LAS FANTASIAS OCULTAS DE AZPIRI
MANUEL BARRERO

Notas:
En la imagen, la cubierta del número 4 de Tornado, fechado el 14 de abril de 1979, número que le servía para cambiar su apariencia y la de sus héroes. Aquí Blackhawk se convirtió en un prototípico héroe salvaje de los relatos de fantasía épica, como podemos apreciar en la cubierta, dibujada por un joven Azpiri.

LAS FANTASÍAS OCULTAS DE AZPIRI

Un nutrido grupo de autores españoles dibujaron historietas de espada y brujería para las cabeceras de terror de la editorial Warren Eerie, Creepy y Vampirella. Sus héroes eran guerreros sitos en mundos de fantasía en lucha contra el mal y la injusticia, cuyas aventuras encajaban con la moda del horror metafísico o la denuncia de los problemas de la sociedad. Algunos de los más destacados fueron Esteban Maroto, que desarrolló con gran éxito allí su Dax, Víctor de la Fuente, que tradujo en sus páginas (con nuevos textos y remontajes) sus Haxtur y Haggarth, o Vicente Alcázar, que creó gráficamente al personaje de naturaleza bárbara Schreck. Azpiri, uno de nuestros autores más vinculados con lo fantástico, y cuyo estilo podría muy bien haber encajado en aquellas páginas, no desarrolló sus primeros trabajos de está índole en Warren, aunque sí en el mercado extranjero. La particularidad, en su caso, consiste en que los cómics que hizo este autor de ese género han caído en el pozo del olvido o directamente no han sido traducidos para el lector español.

Alfonso Azpiri hizo sus pinitos en el subgénero de la espada y brujería a comienzos de los setenta. Fue pupilo de De la Fuente en sus inicios en Trinca, luego bebió del arte de Frazetta, Alberto Breccia, Zderek Burian y de la fértil imaginación del escritor C. Saiz Cidoncha, con quien creó a Zephyd, una historieta de science fantasy sobre un guerrero nacido de la tierra y ligado a ella. Su lucha comienza cuando encuentra la civilización y, con ella, la incomprensión, la opresión y la violencia. Sus aventuras estaban marcadas por esa lucha constante por la libertad y por cierta visión ecologista del mundo, algo poco visto en la historieta española de su tiempo. Apareció un álbum del personaje editado por Riego en 1980.

 

No obstante, Zephyd se sitúa para su autor más en el ámbito de la ciencia ficción que de la fantasía heroica, un género por el que no se sintió demasiado atraído salvo para la parodia: no podemos olvidar la obra de 1976 Manolo el bárbaro, una parodia pícara creada con la extensión y el estilo que exigía al editor de la revista Muerde, a la que seguramente iba dirigida para su edición en 1977. Manolo era la perfecta antítesis de Conan, personaje cuyas historias parodiaba: barrigudo, cobardón y con unas inclinaciones homosexuales que contrariaban a sus enemigos pero seguramente harían las delicias de los españolitos de aquellos entonces. Esta obra terminaría siendo rescatada en 2001 por Alberto Santos editor.

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Segunda página de la historieta Manolo el bárbaro

 
Fue al final de la década de los setenta cuando Azpiri dio algunos pasos en el género de la fantasía heroica para otros mercados, concretamente para el británico. En 1978 nació una revista que iba a renovar el panorama británico de la historieta. Era un tebeo de aspecto bastante lujoso, editado por el sello IPC, que llevaba por título Starlord. El planteamiento de sus editores era convertir esta revista en la más directa competidora del popular título de Fleetway 2000 A.D. pero que finalmente no pasaría del número 22, al igual que Jet. En el primer ejemplar de esta nueva revista se publicó la historieta “Planet of the Damned”, escrita por R.E. Wright e iniciada por el dibujante argentino Horacio Lalia. Trataba de un avión que se interna en el Triángulo de las Bermudas y aparece en una tierra ignota, fuera de nuestro espacio y tiempo. Pasajeros y tripulantes son atacados por los ab-humans que habitan el lugar, de lo cual les salva Bosun Jake Flint, un humano con toda la pinta de Conan que les indica que el único modo de sobrevivir en este mundo pasa por adoptar costumbres primitivas. «The only way to survive is the barbarian way», dice. Verdaderamente Flint es un personaje característico de la fantasía heroica, con su taparrabos y su hacha y dotado de un salvajismo asesino inesperado, pero la extraña aventura coral que seguía a continuación, en 10 episodios, era una suerte de drama de ciencia ficción en un entorno hostil en el que los enemigos eran criaturas que escupían ácido y cabalgaban sobre reptiles voladores. A la postre, en el número 10 de Starlord, Flint y algunos de los pasajeros se precipitan a la Tierra a través de un agujero dimensional. 

 

    

Cubierta de Star Lord y página de la serie Planet of the Damned, en la que participó Azpiri. 

  Cabe señalar que el guionista de esta historieta que firmaba como Wright era el que nosotros hemos conocido luego internacionalmente como Pat Mills y que, además de por Lalia, la obra fue dibujada por los españoles Suso Peña y Alfonso Azpiri. El mismo Azpiri, un dibujante entonces consolidando su trayectoria profesional, fue quien firmó un serial de fantasía épica que devino science fantasy con el tiempo. Fue “Blackhawk”, personaje creado por el mismo guionista de Rogue Trooper, Gerry Finlay, que comenzó a ofrecerse en el número 4 del tebeo nacido en marzo de 1979 Tornado, también de IPC. El halcón negro al que se refiere el título es el apodo de un esclavo nubio sin nombre, oscuro y rudo, que vivió en el año 50 antes de Cristo, en los tiempos de la expansión imperialista romana. De camino a Roma salva a un mando militar y éste le otorga la libertad y el rango de oficial auxiliar de tropa de la noche a la mañana, algo inaudito. Para el número 10 de la publicación, las aventuras de Blackhawk narraban una campaña en Britania y ocupaban las páginas centrales en color. Su éxito entre el público lector le permitió continuar en las páginas de 2000 A.D. cuando Tornado fue cancelada. Desde agosto de 1979, Blackhawk apareció en 34 números de esta revista temporalmente titulada 2000 A.D. and Tornado (los progs 127 a 161, con excepción del 129), un total de 152 páginas que escribió el bien considerado guionista Alan Grant, con su nombre o bajo los seudónimos Alvin Gaunt y Kelvin Gosnell. Los dibujantes que se repartieron las aventuras del nubio fueron Massimo Belardinelli y Greg Guler, con la intervención del español Ramón Sola y de Joe Staton.

    

El Blackhawk de Azpiri 

  Las aventuras de Blackhawk eran de ficción histórica y sólo hubo algún enfrentamiento con druidas en sus primeras aventuras. Lo fantástico apareció cuando se mudó de cabecera. En su entrada en 2000 A.D. fue raptado por alienígenas para combatir en la arena de un circo de gladiadores sito en otra dimensión. Allí hace frente a todo tipo de demonios, con sólo su espada y sin despojarse de los atavíos de oficial romano, junto con Ursa, una especie de oso antropomorfo bárbaro con hacha de doble filo. El tono que adopta la serie la convierte en una science fantasy paródica, con monstruos resultantes de mezclar los peluches de Jim Henson con los secundarios de Star Wars a través del cristal deformante de los Monty Python. El dibujo de Belardinelli, aun pecando de rigidez y sin ser extraordinario, disponía bien a los personajes para la acción y trabajaba mucho el detalle, entreteniéndose sobre todo en la descripción de las criaturas demoníacas. Con el paso del tiempo logró el italiano un clima abstruso en la historia que narraba, muy ajustado a la intencionalidad de Grant, paulatinamente más recreado en la violencia. El guionista se llevó al personaje a un escenario habitado por demonios descomunales que sólo podría calificarse como dantesco, ensombreciendo cada vez más la acción y degenerando al protagonista: desfigurado, mutilado y sin alma. Al final, el producto acabó por ser inclasificable.

    

El Blackhawk de los que le siguieron
 

2000 A.D. fue, y es, la publicación más representativa del cómic fantástico inglés. También ha sido la más longeva de sus revistas, pues aún se publica hoy en día habiendo sobrepasado la cifra de los 1.500 números. Sus páginas fueron principalmente dedicadas a publicar historietas de ciencia ficción, pero con el interés desatado por el filme Conan the Barbarian sus editores se apresuraron a encargar héroes de similar catadura. Por eso Blackhawk ingresó en la serie, aunque finalmente y debido a la dejadez de los editores españoles para con el catálogo de estos editores británicos, quedara aquella fantasía oculta a los ojos de los lectores españoles,  y eso que fue allí donde Azpiri comenzó a demostrar su buen oficio para las escenas de acción, para los héroes nervudos y en la concepción de una narrativa ágil que le acompañaría durante el resto de tu carrera.

 

Creación de la ficha (2009): M. Barrero, con revisión de Antonio Moreno
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
Manuel Barrero (2009): "Las fantasias ocultas de Azpiri", en Tebeosfera, segunda época , 3 (19-VI-2009). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/las_fantasias_ocultas_de_azpiri.html