LA CÓLERA DE FANTOMAS: EL REGRESO DEL PRÍNCIPE DE MIEDO
JUAN AGUSTÍ

Palabras clave / Keywords:
Fantomas/ Fantomas
  • Fantomas tortura a Maxime
  • Ilustración de Lady Beltham (extraída de www.jrocheleau.com)
  • Ilustración final segundo episodio
  • Portada de la primera entrega
  • Portada del segundo número
  • Portada de la tercera entrega

LA CÓLERA DE FANTOMAS: EL REGRESO DEL PRÍNCIPE DE MIEDO

 
Guión de Olivier Bocquet
Ilustraciones de Julie Rocheleau

Edita en castellano Dibbuks, traduciendo la edición francesa de Dargaud de La colère de Fantômas en tres números (con extras exclusivos para la edición española):

1. "Les Bois de justice" (“La guillotina”), III-2015.
2. "Tout l’or de Paris" (“Todo el oro de París”), IX-2015.
3. "À tombeau ouvert" (“A tumba abierta”), III-2016.
 

Una de las figuras más importantes engendradas por la cultura popular francesa de comienzos del siglo XX ha sido, sin duda, el personaje de Fantomas, creado por el abogado, periodista y escritor Pierre Souvestre (1874-1914), que se asoció con su secretario Marcel Allain (1865-1969) para llevar a cabo el reto que les propuso el editor Arthème Fayard: escribir una serie de novelas policíacas con un frenético ritmo mensual que consiguieron mantener durante 32 entregas a partir de febrero de 1911.

En sus novelas, Fantomas es un hombre siniestro de origen incierto que carece absolutamente de moral y que es capaz de llevar a cabo las acciones más increíbles con tal de conseguir sus diabólicos fines. Maestro del disfraz, irritantemente osado e inquietante, no vacila en asesinar utilizando sofisticados y despiadados métodos, valiéndose de espectaculares y asombrosas acciones para realizar sus crímenes. Está vinculado sentimentalmente con lady Beltham, una mujer atormentada que se debate entre la pasión que siente por el malvado asesino y el espantoso terror que le producen los crímenes que este comete. Enfrente está el inspector Juve, de la Sûreté francesa, que intenta detenerlo por todos los medios, ayudado por el joven periodista Jérôme Fandor.

Fantomas fue un éxito absoluto de ventas, gozó de una gran popularidad en su tiempo y llamó la atención de algunos intelectuales, como es el caso de Apollinaire y los surrealistas, que veían similitudes entre la escritura automática y el enloquecido estilo literario que caracterizó a la serie. Apollinaire fundó en 1912 la Sociedad de Amigos de Fantomas, a la que se adhirieron inmediatamente Max Jacob y Jean Cocteau.

Louis Feuillade, el mítico director de la serie de cine francesa Les vampires (1915) —con la no menos mítica Musidora en el papel de Irma Vep—, consagró al enmascarado en la gran pantalla, realizando entre 1913 y 1914 una serie de cinco películas que terminaron de convertir al ya de por sí conocido enmascarado en el primer supervillano de la historia del cine.

Está claro que a Olivier Bocquet, el autor de la serie La cólera de Fantomas, no le gustó nada la trilogía de películas que rodó André Hunebelle durante los años sesenta, con Jean Marais y Louis de Funès como protagonistas: «Para muchos (...) el Príncipe del Miedo no es más que un fantoche con una máscara azul surcando el cielo en un Citroën DS volador y perseguido por un payaso», afirma el escritor en la introducción del primero de sus álbumes. Ciertamente, la imagen desvaída y mucho menos atractiva del personaje que se generó durante esta época ha contribuido a su abandono y olvido durante todos estos años.

Por este motivo, en la revisión a la que Bocquet somete el personaje, los grandes maestros franceses de los albores del cine están siempre presentes. El prólogo de la serie ya se sitúa el 28 de diciembre de 1895, en el número 14 del Boulevard des Capucines, nada menos que durante la primera proyección cinematográfica comercial de los hermanos Lumière, en el Salón indiano del Gran Café de París.

En La cólera de Fantomas tendremos ocasión de encontrarnos con el mismo Louis Feuillade, que interviene en varias ocasiones (y del que se recuerda también su faceta cómica con la serie Bébé). También tendremos ocasión de encontrarnos con Georges Méliès, cuya participación en la trama resulta decisiva para conocer el método por el cual Fantomas se está apoderando de las reservas de oro del país.

El Fantomas de Bocquet es un personaje espeluznante. La recreación que se hace de sus relatos resulta francamente interesante, ya que los episodios que se narran en las novelas se presentan aquí de una forma sutilmente diferente, lo que sirve para condensar la acción sin que la narración pierda un ápice de fuerza: así, sin mostrarse explícitamente en el tebeo, se nos cuenta cómo Fantomas asesinó a lord Beltham o se muestra cómo el enmascarado se vale del actor Valgrand para escapar de la justicia. El final de la serie, fiel réplica del ritmo trepidante que imprimen Souvestre y Allain, magnificará la figura del enmascarado hasta llegar a producir fascinación. Como le gusta decir a Bocquet, se acabaron las risas. Hay que dejar paso al auténtico Príncipe del Miedo.

El dibujo de Julie Rocheleau participa de la obra de una forma muy sutil. A priori, el estilo de la ilustradora canadiense no parecería el más indicado para realizar este tipo de adaptación. Sin embargo, su refinado trazo nos va introduciendo poco a poco en ese ambiente siniestro que impregna toda la narración, hasta que acaba por resultar el vehículo perfecto para mostrar todo tipo de situaciones. Hay escenas inolvidables, de las que trataré de poner algunos ejemplos: la del castigo al que somete Fantomas a Maxime, el mayordomo de lady Beltham; la doble página del último álbum con una vista elevada de la acción sobre todo París, que muestra la tensión a la que la ciudad está siendo sometida, o la emotiva página final de la obra, estampa digna de figurar en cualquier tratado de modernismo...

Sin embargo, es el tratamiento del color el que contribuye a dotar a las páginas de esta serie de un ambiente muy especial: áreas planas, llenas de sutiles tonalidades, que nos dictan con sus contrastes una amplia diversidad de emociones, colores que colaboran en elaborar el ritmo de la serie y enfatizan las formas cuando es necesario (obsérvese la página con la que se cierra el segundo álbum). El trabajo de Julie Rocheleau encierra mucha sabiduría, y releer sus páginas observando su minucioso trabajo depara no pocas satisfacciones. Su peculiar estilo tampoco es obstáculo para que las localizaciones históricas de la obra estén francamente conseguidas: ahí quedan sus interpretaciones de los Inválidos, del museo Grévin o de la estación de Orsay.

No querría terminar de comentar el trabajo de la ilustradora canadiense sin hacer mención a las numerosas y cuidadas referencias a René Magritte (otro gran admirador del enmascarado) en las ilustraciones auxiliares de la obra.

Creación de la ficha (2016): Félix López
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
JUAN AGUSTÍ (2016): "La cólera de Fantomas: El regreso del Príncipe de miedo", en Tebeosfera, tercera época, 1 (15-XII-2016). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/la_colera_de_fantomas_el_regreso_del_principe_de_miedo.html