IMPACTO Y MENSAJE DE LOS VILLANOS COMUNISTAS EN LOS CÓMICS DE STAN LEE
JOSÉ JOAQUÍN RODRÍGUEZ(Universidad de Cádiz (UCA))

Title:
Impact and Message of Communist Villains in Stan Lee's Comics
Resumen / Abstract:
Entre 1961 y 1968, el Universo Marvel presentó, de la mano del guionista y editor Stan Lee, una serie de superhéroes que cautivaron al público y crearon los cimientos de uno de los universos de ficción más conocidos de nuestro tiempo. Pero la obra de Lee no solo generó superhéroes, sino también supervillanos, entre los que hubo un gran número de espías, agentes y dictadores comunistas. El presente artículo analiza el papel que tuvieron estos personajes a través de tres vías: primero, como un reflejo de los hechos bélicos y políticos que sucedían en la realidad; segundo, de acuerdo a la cantidad de veces que se recurrió al comunismo como amenaza; finalmente, a través de un análisis del mensaje de estas historietas. Con ello no solo esperamos encontrar la razón de por qué tuvieron tanto atractivo estos villanos, sino también por qué desaparecieron tras 1968.
Palabras clave / Keywords:
Comunismo, Campaña anticómic, Stan Lee, Anticomunismo/ Comunism, Anti-comics campaign, Stan Lee, Anti-communism

IMPACTO Y MENSAJE DE LOS VILLANOS COMUNISTAS EN LOS CÓMICS SUPERHEROICOS DE STAN LEE (1961-1968)


INTRODUCCIÓN: REALIDAD Y FICCIÓN EN LAS VIÑETAS

     
       
El dios del trueno se enfrenta a las huestes comunistas en Journey into Mystery #117 (1965).      

            Corrían los últimos meses del año 1961 cuando los lectores de cómics se encontraron un nuevo título en las estanterías de los kioscos estadounidenses: The Fantastic Four. En aquel momento parecía una publicación de superhéroes más, a imitación de otras tantas que existían por aquellos años, pero la popularidad del cuarteto protagonista pronto incitaría a la pequeña editorial que publicaba sus aventuras a crear otros personajes similares, configurándose poco a poco lo que se ha dado en llamar el Universo Marvel. En los años siguientes, aquel universo de ficción enfrentó a sus superhéroes con todo tipo de amenazas: antiguos nazis que salían de sus escondrijos para intentar una vez más dominar el mundo, pérfidos alienígenas que querían anexionar la Tierra a sus imperios galácticos, mutantes megalómanos que pretendían esclavizar a la raza humana y, por supuesto, también comunistas que ansiaban extender su dominio a toda la humanidad.

            El guionista de la gran mayoría de las historietas que se publicaron entre 1961 y 1968 era Stan Lee, único editor y principal escritor de Marvel Comics, la editorial que publicaba aquellas aventuras. La formación de Lee había sido básica, una mezcla de sus años en el instituto, muchas lecturas y numerosas horas en las salas de cine (Howe, 2012:23-24). Sus guiones no hacían ascos a ningún género, mezclando en sus relatos elementos de los cómics románticos y humorísticos, añadiendo grandes dosis de melodrama y empleando como villanos diversos tópicos de la literatura, el cine y los propios cómics (Raphael y Spurgeon, 2003:98).

          De hecho, Lee no innovó al presentar como villanos a los seguidores de un sistema político real. La tendencia había comenzado más de dos décadas atrás, en los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial, cuando una pequeña editorial llamada MLJ Comics (que luego cambiaría su nombre por el de Archie, su personaje más popular) comenzó a emplear a las fuerzas nazis como villanos (Rodríguez Moreno, 2010:92). Otras editoriales siguieron su ejemplo, aunque la que más apasionadamente lo hizo fue la joven editorial Timely Comics (que con el paso de los años cambiaría su nombre numerosas veces, hasta quedarse con el de Marvel Comics); el editor de aquella época, Joe Simon, recordaba años después cómo se le había ocurrido la idea de introducir en los cómics no solo a las tropas alemanas, sino al propio Adolf Hitler:

En Europa, los nazis avanzaban. Hitler y sus tropas de asalto aparecían en los titulares a diario. Las noticias hablaban de persecuciones, campos de concentración, la increíble crueldad de la Gestapo (…). Entonces llegó la idea: ahí estaba el archivillano de todos los tiempos. Adolf Hitler y sus matones de la Gestapo eran reales. Nunca antes había habido en los cómics un villano que realmente fuese plausible. Pero Adolf era de carne y hueso, odiado por más de medio mundo (Simon y Simon, 2003:42).

     
       
      Stan Lee posa en las oficinas de Marvel Comics en algún momento de 1968.

          Lee había trabajado para Simon, y cuando lo sustituyó como editor, en 1941, había mantenido su misma política, haciendo que sus superhéroes también lucharan contra Mussolini y el ejército imperial japonés (Rodríguez Moreno, 2010:80 y 133-141). Acabada la guerra, las editoriales de cómics en general y Lee en particular mantuvieron siempre un ojo puesto en el mundo real, incluso cuando trataban historias totalmente fantasiosas. El ejemplo más claro fueron los cómics de guerra, que entre 1950 y 1953 tuvieron como referencia la Guerra de Corea, pero los superhéroes también se sumaron al conflicto ideológico entre países capitalistas y comunistas mediante la persecución de espías, saboteadores y supersoldados soviéticos (Wright, 2003:121-127). Y es que en el imaginario colectivo estadounidense de posguerra los comunistas se convirtieron en los sucesores del Eje (Francescutti, 2004:213), por lo que era lógico que las historietas repitiesen las mismas fórmulas y discursos de unos años atrás, solo que donde antes se había dicho “nazi” ahora se decía “soviético”, y donde antes aparecían soldados japoneses ondeando la bandera del sol naciente, ahora eran fuerzas norcoreanas o chinas agitando una enseña con la estrella roja.

          Además, el comunismo (o mejor dicho, el anticomunismo) era un tema popular en los Estados Unidos de los años cincuenta y primeros sesenta. La expansión soviética en Europa del Este, el desarrollo de su propio programa de armas atómicas y el triunfo de Mao en China hicieron que el miedo al comunismo se instalara en la política estadounidense, ayudando a ofrecer una visión del mundo y sus conflictos en blanco y negro (McMahon, 2003:124-125), que obviamente tuvo su reflejo en los medios de comunicación y caló en la propia ciudadanía. Este miedo al avance del comunismo es el que llevaría al presidente Lyndon B. Johnson, ya en los años sesenta, a involucrar al país más activamente en una guerra en principio marginal y sin valor geoestratégico alguno como fue la Guerra de Vietnam, con las grandes implicaciones que a la larga dicho conflicto tendría para los Estados Unidos (Donaldson, 1996:96).

          Por lo tanto, puesto que Stan Lee era heredero de una forma de hacer cómics en la que se hacía referencias a la realidad, era imposible pasar por alto un tema tan candente como era el comunismo y su antagonismo con los Estados Unidos. Lee lo explicó en los siguientes términos años después de haber escrito el grueso de su obra:

Es muy complicado hacer historias que parezcan desarrollarse en el mundo real si vas a ignorar lo que está pasando en el mundo real (…). Durante la época en la que Estados Unidos temía la amenaza comunista, hicimos un montón de villanos que eran comunistas, rojos. Y después, durante la guerra de Vietnam, tuvimos muchas historias que giraban en torno al conflicto (Lee, 2011:28).

          Es por ello que la visión del comunismo que Lee ofrecía no parece nacer de una antipatía personal, sino que más bien se encuadra dentro del contexto ideológico y cultural que se había ido desarrollando en los Estados Unidos desde poco después de acabada la Segunda Guerra Mundial, por lo que sus historietas no pueden leerse solamente como una opinión personal, sino también como un reflejo de la visión que una parte de los estadounidenses tenían sobre la Guerra Fría.

          Pese a ello, podría pensarse que la visión de Lee en particular, y de los cómics de superhéroes en general, tiene poco valor. Ahora bien, si tenemos en cuenta que hacia 1968 Marvel Comics vendía 55 millones de cómics al año (Wright, 2003:230), contaba con un club de fans que sumaba 50.000 miembros (Howe, 2012:4) y sus personajes aparecían en series de televisión que llegaban a otros rincones del mundo (Raphael y Spurgeon, 2003:186-187), pronto comprendemos que estamos hablando de un medio que alcanzaba a un público amplio y diverso que iba más allá de los niños y adolescentes (Rodríguez Moreno, 2012:156-157). Es decir, que el mensaje que lanzaban aquellos cómics llegaba a unos lectores que, aunque obviamente no leían cómics para estar informados de lo que sucedía en el mundo, sí quedaban impregnados hasta cierto punto por el mensaje de las viñetas, igual que les calaban los mensajes emitidos por la televisión, la radio, la literatura, etc. (Real, 1996:xiv). Y en un contexto como el de la Guerra Fría, que fue un conflicto que trascendió lo puramente geoestratégico para lucharse también a niveles ideológicos (Hopkins, 2007:913-914), el mensaje de Marvel resulta especialmente interesante debido a su repercusión y popularidad.

 

                 
Cómics de Marvel de 1968 en los que aparecieron villanos soviéticos.
 

ANALIZANDO A LOS VILLANOS COMUNISTAS

          La razón por la que hemos iniciado nuestra investigación en 1961 es bastante sencilla: es en dicho año cuando Marvel Comics retoma la publicación de superhéroes. Sin embargo, el motivo por el que hemos hecho que nuestra investigación abarque hasta 1968 sí requiere una explicación más detallada. Esto obedece a dos razones diferentes: en primer lugar, la editorial amplió sus títulos en 1968, por lo que Stan Lee se vio cada vez más atado por tareas directivas y fue cediendo responsabilidades a otros colaboradores (Rodríguez Moreno, 2012:58-65); en segundo lugar, el año 1968 es un punto de inflexión, puesto que a partir de ese año Lee reduce considerablemente el número de villanos comunistas (véase tabla 4).

          Para poder analizar bien esta época vamos a centrar nuestros esfuerzos en cuatro aspectos diferentes. El primero de ellos va a ser identificar los hechos políticos y bélicos que pudieron haber influenciado los guiones de Lee, para lo cual analizaremos las localizaciones y argumentos de las historietas. Una vez hecho esto, será importante señalar qué importancia tuvieron los villanos comunistas a nivel editorial, es decir, conocer el número de veces que aparecieron y los títulos en los que eran más frecuentes. Dicha información se complementará con un análisis del mensaje de las historietas protagonizadas por villanos comunistas, de tal modo que sepamos qué valores y discursos reflejaban. Por último, teniendo en cuenta la disminución de villanos comunistas, nos plantearemos las razones para dicho retroceso a partir de 1968.

LOS HECHOS QUE INSPIRARON LAS VIÑETAS

          La lucha de los superhéroes de Marvel contra las fuerzas comunistas no siempre estuvo inspirada en hechos políticos o bélicos concretos, siendo lo más común que los villanos tan solo desearan matar o desacreditar a un superhéroe en concreto para demostrar la superioridad de las fuerzas comunistas (véase la tabla 2). No obstante, en cierto número de historietas sí que pueden verse  reflejos de situaciones concretas que sucedían en la misma época en la que los cómics eran publicados. 

     
El Fantasma Rojo y sus Supersimios se dirigen a la Luna para sumarla al “Imperio Comunista” en Fantastic Four #13 (1963).      
       

          En este sentido, cabe destacar las referencias a la carrera armamentística, ya que  una de cada cuatro historietas trata sobre los deseos de las fuerzas comunistas de conseguir los diseños de nuevas armas o sabotear las pruebas que Estados Unidos lleva a cabo (véase la tabla 2). Además, está muy presente la percepción de que el poderío armamentístico soviético se debe principalmente al espionaje, y solo en muy raras ocasiones al talento de sus propios científicos, que en cualquier caso nunca logran superar el genio de científicos/superhéroes como Reed Richards (Mr. Fantástico), Bruce Banner (Hulk) o Anthony Stark (Iron Man). Posiblemente esta percepción beba del juicio al matrimonio Rosenberg en el verano de 1950, acusados de haber facilitado información a la Unión Soviética para desarrollar su programa de armas atómicas (Zinn, 2005:433), si bien es obvio por los avances científicos soviéticos posteriores que la URSS contaba con equipos de científicos capaces de competir con los estadounidenses. El mejor ejemplo de ello lo encontramos en la carrera espacial, que la URSS encabezó durante los años cincuenta, siendo de este modo la primera potencia en colocar un satélite en órbita (Sputnik 1, 1957) y en mandar a un ser humano al espacio (Yuri Gagarin, 1961). De hecho, la carrera espacial fue un tema que apareció en los primeros cómics de Marvel: en el primer número de Fantastic Four (1961), Sue Storm apremiaba al piloto Ben Grimm a pilotar el cohete experimental construido por Reed Richards para evitar que los rusos fueran los primeros en llegar al espacio; posteriormente, el intento del Fantasma Rojo por conquistar la Luna en nombre de la URSS sería abortado por los Cuatro Fantásticos (Fantastic Four #13, 1963).

            El otro tema que apareció ligado a los villanos comunistas fue el deseo de expandir las conquistas de los países comunistas, y que es muy probable que tenga su germen en la creación de países satélites en Europa del Este (entre 1945 y 1949) tras la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial, el triunfo de la revolución comunista en China (1949) y la Guerra de Corea entre el norte comunista y el sur capitalista (1950-1953).

          La mayoría de los villanos comunistas (entre el 60% y el 83%) aparecidos entre 1962 y 1966 procedían principalmente de la URSS o de algún país tras el Telón de Acero, aunque sus actividades se centraban principalmente en suelo estadounidense. Esto nos muestra, por un lado, que la URSS se percibe como la principal amenaza para los Estados Unidos, al mismo tiempo que Europa occidental apenas es mencionada, siendo una preocupación totalmente secundaria, algo paradójico si tenemos en cuenta que en caso de una guerra entre Estados Unidos y la URSS, el primer campo de batalla habría sido Europa Central, donde estaba la línea divisoria entre las fuerzas de la OTAN y las del Pacto de Varsovia.

     
      La Guerra de Vietnam fue uno de los acontecimientos que más influyeron en las historias anticomunistas, con diversos personajes visitando las selvas vietnamitas, como por ejemplo el Capitán América en Tales of Suspense # 61 (1965).

          Mucha mayor fue la preocupación por Latinoamérica, seguramente como reflejo de la victoria de la Revolución cubana (1959) y por la Crisis de los misiles (octubre de 1962). No obstante, Lee no sitúa la acción en países reales, sino en Estados imaginarios como San Diablo (Journey into Mystery #84, 1962) o Santo Rico (Tales to Astonish #54, 1964), por lo que puede permitirse que los superhéroes derroten a los tiranos locales y pongan fin al comunismo sin contradecir sucesos históricos.

            Finalmente, el otro continente en el que se van a situar las aventuras anticomunistas de los superhéroes va a ser Asia, lo que refleja el enorme impacto que tuvo en los Estados Unidos la victoria del comunismo en China (Jian, 2005:21), pero también los posteriores conflictos en el continente asiático. De este modo, el asalto de los comunistas contra la imaginaria región de Llhasa (The Incredible Hulk #5, 1963) es claramente una referencia a Lhasa, la capital del Tíbet, y recuerda a los lectores el férreo control de China sobre esta región tras sofocar las revueltas anticomunistas de 1956 y 1959. De igual modo, la intromisión de Thor en la Guerra sino-india (Journey into Mystery #93, 1963) refleja el conflicto real que India y China vivieron en la segunda mitad de 1962, que se saldó con la victoria de China y la adquisición del territorio de Aksai Chin. Por su parte, el “tirano de la guerrilla roja” que secuestra a Anthony Stark en Vietnam del Sur (Tales of Suspense #39, 1963) es una referencia al Viet Cong. Las referencias a Asia comienzan en 1963, un año más tarde que las relativas a la URSS y Latinoamérica, si bien a medida que aumentó la implicación estadounidense en el conflicto de Vietnam, las referencias a Asia fueron creciendo hasta convertirse dicho continente en la principal fuente de villanos comunistas entre 1967 y 1968.

Tabla 1: Origen de las amenazas comunistas por año

AÑO / ORIGEN

URSS / Europa del Este

Asia

Latinoamérica

1961

-

-

-

1962

83%

-

17%

1963

63%

37%

-

1964

82%

-

18%

1965

63%

37%

-

1966

60%

40%

-

1967

-

80%

20%

1968

-

100%

-

Fuente: Elaboración propia.

 

Tabla 2: Objetivos de los villanos comunistas

Objetivos de los villanos

Proporción

Destruir o desacreditar al héroe

55%

Conseguir ventaja armamentística

25%

Extender las conquistas comunistas

20%

Fuente: Elaboración propia.

EL MENSAJE DE LOS VILLANOS COMUNISTAS 

            Los villanos comunistas no solamente servían como némesis puntuales para los superhéroes de Marvel, sino que además poseían una serie de características comunes con las que Stan Lee mostraba a los lectores los peligros del comunismo y la malicia de sus partidarios.

            La principal idea que Lee desarrolló en estos años fue la de la belicosidad del comunismo, que lo conducía a un conflicto inevitable con los Estados Unidos. De este modo, un líder comunista chino explica a sus subordinados: «Más pronto o más tarde tendremos que luchar contra las democracias, ¡y debemos estar prepararnos ya para ello hundiendo su moral! ¡Podemos hacer que los hombres libres tiemblen mediante la aniquilación de su héroe protector, Thor!» (Journey into Mystery #93, 1963). Se remarca de este modo que la culpa de este enfrentamiento es exclusivamente de las fuerzas comunistas, que además, al mencionar que deben hacer que los “hombres libres” pierdan la fe en la victoria, están reconociendo que su régimen es tiránico y opresor. Así lo señala el Capitán América, que desvela a los lectores que la ambición de los líderes comunistas es «nada menos que la completa conquista del mundo y su esclavización» (The Avengers #18, 1965). Frente a esta postura, Lee deja implícito a través de la acción de los superhéroes que Estados Unidos ofrece su amistad sin condiciones y potencia la democracia para que elijan libremente su propio camino, que por supuesto nunca es el comunismo.

     
       
Los comunistas se muestran como personas malvadas, capaces de ejecutar a un pobre doctor minusválido como el doctor Donald Blake (alter ego del dios Thor) en Journey into Mystery #84 (1962).

     

            Puesto que la victoria por las urnas no es factible, los comunistas deben ganar el poder mediante el engaño, como sucede en la ficticia nación de Santo Rico, donde el triunfo del malvado comunista El Toro se debe a la compra de votos (Tales to Astonish #54, 1964), no al auténtico deseo popular (curiosamente, Lee no dio un segundo pensamiento a qué clase de democracia era aquella en la que se podía comprar a la mayoría del electorado si se tenía el dinero suficiente). De igual modo, las argucias de los comunistas permiten desmoralizar a las democracias, ya sea empleando falsas invasiones alienígenas (The Incredible Hulk #4, 1962), ya sea incitando las divisiones internas, como cuando el asiático general Chen funda el grupo racista Los Hijos de la Serpiente, con connotaciones muy similares al Ku Klux Klan: «Todo lo que tenía que hacer era lograr que los estadounidenses desconfiasen los unos de los otros: ¡y que luego se odiasen los unos a los otros! Pues una nación temerosa se convierte en una nación dividida… Y una nación dividida es una nación débil… ¡Una nación lista para ser conquistada!» (The Avengers #33, 1966); no deja de ser sorprendente que una de las primeras referencias en los cómics al problema racial estadounidense señalase como uno de los motivos del mismo a agentes extranjeros, si bien es cierto que Lee deja entrever que, pese al liderazgo de Chen, muchos estadounidenses se dejaron arrastrar gustosamente por su discurso.

            Pero ahora que hemos visto la beligerancia y la actitud ladina de los comunistas, ¿cuál es la ideología que defienden? Lo cierto es que en las historietas de Lee el pensamiento y las bases teóricas de los líderes comunistas nunca quedan claras, quizá porque Lee realmente no tuviese una idea precisa de los principios teóricos marxistas, aunque también es probable que no viese necesidad de dar mayor profundidad ni base a sus villanos, igual que tampoco se explicaba la ideología de los nazis que aparecían en los cómics Marvel ni se tenía claro cuál era el plan político del mutante supremacista Magneto. 

            Lo que Lee sí deja claro es que los comunistas son malvados y avariciosos, por lo que bajo su dominio solo puede esperarse miseria y pobreza. Así, en el imaginario país asiático de Sin-Cong, El Comisario usa a su banda armada para apropiarse de todo lo que posee la población; cínicamente, uno de los comunistas explica a los empobrecidos campesinos: «¡El Estado os protege de los imperialistas! ¡Por lo tanto, debéis pagar al Estado» (The Avengers #18, 1965). Por su parte, Thor comenta al contemplar una empobrecida aldea vietnamita: «Aunque los campos son fértiles, ¡hay poco alimento! ¡Las guerrillas rojas han traído el hambre a esta tierra! Aquí, en este remoto poblado, ¡el miedo y el hambre se reflejan en cada rostro!» (Journey into Mystery #117, 1965). Por lo tanto, cuando la población nativa descubre la bondad y nobleza de los superhéroes estadounidenses, los vitorean como a los liberadores que Lee considera que son: «Los estadounidenses son nuestros auténticos amigos… ¡no aquellos que nos incitan a la guerra!» (Journey into Mystery #84, 1962).

            De hecho, frente a los Estados Unidos, donde los superhéroes tratan bien a sus subalternos, ayudantes y empleados, los líderes comunistas someten al terror a sus secuaces: el Bárbaro Rojo insulta a sus soldados, les lanza trozos de comida de manera humillante e incluso los despide disparándoles (Tales of Suspense #42, 1963). El fracaso, por supuesto, no tiene perdón, como bien sabe Anthony Stark, que no se molesta en perseguir a la derrotada espía Viuda Negra, porque tras fallar en su misión solo le queda esperar el castigo por parte de sus superiores, sintiéndose «sola… abandonada… ¡siempre escondiéndose! Su constante compañero… ¡el miedo!» (Tales of Suspense #52, 1964). Un destino aún más terrible sufre el segundo Hombre de Titanio, que es abandonado a su suerte en el océano como castigo por fracasar: «En el destino de nuestra nación no hay lugar para… ¡fracasos!», sentencian los oficiales soviéticos al dejarle hundirse entre las olas (Tales of Suspense #83, 1966). Y aún es peor el odio que los líderes comunistas parecen profesar a aquellos subordinados que despuntan mínimamente, como Nikita Kruschev [es la forma de mencionarlo habitual antes, hoy se le debería mencionar como “Nikita Serguéievich Jruschov”. Quizá convendría ponerlo entre paréntesis ¿no?] nos desvela en sus pensamientos al tratar con el sabio profesor Vanko: «Cómo odio al profesor Vanko… ¡y cuánto le temo! ¡Pero Vanko es el mayor experto en electricidad del mundo! ¡Por lo tanto, desgraciadamente tengo que utilizarlo, no liquidarlo! (…) ¡De hecho, Vanko es tan poderoso, que un día podría volverse contra mí!» (Tales of Suspense #46, 1963). Pero frente a esta desconfianza y odio, los países democráticos muestran unas relaciones de poder basadas en la meritocracia y el respeto, de tal manera que Iron Man logra convencer fácilmente a Vanko para que deserte: «¡Ahora comprendo que mi genio científico ha estado al servicio de un sistema traidor y salvaje!» (Tales of Suspense #46, 1963).

     
       
      El villano conocido como La Gárgola encuentra el valor para enfrentarse a sus superiores comunistas en The Incredible Hulk #1 (1962).

            Pero como ya decíamos anteriormente, Lee siempre distingue entre la ideología comunista y la nacionalidad de los individuos. Por ejemplo, aunque Vanko es un científico de la URSS, no dudará en sacrificar su vida para proteger los Estados Unidos, el país que le ha acogido (Tales of Suspense #52, 1964). De igual modo, con el tiempo se descubrirá que la Viuda Negra, de origen ruso, no ataca a Iron Man por maldad, sino porque los soviéticos amenazan con matar a sus padres si no actúa como espía (Tales of Suspense #64, 1965). Por su parte, el científico asiático Kuro Chin encuentra el valor para ayudar al Capitán América y evitar que las fuerzas comunistas desarrollen un arma secreta tremendamente poderosa, el Rayo Z (Tales of Suspense #86, 1967). Incluso los firmes defensores del comunismo pueden ver la luz y redimirse. Es el caso del oficial Hu Sak, cuyo deseo de servir a la causa comunista le lleva a asesinar a su propia familia, que se oponía a dicha ideología. Sin embargo, posteriormente se arrepiente de sus actos tras encontrarse con Thor, y reflexiona antes de inmolarse con todo el armamento del ejército comunista:

—He traído la muerte a mi familia… ¡el deshonor a mi apellido! ¡Pero afrontaré mi destino como un soldado! Fue el comunismo el que me hizo lo que soy… ¡el que me convirtió en un instrumento de destrucción brutal, inconsciente! Por el comunismo, pues: ¡por que desaparezca de la faz de la Tierra y de la memoria de la humanidad! (Journey into Mystery #117, 1965).

            Ahora bien, este mensaje anticomunista no aparece en todos los cómics de Marvel por igual. Las aventuras de personajes urbanos como Daredevil y Spider-Man tuvieron poca o escasa relación con el comunismo, de igual modo que tampoco tuvieron repercusión en personajes cuyas tramas tenían un tono muy concreto, como los X-Men y su lucha contra los mutantes diabólicos, o Namor y las vicisitudes de su reino submarino de Atlantis (véase la tabla 3 y el anexo). Los personajes más afectados fueron, por lo tanto, aquellos que vivían aventuras más variadas, sobre todo si estas les podían conducir a cualquier punto del planeta. Por lo tanto, Thor, Hulk y el Hombre Hormiga fueron, junto a los Vengadores, los personajes con mayor número de villanos comunistas  (véase la tabla 3 y el anexo). Mención aparte merece el título Tales of Suspense, donde los villanos comunistas aparecían en uno de cada tres números; esta serie incluía las aventuras del Capitán América, aunque donde el anticomunismo se reflejó mejor fue en el otro personaje que compartía la cabecera, Iron Man, en buena medida porque su alter ego, el inventor de armamento Anthony Stark, ofrecía numerosas oportunidades para mostrar a este tipo de villanos (véase el anexo).

            Con todo, a partir de 1966 se comienza a percibir un retroceso de las amenazas comunistas, y aunque Lee seguirá mostrando dictaduras y tiranos comunistas, aparecerán en un segundo plano, sin desempeñar el papel de némesis ni poner en peligro la paz mundial. Se hace necesario, por lo tanto, indagar en las razones por las que Lee, sin cambiar radicalmente su idea sobre el comunismo, deja de utilizarlos como villanos.

Tabla 3: Apariciones de villanos comunistas por serie

Serie

Años estudiados*

Total de números

Proporción de  villanos comunistas

Amazing Spider-Man, The

1963-1968

67

1%

Avengers, The

1963-1966

35

9%

Captain America

1968

8

13%

Daredevil

1964-1968

47

0%

Fantastic Four

1961-1968

81

4%

Incredible Hulk, The

1962-1963

6

50%

Journey into Mystery 1

1962-1966

43

9%

Mighty Thor, The

1966-1968

24

0%

Silver Surfer

1968

3

0%

Strange Tales 2

1962-1968

47

2%

Tales of Suspense 3

1963-1968

61

36%

Tales to Astonish 4

1962-1968

67

9%

X-Men

1963-1966

19

0%

* Los años estudiados recogen las etapas guionizadas por Stan Lee entre 1961 y 1968.

1 La serie Journey into Mystery contenía historias de Thor, a las que a veces complementaban otros relatos.

2  En Strange Tales se publicaron las aventuras de la Antorcha Humana entre 1962 y 1965, las del Doctor Extraño a partir de 1963, y de Nick Furia como agente de la organización secreta SHIELD desde 1965.

3 El título Tales of Suspense contenía originalmente historietas de Iron Man, y a partir de 1964 también del Capitán América.

4 Tales to Astonish presentó inicialmente las aventuras de Henry Pym (primero como Hombre Hormiga, luego como Hombre Gigante) hasta 1965, cuando fue sustituido por Namor. Además, a partir de 1964 también incluyó las aventuras de Hulk.

Fuente: Elaboración propia.

EL FIN DE LA AMENAZA ROJA 

            Los cómics guionizados por Stan Lee recurrieron cada vez con mayor frecuencia a las amenazas comunistas en el periodo comprendido entre 1962 y 1964. A partir de ese momento encontramos un segundo periodo en el que el tema fue perdiendo fuerza progresivamente, entre 1965 y 1967, hasta que en 1968 se llegó a una única mención del tema (véase la tabla 4). ¿Qué es lo que sucedió para que los comunistas dejasen de ser empleados como villanos?

            Para entender las razones que llevan a una progresiva desaparición de estos, en primer lugar vamos a barajar la posibilidad de que esta se deba a motivos internos de Marvel Comics, es decir, a decisiones puramente editoriales. A favor de esta opción juegan dos factores: el primero, el hecho de que Stan Lee fuera reduciendo el número de series que guionizaba; a esto debemos sumar la llegada de nuevos guionistas, jóvenes y con ideas más progresistas. Por ejemplo, el guionista Gary Friedrich transformó completamente el mensaje de los cómics de Sgt. Fury and His Howling Commandos, pasando de ser una serie bélica de tono patriótico y aventurero a un título antibelicista (Friedrich, 2001:82-83). Otro guionista, y a la postre director editorial de Marvel Comics, Gerry Conway, afirmaba al recordar la época en que empezaron a llegar jóvenes guionista y editores:

     
       
Portada del número 141 de Sgt. Fury and his Howling Commandos, uno de los primeros escritos por Gary Friedrich, en el que se plasma su preocupación por mostrar otras facetas, menos heroicas, de la guerra.

     

            El periodo que va de finales de los años sesenta a principios de los setenta fue muy progresista en la industria del cómic, y reflejaba la perspectiva masivamente liberal de los guionistas y editores de aquel tiempo. Por supuesto que una parte del personal creativo era más conservadora que otra, pero incluso los autores más conservadores de aquella época probablemente fuesen considerados moderados, en el peor de los casos, hoy día (Conway, 2009).

            Esta hipótesis plantea que a medida que las series fueron pasando de un conservador y maduro Lee a unos jóvenes y progresistas escritores, el anticomunismo desapareció. Pero para que esta hipótesis se confirme deberían darse dos factores: primero, que las series que Lee iba delegando hubiesen mostrado bajo sus guiones un marcado anticomunismo; segundo, que bajo el nuevo guionista desaparecieran los villanos comunistas. Sin embargo, vemos que este no es el caso, puesto que Lee cedió el timón de títulos donde el anticomunismo no tuvo reflejo: Daredevil, The X-Men y Strange Tales. Solo en una de las series que el veterano guionista abandonó hubo villanos comunistas, en The Avengers, pero justamente en ese título su sucesor, Roy Thomas, no ofreció un cambio radical, antes al contrario, continuó con tramas como la de la agente comunista Viuda Negra que ya se habían iniciado con Lee.

            Por lo tanto, la progresiva desaparición de villanos comunistas se dio en series que Lee seguía escribiendo, como The Mighty Thor o Tales of Suspense. De hecho, incluso cuando Lee abandonó los guiones del superhéroe Iron Man en 1968, tan dado a los villanos comunistas, podría haber optado por continuar con estos en los títulos que seguía escribiendo, como The Fantastic Four y The Mighty Thor (los comunistas ya se habían enfrentado a estos superhéroes en el pasado, como puede observarse en el anexo que acompaña este artículo), o en las nuevas cabeceras que había iniciado ese mismo año, como Silver Surfer. Y sin embargo, no lo hizo.

            Debemos buscar entonces otras causas para la progresiva desaparición de los villanos comunistas. Descartada la opción de los motivos internos de Marvel, debemos considerar por lo tanto la posibilidad de causas externas, es decir, motivos que no tienen un origen en el mundo editorial, sino en lo que está sucediendo en la sociedad estadounidense del momento. Pero para que dicha posibilidad tuviese peso debería darse una situación en la cual los estadounidenses en general, y los consumidores de las historietas de Marvel en particular, se mostrasen contrarios a un enfrentamiento con el bloque comunista.

            ¿Se dio esa situación? Creemos que sí, pues aunque en los años sesenta no se ha constatado que se produjese un acercamiento a la ideología comunista por parte de la juventud estadounidense, sí que podemos observar un mayor interés en los problemas internos del país (principalmente la lucha por los derechos civiles) y una mayor hostilidad hacia aventuras militares. La fecha clave de este cambio fue agosto de 1964, cuando el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson consiguió el apoyo del Congreso para ampliar la guerra no declarada en Vietnam, lo que significó el aumento del reclutamiento de jóvenes, lo que provocó una fuerte reacción en el movimiento estudiantil, con masivas manifestaciones de estudiantes en contra de la guerra (Palladino, 1996:214). De hecho, las protestas no fueron un acontecimiento puntual producido a finales de 1964, sino que se sucedieron durante el resto de la década a lo largo y ancho del país, reuniendo decenas de miles de estudiantes en las grandes ciudades (Neale, 2003:139-140).

            Es justamente a partir de 1965, cuando se consolidan las manifestaciones contra la guerra, cuando percibimos el progresivo declive de los villanos anticomunistas (véase la tabla 4), algo que no puede ser una mera casualidad, ya que dicha tendencia sigue en los años siguientes. Ahora bien, ¿esto se debía al miedo de Lee a una reacción adversa por parte de los lectores (en su mayoría jóvenes) o a una convicción personal del autor? Una pista nos la da el propio Lee en su libro Sons of Origins of Marvel Comics, donde reflexiona sobre el origen de algunos de los principales superhéroes de la editorial, señalando sobre el marcado anticomunismo de algunas historias, sobre todo las de Iron Man: 

La mayoría de nosotros creíamos que el conflicto en aquella torturada tierra [de Vietnam] era una simple cuestión de buenos contra malos, y que el ejército estadounidense que se enfrentaba al Viet Cong era un equivalente a San Jorge luchando contra el dragón. Pero desde aquel entonces todos hemos madurado un poco, y hoy sabemos que la vida no es tan simple (Lee, 1975:45).

     
      Número 40 de Daredevil, de diciembre de 1968, escrito por Stan Lee, que lleva al personaje a visitar las tropas estadounidenses destacadas en Vietnam.

            Es decir, Lee muestra aquí una evolución en su forma de ver la situación en Vietnam, y posiblemente en la propia Guerra Fría. No reconoce ni mucho menos que el comunismo sea una ideología que le despierte simpatías, pero sí que demuestra una visión más madura al ver el conflicto entre las superpotencias de una forma compleja, sin buenos muy buenos ni villanos absolutamente malvados. De hecho, esta idea pudo verse evolucionar no solo en sus cómics, sino también en los artículos de opinión que escribía dentro de las páginas de los cómics de Marvel. Así, en 1968 explicaba que en la editorial no había una opinión oficial sobre los hechos que estaba viviendo el país, entre ellos la guerra en Vietnam, si bien aclaraba acto seguido:

Pero nos gustaría dejar claro un asunto de vital importancia, que creemos que el Hombre tiene un destino divino y una increíble responsabilidad: la responsabilidad de tratar a todos  los habitantes de este increíble mundo que habitamos con tolerancia y respeto, juzgando a cada persona por sus propios méritos, no por su raza, credo o color de piel (Lee, 1968).

            Este mensaje parece mucho más tolerante que las diatribas que sus personajes habían dedicado al comunismo hasta hacía poco, poseyendo un tono conciliador y para nada acorde a la idea del conflicto inevitable entre las superpotencias. Aunque en estos momentos Lee habla de raza, credo y color de piel, al año siguiente ampliaría su discurso de tolerancia al referirse también a la ideología y a los conceptos de héroe y villano:

Una de las cosas que intentamos demostrar en nuestros cómics es que nadie es totalmente bueno ni malo. Incluso un rudo supervillano puede llegar a seguir la senda de la redención, igual que un simpático superhéroe puede tomar decisiones equivocadas. Una de las grandes barreras para alcanzar una paz y justicia reales en este mundo atormentado es el hecho de que pensemos que cualquiera que tenga una ideología opuesta a la nuestra es un “malvado” (Lee, 1969; las cursivas son nuestras).

            Puesto que Lee estaba hablando en unos momentos críticos de la Guerra Fría y teniendo en cuenta que hacía su mensaje extensivo a lo que sucedía en todo el planeta, es difícil imaginar que estuviese hablando de otras ideologías que no fuesen las que defendían, por un lado, Estados Unidos, y por otro, la Unión Soviética. Era, además, el mismo año en el que los villanos comunistas iban a tener su momento más bajo antes de desaparecer definitivamente de la obra de Lee. La próxima mención que este hizo a la guerra en Vietnam mostraba, de hecho, al ejército estadounidense bombardeando indiscriminadamente Vietnam para cortar el paso a las fuerzas comunistas, segando la vida de personas inocentes (Amazing Spider-Man #108, 1972).

Tabla 4: Número de historias con villanos comunistas por año

Año

Número de historietas con villanos comunistas

1961

0

1962

6

1963

8

1964

11

1965

8

1966

5

1967

5

1968

1

Fuente: Elaboración propia.

 

CONCLUSIONES

            Los cómics de Marvel escritos por Stan Lee conocieron desde 1962 hasta 1968 un número importante de villanos comunistas cuyas actuaciones no solo servían para poner a prueba la fuerza y el valor del superhéroe de turno, sino también para explicar a los lectores los horrores del comunismo. Aunque las personas que vivían bajo un régimen comunista no eran tachadas de malvadas, quienes sí abrazaban esta ideología eran presentados como despóticos, traidores y belicosos, de tal modo que los agentes soviéticos, chinos y de otros territorios reales e imaginarios bajo Gobiernos comunistas funcionaban como una suerte de anti-América, es decir, como un absoluto opuesto a los valores de los Estados Unidos: la tiranía soviética chocaba con la democracia estadounidense; frente al miedo soviético hacia aquellos que despuntaban por su talento, en Estados Unidos estos prosperaban debido a la meritocracia existente; contrariamente al deseo de conflicto que presentaban los comunistas, los Estados Unidos deseaban mantener la paz, si bien no iban a dejar que otros países fuesen dominados a la fuerza.

            En el discurso de Lee no había en un primer momento rastro alguno de debate ideológico; el comunismo, de hecho, parecía más una actitud moral que una ideología política o económica. Lo único que quedaba claro en sus historietas es que bajo un régimen comunista la gente era menos feliz y más pobre, siendo por ello un sistema rechazado por las personas que tenían la oportunidad de elegir.

            No obstante, a partir de 1965 el anticomunismo de Lee, si bien no desapareció de la noche a la mañana, se fue mitigando progresivamente. Influido por las protestas contrarias a la Guerra de Vietnam y por la evolución de aquella contienda, Lee parece que fue adquiriendo un discurso más progresista que, sin abrazar ni mucho menos las ideas comunistas, sí que resultaba más tolerante, aceptando la existencia de dicha ideología y abogando por una coexistencia pacífica, negándose a aceptar en este punto la existencia de buenos y villanos absolutos.

            Lo que hallamos es, por lo tanto, una evolución ideológica en la cual se pasa de una visión en blanco y negro de la Guerra Fría a una aceptación de la complejidad del conflicto. Ni Marvel ni Lee iniciaron nada a tal respecto: ni la visión simple fue algo que hicieran únicamente los cómics, ni las viñetas fueron las primeras en criticar las actuaciones estadounidenses, pero sí que supieron reflejarlas, siendo por lo tanto un interesante testimonio de aquella época.

 

ANEXO: VILLANOS/AS COMUNISTAS EN LA OBRA DE STAN LEE

 

Fecha

Colección y número

Héroe

Villano/a (país)

Acción

5/1962

The Incredible Hulk #1

Hulk

Gárgola (URSS)

Destruir al héroe

9/1962

Journey into Mystery #84

Thor

El Ejecutor (San Diablo)

Liderar una revolución procomunista

9/1962

Tales to Astonish #35

Hombre Hormiga

Espías soviéticos (URSS)

Robar la fórmula antirradiación de Hank Pym

10/1962

Tales to Astonish #36

Hombre Hormiga

Camarada X (URSS)

Descubrir el secreto de los poderes del Hombre Hormiga

11/1962

The Incredible Hulk #4

Hulk

Mongu (URSS)

Aterrorizar a los

EE UU

12/1962

Journey into Mystery #87

Thor

Comunistas (URSS)

Secuestro de científicos

1/1963

The Incredible Hulk #5

Hulk

General Fang (China)

Invasión de Llhasa

3/1963

The Amazing Spider-Man #1

Spider-Man

El Camaleón (trabajando para la URSS)

Robar diseños de armas secretas

3/1963

Fantastic Four #12

Los Cuatro Fantásticos y Hulk

Karl Kort (URSS o Europa del Este)

Destruir las nuevas defensas antimisiles estadounidenses

3/1963

Tales of Suspense #39

Iron Man

Wong Chu (China)

Crear armas para la causa comunista

4/1963

Fantastic Four #13

Los Cuatro Fantásticos

El Fantasma Rojo y sus Supersimios (URSS)

Conquistar la Luna

6/1963

Journey into Mystery #93

Thor

Hombre Radioactivo (China)

Destruir al héroe

6/1963

Tales of Suspense #42

Iron Man

Bárbaro Rojo (Europa del Este)

 

Robar diseños de las armas estadounidenses

10/1963

Tales of Suspense #46

Iron Man

Dinamo Carmesí (URSS)

Destruir a Iron Man

1/1964

Tales to Astonish #51

Hombre Gigante

Peonza Humana (trabajando para la URSS)

Robar diseños de las armas estadounidenses

3/1964

Tales of Suspense #51

Iron Man

El Espantapájaros (trabajando para Cuba)

Robar diseños de las armas estadounidenses

4/1964

Tales of Suspense #52

Iron Man

 Viuda Negra y Boris (URSS)

Eleminar a Iron Man y al desertor Dinamo Escarlata

4/1964

Tales to Astonish #54

Hombre Gigante

El Toro (Santo Rico)

Dominar Santo Rico

4/1964

Strange Tales #119

Antorcha Humana

El Agitador (URSS)

Desacreditar a la Antorcha Humana

5/1964

Tales of Suspense #53

Iron Man

Viuda Negra (URSS)

Destruir a Iron Man

8/1964

Fantastic Four #29

Los Cuatro Fantásticos

El Fantasma Rojo y sus Supersimios (URSS)

Destruir a Los Cuatro Fantásticos

8/1964

Tales of Suspense #56

Iron Man

El Unicornio (URSS)

Destruir a Iron Man

9/1964

Tales of Suspense #57

Iron Man

Viuda Negra (URSS)

Manipular a Ojo de Halcón para que destruya a Iron Man

10/1964

Tales to Astonish #54

Hombre Gigante

Fuerzas comunistas (Alemania del Este)

Crear un ejército de gorilas comunistas

12/1964

Tales of Suspense #60

Iron Man

Viuda Negra (URSS)

Manipular a Ojo de Halcón para que destruya a Iron Man

1/1965

Tales of Suspense #61

Capitán América

El General (Vietnam)

Evitar que el Capitán América rescate a un piloto

4/1965

Tales of Suspense #64

Iron Man

Viuda Negra (URSS)

Manipular a Ojo de Halcón para que destruya a Iron Man

5/1965

Tales to Astonish #67

Hulk

Ejército Rojo (URSS)

Destruir a Hulk

6/1965

Journey into Mystery #117

Thor

Fuerzas comunistas (Vietnam)

Conquistar Vietnam

7/1965

The Avengers #18

Los Vengadores

El Comisario (Sin Cong)

Destruir a Los Vengadores

9/1965

Tales of Suspense #69

Iron Man

El Hombre de Titanio (URSS)

Destruir a Iron Man

10/1965

Tales of Suspense #70

Iron Man

El Hombre de Titanio (URSS)

Destruir a Iron Man

11/1965

Tales of Suspense #71

Iron Man

El Hombre de Titanio (URSS)

Destruir a Iron Man

9/1966

The Avengers #32

Los Vengadores

General Chen (Asia)

Incitar odio racial en Estados Unidos

9/1966

Tales of Suspense #81

Iron Man

El Hombre de Titanio (URSS)

Destruir a Iron Man

10/1966

The Avengers #33

Los Vengadores

General Chen (Asia)

Incitar odio racial en Estados Unidos

10/1966

Tales of Suspense #82

Iron Man

El Hombre de Titanio (URSS)

Destruir a Iron Man

11/1966

Tales of Suspense #83

Iron Man

El Hombre de Titanio (URSS)

Destruir a Iron Man

2/1967

Tales of Suspense #86

Capitán América

Fuerzas comunistas (Asia)

Crear un arma de destrucción masiva

7/1967

Tales of Suspense #91

Iron Man

El Aplastador (Cuba)

Destruir a Iron Man

8/1967

Tales of Suspense #92

Iron Man

Media-Cara (Vietnam)

Destruir a Iron Man

9/1967

Tales of Suspense #93

Iron Man

Media-Cara y El Hombre de Titanio (Vietnam)

Destruir a Iron Man

10/1967

Tales of Suspense #94

Iron Man

Media-Cara y El Hombre de Titanio (Vietnam)

Destruir a Iron Man

10/1968

Captain America #106

Capitán América

Cyril Lucas (trabajando para China)

Crear un clon del Capitán América

Fuente: Elaboración propia.


FUENTES

Cómics:

  • Amazing Spider-Man, The #1-67 y 108 (1963-1968, 1972)
  • Avengers #1-35 (1963-1966)
  • Captain America #100-108 (1968)
  • Daredevil #1-47 (1964-1968)
  • Fantastic Four #1-81 (1961-1968)
  • Incredible Hulk, The #1-6 (1962-1963)
  • Journey into Mystery #83-125 (1962-1966)
  • Mighty Thor, The #126-159 (1966-1968)
  • Silver Surfer #1-3 (1968)
  • Strange Tales #101-147 (1962-1966)
  • Tales of Suspense #39-99 (1963-1968)
  • Tales to Astonish #35-101 (1962-1968)
  • X-Men #1-19 (1963-1966)

Entrevistas:

  • CONWAY, Gerry (2009): “Exclusive Gerry Conway Interview”, entrevistado en Fantastic Four Headquarters, <http://www.fantasticfourheadquarters.com/conway.html> (consultado el 4 de enero de 2010).
  • FRIEDRICH, Gary (2001): “Groovy Gary and The Marvel Years”, entrevistado por John B. Cooke en Comic Book Artist #13, pp. 74-87.

Memorias y artículos de opinión:

  • LEE, Stan (1968): “Stan's Soapbox”, artículo de opinión aparecido en todos los títulos de Marvel Comics de octubre de 1968.
  • LEE, Stan (1969): “Stan's Soapbox”, artículo de opinión aparecido en todos los títulos de Marvel Comics de abril de 1969.
  • LEE, Stan (1975): Sons of Origins of Marvel Comics, Nueva York (EE UU), Simon and Schuster.
  • LEE, Stan (2011): “Stan Lee's Amazing Interview”, entrevistado en Alter Ego #104, pp. 3-45.
  • SIMON, Joe, y SIMON, Jim (2003): The Comic Book Makers, New Jersey (EE UU), Vanguard Productions.

BIBLIOGRAFÍA

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  • FRANCESCUTTI, Pablo (2004): La pantalla profética: cuando las ficciones se convierten en realidad, Madrid, Cátedra.
  • HOWE, Sean (2012): Marvel Comics. The Untold Story, Nueva York (EE UU), Harper.
  • JIAN, Chen (2005): La China de Mao y la Guerra Fría, Barcelona, Paidós.
  • McMAHON, Robert J. (2003): La Guerra Fría. Una breve introducción, Madrid, Alianza
  • NEALE, Jonathan (2003): La otra historia de la Guerra de Vietnam, España, Ediciones de Intervención Cultural y El Viejo Topo.
  • PALLADINO, Grace (1996): Teenagers. An American History, Nueva York (EE UU), Basic Books.
  • RAPHAEL, Jordan; SPURGEON, Tom (2003): Stan Lee and the Rise and Fall of the American Comic Book, Chicago (EE UU), Chicago Review Press.
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  • RODRÍGUEZ MORENO, José Joaquín (2010): Los cómics de la Segunda Guerra Mundial: Producción y mensaje en la editorial Timely (1939-1945), Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz.
  •  RODRÍGUEZ MORENO, José Joaquín (2012): La explosión Marvel. Historia de Marvel en los 70, Palma de Mallorca, Dolmen Editorial.
  •  WRIGHT, Bradford W. (2003): Comic Book Nation: The Transformation of Youth Culture in America, Baltimore (EE UU), The Johns Hopkins University Press.
  •  ZINN, Howard (2005): A People’s History of the United States, Nueva York (EE UU), Harper Perennial.
Creación de la ficha (2017): José Joaquín Rodríguez · Revisión de Manuel Barrero y Alejandro Capelo.
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
JOSÉ JOAQUÍN RODRÍGUEZ (2017): "Impacto y mensaje de los villanos comunistas en los cómics de Stan Lee", en Tebeosfera, tercera época, 5 (21-XII-2017). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 13/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/impacto_y_mensaje_de_los_villanos_comunistas_en_los_comics_de_stan_lee.html