INCURSIÓN CHARRÚA
Tiempo de vacaciones y relax…. Buen momento para distenderse y efectuar una de las tareas que más me gusta: Escudriñar lugares en busca de cómics. Esta vez, la diosa fortuna quiso que me encontrara en tierras orientales. No, ni en China ni en Japón, mucho más cerca nuestro, cruzando el charco. Uruguay, tierra charrúa, tierra de amigos virtuales a los que finalmente conocí (un saludo para Roberto Mc Ghan y los muchachos con quienes me encontré en la famosísima feria de Tristán Narvaja).
Entre las cosas que buscaba, primero iba a lo seguro, la Guambia, que continúa saliendo los sábados con el diario Ultimas Noticias (no como erróneamente informamos en SONASTE MANECO Nº 12), con humor del bueno y firmas reconocibles como la de Gezzio y Vayra, entre otros. Después seguí buscando, con la sorpresa de encontrarme que, ante las cosas que yo preguntaba, la mayoría me miraba con ojos desorbitados, intentando descubrir si el alcohol se me había subido a la cabeza por el calor del verano.
El circuito de librerías fue distinto y frustrante al mismo tiempo. Mientras me alegraba ver que todas tenían un lugar destacado para la exhibición de cómics (principalmente manga y ejemplares españoles de Norma Editorial), ninguno de los vendedores parecía saber o entender que en el Uruguay se produce historieta (y digo HISTORIETA con mayúscula). De repente, el color anaranjado de una publicación, perdida en el fondo de una batea, llamó mi atención. Era el primer número de Guacho, historietas tontas. ¿Había encontrado una vieja edición de aquel famoso fanzine, que supo unir cómo ninguno la plástica con el cómic, allá por 1999? No, no, y no! Mi corazón saltaba de alegría, el pie de imprenta decía -clarito- octubre de 2007. Se trataba de una reedición lujosa del Guacho, con prólogo de Elvio Gandolfo y Maitena, editado por Amuleto en su Colección Marxistas, dirigida por Waldemar Flywheel. Y encima, la solapa prometía más reediciones y otras yerbas. Con el dato en la mano, salí a pesquisar y otra vez, nadie sabía ni parecía entender de qué le hablaba. De Historieta Uruguaya y de la Buena, les decía, pero nada. Al final, buscando con un objetivo más claro, los encontré entre la oscuridad y las ofertas de algún Superman perdido. Editora Amuleto había cumplido. Guacho 2 y 3 estaban en la calle, con la misma edición lujosa que le vi al Nº 1.
Más sorpresas. La Colección Marxistas tiene un cuarto número, Experimento Ponsonby, recopilación de la increíble tira aparecida en el semanario Brecha entre 2001 y 2004. De la mano de Gonzalo Eyherabide, Experimento Ponsonby contó como ninguno la crisis social y económica producida en el país hermano luego del estallido argentino de diciembre del 2001. Simplemente, IMPERDIBLE.
Con la panza llena; y sin esperanzas de encontrar nada más, me dediqué a caminar por un shopping. Divisé una librería, entré y me dirigía a la batea “Temas uruguayos”. Pasando los libros, encontré lo que creí una vieja recopilación de El manicero, famoso personaje de Carlos di Lorenzo y Fermín Hontou. Pero no, había salido en septiembre de 2007, editado por Cruz del Sur y Alma Zen con fondos obtenidos del Concurso para el Fomento Artístico y Cultural del Ministerio de Educación y Cultura uruguayo. Histeria patria, que así se llama el libro, republica las páginas aparecidas originalmente desde 1981 en la revista Opción, primero, y Guambia, después. A través de los ojos de este manicero pueden verse los devenires de la historia del Uruguay contemporáneo. El golpe de estado, la censura, el impacto de la Guerra de Malvinas, la vuelta a la democracia y un largo etcétera, presentado en una edición impecable y altamente recomendable.
Por último, con un pie en el Buquebús, me despedí de Montevideo en una vieja librería de saldos. Y me compré M'hijo el deudor (ver SONASTE MANECO Nº 11), con guión de Adriana Vayra y dibujos de Renzo, una historia que relata los avatares de la economía cotidiana y su impacto en la gente. Y, otra sorpresa, un número de Vagón (sustentado con fondos del Ministerio de Educación y Cultura local), ahora con una estética más allegada a la plástica que al cómic tradicional. El librero que me atendió, para variar, no tenía idea de cuánto debía cobrarme por el Vagón, ya que no lo tenía ingresado en su base de datos. Creer o reventar.
Algunas reflexiones finales. La historieta charrúa sigue viva. A lo publicado por Belerofonte, se les sumó ahora Amuleto y las ayudas financieras desde los ministerios. Eso es bueno, muy bueno, pero si no hay un impulso desde las distribuidoras y desde los puntos de venta, específicamente las librerías en sus criterios de exhibición, todos estos más que válidos esfuerzos se perderán. El precio de venta al público de las publicaciones es otro punto. Según me comentaron algunos lectores y coleccionistas, los precios son elevados a nivel local; y ello desalienta la compra de los libros y/o revistas.
Al arribar al puerto de Buenos Aires ya había comenzado a caer la noche. Me fui derechito para casa, con la firme convicción de hacerme pronto otra incursión charrúa.
Finalmente; y luego de una intrigante espera, apareció de la mano del sello Apocalipta el primer número de la novela gráfica Cisplatino, que cuenta la historia de un soldado blandengue de las fuerzas uruguayas de principios del siglo XIX que queda en una especie de animación suspendida tras caer emboscado mientras trasladaban un extraño objeto hacia los Andes. Ya en nuestros días, Cisplatino despierta abruptamente, justo en el momento en que se disponían a realizarle una autopsia. Unos cuadritos antes nos enteramos de que su cuerpo había sido rescatado de las cumbres nevadas creyendo que se trataba de un verdadero “espécimen” preservado del tiempo.
Cisplatino es un sueño hecho realidad para Diego Tapié y Pablo Zignone, admiradores confesos del norteamericano Alex Ross, motivo por el cual decidieron adoptar su estilo pictórico hiperrealista para esta historieta sobre el primer superhéroe uruguayo.
La revista, además, viene acompañada del suplemento Visiones, destinado a contar historias paralelas a la trama central, en tiempo real. Para su realización, fueron convocados a participar todos aquellos artistas que sientan ganas de representar parte de la historia de Cisplatino.
En resumen, un producto de inusual calidad para lo que se ve habitualmente; y la promesa de un segundo número para el próximo agosto. La invitación está hecha. Intenten conseguir esta aventura que promete mucho.
Para mayor información, vayan al sitio web www.apocalipta.com, donde también encontrarán el sketchbook Proyecto: Cisplatino, un archivo pdf de descarga gratuita con 12 páginas de maravillosas ilustraciones a lápiz.