LA VITRINA DE VALONIA: UNA VENTANA ABIERTA A LA HISTORIETA EN CUBA
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La conocida Casa del Conde Cañongo, enclavada en la plaza del Centro Histórico de La Habana Vieja, fue restaurada como parte del proceso que lleva a cabo la Oficina del Historiador de la Ciudad, apoyado además por la región belga de Valonia.
Arriba, vista general de la biblioteca. Abajo, detalle de la colección para adultos. | |
Se inauguraba así, tras cuatro años de trabajo, el 15 de febrero de 2006 la Vitrina de Valonia. Su objetivo: convertirse en la casa de la historieta en Cuba.
La Embajada de Bélgica en Cuba compró entonces a la Editorial Norma un número considerable de álbumes de autores europeos. El visitante puede acceder en la biblioteca a colecciones de personajes o series como Lucky Luke, Tintín, XIII, El Escorpión o Blacksad, por solo citar algunos ejemplos.
Los donativos y compras venideras aumentarían los fondos, e importantes obras del medio están disponibles al público; diferentes géneros se encuentran representados: las epopeyas de Corto Maltés, de Hugo Pratt; el fabuloso manga Adolf, de Osamu Tezuka; el Hellboy, de Mike Mignola; Valentina, de Guido Crepax, entre muchas otras.
El tipo de préstamo predominante es el interno, aunque para dibujantes o investigadores se pueden realizar préstamos externos de manera excepcional.
De igual manera se dispone de una computadora conectada a Internet en la que es posible copiar materiales en videos sobre artistas como Moebius, Robert Crumb o Alan Moore. Están disponibles además números digitales de revistas especializadas en manga como Akiba-Tan, gestada en la provincia de Villa Clara y cuyo número 1 data de noviembre-diciembre de 2012, o, sencillamente, copias digitales de cómics de diversos autores.
Dar a conocer la obra de los principales cultores del medio historieta en la isla ha sido una tarea constante de la Vitrina.
En sus años de trabajo han sido expuestas las obras de Juan Padrón Blanco, Roberto Alfonso Cruz, Orestes Suárez Lemus, Osvaldo Pestana Montpeller, Tulio Raggi, entre otros.
Merece destaque El otro Padrón, exposición desarrollada del 25 de octubre al 5 de noviembre de 2013. Caridad Blanco de la Cruz estuvo a cargo de la curaduría, investigación y digitalización de las imágenes, mostrando una arista del destacado historietista no ligada exactamente a su Elpidio Valdés y Los vampiros en La Habana, que le han merecido el reconocimiento nacional e internacional. La expo versó sobre las tiras cómicas y chistes aislados desarrollados por Padrón para los suplementos humorísticos El Sable, La Chicharra y DDT, entre los que se encontraban las series Piojos Vampiros, Verdugos o Abecilandia, entre otras.
Juan Padrón rodeado de varios amigos, durante la inauguración de la exposición El otro Padrón. |
La exposición retrospectiva de Roberto Alfonso Cruz fue otro gran acierto de la Vitrina. Este autor, retirado hoy pero que continúa dibujando, es uno de los padres de la historieta cubana. En el plegable distribuido para la ocasión, Caridad Blanco, bajo el título Los ríos de la historia, expresaba:
«Con más de seiscientas páginas de historietas dibujadas, y autor de héroes que han pasado a ser paradigmas del género en Cuba, Roberto Alfonso es hoy todo un clásico. Fue su pasión por los cómics la que lo llevó a convertirse en un narrador gráfico. Como dibujante de esa especialidad gráfica ascendió en el gusto de los lectores desde la década del sesenta, a partir sobre todo del impacto de dos de sus más memorables protagonistas: Guabay y Naoh.»
Las nuevas generaciones del cómic nacional han tenido igualmente espacio en la Vitrina. Tal es el caso de Osvaldo Pestana Montpeller, conocido por su firma: Montos.
Este dibujante, radicado en la provincia de Sancti Spíritus, ha ganado tres importantes concursos de historieta: Caimán a Cuadros (2010), Cuadro a Cuadro (2011) y Premio de Creación Artística Ojalá (2012). Osvaldo incursiona en el mercado del cómic de manos de editoriales independientes de Estados Unidos, adonde ha acudido para participar en tres convenciones del medio, verdadera rara avis en la historia del medio en la isla.
Cuadernos desplegables publicados a modo de catálogo de las exposiciones realizadas. |
Una de las últimas exposiciones realizadas se centró en las historietas producidas por dibujantes y guionistas del occidente cubano, bajo el título D´ líneas occidentales. Si bien al no poder publicar se pierde la dimensión comunicativa de la historieta, la exposición al menos sirve como estímulo a los nuevos valores del medio de poder ver su obra al alcance de un público y salir así de un anonimato casi obligado.
Portada del libro Crónicas urbanas (2010). |
Como parte de las diversas acciones desarrolladas por la Vitrina de Valonia se han puesto en manos de los lectores un par de publicaciones. La primera de ellas fue Crónicas urbanas, un estupendo libro de 160 páginas con una buena calidad de impresión y que se distribuyó de manera gratuita en el 2010.
El prólogo fue publicado en español y francés, los textos explicativos de cada historieta solo en este último idioma. Los textos y globos se publicaron en español, sin una traducción a pie de página, por lo que no puede ser considerada una edición bilingüe; algo, por demás, casi inexistente en la historia de la historieta de la isla.
Las historietas, verdaderas crónicas sociales haciéndole gala al título, portaban mensajes de diversa índole, como males que proliferaron en la etapa bautizada como “Período Especial en tiempo de paz”, como el “jineterismo”, término muy cubano para referirse a la prostitución. “Turamores” es el título de una de esas historietas, que había formado parte del fanzine BOOM en 1999, una publicación de escasísima tirada.
Elementos tradicionales de la cultura habanera como la estatua del “Caballero de París” o “El cañonazo de las nueve” son reseñados.
Los dibujantes de otras provincias no tuvieron la oportunidad de aparecer en las páginas de estas dos publicaciones, reservadas para los historietistas de la capital.
Visita del secretario general de las Naciones Unidas a la Vitrina de Valonia. |
Ilustres visitantes han llegado a la Vitrina por su importancia y el lugar en el que se encuentra enclavada. Tal es el caso de Ban Ki-Moon, quien llegó a la instalación acompañado de Eusebio Leal Spengler, historiador de la Ciudad de La Habana, en enero de 2014.
En el marco de la celebración del noveno aniversario de la Vitrina se desarrollaron, el 13 de febrero de 2015, diversas actividades; entre ellas, una muestra de planchas originales de cómics. Grandes historietistas cubanos, de diferentes épocas, fueron los escogidos: Juan Padrón, Tulio Raggi, Roberto Alfonso, René de la Nuez, Jorge Oliver, Ernesto Padrón, Rafael Morante, Orestes Suárez, Virgilio Martínez, Luis Lorenzo y Cecilio Avilés. Sorprendió la presencia de páginas de Gugulandia, serie creada en 1964 por Hernán Henríquez, dibujante radicado en Estados Unidos desde 1980.
Se presentaron además los libros La forma realizada. El cine de animación, de Dean Luis Reyes (Ediciones ICAIC, La Habana, 2013), y Los Muñes…1 ¿Cómo nacieron? ¿Cómo se hacen?, de Jorge Oliver, ambos puestos en circulación en las últimas ediciones de las ferias internacionales del libro de La Habana.
El público asistente pudo disfrutar ese día de la proyección de animados clásicos cubanos, realizados por varios historietistas. Desfilaron por la pantalla gigante personajes como El Capitán Plin, Chuncha y El negrito Cimarrón.
Una de las vitrinas interiores exhibe productos generados por la industria del cómic donde coexisten, en particular armonía, el mundo de los Pitufos, Mortadelo, Tintín, Lucky Luke y los Dalton o El capitán Plin. Se extrañan entonces los muñecos articulados de superhéroes norteamericanos como Spiderman, Batman o Spawn, representativos de algunas de las principales casas editoriales de ese país: Marvel, DC e Image, respectivamente.
Portada del libro Soñar La Habana (2014). |
Tal vez una de las actividades más interesantes y originales desarrolladas por la Vitrina haya sido Andar por “Soñar La Habana”, que se llevó a cabo el 12 de agosto de 2015. Como parte del proyecto Rutas y Andares de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, los asistentes recorrieron las diferentes locaciones aparecidas en el libro Soñar La Habana, en compañía de algunos de los autores y las bellas féminas anfitrionas: Lysbeth Doumont y María Luisa. Los historietistas explicaron el proceso de investigación histórica para la creación de su historia. El andar incluyó espacios destacados del centro histórico de La Habana como La Bodeguita del Medio, La Catedral, El Templete, el Museo del Tabaco, la Galería Luz y Oficios, así como la propia Vitrina de Valonia.
Las nuevas generaciones son una prioridad en el trabajo de la Vitrina de Valonia. Así, los alumnos de las escuelas primarias y secundarias de la localidad acuden a la institución en busca de la lectura apacible y enriquecedora; un hábito que sucumbe y pierde espacio ante la irrupción de las nuevas tecnologías.
Se extraña en la instalación una presencia más amplia de la historia de la historieta en Cuba, al menos una muestra de las diferentes etapas por las que ha transitado el medio en la isla. Si bien las editoriales cubanas actuales: Casa Editora Abril, Editorial Pablo de la Torriente, Gente Nueva, entre otras, envían sus novedades a la Vitrina, la misma carece de fondos monetarios para adquirir posibles ejemplares de uso en la red de librerías estatales o en manos de vendedores de libros, cuentapropistas que proliferan a lo largo y ancho de la isla.
Así, las colecciones que atesoran algunas personas, escasas en el país, corren el riesgo de diluirse en múltiples destinatarios o sencillamente ser destruidas ante la imposibilidad de las instituciones de hacerse con ellas.
Otra de las carencias está concentrada en la historieta latinoamericana y caribeña. A excepción de Argentina, cuyos stands en las ferias internacionales del libro suelen entregar muestras, como Savarese, Historietas de la Biblioteca Nacional… entre otros títulos, el resto de los países está ausente.
Quizás establecer contactos con otras instituciones de trabajo similar, para posibles intercambios, pueda ser una alternativa posible.
La Vitrina de Valonia ha extendido su espacio de divulgación de la historieta hasta la provincia de Sancti Spíritus, gracias a la gestión y esfuerzos de la institución, de Ediciones Luminaria, en la persona de Arturo Delgado Pruna, entusiasta editor amante incondicional del medio, y de la UNEAC provincial. Allí se han presentado actividades como la presentación de Soñar La Habana o el taller impartido por Étienne Schréder. Este autor belga, asiduo visitante de la isla, aparece como denominador común en varias de las actividades planificadas en el Programa Cultural de la Vitrina en su ya casi década de existencia.