dent en la forja del héroe. El resultado fue un soberbio fresco batmaniano donde los creadores no ocultan referencias a obras como El padrino, homenajes a mentores (Gordon guarda gran parecido con Goodwin), y guiños a sus trabajos anteriores. Releyendo Locura, vemos que son varios los párrafos de ésta repetidos en BELH: como la descripción de Sombrerero Loco, calcada en la página 18 de la novena entrega, o en la 16 del décimo capítulo.
El largo Halloween (1997-98) se desarrolla en el primer año de existencia del murciélago, aproximadamente seis meses después de los sucesos contados en Año uno, cuando los bajos fondos de Gotham permanecían controlados por familias mafiosas, y los monstruos llamados a aterrar la ciudad estaban en fase de rodaje.
Wayne acompasa su función de defensor de la ciudad a su actuación de vividor, y el paladín establece vínculos de amistad / odio con personajes que conllevarán su devenir posterior. Millonario y álter ego compartirán objetivos: Wayne combate económicamente a los Falcone, Batman frena sus fechorías; Bruce encara la sensualidad de Selina, el Murciélago el ronroneo de la Gata.
Miembros de las dos familias mafiosas más importantes de Gotham son asesinados, las coincidencias en el modus operandi, y en el momento elegido para los crímenes, siempre días festivos, hacen sospechar a los representantes de la ley (Gordon), la legalidad (Dent), y la justicia (Batman), que están ante un asesino en serie, bautizado como Festivo. Mientras las víctimas van en aumento y las relaciones entre los gángsteres se ensangrientan, afloran diferencias entre los defensores del orden a la hora de decidir como se enfrentan a unos gángsteres a los que simultáneamente tienen que proteger de un asesino.
El argumento bebe directamente de la tragedia clásica: Familia, Lealtad, Honor... son los factores que condicionan el desarrollo de este drama. El amor a una ciudad, a un padre, a un esposo, etc., impulsan tanto a asesinos como a justicieros. Una impresión de muerte de la inocencia (Batman y Dent cambian concluyentemente tras esta historia), de desaparición de un orden (los imperios mafiosos serán reemplazados por los reinos de taifas de las monstruosidades), de quiebra de los vínculos afectivos (relaciones como la amistad o el matrimonio no protegen a los protagonistas de la fatalidad), impregnan a la obra de una gris sensación de pérdida.
El desamparo de los personajes queda patente en su continuo reafirmar sus creencias ("Creo en Gotham..." "...Creo en Harvey Dent" abren y cierran el relato). La sensación de que todos son víctimas de los caprichos del destino, queda reflejada en el uso indistinto por parte de los protagonistas de las mismas expresiones ("Haré lo que deba hacerse..."). Batman se resiente ante esta condición de marioneta en manos del sino, y al acercarse al abismo emocional por el que se ha precipitado Dent, ahora Dos Caras, no puede evitar darse cuenta de que él podría haber sido el que se despeñó por la falla que separa a la obsesión de la locura.
Este tema dará mucho juego en el siguiente trabajo de la pareja.
Batman. Dark Victory
Dark Victory (1999-2000) continúa la trama de Halloween. Las coordenadas de partida son las mismas: historia desarrollada en trece entregas (de Halloween a Halloween, siendo de mayor extensiókn los episodios que coinciden con la festividad) junto a un capítulo 0, publicado en la revista Wizard.
Volvemos a estar ante un criminal que asesina mensualmente coincidiendo con días festivos; volvemos a encontrarnos ante una estructura de novela enigma articulada por reflexiones sobre Familia, Identidad o Soledad. Volvemos a hallarnos ante un Bruce Wayne que al disfrazarse de murciélago se desviste del disfraz de millonario despreocupado. Estas coincidencias pueden hacer pensar que afrontamos un remedo de BTLH. Pero no es así.
Hay diferencias que hacen que BDV supere puntualmente a BTLH. Estas diferencias van más allá de que las víctimas sean policías, en cuyos cadáveres ahorcados cuelgan páginas, sobre las que el asesino (The Hangman) reproduce el juego del ahorcado; o de que en este caso todas las pistas parecen inculpar a un único sospechoso: Dos Caras. La diferencia radica en que Loeb articula Dark Victory sin la celeridad e incertidumbre que resienten el final de El largo halloween, donde el lector tiene la sensación de que si el guionista no ha dejado una serie de pistas ocultas a lo largo del relato, entonces no ha resuelto de forma verosímil la autoría de la totalidad de los asesinatos.
En Dark Victory sus reflexiones sobre los personajes, y sus sentimientos, aparecen mejor desarrolladas, pivotadas sobre los devastadores efectos de la pasión envilecida y el peso del odio en las entrañas. Si en BTLH asistíamos a la génesis de un villano clásico, ahora estamos ante el origen de un héroe: Robin. A la vez que el guionista aporta nuevos enfoques sobre protagonistas conocidos, como la duda sobre la ascendencia de Catwoman. La narración es acompasada, y aparecen voces armonizadas por el viejo sentimiento que afina las cuerdas de nuestro corazón: el Amor (amor paternal, amor carnal, amor loco), y el amor de Loeb por el cine se palpa en toda la obra, sobre todo en los pasajes protagonizados por un Joker que repite diálogos de James Cagney en Al rojo vivo, o interpretaciones de Richard Widmark en El beso del asesino.
Los personajes han cambiado tras los desmanes de Hollyday. Gordon, ya comisario, sufre el dolor del alejamiento de su familia, a la vez que muestra cierto recelo hacia el Murciélago. Batman, mortificado por la desgracia de Dent, decidirá confiar en Robin (integrado por primera vez al reparto de Loeb y Sale) para salir de esa fortaleza de soledad en la que había convertido su batcueva. Estas diferencias se aprecian en el tono de las obras. Mientras El largo halloween comenzaba con esperanza y terminaba con desolación, Dark Victory comienza con soledad y termina con alegría.
Lo que iguala a ambos títulos es el trabajo de Sale, quien ratifica en cada viñeta su profunda condición humana en un medio poblado de estrellas cuyo arte es brillante pero frío. Trasmite todo un torrente de sensaciones y emociones con sus lápices: su Hiedra Venenosa nos hace desear el roce de sus labios infectos, la fiscal Porter convertiría en cautivo del mal a cualquiera con sangre en las venas. El dibujante desborda imaginación, innovación y pericia en la composición y desarrollo de cada entrega; plasmando personajes que se funden con la ciudad que aman, o se empequeñecen ante los que aman, pero cuyo corazón late viñeta a viñeta.
Es digno de destacar el trabajo del colorista, Gregory Wright, quien añadiendo el gris a toda tonalidad sumerge a la obra en unas aguas de innegable belleza. Convirtiéndola en una dama melancólica por cuya atención se enfrentan héroes y villanos.
El libro Catwoman: Si vas a Roma cierra la relación conjunta de guionista y dibujante con el batuniverso. Agrupa los seis comic books en los que se desarrolla el viaje de Shelina a Roma para investigar sus orígenes familiares. Viaje que justifica su ausencia en el ramal central de Dark Victory /entre El día de los enamorados, y Acción de gracias). Loeb aprovecha para proporcionar información complementaria sobre la trama presentada previamente, a la vez que reflexiona sobre la soledad, y el poder de la ensoñación cercana al delirio. Sale se aleja de sus ilustración escueta inspirada en maestros de la historieta tenebrista, y ahora se acerca más a la luz, a la desmesura en la viñeta, en su patente tributo al trabajo del publicista e ilustrador Rene Gruau.
Con posterioridad, y por separado, ambos autores han vuelto al batuniverso. Loeb guionizó el arco argumental Silencio, dibujado por Jim Lee, donde retoma parte de sus planteamientos, como la obsesión de Edward Nigma con la identidad de Batman. El guionista también fue parte fundamental en el lanzamiento y asentamiento de la serie Superman Batman, para la que escribió los 25 primeros episodios. Por su parte, Sale ha retomado al personaje en el primer número de la revista antológica Solo, en una historia corta publicada en el segundo volumen de Batman: Black and White, y ocasionalmente como portadista.
Pero, para ser sinceros, su música no suena igual cuando la interpretan por separado.
Tim Sale Jeph Loeb