LITTLE ANNIE FANNY: ¿EROTISMO CON MENSAJE O MENSAJE CON EROTISMO? |
El punto fuerte de Harvey Kurtzman (1924-1993) era la parodia, la sátira. Nadie como él para derribar iconos con la plumilla o la máquina de escribir y, sobre todo, con su portentosa capacidad creativa. Fue capaz de crear diversas publicaciones durante toda su vida, marcando con muchas de ellas el patrón a seguir, especialmente con Mad, el comic book satírico que dirigió entre 1952 y 1956. «Mad era un collage de basura urbana que decía ¡prestad atención! ¡¡Los medios de comunicación os están mintiendo… incluyendo este comic book!!»; es Art Spiegelman, autor de Maus, quien así lo define en una historieta que confeccionó en ocasión del obituario de Kurtzman, añadiendo: «Creo que el Mad de Kurtzman fue más importante que la hierba o el LSD al definir la generación que protestó por la guerra del Vietnam»1. Pero a mediados de la década de los años cincuenta, la vida profesional de Harvey Kurtzman da unos cuantos bandazos. Tras haber participado como editor, guionista y dibujante en varios títulos de EC (Two-Fisted Tales2 y Frontline Combat3, dos publicaciones bélicas de claro mensaje humanista, y Mad4) e incluso como guionista de la tira diaria Flash Gordon5, Kurtzman recibe una oferta de la revista Pageant6. Las cosas no funcionaban del todo bien en el seno de EC entre su publisher, William Gaines, y su editor, Kurtzman pero, tal vez gracias a esta “amenaza” (de trabajar para la competencia), el autor norteamericano consigue uno de sus objetivos: convertir a Mad al formato de revista, abandonando de paso los previsibles problemas que la aplicación del Comics Code7 pudiera generar.
A principios de 1956, Hugh Hefner, editor de la ya popular Playboy, propone a EC participar con una importante inversión en Mad, pero Gaines la rechaza. Kurtzman, predispuesto a buscar otros aires editoriales, acepta la propuesta de Hefner para dirigir una nueva revista satírica, Trump (1957). Junto a algunos de sus amigos y colaboradores –Will Elder, Jack Davis, Al Jaffee, Arnold Roth o Russ Heath–, Kurtzman concibe un revolucionario concepto de magazine de humor que, tal vez por avanzarse a su tiempo, no pasó de los dos números. Pero desánimo es una palabra que no figura en el vocabulario de este autor, y ya en 1957 consigue la financiación para publicar otro magazine satírico, Humbug, en el que volverá a contar con los autores citados, amén de Wally Wood, el novelista y guionista cinematográfico Ira Wallarch y el escritor humorístico Larry Siegel, que poco después iniciará una brillante trayectoria en Mad.
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| Primera página de esta historieta publicada en Help! nº 13. |
Humbug desaparece tras once números y Kurtzman tiene que buscarse la vida. En 1959, y a expensas de un encargo de la editorial Ballantine Books 8, publica el libro Harvey’s Kurtzman Jungle Book, con material inédito, e inicia una larga serie de colaboraciones para diversos magazines norteamericanos. Entre 1959 y 1962, su firma, como escritor y como dibujante y guionista, aparece en Pageant, Esquire 9, Madison Avenue10, The Saturday Evening Post 11 o TV Guide 12, hasta que en 1960 el joven editor James Warren se deja embarcar (que no embaucar) por Kurtzman en la aventura de una nueva revista de humor, Help!, que marcará un punto y aparte en muchos sentidos, entre otros por abrir las puertas a futuros adalides del comix underground como Robert Crumb o Gilbert Shelton. Pero la relación entre Kurtzman y Hefner no acabó en Trump. Aunque le fueron devueltos algunos de sus intentos por colaborar en Playboy, en 1960 Hefner le editó en su revista un texto satírico a Kurtzman, “The Real Lady Chatterley” 13 y, curiosamente, el gran reencuentro entre ambos se produjo a raíz de una historieta aparecida en Help! Recuperando a uno de sus personajes del libro Jungle Book, Goodman Beaver, le convierte en protagonista de “Goodman Goes Playboy” (Help!, nº 13, febrero de 1962), una parodia de Hefner y Playboy instalados en una especie de orgía romana, pero protagonizada por personajes casualmente muy semejantes a los por entonces protagonistas de los comic book de Archie Comics 14. Dibujada por Will Elder, la historieta consiguió dos cosas: que Help! fuera denunciada por Archie Comics15 y que Hefner llegase a un acuerdo con Kurtzman para que éste iniciase una serie en Playboy.
El primer número de Playboy había aparecido en diciembre de 1953, con una tentadora portada protagonizada por la actriz Marilyn Monroe. Publicada y dirigida por Hugh Hefner (1926), ex redactor de Esquire, disfrutaba ya de mucho éxito en 1962. Recordemos que Playboy no era (no es) sólo una revista con fotografías de chicas desnudas; amén de reportajes fotográficos eróticos, publicaba artículos, entrevistas, narraciones y textos de, entre otros, Arthur C. Clarke, Ian Fleming, Vladimir Nabokov, P.G. Wodehouse o Margaret Atwood. Su interés por la ilustración, y sobre todo por el humor erótico, se inicia desde su primer número, con los chistes picantes de Ben Denison, además de la participación de artistas como Phil Interlandi, Jack Cole16, Gahan Wilson, Shel Silverstein (con sus relatos de viajes ilustrados) o Erich Sokol, lo que aportaba un muy alto nivel de calidad a su apartado gráfico artístico.
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Original de Ben Denison para el primer número de Playboy. | |
La historieta no era un medio afín a Playboy, pero Kurtzman se encargó de cambiar esa idea. Al fin y al cabo, su forma más enriquecedora de abordar la sátira era la narración gráfica, por lo que no dudó en asociarse de nuevo a Will Elder y emprender la creación de una nueva serie de cómics. Hasta entonces, el arte gráfico se había relacionado en Playboy con el erotismo, y ahí no habría cambio alguno. Sí en el tratamiento de ese erotismo, ya que, en realidad, la sensualidad es una mera excusa para Kurtzman a la hora de confeccionar su nuevo edificio paródico. De entrada, un guiño al lector con el título: Little Annie Fanny es, evidentemente, una parodia de Little Orphan Annie, la serie de prensa de Harold Gray (1894-1968)17 iniciada en 1924 y todavía popular por entonces. La ironía está en el título en sí mismo –de “Annie la pequeña huérfana” a “Las nalgas de la pequeña Annie”– pero sobre todo en que mientras Gray había hecho de su tira un alegato en favor de la moral y las buenas costumbres y un ataque a las posturas progresistas de ciertos políticos norteamericanos, Kurtzman y Elder dispararon balas de ácido sulfúrico a todo lo que se movía en la América de entonces, desde sus iconos culturales, sociales, políticos y deportivos, hasta las mismísimas esencias morales del país.
Little Annie Fanny empezó a publicarse en el número fechado en octubre de 1962, y hasta septiembre de 1988, Kurtzman y Elder realizaron un total de 106 pequeñas cápsulas de humor disparatado, socarrón, agitador, subversivo, transformador… y me detengo para no agotar adjetivos. Kurtzman dominaba a la perfección el pequeño formato, la narración breve y completa, y eso era lo que ofrecía la serie, historietas de tres a siete páginas con un planteamiento, nudo y desenlace demoledores, directos, historias además de protagonismo coral con, en ocasiones, decenas de personajes por viñeta, cada uno de ellos a su aire, como en aquellas agitadas muchedumbres protagonistas de películas como El mundo está loco, loco, loco (Stanley Kramer, 1963) o Aquellos chalados en sus locos cacharros (Ken Annakin, 1965). Aparte de Annie, modelo y actriz de profesión, una chica de bandera, perfecta parodia de la rubia de exuberantes formas y limitadas neuronas que suele andar casi siempre semidesnuda por las viñetas –o desnuda, pero sin que asome el vello púbico–, Kurtzman añade otros personajes más o menos fijos, como Ruthle, la compañera de piso de Annie; Benton Battbarton, primer novio de la protagonista, ejecutivo de publicidad; Ralphie Towzer, segundo novio, una especie de versión de Goodman Beaver con gafas y pipa; Huck Buxton, agente de publicidad, o Solly Brass, el siempre agitado representante de Annie, inspirado en el actor Phil Silvers 18. O Sugardaddy Bigbucks (Dulcepapi Muchodinero), que es una parodia del Daddy Warbucks de Little Orphan Annie, el adinerado hombre de negocios fabricante de armas que adopta a la huerfanita.
El sexo, o el erotismo, estaban presentes, sin llegar a consumarse (quedaba “fuera de cámara”), pero no era más que una excusa. “Siempre empezaba Litttle Annie Fanny con Annie”, explica Kurtzman; “tenía que estar ahí, y tenía que ser atractiva, sexy. Asumiendo esta condición, llevaba inmediatamente el argumento de la historia hacia un tema básico, que intentaba ser reflexivo, ésta era la parte más importante en la serie”19. En efecto, el cuerpo de Annie y el de otras atractivas mujeres desfilaba por las viñetas, pero integrado en una crítica siempre mordaz hacia un tema de actualidad coyuntural pero de interés general, como el arte, el surfismo, el deporte, la mafia, las discotecas, la astrología, las drogas, los afrodisíacos, la ecología y, por supuesto, el cine, la televisión y, también, los cómics. Fiel a su interés por la cultura popular, Kurtzman desbroza parodias más que de películas concretas, que también, del mundo del cine, de su glamour y de sus interioridades, con una especial querencia por actores y directores, que aparecen parodiados sin piedad, como Lionel Barrymore, Peter Lorre, Elizabeth Taylor, Richard Burton. Robert Stack, Marlon Brando, Sean Connery, Raymond Burr, Kirk Douglas, John Wayne, Gregory Peck, Warren Beatty, Harpo Marx, Sofia Loren, Mike Nichols o Erich Von Stroheim. Las series televisivas más populares de la época encuentran también en Little Annie Fanny su reverso satírico (Dr. Kildare 20, Ben Casey21, Los Intocables22 o La familia Monster23), como sufren burla y escarnio personalidades del momento (Muhammad Ali / Cassius Clay, The Beatles, Bob Dylan, Frank Sinatra o Lenny Bruce), cuyos nombres aparecen en ocasiones tergiversados para, imagino, evitar denuncias (The Beatles eran The Bleatles, “Los Baladores”, de “balar”). Especial mención merece la presencia de políticos, tanto norteamericanos como de otros países, que ofrecen actuaciones lastimeras inspiradas siempre en sus obsesiones, como J. Edgar Hoover, Robert y Edward Kennedy, Nikita Jrushchov, Fidel Castro, Martin Luther King, Malcolm X o Dwight Eisenhower. También los personajes de cómics obtendrán su porción protagonista, por episódica que sea: es el caso de Mandrake24, Flash Gordon25, el Capitán América26, Krazy Kat27 o Jiggs, el protagonista de Bringing Up Father28.
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Política, cine, televisión... Nada escapa a la mirada de Kurtzman y Elder. |
A pesar de la importancia de su tirada en décadas como los sesenta o los setenta –cuando llegó a su cénit con el número de noviembre de 1972 que sobrepasó los siete millones de ejemplares–, Playboy no era una revista muy popular entre ciertos cenáculos, básicamente de ideología conservadora y, también, entre el feminismo radical. Surgía la figura de la utilización de la mujer como mercancía, en una publicación dirigida básicamente al elenco masculino y heterosexual. Annie no se salvó de ciertas críticas a este respecto; hubo a quien no le gustó que fuera dibujada con unos atributos físicos excepcionales pero ella, como aquel personaje de la película ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, siempre habría podido decir aquello de «es que me han dibujado así». En todo caso, no vale aquí polémica alguna con respecto a una interpretación machista de la serie. Little Annie Fanny estaba escrita y dibujada por hombres en una revista para hombres, sí, pero a éstos se les debería atribuir bastantes más de dos dedos de frente. Como ya hemos dicho, la serie anidaba en una revista muy concreta, Playboy, y debía imprimir erotismo, pero ni siquiera la figura de la protagonista es una falta de respeto al rol de la mujer. Al contrario: Kurtzman denuncia, a su manera, la manipulación del atractivo sexual de la protagonista, una chica siempre franca y sincera, una manipulación inserta en el entorno crítico de la parodia social que supone la serie. Además, no estamos ante una serie de complacencia erótica para menesteres solitarios, ya que si el dibujo potencia los atractivos físicos femeninos, no es menos cierto que el entorno en el que se muestran desarma el erotismo para entrar de lleno en su antítesis, exponiendo la ridiculez de las situaciones por mediación de la sátira. Una vez leída, es evidente que Little Annie Fanny no es lectura exclusiva para el género masculino.
Como ven, pocos referentes culturales quedaron por ridiculizar, aunque lo cierto es que en muchos casos la presencia de las citadas personalidades quedase en un cameo, una presencia fugaz, porque Kurtzman no pierde de vista que la esencia de su parodia está en el resultado de lo que hacen sus personajes, en su incidencia en la sociedad. Es en la hipocresía moral donde Kurtzman clava su aguijón crítico, poniendo en tela de juicio la política exterior norteamericana, la posesión de armas y su comercio, el racismo, la violencia callejera y su raíz, el fariseísmo social y la mojigatería, la manipulación, evidenciando la falta de libre albedrío no ya de sus personajes, que son retratos deformados, sino de la sociedad en sí misma, que es la que les cobija y da sentido. Y lo hace con la fuerza de las imágenes pero también con sus copiosos y lacerantes textos, porque Little Annie Fanny es una serie para leer, no sólo para mirar; sus diálogos no entorpecen la narración, la enriquecen con matices y brillantes sugerencias, con un léxico ágil y crítico que encierra grandes dosis de mordacidad.
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| Este estilo pictórico se mantuvo en los 27 años que duró la serie. |
Lo de “la fuerza de las imágenes” no es un eufemismo. Will Elder (1921-2008) había demostrado sobradamente su facilidad para el dibujo caricaturesco sin perder el tono realista, al tiempo que era capaz de camuflarse con los grafismos de las series que parodiaba en Mad, Trump o Help! En Little Annie Fanny está [pensamos que mejor: “se encuentra”] uno de los Will Elder más personales de su carrera y, seguro, el más imitado. Para esta serie aborda directamente el color, sin trazo de línea negra que separe perfiles, lo que complica extraordinariamente el dibujo en viñetas. Hay que ser muy buen dibujante y dominar el color a la perfección para no perderse en lo “pictórico” de las imágenes; o sea, en generar una vida y un movimiento a las figuras en contraste con el entorno que no recuerden a un lienzo. La historieta es también arte de síntesis, y cuando trabajas [no personalicemos: “se trabaja”] directamente en color el exceso de detallismo puede ahogar la flexibilidad de las figuras. No es el caso de Elder, que mantiene una extraordinarias composiciones en cada viñeta, utilizando el color como herramienta dramática que genera ambientes pero también sensaciones, huyendo del naturalismo para marcar profundidad de campo, separar planos y potenciar las actitudes caricaturescas de los personajes, capaces de generar un dinamismo especial en sus movimientos y gestos, respondiendo al mejor tratamiento gráfico-colorista del humor paródico visto hasta entonces. Para su trabajo, arduo y lento a causa de la técnica utilizada, Elder contó con el soporte de diversos
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Plancha realizada por Ray Largo y Bill Schorr en 1998. | |
amigos de la profesión, nombres de prestigio que siempre vieron reconocidos su crédito, como Frank Frazetta (1928-2010), Jack Davis (1924), Arnold Roth (1929), Russ Heath (1926), Paul Cocker Jr. (1929) o Al Jaffee (1921), algunos de ellos ex colaboradores de EC y muchos, en aquel momento, presentes en la revista Mad. Del trabajo de Elder y de sus colaboradores gráficos, diría Kurtzman: “Dibujar Little Annie Fanny es como escribir los mandamientos en la cabeza de un alfiler. Son sólo una serie de pequeñas pinturas, y lo hacemos así para conseguir el efecto de pintado que suponemos es agradable a la vista. Hacemos pinturas de colores para acercarnos a las imágenes naturales” 29.
Kurtzman –que también contó en algún caso con la ayuda literaria de Larry Siegel, Robert Crumb o Gilbert Shelton– y Elder sentaron un precedente en el tratamiento gráfico-literario del humor para adultos, continuado por diversos dibujantes, entre los que destacó el británico Ron Embleton (1930-1988), que realizaría la serie Oh Wicked Wanda! para Penthouse entre 1973 y 1980. Little Annie Fanny obtuvo una revisión en 1998, pero Ray Lago y Bill Schorr no consiguieron dar continuidad a la serie, que sólo reapareció durante algunos números en Playboy. Queda la compilación de toda Little Annie Fanny de Harvey Kurtzman y Will Elder en dos tomos publicados por Dark Horse en 2001, que contienen además algunas notas aclaratorias que completan todos los entresijos de la serie. Por poco que dominen el inglés, no se pierdan estos dos libros. Ni Kurtzman ni Elder están con nosotros, pero nos queda lo que hicieron para nosotros: su obra.
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Portadas de la recopilación de Dark Horse de 2001. |
NOTAS:
1. Historieta de Art Spiegelman aparecida el 29 de marzo de 1993 en The New Yorker. 4. Mad, concebida por Kurtzman, apareció en formato de comic book entre 1952 y 1956. 5. Kurtzman “escribió” los guiones de la renacida tira diaria de Flash Gordon dibujada por Dan Barry entre 1952 y 1953. Lo de “escribió” es por su costumbre de abocetar los guiones directamente a lápiz. 6. Pageant (1944-1977) fue una revista gráfica y literaria de prestigio que trataba temas variados. 7. El Comics Code Authority, o la autocensura autoimpuesta por la propia industria del comic book ante los ataques que este formato recibió de las fuerzas vivas de la moral derechista norteamericana, empezó a implantarse en 1954. Este corpus legal fue concebido y aprobado por la Comics Magazine Association of America, y exigía la revisión previa de todo el material a publicar: las historietas no permitidas eran devueltas con correcciones, las permitidas incluían el sello del Comics Code en portada, garantizando noches sin pesadillas para los niños del país. 8. Ballantine Books es una importante editorial norteamericana fundada en 1952 que fue adquirida en 1973 por Random House y, a su vez, en 1998 por el grupo Bertlesmann. Publicó los primeros tomos recopilatorios de Mad y también editó compilaciones de Trump y de Humbug. 9. Publicada desde 1932, Esquire es, principalmente, una revista para hombres con reportajes gráficos y literarios y entrevistas, que puede considerarse rival de Playboy. 10. Madison Avenue prestó especial atención al diseño y al arte, como lo prueba el hecho de que entre sus colaboradores contó con Andy Warhol, Saul Bass o Saul Mandel. 11. The Saturday Evening Post (1897) destaca por haber publicado narraciones de, entre otros, Ray Bradbury, Agatha Christie, William Faulkner o F. Scott Fitzgerald, y a ilustradores como Norman Rockwell, Jon E. Sherida o N.C. Wyeth. 12. Desde 1953, TV Guide publica la programación televisiva, incluyendo entrevistas y críticas de películas. 13. Aparecido en el volumen 7, número 2 de Playboy (1960). 14. Archie Comics, una de las más poderosas editoriales de comic books, fue fundada en 1939 y, entre sus muchas colecciones, destacan las dedicadas a personajes adolescentes, como Archie Andrews, Berry Cooper o Verocia Lodge, concebidos por el editor John L. Goldwater, el guionista Vic Bloom y el dibujante Bob Montana. 15. Archie Comics denunció a Warren por infringir el copyright de sus personajes. Aunque se trataba de una parodia, ganó el litigio, y Warren tuvo que pagar 1.000 dólares por daños y perjuicios, además de publicar una disculpa. Una posterior reedición de la historieta volvió a poner a los abogados de Archie contra la parodia, de manera que los autores tuvieron que comprometerse a no volver a publicarla. Sin embargo, Archie se olvidó de renovar el copyright de la historia, con lo que ésta, hoy, pertenece al dominio público. 16. Jack Cole (1914-1958) fue otra cara conocida de los cómics. Participó activamente en la era dorada del comic book de los años cuarenta (Plastic Man) y ejerció de ayudante de Will Eisner en The Spirit. 17. Little Orphan Annie fue realizada por Harold Gray y varios ayudantes hasta su fallecimiento en 1968; sería continuada por otros autores hasta el año 2010. 18. Phil Silvers (19199-1985) fue un muy popular actor cómico norteamericano del cine, la televisión y el teatro que llegó a disponer de su propio show en la televisión en los años cincuenta. 19. De “A talk with Harvey Kurtzman”, entrevista de John Benson aparecida en 1965 en una publicación unitaria de muy reducida tirada, recuperada en el nº 7 de The Comics Journal Library (2006), dedicado a Harvey Kurtzman. 20. Personaje aparecido en los años treinta en el cine, Dr. Kildare pasó a la radio y a la televisión, en una serie emitida entre 1961 y 1966 en EE UU. 21. Serie “de médicos”, Ben Casey pasó por la pequeña pantalla entre 1961 y 1966, y fue también protagonista de una tira diaria realizada por Neal Adams entre 1962 y 1966. 22. Los Intocables fue una de las series de televisión más populares de todos los tiempos, producida entre 1969 y 1963 por American Broadcasting Company. 23. La familia Monster fue producida por la CBS entre 1964 y 1966. 24. Mandrake el mago fue creada como tira diaria en 1934 por Lee Falk y Phil Davis. 25. La parodia es sobre el Flash Gordon de Alex Raymond, de 1934. 26. Creado en 1941 por Joe Simon y Jack Kirby. 27. La inmortal serie que George Herriman realizó entre 1913 y 1944. 28. Tira de prensa creada por George McManus en 1913. 29. De una entrevista que Gary Groth realizó a Harvey Kurtzman en 1982, recogida en el nº 7 de The Comics Journal Library (2006).