JOAN CORNELLA, QUOTIDIANIA DELIRANTE
ALBERTO GARCIA

JOAN CORNELLÀ, QUOTIDIANÍA DELIRANTE
Reseña de Abulio


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 Ilustración. Origen desconocido, publicada en su antiguo blog A troche y moche.
Aunque pueda parecer lo contrario, no es muy distinto abordar la biografía de un autor veterano con decenas de obras importantes a sus espaldas que la de un joven autor del que apenas si se conoce un trabajo de relevancia. El redactor se enfrenta ante el veterano con la dificultad de ordenar, valorar, discriminar los recovecos de un camino al que hay que dotar de cierta “coherencia argumental”, por llamarla de alguna manera. Con el autor joven pasa lo mismo… pero en potencia. Es decir, puesto a la tarea de escribir sobre Joan Cornellà, habiendo paladeado tan sólo una obra de cierto peso, la cabeza se llena de posibilidades. ¿Cuándo se publicará su próximo trabajo? ¿Seguirá una línea de continuidad con el anterior? ¿Es posible que sea mejor? ¿Colaborará con otros autores, utilizará distintas técnicas, se podrán rastrear las influencias de otros dibujantes, publicará un cómic superventas, recibirá premios, será llamado por el cómic extranjero? Aunque pueda no parecerlo, todas estas preguntas bullen ante la necesidad de reseñar Abulio, la primera y única obra de cierta extensión hasta el momento abordada por Joan Cornellà. Ordenar, valorar, discriminar.

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Página con guión de Raúl Deamo, publicada en Amaníaco nº 7 (I-2009).  Página como autor completo para El Jueves nº 1751 (15-XII-2010).

Cornellà se licenció en Bellas Artes –aunque eso no significa necesariamente que allí aprendiese mucho sobre cómic–, y fue en el humorismo donde encontró su válvula de escape, primero en la revista Amaníaco, desde 2008, y después en el olimpo de las publicaciones patrias, El Jueves, desde finales de 2009. Es decir, que Cornellà ya colocaba su obra en la revista de mayor difusión de nuestro país y con mejores tarifas de publicación con 28 años de edad y tan sólo uno de experiencia a nivel profesional. Como diría su colega Manel Fontdevila, “esto es muy importante”.

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Viñeta de Cornellà para El Periódico de Cataluña (21/11/2010).  
Es más, a finales de 2010 incluso ha colaborado con algunos chistes –o piezas de humor gráfico si se prefiere– en El Periódico de Cataluña. Pero si ahora estamos hablando de Cornellà es sin duda debido a Abulio, el álbum publicado por Glénat en 2010 que venía avalado por el Premio Josep Coll, concedido por la Associació Profesional de Illustradors de Catalunya (APIC). Una obra que certifica la sólida base de su autor, que muestra también algunas carencias, pero que sobre todo hace despertar en el lector todas las preguntas lanzadas en el primer párrafo de este texto. Porque Cornellà, si bien ha hecho llegar un buen número de páginas al público en el último año, es todo potencialidad.

 

Basta hojear las primeras páginas de Abulio para darse cuenta de que lo que hace especial a Cornellà es la fusión entre una concepción del humor rabiosamente moderna y un estilo de dibujo que hunde sus raíces en el underground norteamericano.

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 Viñeta de Abulio.
Sus personajes grotescos y deformes son sometidos a las más insólitas y crueles vueltas de tuerca del destino, nada improbables en el absurdamente despiadado mundo en el que el autor los hace desenvolverse. Todo esto tiene que ver, por supuesto, con la cultura de lo freak en la que vivimos y que cada vez más parece alentada por los medios de comunicación. Todo el mundo quiere ser friki, y, así, lo anormal se transforma en la nueva norma. Las referencias de la cultura pop, de la serie B –incluso de la Z– están perfectamente asimiladas, y desde esa posición se observa el mundo de la “normalidad” con extrañeza. De esa idea parten Joaquín Reyes –también historietista, por cierto, además de frikiestrella televisiva– y sus compañeros a la hora de abordar el nuevo humor en La Hora Chanante y Muchachada Nui. Este principio es aplicable también a Paco Alcázar, con quien Cornellà comparte algunas influencias. Jonathan Millán y Miguel Noguera y su Hervir un oso serían otros de los autores modernos que podríamos considerar compañeros de curso de Cornellà.  Curiosamente, Cornellà adereza su relato con salpicaduras cercanas a la crítica social, en la línea de un Miguel Brieva. No nos parece que la cosa acabe de cuajar, tal vez no sea ése su camino, o tal vez simplemente su crítica sea demasiado amorfa aún como para tener un peso específico que le dé cuerpo.

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Página de Abulio. 
En lo puramente gráfico podemos trazar líneas conectoras directas entre Cornellà y, precisamente, los dos grandes referentes de Brieva y Alcázar, esto es, Robert Crumb y Daniel Clowes, respectivamente. Como en el caso de éstos, los personajes de Cornellà parecen siempre al borde de un ataque de nervios, bañados en sudor, angustiados, cabezones y dibujados con un estilo caricaturesco que inquieta precisamente por su parecido demasiado notable con la realidad. Siguiendo la pista de influencias podemos incluso llegar hasta Drew Friedman y sus caricaturas de famosos; no es nada descabellado imaginar la admiración que Cornellà puede sentir por su colega norteamericano. Y remontando el curso del río, arribamos finalmente a Basil Wolverton, esa combinación perfecta de guión y dibujo entre lo absurdo y lo inquietante, lo macabro y lo hilarante, esa influencia fundamental a la hora de buscar un precedente al underground norteamericano.

Si bien todas las influencias que hemos detallado cuentan con la aprobación de los más exigentes críticos, el resultado heredero de su combinación por parte de Cornellà no acaba de ser todo lo redondo que podría esperarse. Abulio se lee por momentos como una recopilación de gags o relatos cortos dispersos, cuando la intención es que funcione como obra unitaria. Estas digresiones del argumento principal –de por sí no extraordinariamente elaborado, todo hay que decirlo– no ayudan a que la obra desprenda una esencia más allá de la ya mencionada, esto es, su carácter de moderna fábula absurda. Da la sensación de que en Abulio han acabado teniendo su acogida páginas de distintas épocas y realizadas con distintos fines, dando lugar a un curioso frikinstein donde es más fácil apreciar la belleza de las partes que la armonía del todo.

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 Viñeta de Abulio, en su edición en catalán.

Y, con todo, Abulio es un cómic indispensable para cualquiera que quiera estar al día en lo que se refiere al cómic español y las nuevas tendencias que adoptan nuestros más jóvenes valores. En la mente de este redactor se prefiguran ya las próximas obras de Cornellà, y les puede asegurar que son canela fina. 

Creación de la ficha (2011): Alberto García. Edición de Félix López. Revisión y corrección de Manuel Barrero y Javier Alcázar. · Imágenes tomadas de diversas fuentes de internet.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
ALBERTO GARCIA (2011): "Joan Cornella, Quotidiania delirante", en Tebeosfera, segunda época , 7 (18-I-2011). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 22/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/joan_cornella_quotidiania_delirante.html